OBSERVACIONES A UNA SERIE
DE ARTÍCULOS DE DON FERNANDO BÁEZ
EN
TORNO A
A
los muchos cuidados se siguen sueños, y en el mucho hablar no faltarán
sandeces
Eclesiastés.
Chaurero n Eguerew
RELIGIOSIDAD GUANCHE (V-II)
3- 3. (2) PRECISIONES SOBRE LA
RELIGIÓN DE LOS GUANCHES
(Continuación
de la entrega anterior)
1490 (s.d.).
Córdoba (f.50). Orden a Pedro de Vique, vecino de
Jerez de
1492
13 de julio. En Valladolid,
los reyes católicos extienden albalá a favor de Alonso de Lugo, vecino
de Sevilla, asegurándole que si en el término de un año, a contar desde
primero de Octubre de 1492, da por terminada la conquista de
Además en la misma fecha los reyes le
prometen en concepto de ayuda para la conquista de la isla de
1493.
Alonso Fernández de Lugo y sus tropas de mercenarios y excarcelados,
desembarcan en el puerto de Tazacorte, en la isla Benahuare… A partir de este
momento, comenzó el saqueo inmisericorde de la isla capturando y esclavizando
a los nativos tanto de los bandos guerra como de paces, los cuales fueron
remitidos a los mercados esclavistas de España, conjuntamente con las pieles de
los ganados depredados, orchilla y demás despojos.
Los
continuos desmanes que los invasores conquistadores que quedaron en la isla,
cometían en los atribulados hawaras, acabaron por agotar la proverbial
paciencia de éstos, quienes decidieron alzarse contra el férreo dominio de los
extranjeros. Estando Lugo, enfrascado en la invasión de la isla de Chinech
(Tenerife), recibió noticias de la rebelión de los benahoritas o hawaras y no
queriendo ausentarse de esta isla, envío como su lugar teniente a la de
Benahuare (
1493.
El mercenario y esclavista Alonso de Lugo solicita a los Tenancas awuaras un
grupo de jóvenes como rehenes. Suponiendo que serían educados en la corte,
para ser exportadores de la lengua y hábitos de la metrópoli, a la colonia,
buscó “22 mochachos e muchachas”,
hijos de nobles locales. Embarcados en compañía del conquistador, arribaron a
Puerto de Santa María en febrero de 1493, siendo
vendidos de inmediato, mientras los padres hacían la guerra, al servicio de
Castilla.
1493.
Alonso de Lugo urdió una patraña, que le permitió comercializar masivamente a
los awuaras. Les acusó de traición abortada. Según Lugo: Tras prometer
convertirse a la “santa fe católica”, se confabularon a sus espaldas, para
“dar en el real” de los castellanos, “e lo desbaratar”. Enterado Lugo
por sus espías, lo impidió, absteniéndose de castigarlos, a la espera de
reales instrucciones. Interesada la reina Isabel la catolica en el negocio, dio
crédito al infundio, haciendo regalo sustancioso a su capitán, para abrir la
veda de awuaras: “nos le hezimos merced
de ciento cincuenta cautivos, de los que fueron en la dicha traición”.
A
este cúmulo de atrocidades el cantor de las católicas glorias de Isabel I de
Castillas y sus capitanes mercenarios, Andrés Bernáldez cumple su deber, al
decir que la isla de Palma, (Benahuare) habitada por gente “bestial”, no fue
“señoreada” ni pacificada, “de otra nación” ni persona, hasta que la
conquistó Alonso de Lugo, consiguiendo “despojo”
de 1.200 “ánimas de varones e mujeres, chicos e grandes” y 20.000
cabezas de ganado, ovejuno y cabruno.
1493
Febrero 28. Barcelona (f. 28).
Incitativa al conde de Cifuentes don Juan de Silva, alférez mayor, miembro del
Consejo y asistente de Sevilla, para que entienda en la petición de Alonso de
Lugo sobre los quintos de esclavos y
otras cosas de La Palma concedidos por el rey para la conquista de dicha isla…
1493
mayo 1. En la rada de Añazu n Chinech
(hoy Santa Cruz de Tenerife), con el ánimo de saquear la isla tal como había
hecho con la de Benahuare (
Desesperado
Alonso de Lugo tras la derrota de Acentejo más que por los resultados de la
batalla, por la imposibilidad de hacer frente a sus acreedores al no haber botín
de guerra que comercializar, urdió la manera más infame para hacerse con 300
cautivos.
Tal
como recoge el frayle Espinosa: […] Este fue el fin de la primera jornada que
los españoles hicieron en esta isla; y aunque fue afrentoso, fue suceso de
guerra y cosa que pudo ser sin culpa de los hombres, faltándoles la fortuna.
Ruin dejo fue, pero más ignominioso lo dejaron a su parada de infidelidad con
sus amigos; y fue que, enviando a llamar a sus aliados y amigos los del Reino de
Güímar, con engaño y doblez dándoles a entender que era para dar orden de
que el rey de Taoro no les hiciese daño en sus tierras, por estar confederados
con ellos y haberles ayudado en la batalla, mientras volvían a rehacerse
creyendo ellos ser así, vinieron de paz muchos, condoliéndose de su pérdida.
Y
convidándoles los españoles para que entrasen en sus navíos a verlos, estando
dentro, alzaron velas y llevaron a España gran cantidad de ellos, para venderlos por cautivos, pensando restaurar su pérdida con este
inhumano hecho y fuera de toda razón. Algunos déstos que fueron vendidos para
esclavos…(Fray Alonso de Espinosa, 1980:103).
1494.
Benahuare (La Palma) Francisca de Gazmira (Francisca palmense, S. XV y XVI).
Las promesas realizadas por el futuro Adelantado Alonso
de Lugo a los awaras (palmeros) que hubiesen ayudado en la conquista,
asegurándoles vida y haciendas, son rotas sistemáticamente por la parte
invasora, que llevada de su codicia requisa
ganados y esclaviza a pàlmeros, empleando como excusa falsas rebeldías, a
numerosas personas de los bandos de paces. La actividad de Francisca de Gazmira
está documentada a partir de 1494, denunciando ante la Corte los abusos de que
era objeto la población hawara. Entre los hechos denunciados destaca la selección
entre los distintos bandos de 25 muchachos de ambos sexos para enviar como
rehenes a los Reyes católicos y más
tarde vendidos como esclavos; grupo al que seguiría, cinco meses más
tarde, otro compuesto por más de cien personas que sigue idéntico fin, sin mencionar los
constantes robos de ganados de que son objeto estos bandos…
1494 abril.
Alonso Fernández de Lugo, antes de iniciar la invasión reglada o conquista
formal de la isla de Tenerife, decide llevar a cabo uno de los actos de piratería
a los que tanta afición tenía, para ello desplaza una escuadrilla de navíos
piratas hacia la costa norte de la isla, y amainan velas a la vista remota de
los dominios del gran Kebehi Benchomo. Al anochecer ordena que la flota se
aproxime a la costa y, amparándose en la oscuridad, desembarca hombres y
caballos. Al amanecer inicia la razzia por los poblados y auchones de la zona,
cuyos habitantes, tomados por sorpresa, se vieron imposibilitados para la
defensa. El botín obtenido por el pirata
fue cuantioso; 140 mujeres y niños que fueron remitidos a la isla de
1494
24 de enero. El esclavista Ibone de
Armas se querella contra el pesquisidor Francisco Maldonado por causa de las
extorsciones de que fue víctima en 1492 en diversas entradas que tuvieron por
escenario las islas de
1494
24 de enero. El colono y esclavista
portugués establecido en Titoreygatra (Lanzarote) Lope de Salazar, se querella
contra el pesquisidor Francisco Maldonado ante el Consejo de Castilla: … y que
podría aver seys meses, poco más o menos, quél avia ydo a saltear, e que tomó
fuera de los dichos límites tres
canarios del grand rey, el qual tiene la dicha isla por enemigo e contrario
sin tener con él consideración alguna de paz, e dis que los dichos canarios
pudieron ser tomados dentro de los dichos límites, pues no eran del vando de
Anaga”…
1494.
Francisco Palomar mercader genovés y “vecino de la ciudad de Valencia”, que
se encontraba en Gran Canaria, amigo y socio del mercenario Alonso Fernández de
Lugo, al que compró 87 esclavos guanches capturados en Güimar, y que serían
vendidos luego en la referida ciudad del levante español.
1494.
Febrero 12. Valladolid (f. 85).
lncitativa al asistente de Sevilla don Juan de Silva, conde de Cifuentes, para
que dé cumplimiento de justicia a Juanoto Berardi y Francisco de Riberol,
estantes en dicha ciudad, que dicen haberse concertado con Alonso de Lugo,
vecino de Gran Canaria, para la conquista de
1494 junio 25. El baile de
Valencia comisionaba a
un alguacil
para que
se presentara en
el puerto de
la ciudad
de Denia y
se incautara
del timón
y las
velas de la nave de un
mercader que había traído
de Canarias 45 esclavos, de los
cuales había vendido
ya algunos
sin pagar los
impuestos requeridos. No es
difícil identificar
a este aprovechado mercader
con Benavides (pues no hay en
todo el
año una presentación
de tal cuantía), que
tres días más
tarde comparecía
ante la
corte de la bailía para pagar el tributo acostumbrado, del que no había
conseguido escapar. (Vicenta Cortés)
1494,
junio 28.
Valencia.-Benito de Benavides,
mercader del Puerto, presenta
42 cautivos:
Alganaxsega, de
28 años;
Beneyguay, de
28; Beneygacim, de 12; Sosala, de 6; Algaratia, de 12; Algayaguar, de
10; Agalaf, de
10; Mode, de 8; Tenaro, de 7;
Nast, da 13; Benonar, de
8; Facu., de 13; Vhoim, de
13; Gurfe, de 13;
Besay, de
7; Beseloh; de
18: todos ellos varones; Cachiney,
de 25 años; Cachina, de 30; Attenagasi, de 20; Argayagada,
de 20; Benafoho, de
30; Attagaregui, de 40;
Tagatay, de 20; Tagayacte, de 22;
Atenayoctno, de 25; Attanatda, de 35; Adiisoda,
de 30; Achordue,
de 25;
Atocatnagui, de
25; Atantanam, de
22; Atanasguguga,
de 22;
Actanistaya, de
24; Tentagays,
de 20; Tetagursa, de 25;
Attissa, de 20; Atenata,
de 25; Amhmatisa,
de 30, todas hembras.
Alguaseiga, de
26 años, natural
de
1494
agosto 12 Comparecía en el mercado de
esclavos de Valencia Miguel Sanz
Escuder, factor y procurador del
lugarteniente del tesorero
del rey, Alfonso Sanchís, para presentar un
lote de 65 guanches que habían
sido apresados en su tierra, trasladados desde allí a
1495.
Se vendieron solamente en Valencia 109
esclavos canarios, de los
cuales 40
consta que
eran de
la isla
que se
estaba conquistando (Chinech); 13 aparecen
sin procedencia determinada
y 56
forman una partida que el
mercader de la ciudad Juan Viño
presentaba en nombre de Alfonso Sanchis.
1495
febrero. “Don Fernando e doña
Ysabel, etc. A vos el nuestro govemador de
1495
Febrero 28. Madrid (f. 49). Orden al
bachiller Fajardo, gobernador de Gran Canaria, para que informe al Consejo sobre
la demanda presentada por la canaria Francisca de
1495
marzo 4.
Real Cédula. Don Fernando e doña
Ysabel, por la gracia de Dios rey e reyna de Castilla, de León etc.… Sepades
que Alonso de Lugo, nuestro capitán de la conquista de la ysla de Tenerife, y
Niculido Angelat y Guillelmo Blanco y Francisco Palomar y Mateo Viña, armadores
de la dicha armada y conquista de Tenerife,… ”otrosí es nuestra merced que
non se pague alcavala alguna de los dichos cabtyvos y de los ganados y otras
cosas qualesquier que qualesquier personas, asy de cavallo como de pie, sacaren
de tierra de moros, en tienpo de guerra, y las vendieren en estos nuestros
reynos, de la primera venta que dellos hisieren… sygund que en ella se
contiene, asy en lo que toca a los dichos esclavos y cabtyvos, que los
susodichos enbiaren a vender o para sus casas de los de la ysla de Tenerife,
como sy fuesen de cavalgadas que se hisiesen en tierra de moros…
1496 enero 2. En Valencia, Melchor Codo vendió dos
cautivos, y el día 4, Gaspar Rull subastó
nueve esclavos guanches.
1496.
En la primavera, el duque de Medinasidonia remitió un segundo navío desde Sanlúcar
al campamento de Añazu, con harina, bizcocho, aceite y vino, sumando 748.840
maravedís, a la ya extensa deuda que Alonso de Lugo tenía contraída con dicho
duque. Como parte del pago entregó una carabela confiscada a no se sabe a
quien, valorada por el propio Alonso de Lugo, en 200.000 maravedís y
280 esclavos canarios, que mandó al Guzmán, en diferentes partidas. Además
en el posterior reaparto del botín de guerra le adjudicó al Duque de
Medinasidonia cuatro leguas cuadradas, entre los “ríos” de Abona y Abades,
con 1.500 fanegas de sembradura y agua para regarlas.
1496
octubre 12.
Alonso de Lugo suscribe un nuevo contrato con un grupo de mercaderes de esclavos
entre los cuales se contaba el clérigo católico Nicolas Angelate, quienes a
cambio de sus aportaciones económicas serían los encargados de introducir en
los circuitos comerciales ibéricos a los guanches una vez esclavizados.
El
punto más delicado del concierto era el relativo al reparto del botín,
porque se prestaba a ocultaciones y escamoteos. La redacción de estos capítulos
está presidida siempre por una desconfianza absoluta en los procedimientos
del conquistador. Alonso de Lugo había de dar peder a sus socios,
en presencia de escribano público y testigos —con objeto de que “non haya
frabde nin engaño”—, para que éstos personalmente o aquellos que fuesen
sus mandatarios pudiesen “pedir et demandar en juisio o fuera de él e
rescibir, e recobrar, en su nombre e para ellos, qualesquier esclavos e ganados
e otras cosas pertenescientes a la dicha conquista.
Otro
extremo que le interesó a Alonso de Lugo dejar bien claro era el referente
a ciertos esclavos que había “gastado” en pagar determinados servicios
preparatorios de la conquista o en recompensar ayudas extraordinarias
en el desarrollo de la misma. A Gonzalo Suárez de Quemada le había
dado “catorze o quince esclavos” por haber acudido a Castilla “a
conçertar
la venida de la gente del duque de Medina Cidonia”.
1496
Noviembre 21. Burgos. Carta de comisión
para que se resolviese por arbitraje las diferencias surgidas entre Alonso de
Lugo y los socios armadores el reparto del botín de la invasión y conquista de
Chinech (Tenerife.)… que los dichos mercaderes hizieron ciertos asyentos e
capitulaciones sobre la conquista de la dicha ysla de Tenerife, de quel dicho
Alonso de Lugo tova cargo, e cierta forma e conciertas condiciones contenydas en
los dichos asyentos e capitulaciones; e que as y sobre las cosas que se hizieron
en la dicha conquista como en los
esclabos e ganados e otras cosas…
Vamos
a concluir estas notas en torno a
las tropelías cometidas por los católicos invasores contra el pueblo guanche
las cuales alcanzaron tal magnitud que incluso el conocido cantor de las nostálgicas
grandezas imperiales españolas y convencido católico practicante, el profesor
don Antonio Rumeu de Armas exclamó: “El trato dispensado por Alonso de
Lugo a los indígenas merece la repulsa general.
Esta desatentada conducta tenía
a la fuerza que provocar una
corriente de opinión favorable a los mismos, cuyo eco se dejó sentir
inmediatamente en la corte, promoviendo las consiguientes medidas protectoras”.
(A.
Rumeu de Armas, 1975: 403-4)
Y
continua narrándonos algunos hechos relativos a la esclavización de nuestros
ancestros guanches pertenecientes tanto a los bando de guerra como a los
denominados de laces:
“Las
víctimas legales del conquistador fueron los guanches de los bandos de guerra, reducidos masivamente a esclavitud y desterrados a la metrópoli para
su venta en los mercados públicos. Varios
miles de indígenas nativos de
Tegueste, Tacoronte. Taoro. Icod y Daute tuvieron esta triste suerte. Las víctimas arbitrarias fueron múltiples guanches de los
bandos de paces, capturados como represalia
por supuesta deslealtad o infidencia. Esta medida afectó en mayor escala a los
indígenas de Anaga, Abona y Adeje, y en número mucho más reducido a los de Giiímar. (A.Rumeu de Armas, 1975:404)
“Una
vez finalizada la conquista, los atentados contra la libertad de los guanches
de las paces fueron reiterados. Véanse como ejemplo las denuncias que formula contra esta censurable
actuación Francisco de Albornoz, «para guardar su ánima y conciencia» de los
remordimientos que le embargaban: “Se le acuerda al tiempo que se ganó la
isla, él fue conquistador, y después de ganada, el gobernador hizo llamar y traer
ante sí algunos clérigos, estando en el reino de Taoro, hasta cien almas de guanches de esta isla,
los cuales eran del reino de Tegueste, y estaban subidos en un risco de la
sierra diciendo que querían ser cristianos. Venidos ante el gobernador y los clérigos,
los bautizaron y tornaron cristianos, y, después
de bautizados, los
hicieron embarcar forzosamente y los llevaron a vender, y algunos de ellos vendieron en la isla. Esto
parece al testigo contra razón, porque decían que querían ser cristianos y vivir en su
tierra, y no les fue hecha justicia.” (A.Rumeu de Armas, 1975:404)
“En
cambio, lo que no tiene perdón fue la fechoría cometida con los guanches
de Abona, Adeje y Anaga, por la triple circunstancia de pertenecer
a los bandos de las paces, la ocultación perpetrada al obispo de Ruhicón-Canaria
de las perversas intenciones de captura a traición, y, lo que es aún más
grave, la artera y sacrilega maniobra de utilizar un siniestro sicario disfrazado
de prelado para sucios fines de lucro a costa de indefensos seres-humanos.
En
1497 había estado en Tenerife, en visita pastoral —como acabamos-de referir—, el obispo de Rubicón-Canaria
don Diego de Muros, circunstancia que aprovechó para impartir personalmente el bautismo a
infinito número
de guanches. Pues bien, véase ahora lo que nos revelan dos testigos
de cargo.
El
primero, Alonso de las Hijas, confiesa “que... los canarios de Abona e
Adexe... heran de paçes, e avían servido a Sus Altezas al tiempo de la conquista...
contra los otros canarios que heran en deservicio de Sus Altezas;
e el obispo asimesmo los mandó venir diziendo que se viniesen a tornar christianos,
y ellos vinieron a la iglesia seguramente, en que serían más de doscientas
ánimas,
y el obispo los tomó christianos; y a la ora después de ser christianos, el dicho adelantado [Alonso
de Lugo] los mandó encerrar en una casa, donde los cautivó e los vendió, los quales davan vozes e reclamaban
diziendo que heran christianos servidores de Sus Altezas, que cómo hera aquello que los vendían, e
los llevaron a Valencia e a Barcelona e a otras partes...”
Más
repugnante es la declaración de Francisco de Albornoz. Este destacado milite atestigua: “Después no
se ha guardado justicia; especialmente otra vez, al dicho tiempo, el adelantado
[Alonso de Lugo] hizo traer ante sí a los guanches del reino de Anaga, unas
doscientas ánimas entre hombres y mujeres, los cuales eran de paces, y en la
conquista ayudaron a conquistar a los otros en favor de Sus Altezas. No se acuerda sí
los tornaron cristianos o no, pero vio cómo los
cautivaron y enviaron a vender. Y asimismo al dicho tiempo, el adelantado
hizo parecer ante sí hasta doscientos guanches del reino de Adeje y de las paces, que
asimismo ayudaron a conquistar los otros. En esta manera y con tal engaño que como
estaban escarmentados de lo pasado, pusieron en un corral, cercado de piedra,
un hombre (que
se dice Sepúlveda) y cubriéronlo de ropa y dijeron que el adelantado les
llamaba para que viniesen a tomar cristianos, que estaba allí el obispo, y
al momento que los tuvieron dentro en el corral, los
cautivaron y los repartieron
y embarcaron por cautivos”.[1]
Hoy
sabemos, por las denuncias que luego se formularon, que el número de los
cautivos de los reinos de las paces pasaron de mil de los cuales
permanecían en Tenerife, en 1498, unos trescientos. Otro
importante grupo de guanches horros los tenía ocultos, en sus posesiones de
Sanlúcar de Barrameda, don Juan Alfonso de
Guzmán, duque de Medina Sidonia; era parte del precio de la colaboración prestada en la conquista de la isla.” (A.Rumeu
de Armas, 1975:404-6)
Ante
los desmanes del Adelantado y sus correligionarios la metrópoli decide poner
coto y encomienda al gobernador
colonial de Gran Canaria Lope Sánchez de Valenzuela, recién designado
para dicho cargo, tomó posesión del mismo en mayo de 1498. “Poco tiempo
más tarde, en el mes de julio, se trasladaba a Tenerife para dar cumplimiento
a su comisión, siendo recibido por el teniente Fernando de Trujillo, durante
una momentánea ausencia en
De
cómo y con qué seriedad se llevó a efecto esta importante comisión tenemos pruebas en las propias lamentaciones de Lugo: «Que Lope Sánchez
trajo una carta del Rey y Reina, y la hizo apregonar en la isla de Tenerife.
Que traía consigo un guanche canario, que andaba de casa en casa
de los vecinos alborotando el pueblo y diciendo que todos los guanches
eran horros, así los que venían en la carta como todos los otros.” (A.Rumeu
de Armas, 1975:408).
Es
evidente Sr. Baez que el “contacto” entre religiones a que alude en su
escrito ha enriquecido-y no espiritualmente precisamente-, a la religión
contactante, en nuestro caso la católica con la guanche, a costa de la
esclavitud, el total sometimiento y depredación, cercenación de las raíces
espirituales y culturales de de la religión contactada.
El
poseer una licenciatura en historia-o en cualquier otra especialidad-, no
presupone un marchamo de calidad y mucho menos una patente de corso en la
Historia colonial de Canarias, actitud adoptada por ciertos círculos académicos
dependientes y autoerigidos en únicos detentadores de nuestro devenir histórico,
ocultando, ninguneando o tergiversando la realidad histórica colonial de
nuestra matria con lo que han hecho posible que en pleno siglo XXI, en la era de
las comunicaciones de masas, esta sociedad canaria continúe comulgando con
ruedas de molino.
Continuará…
Abril
de 2011
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