TEJINA
DE TEGUESTE
TOMADO
DEL LIBRO INEDITO:
EL
MENCEYATO DE TEGUESTE: APUNTES PARA SU HISTORIA
CAPITULO
V
(PARA
ESTA SEPARATA)
Eduardo
Pedro García Rodríguez
Industria
En 1948 se ponen en marcha las destilerías que llevan el
nombre de San Bartolomé, el patrón de Tejina
que en cada agosto recibe de los vecinos la ofrenda alzada de los corazones. Los
gestores de esa forma animaron a los propietarios de terrenos para que fueran
acostando al pie del surco los trozos de caña. La compra de la cosecha, al
peso, se hizo sin reparos, y se empezó a moler en un improvisado trapiche, que
instalan junto al hoy instituto que lleva el nombre del científico Antonio González
y del que muy pronto se trasladan al actual emplazamiento, en el camino hacia
Primero
hicieron azúcar moreno y miel de caña. Luego vendría el ron, el blanco y
ambarino néctar, que calienta más que la parra y tiene una medida diferente a
la del vino.
Grandes y
chicos trabajaban en los momentos de mayor exigencia. Después del corte llega
el rito alegre de cargar los camiones y echarse un cacho de caña a la boca,
para recuperar fuerzas y calmar la amargura del trabajo. Manuel de León,
clarinete de
Destilerías
de San Bartolomé llegó a recibir 6 millones de kilos anuales, hasta que en
1984 se dejó de plantar. Unos años antes se había perdido el mercado
africano, al que se enviaba el producto a granel en barricas.
San
Bartolomé se ha reafirmado comercialmente bajo su denominación Cocal. La
modernización en el sistema de embotellar llegó a la fábrica, que
inicialmente requería 30 personas para sacar 300 cajas al día, y en la que hoy
con tres operarios consigue 15.000 botellas a la hora. (Zenaido Hernandez)
Cooperativa
agrícola de Tejina
En octubre
de 1947 se aprobaban los estatutos y se nombraba la primera Junta Rectora de
Desde
entonces han pasado sesenta años, y la entidad ha querido conmemorar dicho
aniversario con la elaboración de una investigación en la que se analice su
evolución histórica, desde sus inicios hasta la actualidad. Un estudio en el
que se ponga de manifiesto la importancia de
Esta
publicación conmemorativa ha sido estructurada en siete capítulos. Se ha
optado por realizar un análisis temporal y no temático.
Las
distintas secciones y apartados del texto responden a los hechos y
circunstancias más relevantes que han influido en el devenir de la cooperativa
durante los sesenta años de su historia.
En el capítulo
inicial, “Los primeros pasos, 1947-1950”, se estudia la formación de
esta entidad agraria atendiendo al contexto socioeconómico de ese momento. La
cooperativa se fundó en 1947, recién terminada
dificultades
y posibilitar un futuro algo más halagüeño.
El segundo
capítulo, “La primera gran expansión, 1950-1960”, viene referido al
posterior crecimiento que experimentó Cosecheros de Tejina con la incorporación de nuevos socios, ya que durante ese
decenio se pasó de 33 a 244. Pero este proceso trajo consigo aparejado un
cambio de actividad principal, con el inicio de la comercialización de plátanos
en sustitución de las exportaciones de tomates. Todo ello provocó importantes
reajustes en sus estructuras productivas y organizativas para adaptarse a la
nueva realidad a la que tenía que hacer frente.
Durante los
años sesenta,
Por tanto,
a las mejoras introducidas en la comercialización y en el suministro de inputs,
La década
siguiente podemos caracterizarla como “Una etapa de transición” en
la que
Los años
ochenta y los comienzos del decenio posterior fueron testigos de una nueva
expansión de las actividades de la entidad, de ahí que el capítulo
correspondiente se titule, “Plátanos, hortalizas y flores”.
Efectivamente,
a las dos secciones constituidas en el seno de
La
modificación del protocolo de adhesión del Archipiélago al Mercado Común en
1992, significó la plena integración de las Islas en
Sin
embargo, ello no fue óbice para que la entidad atravesara una de sus etapas más
complicadas, debido al deterioro de la actividad agrícola de las Islas, en
general, y de sus socios, en particular.
En el capítulo
final, que hemos titulado “
No quisiéramos
terminar estas páginas sin hacer constar una serie de merecidos
agradecimientos. En primer término, a
Industrias
agro alimetaria
Anteriormente,
esta cooperativa- en su búsqueda por crecer y mejorar su producción para
adaptarse a los cambios y a las exigencias dentro de los mercados locales y de
terceros países- se le había otorgado la utilización de este sello en el área
hortofrutícola, concretamente, en: Papaya, aguacates, calabacines, melón,
pepinos y pimientos dulces entre otros. En respuesta a si los consumidores
canarios conocen este símbolo, Tejera respondió que “existe un gran
desconocimiento de lo que significa este distintivo. Por eso es importante que
se realicen campañas informativas para que den a conocer que las producciones
que lo lleven son netamente canarias y, que con ello, se están incentivando los
productos locales y la rentabilidad de quienes trabajan en el sector
agropecuario, y por tanto, a una parte de la economía canaria”.
En
Tejina como en todo territorio
dedicado a la agricultura, el agua es fundamenta, es un bien sagrado, que en
ocasiones no sabemos aprovechar, situación que para Tejina
refleja el Doctor en geografía y ex Consejero de Agricultura del Cabildo
colonial de Tenerife Vladimiro Rodríguez Brito en un interesante articulo
publica en Diciembre de 2012, el cual reproducimos a continuación;
“Vivimos
en una sociedad con poca memoria. Solo miramos por lo inmediato, lo coyuntural.
No le damos ningún valor a lo pequeño, lo local, lo nuestro, el esfuerzo, el
trabajo; solo prestamos atención a lo virtual, “la modernidad”, sin raíces,
sin mirar hacia atrás a nuestra historia, a nuestra cultura.
Tejina
se sitúa en la zona de contacto de los materiales antiguos
de Anaga y las lavas recientes que
cubren el valle de Tegueste. Allí,
junto a una pequeña fuente que aflora donde el barranco de Agua de Dios abrió
una ventana en el cauce, nació el pueblo de Tejina.
En los
inicios del siglo XX se construyeron primero una acequia de tierra y luego de
mampostería para alimentar charcas de barro entre el barranco y la zona de
Porlier. Esos precarios depósitos de agua para regar fueron construidos bajo la
dirección de maestros venidos de Tamaraceite
y San Lorenzo, en la vecina isla de Tamarán.
En años
posteriores, se construyó una presa de mampostería gracias a una sociedad de
regantes del barranco, con su correspondiente canalización hacia la costa de Tejina
y Valle de Guerra, implantándose cultivos de tomates, plátanos y otros
regadíos de la zona. En los años treinta del pasado siglo, llegaron a la zona
importantes caudales de las galerías procedentes del valle de Güímar
por el canal de Araca y
posteriormente Río Portezuelo. Gracias a ello, la comarca se convirtió en uno
de los emporios más importantes en el cultivo de tomates y plátanos de
Tenerife.
La crisis
de valores del mundo agrario que hemos sufrido en las últimas décadas ha
dejado gran parte de las infraestructuras agrarias infravaloradas o
infrautilizadas: la presa cargada de sedimentos, algunos canales en estado
ruinoso, charcas de barro en abandono.
La cultura
agraria ha perdido totalmente su valor, y la sociedad vive de espaldas al
entorno donde se asienta. Es incomprensible que hace apenas dos meses hubiera
serios problemas ante la falta de agua de riego en la zona. El agua de algunos
pozos es de una calidad muy problemática.
A ello se
suma que en estos momentos agua de buena calidad corra por el barranco hacia el
mar, olvidando las importantes infraestructuras de aprovechamiento construidas
cuando éramos pobres.
Mientras,
amplias fincas y estanques carecen de actividad agraria, tierras balutas al fin
y al cabo, con una tasa de paro muy preocupante y sufrimos limitaciones en el
suministro de alimentos frescos. Tenemos una grave falta de cultura agraria; las
instituciones y el sistema educativo y formativo tienen mucho que hacer.
Hemos de
recuperar una cultura del ayer que puede alumbrar el mañana; tenemos en Tejina
numerosos maestros, como don Domingo González, que son una biblioteca de la
historia y la cultura y sobre todo del conocimiento del medio.
Los duros
caminos que han abierto los tejineros en tiempos no tan lejanos parece que
tendremos que volver a abrirlos, cortando y limpiando de zarzas y pese a la
burocracia alejada de la realidad.
La producción
de alimentos y la cultura de la tierra nos obligan a optimizar cuantos recursos
tenemos en las Islas. Lo que está ocurriendo en la costa de Tejina
y otros puntos de las Islas nos obliga a recordar el famoso proverbio chino
atribuido a Confucio sobre enseñar a pescar de hace ya más de dos mil
quinientos años.
El estado
de los canales y estanques abandonados, con el agua de los barrancos terminando
en el mar, nos indica que algo funciona mal en nuestra tierra; hasta hace unos años
esto era un vergel agrícola. Hemos de reconducir esta situación. El sudor de
la frente, el trabajo y la sabiduría popular son una alternativa al paro y a
las tierras abandonadas.
Hagamos de
esta tierra un pueblo socialmente más justo y ambientalmente más sostenible.
Gracias, don Domingo.” (W. Rodríguez Brito)
Al pasar
por la carretera que lleva de la ciudad
de
Como éste
caso hay otros tantos en Tenerife, situaciones en las que la
capacidad de almacenaje se deja de lado en beneficio de la gestión de galerías
que pertenecen a sociedades privadas. La entidad Balten, del Cabildo de
Tenerife, embalsa agua sobrante en diversas charcas cuyas obras se financiaron
con dinero público, pero que suelen albergar el excedente de galerías
privadas.
Luego,
en épocas de estío, cuando el agua de riego se hace más necesaria, nadie
se acuerda de aquellos metros cúbicos que discurrieron barranco abajo
por Tejina u otros sitios de la isla.
¿Es bueno prepararse para tiempos de
sequía? (Rafael González).
Una
desaladora para Tejina
La
sequía, el exceso de flúor en el agua de consumo y la subida del precio del
caudal procedente de las galerías y los pozos de
El
Cabildo de Tenerife ha sacado a información pública tanto la planta de
desalación de agua de mar de Tejina,
para la que hay una primera partida de 5,5 millones de euros, como la red de
riego y mejora de la planta depuradora de esta zona del municipio, con una
partida de 8,1 millones de euros.
Ambas
infraestructuras permitirán aumentar los caudales de los que dispone el
municipio tanto para el riego de fincas, parques y jardines, como para el agua
del grifo para los vecinos. El agua desalada abastecería a las cosechas y las
viviendas, mientras que las aguas residuales tratadas servirían para la
vegetación de los espacios públicos.
La
desaladora de Valle de Guerra lleva más de una década entre los planes del
Consejo Insular de Aguas, órgano dependiente del Cabildo. En 2001, impulsar
esta obra era visto como la "única manera" de garantizar el
abastecimiento y el suministro de agua para uso urbano, agrícola y turístico.
Su instalación estaba prevista sobre la plataforma costera lagunera a
Sin
embargo, su construcción se ha ido retrasando hasta que ahora el invierno más
seco de los últimos 60 años y las llamadas de alerta de los agricultores de
La
capacidad de desalación de esta estación será de 5.000 metros cúbicos (dos
piscinas olímpicas) de agua de mar al día y se prevé que se puedan ampliar
hasta 10.000 metros cúbicos al día en un futuro. Esta agua se elevará hasta
Finca El Pico para abastecer a Tejina,
Valle de Guerra y Bajamar, y luego se elevaría hasta el casco de
Según
el proyecto, son varias las razones por la que el nordeste precisa de forma
urgente esta instalación. En primer lugar figura la sobreexplotación del acuífero
de
Ante
esta situación, la tendencia en los últimos años ha sido aumentar la
explotación de los pozos costeros. "Sin embargo, ya es tan alta que la
solución ya no puede venir de este tipo de explotaciones". Además, el
documento precisa que "el excesivo bombeo de algunos pozos ocasiona la
intrusión de agua de mar con la consiguiente pérdida de calidad".
Embalses
De ahí que la gran solución sea la obtención de agua desalada a través de
una planta propia en el lugar que permita incrementar el caudal del servicio con
agua de calidad tanto para la agricultura y la ganadería como para el consumo
humano. (Laura Docampo).
Molinos
de gofio
En Tejina
afortunadamente aún quedan dos molinos de gofio establecimientos conocidos y
con tanta tradición como el Molino de Gofio Raúl y el Molino de Gofio Doñana,
una visita a estos molinos a cualquier hora del día deja claro que el consumo
de gofio sigue siendo muy apreciado.
La
capacidad emprendedora de los tejineros de pone de manifiesto también en esta
actividad, con la renovación de esta industria, diversificando la oferta de
productos elaborados en sus instalaciones, las calidades y cualidades del
producto se han ido diversificando hasta adaptarse en los últimos años a las
nuevas necesidades de los consumidores.
En
su carta aparecen combinaciones de todo tipo, desde el tradicional de trigo
hasta otras mezclas como el de millo; el de trigo, millo y cebada; el gofio de régimen;
las harinas de repostería; y hasta un gofio realizado con cinco cereales y dos
legumbres.
“Los
cambios en los hábitos alimentarios han
provocado que su demanda y consumo corresponda más a una cuestión de
“memoria colectiva”, que a una necesidad y apetito por él. Paradójicamente,
si bien es cierto que el consumo local desciende y como consecuencia de ello y
de otros factores, cierran un número importante de molinos en las islas, no es
menos cierto que a la par y como producto del proceso de globalización y del
ingenio de algunos de estos empresarios molineros, éstos han extendido su
influencia e incrementado su producción en nuevos mercados y creado nuevos
consumidores foráneos. En la actualidad, el consumo del gofio ha dejado de ser
patrimonio de consumidores locales y rurales para serlo de otros más globales y
urbanos, pasando de ser un elemento esencial en la alimentación diaria en el ámbito
doméstico a un consumo más esporádico y prácticamente fuera de casa, con
excepción de los momentos festivos.
Con la
aparición de estos nuevos consumidores urbanos, se crean en cierta medida unas
nuevas relaciones entre el campo y la ciudad, de modo que el “consumo de
gofio” en las establecimientos de restauración, evoca de alguna forma la
vinculación con la tierra, con “lo nuestro”.
En la
variedad está el gusto
En la
actualidad, existe una gran diversidad de tipos de gofio que se ha incrementado
tanto como la capacidad de los molinos de producirlos.
Y es que,
aunque los ingredientes sean más o menos los mismos en la mayoría de los
molinos, en su elaboración influyen múltiples factores: el grado de tueste que
se le dé al grano, la cantidad de sal que se añada, la separación de las
muelas en el momento de la molturación, la fórmula de proporción de granos
(cereales o legumbres), entre otros. La combinación de cualquiera de estos
elementos es lo que hace que cada molino sea en
sí un
laboratorio con sus propias “fórmulas magistrales”.
Algunas de
ellas pertenecen al patrimonio familiar y otras son producto del ingenio del
molinero o molinera.
De esta
manera, cada molino proporciona al gofio características diferentes según sea
la presencia mayor o menor de unos u otros elementos que intervienen en las
mezclas y las exigencias de la clientela: un color más o menos tostado, un
sabor más o menos equilibrado, así como una textura agradable al paladar. Ello
es debido a que, aunque los molinos son pequeñas o medianas industrias, la
elaboración del gofio sigue siendo una actividad artesanal.” (Alberto
García Quesada).
La mediana y pequeña industria en Tejina esta
en auge no sólo para atender las necesidades locales sino que además prestan
sus servicios en otros punto de la isla, así tenemos multitud empresas
transformadoras de productos agrícolas, de talleres de mecánica del automóvil,
carpinterías de aluminio y madera, gasolineras, empresas de construcción etc.,
etc.
Tradición
molinera en Tejina
A Jesús
Hernández Alonso, Suso, como es conocido en Tejina, el oficio de molinero le viene de atrás. Desde la época de
su tatarabuelo materno existía un molino de viento en la zona de El Ramal.
De allí
pasó a la zona cercana a la presa que va hacia Bajamar, y se movía con agua
“cuando los inviernos eran inviernos”. En Tejina,
su abuelo regentó el molino y utilizaba un motor de gasoil, hasta que en 1948
llegó la electricidad al pueblo. Los motores eléctricos de entonces siguen
funcionando hoy en el molino de gofio.
Este año
se cumplen 15 años en los que Jesús lleva regentando el Molino de gofio Raúl
(así es como se llamaba su padre) y en el que junto a él trabajan otras dos
personas más.
Lo que
distingue a este molino es que en él el gofio que se produce (en sus diferentes
variedades –trigo, millo, trigo y millo, cinco cereales, de garbanzo…) se
refina dos veces, lo que se nota mucho en el sabor. El negocio funciona a través
del boca a boca y su propietario afirma que “no hay problemas con la
competencia”, al referirse al otro molino que hay en Tejina, “porque cada uno mantiene su calidad, su clientela, y en
general existe buena comunicación”.
Cierto es
que la actual crisis alimentaria se está notando en la venta diaria del molino,
además de que la edad media de los consumidores de gofio es superior a los 65 años.
Este molino
está vinculado a la Asociación de Productores de Gofio de Canarias, y su
propietario reconoce que hay bastante desunión entre los productores, sobre
todo los molineros que envasan gofio están “muy condicionados por los precios
que imponen las grandes superficies”, motivo por el cual reclama una mayor unión
entre los molineros.
El futuro,
lo ve “un poco incierto, pero no creo que vayamos a desaparecer”, al tiempo
que cree necesario “un apoyo real de las instituciones”. (Alberto García Quesada)
Equipamientos
sociales
Tenencia
de Alcaldía de Tejina. En marzo de
2008 el Ayuntamiento de
Para
ello, el entonces concejal de zona, Juan Antonio Alonso, y la edil de Obras e
Infraestructuras, Aymara Calero, comprobaron estuvieron al frente de estas
labores, que persiguen mejorar las condiciones en las que se presta este
servicio administrativo del ayuntamiento a los pueblos de Tejina,
Bajamar y Punta del Hidalgo.
El
sábado 13 de marzo de 2012 abrió sus puertas el nuevo Centro Ciudadano
del pueblo de Tejina, un nuevo y
moderno lugar de encuentro para todos los tejineros.
Este Centro
Ciudadano cuenta con un ambicioso equipamiento comunitario, de diseño arquitectónico
vanguardista, que cuenta con una superficie útil de 765 metros cuadrados
distribuidos en tres alturas. Está situado entre las calles Venecia,
Paulino Sanz y la carretera general, ocupando la parcela del antiguo ambulatorio
situado a la entrada al pueblo.
El citado
centro dispone de tres plantas y tiene un carácter multifuncional, de manera
que personas de todas las edades puedan disfrutar de sus prestaciones, pudiendo
acoger de manera simultánea actividades de ocio y tiempo libre, cursos y
talleres o reuniones de colectivos sociales, entre otras actividades.
En la
planta baja se ubica el salón de actos con capacidad para 104 personas, un aula
para los diferentes colectivos ciudadanos, dotada con dos equipos informáticos,
una sala de encuentro, así como el puesto del dinamizador responsable del
centro.
En la
primera planta se encuentran cuatro aulas de formación para adultos, además de
un aula infantil o ludoteca, con acceso independiente, que está dotada con
mobiliario y baños adaptados para niños y su propio espacio exterior para el
juego con pavimento de caucho exterior.
La segunda
planta dispone de dos aulas más, además de una sala de estudios, con
ordenadores y acceso a Internet, y de una terraza exterior preparada para
actividades al aire libre con una superficie de 70 metros cuadrados.
Centro
de Salud de Tejina
La
Consejería de Sanidad y Consumo del Gobierno de Canarias inició la prestación
sanitaria en el nuevo Centro de Salud de Tejina,
en lo que al área de urgencias se refiere, estando prevista la apertura
definitiva para este lunes, 11 de noviembre.
El
centro está situado en la carretera general y tiene previsto atender a unos
10.201 usuarios, de los que 8.377 son adultos y 1.824 pacientes pediátricos.
Se
trata de un inmueble de cuatro alturas, que ocupa una superficie de 3.131 metros
cuadrados y que contó con un presupuesto para su ejecución global de 1.527.696
euros.
La
planta baja está destinada a la entrada de ambulancias, el área de urgencias,
la sala de educación maternal, sala de curas y otra de extracción de muestras.
Además, albergará dos consultas polivalentes, sala de observación, área para
médicos, una sala de fisioterapia y zona administrativa.
Área
de atención
En
la planta alta se localizan las consultas de Medicina General, Pediatría,
Matronas, siete de enfermería y una de trabajadora social. También contará
con un despacho de salud pública, veterinaria y farmacia.
La
nueva instalación estará dotada de biblioteca, aseos adaptados, sala de juntas
y archivos. Los sótanos albergarán los aparcamientos, el almacén, así como
el grupo electrógeno y el cuarto de accesorios.
Tejina
cuenta con una Residencia
geratria de carácter privado,
Ha sido diseñada hasta el último detalle para facilitar
la vida cotidiana a los residentes, con amplios espacios
luminosos, mobiliario ergonómico y unas cuidadas instalaciones.
La residencia se estructura en diversas unidades de convivencia.
Las habitaciones, con baño completo y adaptado, se pueden decorar al gusto del
usuario y cuentan con un completo equipamiento: camas articuladas eléctricas, prácticos
armarios con cerradura, teléfono y toma de televisión.
Capítulos anteriores:
Menceyato de Tegueste - Tejina (IV)
Menceyato de Tegueste - Tejina (III)
Menceyato de Tegueste - Tejina (II)
Menceyato de Tegueste - Tejina (I)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (y IX)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (VIII)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (VII)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (V)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (IV)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (III)
Menceyato
de Tegueste - Valle de Guerra (II)
Menceyato
de Tegueste - Valle de Guerra (I)
Continará
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