MISCELANEA DE HISTORIA DE CANARIAS (XVII) -VIII

NOTAS AL DIARIO DE LAS HERMANAS CASALON (XV)

 

 

Eduardo Pedro García Rodríguez

 

13, DOCUMENTOS ANEXOS

 

DUCUMENTO NÚMERO, 1

 

 

Carta de remitida desde Tenerife por don Francisco Fierro a su amigo y paisano don Patricio Madán, sobre el comportamiento de la plana Mayor del general Gutiérrez, y en especial sobre la actuación de don Manuel Salcedo, quien tuvo que valerse de la influencia de su tío el teniente general de los ejércitos reales españoles don Domingo Salcedo, para hacer frente a las acusaciones de cobardía, el contenido de la carta es como sigue:

 

«El gusto que tuve de ganamos la victoria por el valor de la marinería y el batallón o lo que mandó Kinter (Guinther) me lo disminuyó  el que algunos de los oficiales de milicias volvieron la espalda, lo más malo es el que la Plana Mayor se acollonase y persuadiesen al comandante firmase unas capitulaciones que aquí se miran como indecorosas, por haberles permitido sacar las armas cuando estaban los milicianos con rozaderas por falta de fusiles. Contra quien más echan es contra el teniente de rey, que dicen nadie le vió, que se estuvo metido en las vóveda del castillo, y no es uno, sino todos los que han declarado como el capitán del correo. 

 

Los franceses, al comandante (Gutiérrez) lo elogian, que a pesar de sus años estuvo en el muelle hasta que lo retiraron, y que lo malo lo hicieron la Plana Mayor , y que el comandante de artilleros e ingenieros elogian a Rosique y a los marinos, Lo peor es que las declaraciones han ido en cuerpo y alma a la corte».

 

DOCUMENTO NÚMERO 2

 

    A mediados de septiembre el teniente de rey Salcedo, saltándose la escala de mandos dirige un escrito al ministro de la guerra don Juan Manuel Álvarez, redactado en unos términos de humildad impropios de la habitual altanería con que acostumbraban hacerlos estos oficiales del rey. El contenido de la misiva es el siguiente:  

 

“Excelentisimo Señor.:  

 

Siendo la más falsa calumnia y agravio notorio que se hace a la Plana Mayor de esta plaza, y particularmente a mi persona y honor, el contesto de la carta cuia copia yncluio al número 1.º, ocurrí por el pronto al comandante y su segundo del Batallón, cuía repuestas de oficio verá V.E. a los números 2 y 3, y considerando no obstante, de que semejante especies tal vez se avrán esparcido con descrédito de mi honor y opìnión, me tomo la libertad, en su defensa, de recurrir directamente a V.E., sin comprometer por ahora a este Comandante General ínterin la determinación de S. M. Para que, ya sea por informes o como fuese de su real agrado, pueda aquél obrar libremente en las diligencias que se hayan de practicar para la justificación respecto de que mis operaciones han sido bien públicas y notorias.

 

Yo me veo precisado a esplorar el favor de V.E. en dura situación para que, hallándolo por conveniente, lo ponga en noticia de S. M. Y se digne en justicia  dar la providencia que le fuere más grata para la averiguación de un hecho, el más vil e infame que un oficial en su real servicio pueda cometer; por lo tanto, deseo se purifique aclarando la verdad, y resultando ser falso, se haga notorio, quedando mi honor y buen concepto en el lugar que corresponde, cuia gracia debo esperar de la benignidad de mi Soberano, mediante el poderoso inluxo de V.E.

   Nuestro Señor guarde la vida de V.E. muchos años.

   Santa Cruz y Septiembre 16 de 1797».

 

 

DOCUMENTO NÚMERO, 3

 

    Carta en que el vicealmirante Sir Horacio Nelson invita al general don Antonio Gutiérrez, comandante de las islas a la rendición de la plaza de Santa Cruz de Tenerife.

 

«Teseo, 20 de Julio de 1797.

Señor:

Tengo el honor de participaros que he venido aquí a exigir la inmediata entrega de la fragata “Príncipe de Asturias”, procedente de Manila y con destino a Cádiz, perteneciente a la compañía de Filipinas, con su cargamento completo, y asímismo  todos los demás cargamentos semejantes que hayan sido desembarcados en Tenerife y no sean para el consumo de sus habitantes.

 

Y siendo mi mayor deseo que ningún insular sufra por las consecuencias de mi petición, ofrezco las siguientes honrosas condiciones, que espero admitais; pero si las reusais, todos los horrores de la guerra que recaerán sobre los moradores de Tenerife serán imputados por el mundo a vos, a vos únicamente, pues destruiré a Santa Cruz y a las demás plazas de las Islas por medio de un bombardeo, exigiendo además una fuerte y pesada contribución.

 

Artículo 1.º Deberán entregarme los fuertes, poniendo al momento a las fuerzas británicas en posesión de las puertas.

2º La guarnición depondrá las armas, permitiéndose, sin embargo, a los oficiales que conserven sus espadas.

3.º Con tal que se cumpla con el primer artículo de que se me entreguen los cargamentos ya citados, no se exigirá a los habitantes ni la más pequeña contribución, pues al contrario, gozarán bajo mi protección de toda seguridad en sus personas y propiedades.

4.º No se ejercerá intervención alguna en la Santa Religión Católica; sus ministros y  todas sus Ordenes regulares estarán bajo mi cuidado y protección.

5.º Las leyes y  magistrados vigentes continuarán como hasta aquí, a no ser que la mayoría de los isleños deseen otra cosa.

Aceptando todos estos artículos, los habitantes de Santa Cruz depositarán sus  armas en una casa al cuidado del Obispo y del primer magistrado, siendo muy honorífico para mí el consultar con estos señores sobre todas las ventajas que puedan proporcionar a los habitantes.

Dentro de media hora espero la aceptación o repulsa.

Horacio Nelson>>.

 

 

DOCUMENTO NÚMERO, 4

 

Libertad Santa Cruz de Tenerife, 7 Termidor año 5 de la República Francesa. 33 (recibido 21 Termidor.)

El Cónsul de la Republica Francesa en las Islas Canaria, al ciudadano Charles de la Croix , ministro de Asuntos Extranjeros. Ciudadano ministro:

 

Por una fechada el 8 Mesidor, tuve el honor de daros cuenta de la presa de la “Mutine”. Esta presa había sido precedida en la misma rada, por la de un galeón español, ricamente cargado.

Estos hechos no podían más que aumentar la confianza de los ingleses, a quienes órdenes más directas, puede ser, le hicieron infructuoso el proyecto el proyecto de apoderarse de estas islas. He aquí el detalle de este acontecimiento:

 

El 4 Termidor, a las 5 de la madrugada, 8 barcos de los cuales 3 veleros de guerra, 3 fragatas, 1 bombarda y 1 cúter hicieron aquí su aparición. Inmediatamente echaron al agua, bajo la protección de las tres fragatas y de la bombarda que fondearon al Nord-Este de la rada entre el fuerte de San Andrés y el fuerte de Paso-Alto, 35 embarcaciones. La gran distancia de un fuerte al otro no podían poner obstáculos al desembarco. Los ingleses, en número aproximado a 600 hombres, ganaron las montañas que bordean esta parte de la isla, y se hubiesen apoderado del fuerte de Paso-Alto, si los españoles secundados por algunos franceses no hubiesen llegado a tiempo para contenerles. Durante todo el día y hasta bastante avanzada la noche la lombarda y los fuertes se enviaron algunos cañonazos y varias bombas.

 

Al día siguiente, cinco de los barcos, ya sea en consideración a las dificultades que habían encontrado o en razón de una fuerte brisa que se presentó y que podía lanzarles a la costa, por diversión(ilegible en el original:; la palabra que leemos no nos parece correcta y por eso preferimos dejarla en blanco), las fragatas y la lombarda aparejaron llevándose a la gente que habían desembarcado y fueron a unirse a los tres veleros que durante todo este tiempo se habían contentado con vigilar frente a la rada. Estas maniobras nos habían hecho pensar que iban a dirigirse hacia algunos de los fuertes del Sur-Oeste de Santa Cruz, pero se unieron entre sí desaparecieron de nuestros ojos. Al siguiente día, a las 6 de la tarde, el enemigo reapareció con un barco de línea más se aproximó entonces y todas sus fuerzas vinieron a fondear al lugar que habían escogido el día anterior. Llegada la noche comenzaron las hostilidades: 30 o 40 bombas llovieron sobre el fuerte de Paso-Alto. El fuerte respondió con cañonazos también algunas bombas. El proyecto del enemigo no se desarrollaba aún. A las 2 de la madrugada el muelle es asaltado por un número bastante considerable de embarcaciones. Las piezas de artillería que lo defienden son destruidas a excepción de dos. Las baterías del castillo principal les obligó sin embargo a reembarcar dejando una veintena de muertos sobre la playa. La misma suerte le esperaba a un cúter cargado de gente que fue hundido por el fuerte de Paso-Alto. La cosa no era la misma al Nord-Oeste de la rada. Dos embarcaciones dirigidas hacía esta parte vienen bajo mis ventanas y bajo mis ojos a desembarcar 1500 marinos, de los cuales 800 marinos y 700 hombres de tropa desencadenan una larga fusilada y los repetidos golpes de cañón no les detienen. Se efectúa el desembarco. El enemigo avanza a grandes gritos y se hace de día en medio de un fuego ensordecedor Cada playa se convierte en un campo de batalla, y la victoria dudosa no se sabía bajo qué bandera fijarla. Sin embargo el español redobla sus esfuerzos y hace presa a su enemigo en todos los puntos. El inglés que se cree cercado por fuerzas superiores se repliega a un convento de dominicos y desde allí hace demanda de dinero prometiendo retirarse. El General de estas islas, Señor Gutiérrez, le responde que él no tiene más que hierro y muerte que ofrecerles si rehusan rendirse. Una capitulación ratificada en enseguida por el Vicealmirante, Comandante de la División , les hace reembarcar con la promesa de no molestar estas islas en toda la guerra. Así terminó este proyecto de invasión que, según confesión de los prisioneros, no había tenido otro objeto que el incautarse de los tesoros bastantes considerables procedentes de un galeón real y de todas las cajas públicas. Yo creo poder declarar que los elogios a los españoles en esta ocasión deben ser ensalzados, más que por una maniobra inteligente y bien desarrollada, por una conducta y sostenida. Ellos, un puñado de hombres inferior en número y medianamente disciplinados a 1200 hombres bien armados y conducidos por (ilegible en el original) que tenían a Nelson por jefe. Tan importante les había parecido esta expedición. Una parte de franceses, al mando de los cuales se encontraba el ciudadano Le Gros, Vicecónsul y Canciller en esta isla; el ciudadano Occident, Secretario de este Consulado, y el ciudadano Durier, empleado en dicho consulado, han recibido honores hasta entonces desconocidos.

 

Entre los monjes, uno de ellos fue muerto y otros cuatro heridos. Sigue el cuadro nominativo  de las fuerzas y de las pérdidas que han tenido los ingleses: (sigue una lista de los navío de la escuadra y otra de los muertos y heridos, las que omitimos por ser sobradamente conocidas). Salud y Fraternidad             Clerget=Rubricado

 

Libertad.- Santa Cruz de Tenerife, el 4º día, correspondiente al 5 de la República Francesa. (Al margen recibido el 1º de Nivôse

 

DOCUMENTO NÚMERO 5

 

El Cónsul de la República Francesa en las Islas Canarias al ciudadano Charles de la Croix , Ministro de Relaciones Exteriores.

 

Ciudadano Ministro:

 

En mi última carta de le di cuenta detallada del resultado de la empresa inglesa sobre esta isla. Hoy quiero darle la del espíritu público y la de la conducta actual de agentes del Gobierno Español.

 

Deben distinguirse aquí dos clases de espíritu público: el de los labradores y artesanos, que se pronuncian a favor de Francia, sobre todo por la manera en que los franceses se han conducido últimamente con ocasión del desembarco de los ingleses, ha despertado en el corazón del pueblo canario el deseo de eternizar la alianza de las dos naciones. El espíritu que anima a la gente es éste, que los comerciantes y los ricos propietarios presentan de otra manera. Como Inglaterra desde hace mucho tiempo explota con grandes ventajas todo comercio de estas islas, se debe mirar la mayor parte de los negociantes que se han establecido aquí como corresponsales factores.

 

Ellos no disimulan su predilección por esta nación. Se manifiesta en los gustos, las modas, sus maneras y sobre todo la forma de vivir. Bien es verdad que muchos de estos negociantes son irlandeses de origen, y aunque gozan de todos los privilegios como si fuesen del país, se enfadan si se les toma por españoles. La clase de los ricos propietarios prefieren los ingleses a todos los pueblos por las ventajas que le sacan vendiéndoles sus vinos. Esta clase, por este interés, se confunde con la de los negociantes, y, como estos no han dejado de censurar en ocasión de su ruptura con Inglaterra.

 

Se reconoce la jactancia, en algunos habitantes, del viejo carácter español, pero lo que les distingue de ventaja es su insuficiencia y su perfecta incuria, de la cual no dejan de dar pruebas, sobre todo en la ocasión de los ataques que han recibido en diversas ocasiones por parte de los Ingleses. Éstos vinieron en el mes de Mayo a robarles, al píe de sus fortalezas y de sus baterías, un galeón ricamente cargado procedente de las  Américas.  Un mes después se presentan de nuevo con la misma audacia y se apoderan de la corbeta de la República La Mutine ”, que había fondeado hacía dos días, creyéndose segura bajo la protección de cinco castillos. Los ingleses, ufanados en obtener éxitos fáciles, no temieron poner en práctica su plan.  Descendieron en medio de la Plaza de Santa Cruz a las dos de la madrugada, y sin el coraje de un puñado de franceses y de aproximadamente 300 hombres del Batallón de Canarias no hubiesen librado la plaza del pillaje y las llamas.

 

Pidieron parlamentar y no tuvieron más recursos que capitular, cuando no les quedaba ninguna esperanza de poder escapar a la venganza del pueblo. Critican al general (Gutiérrez) de haber sacado muy poco partido de una victoria tan efectivamente asegurada; pues no solamente devolvió los prisioneros ingleses sino que les permitió llevarse las armas que hubiesen servido para equipar a soldados provinciales, a quienes a falta de fusiles le entregaron picos. Este desembarco de los ingleses ha servido para hacerles abrir los ojos sobre la necesidad de poner la ciudad y el puerto en estado de defensa.

 

Se debe justicia al Capitán General, que no escatima ningún medio para inspirar confianza a este objeto. Pero al mismo tiempo que se ocupa en salvar la isla de Tenerife, que probablemente los ingleses no atacarán más, se descuida, se abandona la isla de Gran Canaria, que ellos hostigan diariamente. La indiferencia sobre esta isla acaba de costarle a los negociantes de Marsella la pérdida de un navío  armado con cuarenta cañones con una rica carga procedente de Guadalupe. Este barco, cazado por dos fragatas inglesas, se había refugiado bajo las baterías de tres castillos de la isla de Canaria, donde  no se encontró ni pólvora ni artilleros. El equipaje francés, viendo que no recibiría socorro de la parte de estos castillos, resolvió desembarcar para ayudar en el servicio de baterías, pero fue obligado a esperar la pólvora, que se encontraba en mal estado. El ingles tuvo todo tiempo de desamarrar el navío francés, el cual viene de escalar la costa de esta isla de Tenerife. El resto del equipaje se tratará de hacer pasar a Europa lo más pronto posible, con la tripulación procedente del navío bordelés “Le Poisson Volant”, armado, en corso de partir para la Guadalupe , capturado por los ingleses  a la altura del cabo Finisterre.

 

En este momento hago zarpar la goleta americana “Le Ruthy” para transportar a Cádiz otros setenta marineros franceses procedentes de las tripulaciones de “ La Belle Angelique ” y “ La Mutine ”.

 

Espero que esta segunda expedición tenga el mismo exito que la primera.

Salud y Fraternidad                         Clerget=Rubricado

 

 

DOCUMENTO NÚMERO, 6

 

   Del Libro de Acuerdos del Ayuntamiento de La Laguna

 

   En la Ciudad de La Laguna a veinte y tres de Julio de mil setecientos noventa y siete: concurriendo a celebrar Cabildo en razón de la invasión de los Ingleses El Sr Alcalde Mayor por S.M. y los señores Don Lope de la Guerra , Don José Saviñón, Don Antonio Riquel, Don Cayetano Peraza, Don Francisco Bello, Don Miguel Laysequilla, y Don Juan Calderín.

 

Mediante haver su merced el Sr corregidor dado parte de haverse indispuesto y no poder continuar en el desempeño que ha tomado de estar en la cuesta de Santa Cruz con bastante número de Paisanos con cuatro cañones para contener las avenidas de enemigos por aquella parte y que en su virtud este Cabildo depute persona que Exersa sus funciones y pueda capitanear otra tropa de Paisanos, enterado Acordó Deputar como deputa a Don Melchor Prieto del Hoyo para que quedando con cabo y seis hombres en el paraje donde de hallan dichos cañones y polvora  para sus resguardos y cuidados, conduzca desde luego y haga conducir el demas resto de paisanaje pronto y que se aprontare a las órdenes del Exmo. Señor Comandante General de estas Islas con facultad de que pueda obligar a apremiar al paisanaje por todo rigor a que cumpla en esta parte las órdenes sobre que se le dará el auxilio que necesitare fiando la justicia y Regimiento de su celo y honor al Real Servicio y defensa de la Patria el que desempeñará este encargo como corresponda relevándole del otro encargo a que se le habia destinado y dándole copia autorizada de este acuerdo para que lo tenga entendido el paisanaje y los demás a quienes convenga

.

                 

DOCUMENTO NÚMERO, 7

 

Oficio Del Coronel Franchy al Comandante General.

“Exmo  Sor.

 

Aviendo tenido cartas de mi casa. El 23 abisandome se hallava esa Plaza Bloqueada por los enemigos, inmediatamente me puse en marcha para ella a fin de tomar las ordenes de V.E. así para marchar con el Rext.º de mi cargo, benir en su busca, y deseo ocuparme en lo que tuviese por combn.te pero aviendo llegado el 24 a las 11 del dia a la Orotava me detuve a tomar algun alimento a cosa de las 3 de la tarde mas o menos sentí boses y habiéndome asomado me encuentro con el paisanaje que venia contado la completa Victoria que habia obtenido V.E. de que le doy repetidas henorabuenas, con este motivo me restitui en el mismo día a mi destino lo que participo a V.E. para que me ordene lo que fuere de su superior agrado.

Dios gue. a V.E. m.s a.s

 

Vilaflor 26 de Julio de 1.797

 

Exmo. Sr.

Antonio de Franchi

Exmo. Sr. Dn. Antonio Gutiérrez.

 

 

DOCUMENTO NÚMERO, 8

 

    Documento de repartimiento de bienes de María Benítez, hija de Diego Benítez, y nieta de Juan Guaniacas,  guanches del Menceyato de Anaga, segunda mujer de Juan Gaspar, hijo de Gaspar Fernández.

 

    Juan Guanyacas y su hijo Diego Benítez, debieron ser personas de confianza del Adelantado, Juan figura como testigo en algunos documentos públicos de la época. Recibió data de 20 fanegadas de tierras en Axafencte, Geneto, el 16 de marzo de 1505.  Su hijo Diego fue datado con una cueva en Benizo, Corbo y Labisguan, además de tierras en Labisguan y Ajauguan, el 13 de enero de 1513. Las que le fueron confirmadas el 28 de noviembre de 1513.

 

    María Benitez, natural de Tenerife, viuda de Juan Gaspar, natural, difunto, moradora en el valle y heredamiento de San Juan de Güímar, dice que siendo casada  y haciendo vida maridable, ella y su marido tuvieron por hijos a Damiana Hernández, mujer de Mateos Aday, vecino, presente, y a Bárbola Francesa, la cual falleció siendo doncella de 15 años sin hacer testamento, y aunque lo hiciera, María Benítez hereda sus bienes, por ser su madre y legítima heredera.

 

    Por la presente María Benítez y Damiana Hernández, ésta con licencia de su marido, dicen que Juan Gaspar fue hijo de Gaspar Hernández, difunto, natural de Tenerife, suegro de María y abuelo de Damiana Hernández, y el dicho Gaspar Hernández tuvo 4 hijos, entre hombres y mujeres que son: el antedicho Juan Gaspar, Catalina Gaspar, mujer de Rodrigo Pérez, María Gaspar, viuda, y Elvira Hernández, mujer que fue de Juan Romano, ambos difuntos, y es su heredero Lorenzo Hernández, vecino, morador en el pueblo de Ntra. Sra, de Candelaria.

 

    Por fallecimiento de Gaspar Hernández quedaron por sus bienes en esta isla 600 fanegas de tierra, donde dicen Agache, en Archenche y en Risco Bermejo, que están por dividir entre los herederos, asimismo dejó Juan Gaspar un hato de cabras de 100 cabezas. Los cuales dichos bienes que así han heredado aceptaron con beneficio de inventario, y es así que entre los otorgantes y los demás herederos de Gaspar Hernández, de una parte, y de la otra Guillén Betancor, como marido y conjunta persona de Ana Lorenzo, hija y heredera de Luis Velásquez, su padre, difunto, y Marcos de los Olivos, vecino, se pretendía hacer pleitos y diferencias sobre de las dichas tierras, y se concertaron entre ellos y los demás herederos del dicho Gaspar Hernández, de una parte y de la otra Guillén de Betancor, como marido de Ana Lorenzo y Marcos de los Olivos, en esta manera:

 

    Que Guillén de Betancor y Marcos de los Olivos hayan las dos tercias partes de la dichas tierras que hay desde el barranco de Archenche hasta el barranco de los muertos, y una tercia parte para las otorgantes y demás herederos del dicho Gaspar Hernández, menos 10 fanegas que se sacan de esta dicha tercia parte de tierra, lo cual ellos han de haber arrimadas y lindando al barranco de Archenche, de mar a montaña y la parte perteneciente a Guillén Betancor y a su mujer y a Marcos de los Olivos, que son que son dos tercias partes de las dichas tierras y 10 fanegas más caen y lindan con el barranco de los muertos y con la parte que pertenece a los heredero de Gaspar Hernández. También le pertenece a los herederos del dicho Gaspar Hernández las moradas de cuevas que son arriba a el canto del pinar, con que no pueda entrar ganado en las dichas moradas, ni cabras, ni ovejas, ni puercos, según más largamente consta por la escritura y transacción otorgada ante Juan del Castillo, escribano público y uno de los de número de la isla, que fue hecha en la ciudad de San Cristóbal en 2 de octubre de 1573.

 

    Por la presente dan poder especial a Mateos de Aday, vecino, presente, para pedir partición y división de las dichas tierras que están por partir entre los dichos Guillén de Betancor y su mujer y Marcos de los Olivos y sus herederos y entre las otorgantes y de los herederos de Gaspar Hernández, asimismo para pedir partición y división de las tierras donde dicen Risco Bermejo, que son de ellas y de los herederos de Gaspar Hernández, y tomar posesión de ellas y de lo que les fuere adjudicado y pedir la  renta que las dichas tierras han rentado y renten de aquí en adelante. Damiana Hernández dice que cuando se celebró la dicha escritura de concierto entre Mateos de Aday, su marido, y entre lo en ella contenido, Mateos de Aday se obligó a que ella ratificaría y aprobaría dicha escritura dentro de cierto término y de cierta pena contenida en la dicha escritura. Por la presente aprueba y ratifica la dicha escritura. Damiana Hernández declara que tiene 25 años cumplidos.- Hecha en el valle y heredamiento de San Juan de Güímar.- Tgos. Antonio Rodríguez, Juan Gómez, mallorquín y Domingo Hernández, almocrebe, vecs. Y estantes.- Firma: por no saber, Domingo Hernández. 16 de Marzo de 1577. Fol. 778 vº.

 

DOCUMENTO NÚMERO, 9

 

    En el heredamiento de San Juan de Güímar, Sábado 13 de septiembre de 1578.

 

    Catalina Gaspar, mujer de Rodrigo Pérez, moradores en el valle y heredamiento de San Juan de Güímar, vecinos, ella con licencia de su marido y María Gaspar, viuda de Pedro Delgado, ambas hijas legítimas y herderas de Gaspar Hernández, natural de Tenerife, vecino, difunto, y por otra parte Juan Gaspar y Diego Díaz, hijos y herederos de Juan Marrero y de Juana Díaz, su mujer, difuntos.

 

    La dicha Juana Díaz fue hija y heredera de Juan Gaspar, natural, hijo de Gaspar Hernández, hermano de Catalina  y de María. Juan Gaspar estuvo casado con María Díaz, difuntos, del primer matrimonio, abuelos de Juan Gaspar y de Diego Díaz, vecinos que fueron de esta isla, bisnietos de Gaspar Hernández.

 

    En el matrimonio entre Juan Marrero y Juana Díaz, además de los susodichos, tuvieron por hijos a María Díaz, Beatriz  Marrero, Juana, Juan, Pedro y Elvira, por los cuales prestan voz y estarán y pasarán por lo que ellos hacen de sus personas y sus bienes.

 

    Por otra parte María Benítez, vecina, mujer segunda de Juan Gaspar, hijo de Gaspar Hernández y hermano de Catalina y de María  y durante su matrimonio  tuvieron a Damiana Hernández, mujer de Mateos de Aday, vecinos presentes, y a Barbara, que falleció a los 15 años sin hacer testamento y María Benítez como  su madre y heredera de sus bienes y Damiana Hernández, con licencia de su marido.

 

    Por otra parte Lorenzo Hernández, morador en el pueblo de Ntra. Sra. de Candelaria, vecino, hijo legítimo y heredero de Elvira Hernández, mujer de Juan Romano, vecinos difuntos, hija legítima que fue Elvira de Gaspar Hernández.

 

    Todos dicen que entre otros bienes que poseyó el dicho Gaspar Hernández, fueron unas tierras montuosas en el término y comarca de Abona, en que abrá 300 fanegas de tierra de medida de cordel, lindante con el barranco de Icore, con el barranco del Risco Bermejo, donde moró Pedro Delgado, hijo de Pedro Delgado, marido de María Gaspar, por la parte de arriba con el pinar y por abajo con el mar y es así que consintieron y por intercesión de los dichos herederos, Pedro Delgado, vecino, presente, ha desmontado en las dichas tierras 100 fanegas de medida de cordel y la a defendido en justicia en nombre de los dichos herederos de muchas personas que querían aprovecharse de ellas y ha gastado en ello mucho dinero, por lo cual es digno de remuneración y por ello le dan una lomada que se incluye y que está dentro de las 300 fanegas de tierra, lindante con el barranco de Icore, con el barranco de Archaoya, por la parte de arriba el pinar y por abajo el camino que va al bailadero.

 

    Además ocho fanegas de tierra de medida de cordel, lindante con la dicha lomada y con el barranquillo de Archaoya, lo cual le dan libre de censo y tributo y asimismo le dan 5000 mrs. De moneda de Canaria, a pagar de hoy en 20 días a pagar en dineros de contado.-Otorgada en el valle y heredamiento de San Juan de Gúímar, en las casas de la morada de Rodrigo Pérez y de Catalina Gaspar, su mujer.-Tgos. Pedro de Alarcón Beltrán, Juan Rodríguez, hijo de Francisco Rodríguez, capitán difunto, Juan Rodríguez, hijo de Rodrigo Hernández de Candelaria, vecs. Y estantes.- Firma por no saber, Pedro de Alarcón Beltrán. (Ante Sancho de Urtarte)

 

 

DOCUMENTO NÚMERO 10

 

TESTAMENTO DE CATALINA GASPAR

 

    Catalina Gaspar, moradora en el valle de Gúímar, vecina, primera mujer de  Alonso González, difunto, y segunda mujer de Rodrigo Pérez, por estar enferma otorga su testamento. Manda que su cuerpo sea sepultado en la sepultura donde está enterrado su primer marido en el monasterio de Ntra. Sra. de Candelaria y el día de su enterramiento en dicho monasterio y por los frailes de él le digan una misa cantada de cuerpo presente con más 4 misas rezadas de réquiem y después de celebrado el oficio le digan un responso sobre su sepultura, ofrendado de un cántaro de vino y media fanega de trigo.

 

    Iten que le digan las nueve misas rezadas de los nueve días y celebrado el oficio se diga un responso sobre su sepultura y cabo de nueve días que es una misa cantada y  el mismo día otra misa cantada de cabo de año, ofrendado de una fanega de trigo y un barril de vino de diez azumbres, después de su fallecimiento, todos los domingos y fiestas de guardar de un año, en el entretanto que se dojera la misa mayor del día ardan sobre su sepultura 2 cirios, y sea ofrendado de un pan y medio cuartillo de vino, y celebrado el oficio le digan un responso en su sepultura.

 

    Manda para el aumento de la cera del Stmo. Sacramento que está en la iglesia parroquial de San Blas en la Candelaria , un real, para la cofradía del Dulce nombre de Jesús, que está en la Candelaria , medio real, para la obra de Santa Ana, en la Candelaria , medio real, para la obra de Ntra. Sra. del Rosario que está en la Candelaria , medio real,  a la Stma. Trinidad , a la Cruzada , redención de cautivos y a todas las demás mandas forzosas 12 mrs.

 

    Declara que pude haber 60 años y más que se casó con Alonso González, difunto, cuando se casó con él ella no llevó al matrimonio sino algunas alhajas de casa, y su marido trajo por bienes capitales 100 cabezas de ganado cabruno, machos y hembras y el vestido.

 

    Durante su matrimonio multiplicaron más de 1000 de ganado cabruno mayor y menor. 6 o 7 esclavos entre machos y hembras y al presente tiene tan sólo un negro que se llama Pedro de 30 años, después del fallecimiento de Alonso se hizo partición de los bienes que quedaron de su marido, entre sus hijos y ella. La partición pasó ante Bartolomé Joven, escribano público que fue de esta isla.

 

    Dice que puede haber 24 años que casó con Rodrigo Pérez, su segundo marido con el cual al presente hace vida maridable. Él trajo unas cabras salvajes que oyó decir que le daban 90 doblas por ellas, las cuales le daba Antonio González, hijo de la otorgante.

 

    Dice que cuando se hizo partición entre sus hijos y ella se apreció todo en 600 doblas y a ella le tocó 300, así en ganado cabruno esclavo y bestias. Entre los esclavos le cupo el tal Pedro, negro, y al presente tiene unas 100 cabezas de ganado cabruno.

 

    Dice que heredó de Martín Minuto, hijo de Antón González, su hijo difunto, cree que al píe de 60 doblas y hay ganado salvaje de esto. Heredó de si hijo, Melchor, hijo de Alonso González, 120 cabrillas y 20 de ellas las dio a Alonso González, hijo suyo del primer matrimonio, heredó de Miguel González, su hijo del primer matrimonio, una marca de ganado que ya está cobrado. Dice que después del fallecimiento de su primer marido casó a Margarita González, hija del primer matrimonio con Andrés de Llerena, y le prometió y le dio mas 100 doblas en un esclavo llamado Gonzalo y en otras cosas que lo montaron y la mitad de los dichos bienes se los dio de los bienes de Alonso González y la otra de los bienes de la otorgante.

 

    Dice que Alonso González, hijo de Alonso González y de la otorgante, hubo 60 cabrillas que le cupieron por la cuenta de los bienes de su padre. Fallecido Alonso González ella se concertó con Miguel González que porque le guardase las cabras que a la sazón había y que no fuesen al término de la Orotava le daría todas las hembras que nacieran hasta la Navidad primera, y esto fue por el mes de octubre el cual no se atrevió a ello y este mismo partido hizo con Antón González por manera que las hembras que nacieron durante el dicho tiempo son de los herederos del dicho Antón González, y esto declara por descargo de su conciencia y quitar de pleitos a sus hijos aunque Antón González llevó lo que le perteneció. Debe a los heredero de Lorenzo Yánez, 10 12 doblas de ropa de plazo pasado y la ropa fue para ella, se pague,  a Hernando Donis, 100 reales de 2 sayas, se pague, a los heredero de Francisco Rodríguez, el Sardo, en la Orotava , 60 reales de ropa que se tomó para un mozo que tenía en su casa en  soldada, se pague. Nombra albaceas a Rodrigo Pérez, su marido, le mejora en el remanente del quinto de sus bienes.

 

    Nombra herederos a Catalina Alonso, su nieta, hija de Antón González, su hijo, a Alonso González, Francisco González, Juan Gaspar, Salvador González, Marcos González, Gaspar González y a Margarita González, mujer de Andrés de Llerena, difunto, por partes iguales con tanto que si Margarita quisiera heredar sus bienes traiga a colación lo que la otorgante le dio de su parte.

 

    Anula y revoca todo cualquier testamento y codicilo y poder que antes haya otorgado. Otorgado en el valle y heredamiento de Gúímar. Ahora se acuerda que Rodrigo Pérez, su marido y ella tomaron a renta 30 cabrillas de Gaspar González, su hijo, puede haber 10 o 11 años. Manda se le den 36 cabrillas por las que se le deben y  lo que han rentado.- Tgos. Lope Báez, maestro de azúcar, Pedro de Alarcón Beltrán, Melchor Afonso, Juan Afonso y Diego Afonso,vecs. Y estantes.- Firma por no saber la otorgante, Pedro de Alarcón Beltrán. Protocolo de Sancho de Urtarte. Fol. 1.159 vº. Domingo 6 de septiembre de 1579.  

 

 

Canarias, febrero de 2012.    

    

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