OBSERVACIONES A UNA SERIE DE ARTÍCULOS DE DON FERNANDO BÁEZ 

 

     

EN TORNO A LA RELIGIÓN DEL PUEBLO GUANCHE (VI-IV)

 

   

Chaurero n Eguerew

 

 

ELLA NO ES EL. IV.II

 

 Diosa Chaxiraxi Diosa negra

 

Otra imagen dicen haber aparecido en la playa de Abo­na, de alto de poco más de un palmo, que la llaman Nuestra Señora de Tajo. Todas las cuales he visto y las tienen en mu­cha veneración y refieren algunos milagros de ellas, que por no ser de mi intento, no los escribo…

 

Sin estas imágenes que aparecieron, hay otras de mucha devoción y que hacen muchos milagros.

 

Nuestra Señora de Guía está en el mal país de Isora, en­tre Santiago y Adeje, que es imagen de mucha devoción y de quien se refieren milagros. Alonso de Espinosa.” 1980: 79-80)

La Diosa Abona se veneró como Virgen de la Luz , si bien era más conocida popularmente por topónimos relacionados con el templo de Tajo y de Abona. Sin embargo, también se le dio título de Virgen de Candelaria. Posteriormente el clero católico fue transformando algunos de estos oratorios privativos en templos cristianos y sustituyendo su estatuaria por imágenes de santos.  

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A la izquierda: Nuestra Señora de Luz  de Guía de Isora, guardada en el convento de clausura de las Concepcionistas Franciscanas de Garachico, Tenerife (S. XVI).

 

La foto de la derecha muestra el cuerpo de la imagen compuesto de un Betilo de madera al que se han añadido una cabeza y unas manos, como hemos visto en páginas anteriores, el betilo es de las primeras representaciones de la Diosa Madre Universa, en la Isla Chinech aún perduran varios de ellos compuestos de piedras amontonadas o de un solo bloque y de formas cónicas.

 

Obsérvese que el vestido de la imagen está adornado con Estrellas de Ocho puntas al igual que lo está el manto de de la Diosa-Madre Chaxiraxi.

Por lo que respecta al santuario de Abona, se reseña que eran importantes las peregrinaciones de gente del norte de la isla, así como los que venían del actual

Escobonal y Fasnia, quedando aún en el recuerdo de nuestros mayores las espléndidas fiestas que se celebraban en el mes de septiembre en la Punta de Abona. (Francisco Castellano).

En cuanto a la imagen de la Diosa (o Virgen) de La Luz de Guía de Isora no deja de ser interesante la transformación a que fue sometida y las leyendas “piadosas” de que ha sido rodeada.

Actualmente existen dos imágenes, la llamada Virgen de la Luz de Guía garachiquense y la Virgen de la Luz en Guía de Isora.

 

Diosa de La Luz o de Guía en Garachico.-

 

José María Mesa Martín en un interesante artículo en torno a un lienzo de la imagen de la virgen de Guía, posiblemente elaborado en las primeras décadas después de la invasión de la isla, su descripción nos proporciona una serie de detalles indicativos de que el mismo refleja a la primitiva imagen de Nuestra Diosa-Madre Chaxiraxi. Según expone el autor en su artículo: “Este cuadro de la Virgen de Guía tiene un enorme valor documental, pues sería el único retrato conocido (a excepción del estandarte conservado por las monjas de Garachico) de la antigua imagen a la que se le dio culto en el Malpaís de Isora durante el siglo XVII y XVIII, y evidencia que la pequeña escultura de escasos treinta centímetros que custodian las monjas en la Villa y Puerto nada tiene que ver con ésta.

 

La figura de la Virgen se recorta sobre un fondo de paisaje idealizado, donde aparecen por los lados dos símbolos del paisaje isorano: el Chaorra o Pico Viejo, y el Santuario de la Virgen al pie de un frondoso pino, especie vegetal que debió rodear la ermita hasta bien entrado el siglo XIX, pues también en un dibujo de Álvarez Rixo efectuado en 1832 aparece otro ejemplar arbóreo de este tipo, en las proximidades del templo.

 

La rica cinta negra ciñendo la cintura y una rosa de plata en la mano fueron los atributos iconográficos que definieron a la Virgen de Guía, elementos más que significativos teniendo en cuenta que la imagen no tenía niño, al parecer durante el siglo XVI, ni gran parte del XVII…

 

La Encarnación , que sirvió a los marinos y navegantes como soporte iconográfico al que le rindieron veneración como Virgen de Guía o Luz, o del Buen Puerto, o de Puerto Seguro, borrando estas advocaciones de su antigua iconografía, máxime teniendo en cuenta que a partir de 1684, a la Virgen se le coloca un Niño Jesús en los brazos, conviviendo desde entonces los atributos de Virgen Madre, con la rosa (símbolo de fertilidad y fecundidad), y con la cinta (distintivo propio del estado de buena esperanza).

 

[…]la pequeña y tosca escultura conservada en el convento Concepcionista de Garachico, de la que podemos decir que, si bien todo apunta —como hemos visto— , a que ésta no pudo ser la que estuvo al culto en el templo isorano durante el siglo XVII y XVIII, sin embargo, no hay motivos que puedan argumentar que esta diminuta imagen no fuera la hallada en los albores del siglo XVI en los protohistóricos auchones del Malpaís de Isora, justo en medio del barranco, entre el emblemático Tagoro y Chajajo: un mundo, un espacio, y un culto ancestral, vedados para la Historia. (José María Mesa Martín)

 

Diosa o virgen de La Luz de Guía de Isora

 

El boticario español, destinando en Los Realejos, Cipriano de Arribas y Sánchez, nos relata el “hallazgo” de la denominada virgen de Guía, la cual como otras imágenes de este tipo son representaciones de la Diosa-Madre Chaxiraxi veneradas por nuestros antepasados y usurpadas por el catolicismo como hemos visto. Veamos el relato de Arribas y Sánchez, el cual como es de esperar en este tipo de narraciones católicas está sazonado con la inevitable leyenda “piadosa”:

 

“Por el año 1670, una señora de la familia de los Pontes -de Garachico- acompañada de un fraile, su capellán y un criado partieron del valle Santiago hacia el barranco de lxora donde aún no existía ninguna vereda. Guiando la señora y atravesando un terreno cubierto de tabaibas, cardones, balos y otros diversos árboles añosos, entre piedras de lava, llegaron al sitio que hoy ocupa la iglesia, donde hicieron alto y se les apareció un pastor semisalvaje, el que refirió á los viajeros que allí cerca de él, por una veredita, iba y venía á menudo un perro como queriendo indicar alguna cosa; entrándoles la curiosidad dirigiéronse todos al ignorado sitio al que el perro guiaba. A él llegado, detúvose gruñendo el cán con los ojos dirijidos á un objeto que dentro de una cuevecita divisábase. Arrodilláronse y notaron entonces una pequeña imágen que recojida fué trasladada á la choza del pastor. La señora tomó la imágen por su cuenta, ofreciendo hacerla en el llanito de Ixora una capilla y además hacer venir el agua desde la cumbre, cuyas ofertas cumplió. Cuando Garachico fué inundado de lavas ardiendo, del volcán que le destrozó, invocaron á dicha imágen, ofreciendo traerla á la población si cesaba la corriente, con gran pompa y procesión; acaeció así y todos los años sucesivos celebrábanla su fiesta, con lo que agrandó mucho el naciente pueblo que se denominó por esta causa de Guía. Cada cinco años traíase la imágen de Guía á Garachico en pública procesión, con gran ruído y parrandas, por cuyo motivo se la llamó de los borrachos, y á consecuencia de estos hechos suprimióse tan larga y alegre romería. Los de Garachico á puro trabajar consiguieron de los de Guía que la primitiva imágen la tomaran los de Garachico y los de este pueblo les dieron en cambio otra nueva y mayor.

 

Los Brieres y los Pontes disputáronse luego en el pueblo de Garachico la posesión de la imágen, cortándose al fin la polémica depositando la virgen en el convento de las monjas Claras, donde hoy existe. (Cipriano de Arribas y Sánchez, 1993:128-129)

 

Diosa o virgen de La Luz en Los Silos

 

El origen de la imagen de la Diosa o virgen de La Luz   de Los Silos como las demás imágenes de esta advocación está rodeado de varias  “historias piadosas” de misterio y grandes dosis de leyenda popular inculcadas por el clero católico. Cuentan algunas crónicas que la imagen fue “encontrada” por un pescador llamado Simón González de Herrera en 1521, en las costas de Garachico. Otras –como hemos visto-afirman que se encontró en Adeje y, al intentar trasladarla a La Orotava, una tempestad obligó a recalar en Garachico, de nuevo nos encontramos con un pescador de los que faenaban por las costas sur de la isla.

 

El manto de la imagen, bordado en hilo con temas de hojarasca y flores, está fechado entre los siglos XVI y XVII y presenta aberturas para las columnas del baldaquino cuando se saca la imagen en Romería. Muy probablemente se trata de uno de los primeros mantos de la imagen.

 

De cualquier forma, la imagen que preside la parroquia en la actualidad es posterior a la de origen. Entre los valores artísticos de la talla actual, destacan algunos detalles que dejan entrever un cierto clasicismo: la idealización del rostro, el perfil rectilíneo de la nariz, los párpados semicaídos.

 

Durante la Romería dedicada a esta advocación en la tradición popular se habla de los famosos bailes del tajaraste y el corrido así como algunos cuentos de brujas, en los que los sucesos maravillosos ocurrían en la noche con ruidos desconocidos, bailes y transformaciones de mujeres en animales domésticos, claras reminiscencias de antiguos cultos guanches demonizados como es habitual por la confesión imperante.

 

“Los romeros llegaban de todas las localidades de la Isla.

 

Estudiar el tema de los romeros es estudiar la historia de los caminos y veredas que conducen al lugar. Caminando y los más potentados en mulo o caballo, debían llegar en el día de la víspera al pueblo, pernoctarían en casa de algún conocido o pariente, o al aire libre, y retornarían a sus lugares de procedencia después de la Romería del día principal.

 

A Los Silos se venía a eso: a divertirse, sin que se olvidara y se relegara a segundo término los actos litúrgicos, teniendo éstos su culminación en la «despedida de los romeros a la Virgen », cuyo emocionante acto tenía lugar al llegar procesionalmente la Imagen de Ntra. Sra. de La Luz al puente chico, en que los ajijides entablaban acusado duetto con la lluvia de voladores.” (Álvaro Hernández Yanez)

 

La cuestión del niño

 

Un tema poco estudiado en la imaginería de la Diosa Chaxiraxi es la presencia del niño en su brazo derecho, esta claro que normalmente las madres portan a sus hijos pequeños en el brazo izquierdo de manera instintiva como medida de protección en caso de caída o cualquier otros imprevisto y así esta representado en las imágenes de bulto en la estatuaria católica exceptuando las matronas entronizadas romanas representaciones de la Diosa Isis las cuales tienen al niño sentado sobre su muslo izquierdo o bien centrado en su regazo. Posiblemente sea este el único caso en la imaginería religiosa católica en que la Virgen sostenga al niño en el brazo derecho.

 

Si observamos con detenimiento la postura del brazo izquierdo de la imagen así como la de la mano vemos que no es adecuada para sostener a un niño, de hecho el infante esta en una postura forzada y es sostenido por una pierna y, de no estar anclado al cuerpo de la figura mayor indudablemente que caería al suelo por simple gravedad.

 

Ello nos induce a creer que originariamente la imagen de la Diosa no portaba una figura infantil en su mano derecha, ya que la posición de la mano nos indica que esta concebida para sostener otro símbolo, posiblemente una esfera, un ave o una flor, es indicativo el que el niño sostenga en su mano un pájaro dorado uno de los símbolos de la Diosa. Si bien esta hipótesis no se puede apoyar con documentación específica, si existen referencias testimóniales que inducen a sospechar que el primitivo icono no tenía añadida la figura de un niño.

 

Como hemos visto el documento procesal del 30 de diciembre  1588 del llamado pleito de los naturales, en una de sus exposiciones dice: “…que estaban las andas quebradas por los empellones que los dichos Regidores e Trujillo habían dado a los que la llevaban que un Niño Jesús había caído en tierra e quebrádose un brazo, por causa del dicho Trujillo e los demás…” .  Observemos que recoge que un niño Jesús había caído en tierra, no dice el niño Jesús, esto nos indica que o bien el niño Jesús estaba separado de la imagen o que de estar unido a la misma el amarre a la figura central era tan improvisado o defectuoso por lo que se desprendió con el simple  bamboleo de las andas, prueba evidente de que la figura del niño originalmente no formaba de la escultura.

 

Otro ejemplo nos lo ofrece el investigador José María Mesa Martín como queda dicho en su trabajo en torno a la imagen de Diosa de La Luz o de Guía en Garachico: “La rica cinta negra ciñendo la cintura y una rosa de plata en la mano fueron los atributos iconográficos que definieron a la Virgen de Guía, elementos más que significativos teniendo en cuenta que la imagen no tenía niño, al parecer durante el siglo XVI, ni gran parte del XVII, …”

 

Es significativo el hecho de uno de los atributos de esta imagen sea precisamente una rosa. La rosa fue venerada por los sumerios, cretenses, egipcios y otras civilizaciones antiguas. Siempre estaba dedicada a la gran Diosa Madre. La denominación “reina de las flores” procede de Safo de Lesbos (600 a .e.a.), poetisa que dedicó su vida a la Diosa del amor, Afrodita. 

 

La rosa se convirtió en el símbolo por antonomasia de la naturaleza femenina, por eso la Gran Diosa Madre de Frigia fue la que los romanos llamaron Cibeles, en sus fiestas los romanos anegaban a Cibeles con lluvias de rosas.  Las rosas son símbolos antiguos del amor y de la belleza. 

 

La rosa era sagrada para un número considerable de Diosas de la antigüedad, y se utiliza a menudo como símbolo de María madre de Jesús.

 

Digamos de pasada que la rosa como símbolo también está documentada en otra de las Diosa negras en Canarias, concretamente en su aspecto como Virgen de Las Nieves en Benahuare (La Palma), una de las primeras imágenes de la Diosa venerada en las Islas, igual que la Diosa Chaxiraxi en Chinech la imagen de Las Nieves-que como hemos dicho es un aspecto catolizado de la Diosa Abora-, ya contaba con santuario propio antes de la invasión y conquista de la Isla por los mercenarios castellanos.

 

Según José Guillermo Rodríguez: Ya en la Bula del Papa Martín V, fechada en Roma el 20 de noviembre de 1423, quedaba demostrada la existencia de un templo dedicado a la imagen bajo la advocación de “Beatae Mariae de La Palma”.[1]

La imagen que es de terracota ha sufrido los avatares del tiempo lo que ha obligado a tomar medidas protectoras, una  de ellas fue embutirla dentro de una especie de “percha triangular de corte barroco” o de una suntuosa campana textil, de donde sólo asoma la cabeza de la Virgen. Sus manos y el Niño son postizos. Así quedó configurada su iconografía tal y como la conocemos en nuestros días.

En las grandes solemnidades el niño es desplazado de las manos de la estatua y estas sostienen una gran rosa de oro macizo.

Como curiosidad, unas líneas referentes a la Virgen negra de Regla ubicada en el templo de Los Remedios en los Llanos de Aridane, uno de los aspectos más significativos de esta talla consiste en que el niño es blanco, la explicación que dan para esta singularidad es que originalmente no tenía Niño Jesús, sino que le fue puesto, por eso es blanco y, curiosamente, el niño tiene una rosa en sus manos.

 

La vestimenta de la Diosa Chaxiraxi

 

Hacia finales del siglo XVI en la metrópoli ocurrirá una circunstancia que resultaría muy trascendental. Al parecer, la Reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II, encargó al imaginero jienense Gaspar de Becerra la reproducción en imagen de candelero de un lienzo de la Virgen de la Soledad o de las Angustias que la reina trajo consigo de Francia. Una vez concluida la talla, se vistió con el traje de la Condesa viuda de Ureña, Camarera Mayor de la Reina, exhibiéndose en la Iglesia conventual del Buen Suceso de Madrid. 

 

Por esta razón las Vírgenes cuyas advecciones sean Dolores, Soledad o Angustias desde entonces suelen vestir de negro, luciendo el atuendo típico de una mujer viuda de la época de Felipe II, en lugar de la indumentaria hebrea que sería la más rigurosamente histórica.

 

En esta colonia era frecuente que colonas y criollas en sus testamentos dejasen algunas prendas de vestir a determinadas imágenes de su devoción, e incluso prestar vestidos para adornar las imágenes en fechas determinadas,  sobre el particular el investigador Carlos Rodríguez Morales, recoge un interesante documento: “En 1568 Juan Salvago ordenó en su visita a la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios de La Laguna que “no se le pidan ropas prestadas ni se le pongan a la ymajen de Nuestra Señora porque no es justo que las ropas que se le pusieren las traygan después ningunas mujeres”, expresando también que “por quanto algunas mujeres por su deboción dan algunas ropas de  paño y lienço para la dicha ymajen y porque no es justo que lo que ellas an sudado y traído se pongan a la ymajen mando que las tales ropas que así se dieren que ayan sido traídas por algunas mujeres y se dieren para la dicha ymajen se bendan y lo que por ellas se diere se compre otra cosa para la dicha ymajen”. Pero esta actitud —que demuestra cierta formación y el reconocimiento de los valores plásticos— no tuvo eco en el pueblo, que se inclinó generalmente a sobreponer vestidos suponiendo incluso que la propia Virgen compartía esta preferencia.”

 El fraile Alonso de Espinosa nos lego una reseña de la vestimenta representada en la talla original de al Divinidad en los siguientes terminos:

“Está en cabellos, sin toca ni manto, y es todo el cabello dorado, con muy lindo orden compuesto y en seis ramales trenzado y por las espaldas tendido. Tiene un lindo niño al diestro lado, desnudo y con ambas manos asido de un paja­rito dorado. Este niño está sentado sobre el brazo derecho de la imagen, y en ella lo tiene con la mano. En la otra mano izquierda tiene un pedazo de vela verde de la misma made­ra, del tamaño de un jeme, y un agujero encima para poder añadir más vela.

 

Está vestida a lo antiguo, con una ropa toda dorada des­de la garganta hasta los pies, entera sin abertura alguna, y en el collar, que es bajo, sobre el oro tiene este letrero de letras latinas coloradas:…

TIEPFSEPMERI

Está el oro tan perfecto, tan bien asentado y bruñido, que ningún oficial lo hará tan bien, y atréveme a decirlo por­que lo entiendo.

 

En la orla, o fimbria desta ropa, abajo, de la misma ma­nera, tiene estas letras:

EAFM * VRENIN1 *  FMEARE

No van todas, porque para dar por reliquias creo le han quitado un pedazo desta falda con la peana.

 

Asoma también un poquito del pie izquierdo

juera de la falda, con mucha gracia calzado con xervilla colorada.

 

La bocamanga de ia mano izquierda, con que tiene la vela, tiene ni más ni menos este letrero, que dice:

LPVRVNENVPEPNEIFANT

Tiene ceñida esta ropa por debajo de los pechos (los cuales a un lado y a otro hacen muy gracioso bulto, y se muestran), con una cinta azul, y con letras de oro en ella, que son:

NARMPRLMOTARE

El manto tiene caído sobre los hombros y asido por los pechos con un cordón colorado largo como un xeme, y su lazada a la mano izquierda. Es el manto azul períectísimo, sembrado de florones de oro por delante y por detrás.

 

La orla es de oro bruñido con letras latinas antiguas, co­loradas, y las de la mano derecha son:

      OLM *  INRANFR *  IAEBNPFM *  RFVEN NVINAPIMLIFINVIPI *  NIPIAN

Las letras de la orla de la mano izquierda:

        FVPM1RNA  *  ENVPMTI  *  EPNMPIR »   VRVIVINRN APVIMFRl   »   PIVNIAN    *  NTRHN

Por lo bajo de la orla del manto, a la parte trasera, dice asi:

NB1MEI  *  ANNEIPERFM1VIFVF

Esta es la descripción desta santa imagen, que tantos años ha que en esta isla apareció, y con haber hoy ciento y noventa años que apareció y haberla traído de un cabo a otro y sacado mil veces en procesiones, y vistiéndola y desnu­dándola, que no puede dejar de manosearse, está el día de hoy, 25 de octubre de 1590 años (que para haber de hacer esta relación la vi desnuda),[2] tan linda, tan hermosa, y los co­lores, oro y matices, tan perfectos, como si hubiera pocos días que se hubiera hecho. Una cosa me admira desta santa ima­gen, que es digna de admiración y se maravillará quien la considerare, y es que, estando sin ropas y compostura, sino de la suerte que apareció, tiene el rostro tan proporcionado (según geometría) con su estatura, que no hay más que pe­dir, y vestida como ordinariamente está, acrecentándole casi tres palmos a su tamaño y estatura (cosa de admiración) está tan perfecta cual todos vemos, que no lo tengo por peque­ño milagro.” (Alonso de Espinosa 1980: 76-78).

La talla actual es de candelero o de vestir es decir, se compone de una cabeza y unas manos sujetas a un armazón de madera, (aspecto que la mayoría de los fieles ignora) sustituye a la anterior que fue arrastrada a la mar por el aluvión de 1826. Fue realizada por el escultor orotavense Fernando Estévez Salas (1788-1854), en 1827.

Esta imagen está sobrecargada de ricas vestiduras y alhajas donadas por los fieles durante generaciones, fruto de una piedad mal entendida pero muy bien orientada y promovida por el clero católico, que ha hecho posible que tanto esta imagen como otras muchas del archipiélago hayan acumulado fabulosos tesoros, los cuales periódicamente suelen sufrir  ciertas reconversiones siempre en detrimento de lo atesorado, pero que con las posteriores donaciones de los fieles suelen reponerse hasta la siguiente reconversión.

 

Una tónica constante en estas imágenes de candelero es que la vestimenta de las mismas siguiendo las técnicos teatrales del catolicismo tratan de impresionar al espectador con una presentación realmente ostentosa de los iconos aún en aquellos templos enclavados en zonas profundamente deprimidas y paupérrimas, como una sangrante contradicción con lo que se predica y lo que se practica.

 

Por otra parte, debemos señalar que las vestimentas de las imágenes de la Candelaria configuran un triangulo, representación universal de la Diosa Tanit , uno de los aspectos de la Diosa Madre más extendido en nuestro archipiélago

Dicho sea de paso la “piadosa” práctica de las mandas testamentarias es una cuestión que ha sido muy sostenida por la iglesia católica desde los primeros siglos de su existencia, conforme esta recogido documentalmente, pero en especial en la edad media, fueron las herencias ya en el siglo 4, el fraude en las herencias por el entonces papa Dámaso, fue tan terrible que incluso tuvo que intervenir el emperador.

Para no entrar en sospecha de herejía cada fiel después de su muerte, dejaba una parte de su herencia para las obras pías de iglesia católica, además determinadas ordenes religiosas estaban especializadas en la busca y captura de sustanciosas herencias a cambio de supuestamente  librar el alma del difunto de las calderas de Pedro Botero. Porque incluso un muerto podía ser acusado de hereje, para robarle toda la herencia a sus descendientes.

Además el sospechoso de herejía, bajo ciertas condiciones no recibía un lugar en tierra consagrada. Bajo esta presión moral, aumentaban las tierras de la iglesia.

El papa Alejandro III dispuso ya en 1170, que ningún testamento sería válido, si no fuese hecho en presencia de un clérigo católico. Las herencias testamentarias valían, según la iglesia católica como un medio fiable para reducir el tiempo en el purgatorio.

 

Vemos un ejemplo para nuestras Islas recogido por el Dr. Bethencourt Afonso:

 

“Mandas Episcopales, (En la parroquia de Betancuria. 1666).

“Que los párrocos procuren se abran por la justicia secular los testamentos, porque si los pobres difuntos dejaron sufragios a perpetua o “ad tempore» si han estado en el purgatorio por el descuido de no cuidarse de ello”.

 

 “Que no salga la cruz de la parroquia a buscar el difunto sin que primero esté el testamento en poder del colector o del párroco”.

 

“Que los herederos y albaceas, cuando el que muera tiene bastante hacienda, sean liberales en sus sufragios”.

 

“Cuando el que muere debe más que lo que tiene, si los herederos o albaceas piden pompas fúnebres, se les contestará que lo paguen ellos de su casa”.

 

“Funerales. Póngase en público, tabla de sus derechos”.

 

Adagio episcopal: “Párroco con miedo, perro sin provecho; perro que ladra, guarda la cabaña). (Bethencourt Alfonso, 1985:254)

 

Así el miedo a los eternos castigos infernales hacía que las personas enfermasen, si no aportaban a la iglesia un buen montón de dinero. Hasta hoy en que muchos fieles se les induce a continuar comulgando con piedras de molino.

   

“Menhir” tallado en madera localizado en la Isla Benahuare (La Palma).

 

Mayo de 2011.

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En torno a la religión del pueblo guanche (III)

En torno a la religión del pueblo guanche (II)

En torno a la religión del pueblo guanche (I)


 



[1] Existen otras imágenes femeninas que se cree estaban en la Isla antes de la invasión y conquista, encontradas en árboles y covachas que están en poder de algunas familias de La Palma.

[2] “Desnuda” se refiere sin los ropajes añadidos a la imagen.