TEJINA
DE TEGUESTE
TOMADO
DEL LIBRO INEDITO:
EL
MENCEYATO DE TEGUESTE: APUNTES PARA SU HISTORIA
CAPITULO
I
(PARA
ESTA SEPARATA)
Eduardo Pedro García Rodríguez
Tejina
Tejineros/as
Es
un Achimenceyato del Menceyuato de Tegueste
y actual pueblo costero del nordeste de la isla Chinech
(Tenerife) perteneciente al municipio de La Laguna. En el año 2010 contaba con
más de 7.000 vecinos.
El
origen del topónimo no esta suficientemente dilucidado, por lo que se viene
prestando a diversas interpretaciones, unas recurriendo a las tan socorridas
leyendas cuando no se dispones de fuentes documentales que justifiquen el origen
del nombre, otros emiten afirmaciones sin mencionar las bases documentales
escritas u orales en que sostener sus asertos, así la cuestión vamos a
reproducir algunos de estos planteamientos y que el lector asuma aquel que crea
más fiable.
Tejina
(Tehina o Tewinu) = esta (de las) viviendas. En todo caso tienen una pronunciación
y sonido muy diferente a como suena en castellano. (Según Suarez Rosales)
El
investigador Buenaventura Pérez Pérez
recoge dos topónimos referidos a Tejina
en los siguientes términos: Tejyne,
Rf: BPP-1.229/C. Dª Ten: Año 1504. Ofc. Tejina,
en Guía de Isora.
Tenejía:
(teg/lag) Rf: 1.232/C. Variante de
Tehangía, este topónimo lo sitúa entre tegueste
y La Laguna, por lo que cabe la posibilidad de que se refiera a la actual Tejina.
Algunos
autores dejando volar su fantasía afirman que el topónimo
Tejina, proviene de una mujer
guanche que se enfrentó a la invasión portuguesa de la zona.
Historia
de la Princesas Guamasa, leyenda moderna de autor anónimo donde se hace mención a
una supuesta Princesa Tejina:
”El antiguo pago de Guamasa del
lugar de Tacoronte debe su origen a
una historia de amor que se remonta al tiempo de los guanches. Guamasa
y Tejina eran hijas de Acaymo, éste descendiente de Rumén y nieto de
Tinerfe el Grande. Acaymo fue el último mencey de Tacoronte, uno de los nueve reinos o menceyatos de la isla. La joven
Guamasa se enamoró del gallardo
Teguaro, surgiendo entre ambos un idilio prohibido por la diferencia de linaje.
Buscaban el encuentro a escondidas y comprendiendo que su amor no sería
aceptado se pusieron de acuerdo para escaparse. Lo hicieron así y marcharon
hacia los aledaños de la laguna de Aguere, donde construyeron su cabaña en un paraje extraviado. Al
enterarse Acaymo se enfureció y la pareja recurrió a Tejina, hermana de Guamasa,
para que mediara ante el enojado mencey, quien no daba su brazo a torcer. Sin
embargo Acaymo acabó por aceptar la relación amorosa y Teguaro se casó con Guamasa,
recibiendo ésta en dote una llanura junto a los predios del Rodeo. Al tiempo,
Teguaro faltó al respeto conyugal y protagonizó historias de amor con otras
mujeres, lo que motivó que Acaymo lo desterrara. Teguaro se fue a las montañas
y una noche perdió la vida al caer por un barranco, mientras que Guamasa
murió de soledad y tristeza en la llanura que lleva su nombre.”
Tegina:
Hija del Mencey Acaymo de Tacoronte y de Imoba Tauxo, esposa del mencey de Tegueste: Madre del
Príncipe Teguaco. Sobrevivió a la conquista, y asesinado su esposo, permitió
que la bautizasen con el nombre de Aldonza Tacoronte, casándola con un capitán español, llamado Alonso Benítez.”
(Betzenuya, 2010).
Continuando
con esta línea especulativa en torno al origen del topónimo Tejina,
la autora María José Ruiz
Guadalberto Hernández en su libro La
Fiesta de San Bartolomé de Tejina, haciéndose eco de un trabajo de Nicolás
Pérez García, nos dice:
"Hace más de cinco siglos, el menceyato de Tacoronte
que gobernaba el rey Acaymo, debió presentar la imagen de un lugar de
eterna primavera, poblado por aborígenes sencillos, valientes y amantes de
sus derechos y libertades, sujetos a las
leyes de la naturaleza. (...) Acaymo de Tacoronte tenía una estrecha relación con el principado o
señorío de Tegueste II, dominio limítrofe que estaba bajo el feudo de Bencomo, al
igual que las tierras de Punta
del Hidalgo. El príncipe Tegueste fue uno de los dos hijos de Aguahuco
el bastardo, que tuvo la más pequeña herencia de Tinerfe el Grande. El mayor de ellos, Tegueste, casó con
la princesa Tegina, hija del poderoso Acaymo
de Tacoronte. La dote de Tegina fueron dos valles vecinos, uno de
los cuales lleva su nombre y el otro el de su esposo. Zebensuí era el hermano
menor, llamado "Hidalgo Pobre" (...) siendo sus posesiones lo que hoy
se conoce como Punta del Hidalgo. (...) Los reinos del norte de la isla: Taoro,
Tacoronte, Anaga, Tegueste
y Punta del Hidalgo, fueron los que se confederaron en una liga para hacer frente a los usurpadores extranjeros,
venciendo a Lugo y sus soldados en la
Matanza de Acentejo" m. Esta cita confirma la existencia
de pobladores en los valles de Tegueste y Tejina y su capacidad organizativa
en el S. XV.
(María José Ruiz Guadalberto Hernández,
2002).
En este texto el autor convierte al mencey de
tegueste en “príncipe” es decir en achimencey y además lo hace hijo de
Aguahuco y además “bastardo” concepto este que en la sociedad guanche carecía
de las connotaciones peyorativas que le daban los invasores cristianos al
termino, en todo caso era hijo de una esposa Cucaha, y no de la esposa
principal, por otra parte, Aguahuco es el nombre guanche del Achimenceyato denominado por los invasores como Punta del Hidalgo
Pobre. El concepto de “dote” tal como lo entendían los invasores y colonos
españoles no se usaba entre nuestros ancestros, simplemente se repartían la
influencia política entre la familia del mencey
del gobierno del territorio estando al frente de los achimenceyatos
y auchones los parientes más próximos del monarca.
En cuanto a la independencia del Menceyato de Tegueste
de cualquier otro de la isla esta documentalmente confirmada por un documento
extendido por invasores europeos el 21 de junio de 1464 conocido como:
Acta
del Bufadero
“Ansioso Diego de
Herrera de dominar en Tenerife, preparó una expedición de 500 hombres en tres
navíos, desembarcando parte de su gente por las playas del Bufadero, pero
viendo que los guanches se disponían a
rechazarlo, cambió de táctica y envió un mensajero para celebrar
un tratado de paz con aquellos, de lo cual levantó acta el escribano publico
Fernando do Párraga, cuyo documento, fechado el 21 de junio do 1464, f3) le
sirvió a Herrera para demostrar que los nueve Menceyes le habían prestado
obediencia y ejercía dominio en la isla. Dicho instrumento público comienza así:
A todos cuantos esta
carta viéredes, que Dios honre y guarde de mal: Yo Fernando do Párraga
escribano público, en la isla de Fuerteventura en lugar de Alfonso de Cabrera
escribano público en las islas de Canaria por mi señor Diego de Herrera, señor
de las dichas islas, con la autoridad y decreto que el dicho señor me dio, vos
doy fe y fago saber que en presencia de mí el dicho escribano, e de los
testigos que de yuso serán escritos, en como un sábado, veinte y un días del
mes de junio, año del nacimiento do nuestro Salvador Jesucristo de mil e
cuatrocientos e sesenta e cuatro años, estando en la isla de Tenerife, una de
las islas de Canaria, en un puerto que se llama el Bufadero estando ende el
dicho señor Diego de Ferrera señor de las dichas islas, con ciertos navíos
armados con mucha gente que traía en los dichos navíos, vinieron ende
parecieron ante el dicho señor el gran Rey de Imnbach, de Taoro, el Rey
de las Lanzadas, que se llama Rey de Güimar.
El Rey de Anaga El Rey do Abona.
El Rey de Tacoronte. El Rey de Benicod.
El Rey do Adeje. El Rey de Tegueste.
El Rey de Dante.
E todos los sobredichos
nueve Reyes, juntamente (hicieron reverencia y besaron las manos al sobredicho
señor Diego de Ferrera obedeciéndolo por señor; presentes los Trujomanes, que
ende estaban, los cuales eran Rey de armas que la lengua de la dicha isla de
Tenerife...”
En otro pasaje de la
citada acta, leemos: “E luego el dicho señor Diego do Herrera dio ende sus
navíos gente, e decendió, y subió por la tierra arriba, bien cerca de dos
leguas, con los dichos Reyes, hollando la tierra con sus pies, en señal de
posesión, y cortando ramas de árboles, que en la dicha isla estaban, e los
dichos Reyes metiéndolo en la dicha posesión pacíficamente, non gelo
conturbando, ni contrallando persona
alguna; yendo con él por la dicha tierra acompañándole, e faciéndole todo
agasajo, e servicio que podían...”
Este documento, como ya
hemos dicho, no tiene, a nuestro juicio, más valor sino el querer demostrar
Herrera que la isla de Tenerife estaba sometida a sus armas. Lo único que
parece cierto es que Herrera haría algún convenio con un cabecilla del litoral
para sacar madera, especialmente pinos; que es posible levantara una torre donde
dejó alguna guarnición, y que pretendió catequizar a los habitantes de la
costa, a cuyo efecto trajo la imagen de la Virgen de Candelaria. Muy poco duró
ese dominio insignificante: los guanches derruyeron la torre, y expulsaron a los
intrusos con harta mengua para sus armas.
Además, se advierte a
primera vista que el acta levantada por el escribano Párraga, está redactada a
gusto y conveniencia de Herrera, pues no aparece refrendada ni consentida por
ninguno de los jefes guanches: también es muy significativo que de los nueve
jefes, uno tan sólo aparezca con nombre propio, el Rey Imobac, de Taoro; al de
Guimar se le designa con un sobrenombre, y a los restantes por el distrito en
que ejercían soberanía. Y es evidente que si esos reyes se hubieran presentado
ante Herrera, el escribano Párraga habría consignado sus nombres.
Por último, conociendo
el carácter altivo e independiente de los guanches, es imposible aceptar que
los nueve Menceyes de la Isla acudieran al solo requerimiento de un extranjero
para someterse a su voluntad, el cual apenas contaba con 400 o 500 hombres para
hacerse respetar.
Por eso el criollo
Viera y Clavijo se burla de esa toma de posesión, cuando dice: que sólo se sacó
de ella “una gran certificación en pergamino”.
La
familia de Acaymo Daniaga en los documentos
Acaymo
Daniaga. Cristianizado por el rito católico
como Fernando Tacoronte casado
con su
prima María Hernández, o Fernández,
viuda de Diego de Güimar, la que falleció
en La Laguna, y otorgó testamento ante Alonso Gutiérrez, en 1º de marzo de
1520, folio 499, dejó ordenado que se le enterrase en la Parroquia de la
Concepción de La Laguna, de este matrimonio nacieron los hijos siguientes:
Francisco Hernández Tacoronte,
que casó con la guanche Leonor
Alonso, avecindados en Acentejo,
testó ante Sebastián Pérez, registro de 1526 y 27, folio 304, dejó siete
hijos, Juan Hernández Tacoronte,
casó con la también guanche Bárbola Pérez, en 1550, de quien tuvo a Sebastián
García y Gaspara Hernández; en Los Realejos, en el año 1540 firmó poder para
representación a la corte española, falleció en 1561. Héctor Hernández,
casado con María Jordán, se avecindaron en el Sauzal; María Rodríguez y Hernández,
quien casa con Andrés Díaz Fortuna guanche; Luís Hernández Tacoronte, casado
con la guanche Luisa de Vera, se avecindaron en Adeje; Fernando/Hernando (o Fernando) Tacoronte, (el
segundo) casado con María González, guanche; Antón Hernández Tacoronte, fijó su
residencia en Candelaria, Juana
Tacoronte, (entenada o hijastra de Fernando Tacoronte)
casada con Juan de la Barquilla. Díaz
Dorta recoge además: Inés Hernández Tacoronte. (Chaurero
n Eguerew).
Lo cierto es que el topónimo Tejina
figura en las datas de repartimiento desde el año 1500 y, esta
recogido como apellido de un noble guanche cristianizado en los protocolos de
Hernán Guerra, desde 30 de agosto de 1510, al fol. 330 r.: Pedro Guantejina,
natural, otorga testamento. Dispone que los clérigos de esta isla, que se
hallaren presentes, le digan sendas misas y el
cura de réquiem con sus nocturnos y letanías; le digan un treintenario abierto y se les pague lo que es
costumbre. Manda que paguen las deudas conocidas
por testigos y escrituras públicas. Que den a
Nuestra Señora de Candelaria 4 doblas y a Nuestra Señora
Santa Ana otras 4 doblas, a Nuestra Señora María de Gracia 1 dobla, al Señor Santo Espíritu otra dobla, al
Señor San Francisco 2 doblas, a Nuestra Señora
de Guadalupe otra dobla. Que den a
Bartolomé, su sobrino, criado de la mujer de Enrique de Morales, 60 castrados para ayuda de su rescate. Del
ganado que tiene en esta isla, deja la
mitad a Bartolomé y la otra mitad a Inés Fernández,
su mujer. Nombra albaceas a Juan Perdomo y Guillen Castellano. Nombra herederos universales a su
mujer y a su sobrino Bartolomé “que es
mi primo, hijo de hermanos”; las casas en donde mora
serán para su mujer, pues no entran en la partija. Manda que den a Alonso de Bonilla 1 dobla y 2 reales, a Bastían, su criado, 3 doblas que le debe; a Don
Diego, hijo del rey de Anaga,
3 doblas menos 1 real; a Sebastián de Anaga
1 dobla; i Andrés Francés 68 cabrillas de un año por San
Juan de junio venidero. Le debe Pero Báez,
peguero, 44 reales de queso que le vendió;
Gaspar Guanche 27 quesos, y más tiene que darle 25 quesos de la renta del
ganado de Andrés. Paguen a Alonso de Bonilla 4 reales.
Manda que den un asno a su mujer. Confesó deber a Fernán Martín de Espinar 13 reales y 13 mrs., y a Don
Diego, “labrador”, 10 reales, y se
pague a Alonso de Abona 4 reales. Debe Gaspar 17 que-los que ha de recibir la de Gaspar por su hermano.
Ts.: García le Alcubillo, Alonso Velázquez,
Gonzalo, levador, Fernán Esteban Cárdeno y
Pedro de Aday de Güímar.—Fernán Esteban Cárdeno.
Al fol. 637 r., de fecha 23 de octubre de 1511: Pedro Guantijama, guanche, reconoce deber a García
de León 23 reales por ropa que le compró;
le pagará en dineros de contado,
en Pascua Florida de 1512. Ts.: Alonso de las Hijas y Fernán Esteban.—Fernán Esteban.
En 27 de noviembre de 1511 al fol. 653 r. Pedro
Guantejina recibe poder de la hija del mencey Abona: Bartolomé
Enríquez, natural, marido de Constanza, hija del rey de Abona, otorga poder general a Pedro Guantejina, v°. Ts.: Alonso
de Espino, Fernán Esteban, vs. y ests.—Fernán Esteban Cárdeno.
Vestigios
arqueológicos guanches en Tejina
En
Tejina, se sabe que antiguos poblados
guanches han quedado debajo de las actuales construcciones. El historiador y
arqueólogo José Farrujia teme que de mantenerse esta indiferencia por parte de
la Administración, ciertas facetas que definen la historia y la identidad de
los pobladores originarios de esta zona de Tenerife “se pierdan para siempre
por su mala conservación y no podamos comprobar si sus costumbres repetían los
patrones que hemos observado en el resto de la Isla”.
Barranco
de Milán, en Tejina
La importancia arqueológica,
etnográfica, cultural y natural en esta impresionante cuenca, que a pesar de
los numerosos trabajo y estudios arqueológicos realizados hasta la fecha, hay
otras cuevas con restos humanos, la
pared menos explorada esconde tesoros que no se puede ni cuantificar ni
cualificar, todos los historiadores
y expertos que han accedido al barranco sostienen que es uno de los más ricos
de la Isla desde el punto de vista arqueológico, hace algún tiempo recogió
una piedra molino y otras piezas, aunque han desaparecido concheros, trozos de
cerámica y, huesos humanos.
La
presencia en el barranco de numerosas cuevas aptas para ser utilizadas como
lugares de habitación y la cercana presencia de agua, muestran el valor del
lugar, lo que lo convirtió en una unidad de poblamiento muy importante en época
de nuestros ancestros de la isla de Tenerife. En el tramo que recorre este
barranco por el actual municipio de Tegueste,
conocido como barranco de Agua de Dios, pero que como queda dicho su nombre
guanche es Barranco de Diyo, que se
ha declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona de Patrimonio
Arqueológico (2006), se han encontrado una treintena de cuevas,
las cuevas que existen en el barranco de Milán habitaron los primeros
pobladores de esta zona de la isla.
Tejina
cuenta en este barranco con un lugar
excepcional por su riqueza arqueológica, ya que hay inventariadas en el mismo
decenas de cuevas naturales utilizadas en su tiempo por los aborígenes, y en su
tramo intermedio ha sido declarado Bien de Interés Cultural.
Cueva
sepulcral de La Palmita en Tejina
La Palmita.
Situada en la localidad
de Tejina.
Cueva sepulcral
colectiva: hallazgo de cráneos. Ajuar, pulidor de lava y cuerda vegetal. (Diego
Cuscoy, L. 1968, pág. 236.)
Barranco de Milán,
debajo de Tejina. Su inmediato de las
Cuevas, no parece que fuese aprovechado acaso por carecer de agua a diferencia
del otro, continuación del de Tegueste,
núcleo guanche conocido de los conquistadores. El poblado se inicia con
doce cuevas sepulcrales y luego se pudieron identificar ocho más de habitación
De éstas una sola
conservaba parte de su sustrato, por descuido de los buscadores de “guano”;
y en este caso el nivel humano, siempre único, venía recubierto por otro estéril
formado por los desprendimientos del conglomerado del techo. Su potencia
respectiva no es dato indiferente. El grupo Milán., aunque profanada, ofreció
un dato interesante. A menudo en las cuevas sepulcrales se encuentran las
cuentas de collar típicas de Tenerife, concentradas en determinadas zonas del
piso de las mismas. Esto puede ser debido a la inclinación de dicho periodo,
pues es claro que esos discos o cilindros tienden a rodar en cuanto los
suelta la rotura de la hebra que los sostenía; otras veces pueden ir agrupados
el campesino al cribar la tierra para separar del guano las piedrecitas inútiles.
Pero cuando no se dan estas circunstancias el hecho es interesante. En la cueva
de que tratamos ahora hay una recámara o nicho separada por un zócalo del
resto; pues bien, todas las cuentas de collar y los fragmentos de piel gamuzada
de, envoltura de las momias, procedían de este nicho, aunque gran parte del
reato de la cueva estaba también destinado a .necrópolis. La momificación y
los collares de cuentas ¿estarían reservados a determinada categoría de
difuntos? (Juan Álvarez Delgado, 1947)
Poblado
guanche del Barranco de Milán en Tejina
El barranco de Milán tiene su nacimiento en los montes situados al N. de Pedro Álvarez, atraviesa todo el fértil valle de Tegueste
donde toma el nombre de barranco del Agua de Diyo (de Dios)
y después de flanquear Tejina por el E. desemboca en Caleta de Milán. Es su último tramo el que nos ocupa, se inicia al pie de un muro de contención
o embalse.
El poblado está constituido por todo un sistema de cuevas existentes en su margen derecha. En la margen izquierda sólo se ha localizado
una.
Las
cuevas de habitación son amplias y fáciles de alcanzar, en cuyo exterior se han recogido abundantes fragmentos cerámicos y «tahonas». Debido
a estos hallazgos se han podido identificar 8 cuevas entre ellas Cueva
Jurada. De todas ellas una ha dado la prueba arqueológica deseada. Se
halla enclavada en el punto medio del sector que estamos estudiando y
a unos 10 m. del lecho del barranco.
Su piso aparece claramente dividido en tres estratos. La capa superior es arqueológicamente estéril, así como la
inferior; los vestigios se encuentran todos en la capa media. Estos han sido:
fragmentos cerámicos abundantes, algunos
decorados con incisiones y acanaladas. Una media piedra de molino, rota mientras se trabajaba en su preparación. Dos punzones
de hueso.
Necrópolis. Sólo existen dos en el tramo del
barranco que describimos:
Una de ellas se encuentra en la margen derecha, a unos
La segunda necrópolis está situada a la misma altura que la anterior en un punto de la margen opuesta del mismo barranco. Esta cueva ha sufrido múltiples profanaciones por lo que su interior se halla muy
removido. Por el número tan elevado de restos humanos que
cubre la superficie se estima que debió albergar gran
cantidad de cadáveres.
Otros hallazgos de la misma corresponden a: cuentas de collar de diversos tipos,
tres de piel de animal agamuzada, un cordón
de fibra vegetal, fragmentos cerámicos, «tahonas», restos de punzones y un
caracol de la especie «conus». (X). Yacimientos registrados posteriormente en este
tramo:
En la margen derecha, a unos 60 m.
aproximadamente, del mar y a unos 40 m. del cauce del
barranco, hemos registrado una serie de cue vas
de habitación que se suceden a cortas distancias y en las que hemos hallado fragmentos cerámicos y huesos de animal sin clasificar.
A la altura del 2.° salto del barranco, una
cueva sepulcral que por sus características creemos es la descrita
anteriormente.
Yacimientos sin descripción
Bajamar. Naturaleza sepulcral.
Hallazgos:
cráneos.
Las Goteras.
Cueva sepulcral: Cueva de la Gotera, entre Bajamar y Caleta de Milán. Varias
cuevas de esta naturaleza en la desembocadura del Bco. de Milán. Cueva
de la Palmita, entre Tejina y la Costa. Cuevas
sepulcrales: restos
humanos, punzones
de hueso,
cuentas de collar
y un cordón de fibra vegetal. Los
Pilones. Tejina. Naturaleza
sepulcral. Hallazgos: restos
humanos.
La
Palmita. Tejina. Naturaleza
sepulcral. Hallazgos: cráneos, ajuar sepulcral, fibra vegetal, pulidor de lava.
Barranco de Agua de Diyo (de Dios)
Tramo de La Fuente. Tejina.
Es éste el mismo barranco que hemos mencionado al referirnos al
poblado de Milán y que en su desembocadura recibe este último nombre. A la altura de Tejina recibe
el nombre de La Fuente. La zona que hemos recorrido,
el cauce se halla cortado por un camino de herradura que lleva el
mismo nombre del tramo citado. Todos los yacimientos que hemos registrado se hallan en el lado izquierdo. Comenzamos la descripción partiendo
de la presa allí enclavada en dirección al citado camino: Varias
cuevas de habitación de las que recogimos fragmentos. Cerámica y un asa vertedero. En la parte alta estas cuevas: Cueva
de enterramiento. Pasado el citado
camino: Una cueva sepulcral. Debió haber sido de importancia. De ella
obtuvimos
numerosos restos humanos y cerámicas. (Hay
noticias de haberse sacado de ésta
varios cráneos y un collar). (Carta Arqueológica de Tenerife).
Barranco
Milán otras referencias
1. Cueva
sepulcral situada en la margen izquierda de este barranco, en la localidad de Tejina.
La altura media es de
unos 2,50 metros. Tiene dos pequeñas bocas de acceso, orientadas
una al W. y otra al S.
La primera con una anchura de 0,75 metros, y la segunda de 1,75; ésta
conserva el paredón de cierre.
Hacia el fondo del
yacimiento hay una especie de nicho natural cuyo frente presenta dos aberturas
separadas por una columna de conglomerado.
3. Cueva
sepulcral colectiva: las inhumaciones se elevaban a 21. Los restos humanos se
extienden hacia el fondo, siendo el número de enterramiento practicado en el
nicho bastante numeroso. Dos cadáveres, situados delante del nicho, estaban
orientados de E. a W., y otros dos, hacia el centro de la cueva, de N. a S.
Todos los restos humanos aparecen a partir de 0,80 metros y hasta 1,75 metros de
profundidad
En el momento de
descubrir el yacimiento, se extrajeron del nicho una serie de momias,
posteriormente destruidas. Ajuar: un cordón de fibra vegetal, fragmentos cerámicas,
tabonas, restos de punzones, un caracol marino de la especie conus y 164 cuentas
de collar. 63 tubulares, no segmentadas; 32 anulares y 69 de tipos
diversos y de pequeño tamaño.
Barranco Milán (1, 46):
1. Situada
en la margen derecha del barranco, a unos 6 metros sobre el cauce, y bajo una
alineación de prismas basálticos.
2. El yacimiento posee
40 metros cuadrados de superficie
3. Hallazgo
de abundantes restos humanos.
Los Pilones
Situada en la localidad
de Tejina. Hallazgo de restos humanos.
(Diego Cuscoy, L.:
1968, pág. 236)
El establecimiento de colonos europeos en el
Achimenceyato de Tejina
Como
queda reflejado en las datas de repartimiento de las tierras usurpadas por los
invasores y colonos europeos, a pesar de que los beneficiados con grandes
extensiones de terrenos generalmente como en el resto de la isla no residían en
sus feudos, en Tejina se asentó una
importante colonia de castellanos y portugueses medianos propietarios,
generalmente artesanos que trabajaban las tierras directamente, así como un
importante grupo de medianeros, esclavos y asalariados.
Algunos
de los datados en Tejina están
recogidos genéricamente en los documentos como “tierras en Tegueste” como es el caso del colono Diego Vargas (data 1.425-9 de
fecha 20 de mayo de 1514), “otro
pedazo de ta, en que habrá 70 f. en la cabezada del valle de Juan
Perdomo, en Tegina, lindero un llano de laureles donde asierran
y luego el valle abajo, lindan con Arguayonja e tas. de Fernando
de la Gomera, hijo de Guaberco.”, quien
linda con Bartolomé Benítez, sobrino del capitán invasor Alonso Fernández de
Lugo.
Sólo
en los repartos de tierras y aguas ya figuran en los inicios del siglo XVI el
citado Bartolomé Benítez, cuya esposa es la judeo conversa Francisca Benítez
de Las Cuevas, hija de Alonso de Belmonte. Este Alonso, gobernador, inhabilitado
por el Santo Oficio por su origen judío. Aparecen también: Andrés Suárez
Gallinato; Pedro Vergara; Fernando Llerena; Jerónimo de Valdés; Pedro de Lugo,
cuya esposa es la judeo conversa Elvira Díaz de San Lúcar; Alonso de Las Hijas
y Francisco Jiménez.
“Bartolomé
Benítez había vendido todas sus propiedades en Andalucía para venir a
Tenerife, donde su familia hoy forma parte de la mejor aristocracia criolla de
Canarias asociando su apellido al del conquistador Alonso de Lugo a través de
su hija Leonor, casada con Francisco de Lugo.
Es de destacar el
relieve que fueron tomando en la sociedad europea de la isla estas familias Benítez,
Llerena, aunque con algunas alteraciones en sus apellidos bien intencionadas,
que han permanecido entre nosotros y siguen en sus posiciones dentro del campo
de la cultura o la industria.
Otro caso de datado en Tejina
será el del escribano Juan Márquez, judeo converso, cuya genealogía estará
en la sangre de la familia Anchieta, concretamente en otro escribano, Juan de
Anchieta, sobrino del apóstol del Brasil, José de Anchieta, entre cuyos
ascendientes estarán los Llerena, a través de su madre Mencía.” (J. Manuel
Valladares).
Capítulos anteriores:
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (y IX)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (VIII)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (VII)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (V)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (IV)
Menceyato de Tegueste - Valle de Guerra (III)
Menceyato
de Tegueste - Valle de Guerra (II)
Menceyato
de Tegueste - Valle de Guerra (I)
Continará
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