¿QUIÉNES SOMOS LOS MAZIGIOS CANARIOS?
CAPITULO VIII
Eduardo Pedro García Rodríguez *
13.-.LAS DEIDADES DE LOS ANTIGUOS MAZIGIOS CANARIOS
El panteón de los mazigios canarios, como otros tantos aspectos de
nuestra cultura ancestral, nos han sido trasmitidos de manera fragmentada cuando
no desvirtuada por las concepciones etnocentristas de los primeros cronistas.
Siendo como era, uno de los primeros objetivos del sistema colonial la
implantación a toda costa de la religión católica, (excelente instrumento de
dominación y sometimiento de los pueblos, en manos del sistema colonial) todo
lo concerniente a los aspectos materiales de la religión del pueblo sometido
fue inmediata y salvajemente destruidos.
En cuanto a los aspectos espirituales, al ser mucho más difíciles de
eliminar de forma instantánea, paralelamente al adoctrinamiento de los catecúmenos,
el clero iba desarrollando toda una saga de leyendas, cuentos y anatemas en
torno a las creencias que trataban de erradicar, por ello, no dudaron en ir
enfermando paulatinamente las mentes de los neófitos, presentándoles a sus
antiguas deidades como representantes en este mundo de todo lo horrendo que
imaginarse pueda, siendo además las causantes directas de todos los males que
afligían al pueblo incluso de los causados directa y despiadadamente por los
propios cristianos. No obstante, los alzados de todas las islas, supieron
mantener viva la llama de sus creencias durante muchos siglos, realizando sus prácticas
en lugares apartados de las áreas de influencia de los conquistadores. Estas prácticas
al escapar del alcance del brazo armado secular, por la propia naturaleza de los
lugares donde se llevaban -y se llevan- a efecto los ritos mazigios insulares,
el clero, empleo (como hemos dicho en otra parte) la táctica de la difamación
y el terror, infundiendo en las ya debilitadas mentes de los antiguos mazigios,
el infundio de que quien practicaba sus ritos ancestrales, lo que hacían era
llevar a efecto horribles aquelarres en los que intervenían los inevitables
demonios cristianos, casi siempre en forma de macho cabrío, en contraposición
del carnero sagrado mazigio sustentador del padre Sol entre sus cuernos (es
interesante hacer notar que, entre el rebaño de
En fin, entremos en la nomenclatura que según los cronistas, aplicaban
los antiguos mazigios a la deidad suprema y a las secundarias protectoras de las
diferentes actividades de la vida cotidiana, éstas tenían encomendadas
funciones de amparo similares a las
de los santos de la religión católica.
Hasta tiempos recientes, en la iglesia de Chasna, en Noche buena, durante
la misa del niño dios cristiano, los pastores mazigios, por medio de pellizcos
hacen balar a un cabrito, del mismo modo que lo hacía los guanches
para implorar al Dios de los rebaños Guañahé.
Una costumbre igual se practicaba en la parroquia del Salvador, en
El fraile Espinosa, nos tramite para Chinech, (Tenerife) como nombre de
la deidad suprema: “Achuhuran o
Achuhurahan”, “Achahucanac” y Achguayaxerax”, que según éste autor
quiere decir <<el grande, el sublime, el que todo lo sustenta>>, epítetos
todos de clara influencia cristiana, por otra parte, Abreu Galindo, otro
cronista del siglo XVI, nos dice que: <<adoraban a Dios, a quien llamaban “Guayaxiraxi”;
y a santa maría, después que les apareció, la llamaban “Chaxiraxi”.
Y es de notar -dice Torriani- que Guaxiraxi quiere decir ”la que
carga al que tiene el mundo”. Y por otro nombre llamaron a santa María,
“Atmayceguayaxiraxi”, que quiere decir “la que carga al que tiene
el mundo”.
Según los autores de Las Pirámides Canarias y El Valle Sagrado de Güímar,
nos trasmiten: ACHUHURAHAN, ACHUHURAN, ACHORON, teniendo en cuenta la
equivalencia Ch<>K, resultaría Akrun=”el que protege”,” el
protector”, (según el Prof. F. Pablo De Luca, et al. 1996:111)
ACHAHUCANAC: ...la palabra
guanche que se refiere a un ser Supremo podría descomponerse así: AT-HEKK-N-AK
= “el que cuagula lo de todos”, pienso que en clara referencia a la
conversión del agua en nieve cuando se alcanzan bajas temperaturas... Así
mismo se explica el topónimo guanche Ucanca <> Hucanaca
<> Hekk-n-akw = “la (tierra) que coagula lo de todos”; pronunciar hekkenaka
<> hekkenka <> Ucanca, por deformación fonética
posterior. Valle cubierto de nieve en las rigurosas épocas invernales. (Ibidem)
ACHGUAYAXERAX:
En la lengua tamazight existe una equivalencia fonética entre la “k”
y la “Sh” (ejemplo: menshey<>menkey), y entre esta última y la
“h” más o menos fuerte, equivalente a la “j” española (ejemplo:
<>shenata<>jinete). Aclarado esto podríamos traducir Achguayaxerax
por la expresión: AT-WA-Y-GER-AK = “(el) este (que está) cerca de todos (hacía
todos), el que vela por todos. E n la obra “Algunas frases de las antiguas
lenguas de Canarias”, del autor Isidro Brito Enríquez (1928), aparece la
denominación ACHGUAYAXERAC = “el sostiene todo”. Al margen de la más
o menos afortunada traducción, observamos la “c”, más arriba indicada, lo
que confirma nuestra anterior interpretación. (Ibidem)
CHAXIRAXI, CHAXIRAX: Se refiere
claramente a “la madre” del Ser Supremo. Podría descomponerse: TA-GER-AK = “la
que está cerca de todos”, de evidente carácter femenino y al mismo
tiempo de velar por todos. La “ch” = “t” y la “k” = “ch” =
“x”. Lógicamente, fue una denominación que surgió entre los guanches
después de la “aparición” de
ATMAYCEGUAYAXIRAXI o también
separado: ACHMAYEC GUAYAXERAX, como luego veremos en la frase completa de
Antón Guanche. La traducción podría ser: A-TA-MAY-GH N WA-Y-A-GERAK = “¡oh!
Esta nuestra Madre de este (el que está) cerca de todos (que vela por
todos)”. En la denominación guanche no aparece la “n” apartenencia,
equivalente al “de” castellano, omitida por deformación fonética. Señalar
también que “GER”= hacía, con el significado de “cerca de”. Y MAY-GH
=madre nuestra (nuestra madre) ambos en el dialecto del MR central. (Ibidem)
Hubo noticia en levante de esta isla, llamada infierno, por los
aragoneses llegados á la parte sur donde es Adeje á tratar de paz por los años
del Señor 1347, y vino allí un Rey solo que dice tenia la isla, llamado
Betzenuriga con muchos capitanes, supieron el temple de toda la isla y cómo
eran idolatras teniendo un Dios llamado Jucanche, y como no admitieron
tener con ellos paz diciendo que si allí volviesen otra vez á este fin no
saldrían vivos.
En esta isla de Thenerife unos afirmaban que no había en el cuerpo alma
racional, ó en que muriendo el cuerpo todo se acaba: otros confesaban haber un
Dios universal, y llamaban Jucancha; juraban solemnemente por el sol,
llamado Acaman y que había otro señor que gobernaba el mundo, y las
cosas sublunares llaman Iguaya hiraji, compuesto de guaya que
significa espíritu, hireji cielo. Conocen haber demonio y llaman guayote,
y que él sólo tiene la pena en la tierra. Y en los sitios donde hay volcanes,
fuego y azufre, y en particular en el monte de Teide. Adoraban por cosa
celestial y suprema deidad a
En estos pasajes. Don Tomás, nos expone los comienzos de una clara
disociación entre las deidades ancestrales Jucancha y Acaman, el Dios
Sol, y la nueva deidad que se va implantado paulatinamente mediante la acción
misionera de los frailes cristianos en las bandas del sur, Iguaya hiraji, ésta
en principio es aceptada como <<espíritu celeste>> es decir
como un ente de segundo rango, pero no como deidad principal. El centro del
panteón guanche lo sigue ocupando el divino Sol, los epítetos de
“sublime”, “el grande” “el que todo sustenta” etc., son de indudable
factura cristiana y serían aplicados a la imagen de
No deja de ser interesante el dato recogido por Don Tomás referente a
que los guanches hablaban con los espíritus de sus antepasados
a través de un hoyo abierto en la tierra. Esta costumbre tuvo su
paralelismo en las creencias egipcias, veamos una narración sobre el
particular: <<...En una ocasión en que Ra se sintió indispuesto, y sólo
una potencia subterránea podía remediar su enfermedad los allegados al rey
solar no pudieron hacer otra cosa que pedir a las autoridades de Heliópolis que
redactara una misiva. Pero, como el asunto era muy acuciante, no esperaron a que
ésta llegara a su destino, sino que decidieron leer el llamamiento a través
del suelo, por la abertura que en Occidente comunica con el Mas Allá, con la
esperanza de que los auxilios o los consejos llegaran más rápidamente.
>> (Demitri Meek y Cristine Favard Meek, 1996, 134-135)
En Araya de Candelaria, existe una roca una oquedad natural en forma de
“bucio”, llamada precisamente el “bucio”, que según la tradición
usaban los guanches para comunicarse con determinados espíritus.
Tenían un dios a quien
llamaban en su lengua:
ACHGUAYERXERAN ACHORON ACHAMAN,
que quiere decir en nuestro lenguaje <<sustentador de cielo y
tierra>>. También lo llamaban ACHUHUYAHA y ACHUHUCANAC y ACGUAYAXERAC,
que es decir <<el grande>>, <<el sublime>>, <<el
que todo lo sustenta>>.
Cuando había menester agua o tenían alguna necesidad, tomaban las
ovejas y cabras, y con ellas se juntaban todos, hombres mujeres y niños en
ciertas partes; a allí las tenían dando voces toda la gente y el ganado
balando, alrededor de una vara hincada en el suelo, sin que comiesen, hasta que
llovía.(Fr. J. De Abreu Galindo, Historia de la conquista de las siete islas
de Canarias, págs. 316-317)
ACHURAN: nombre de la deidad, recogido en una leyenda popular de
Tenerife.
Decían que ACORAN era Dios solo, eterno, omnipotente, y le
adoraban en idea, juraban por Majec, que es el sol; decían
ser un solo demonio, que él solo padecía tormentos y fuego eterno en las entrañas
de la tierra llamado Gabiot; al alma tenían por inmortal hija de Majec,
que padece afanes, congojas, angustias, sed y hambre, y llévanles de comer á
las sepulturas los maridos a las mujeres y ellas a ellos; á los fantasmas
llaman Majios ó hijos de Majec; llaman Tibicenas á las
apariciones del demonio, que muchas y frecuentes veces al día y de noche se
aparecían en forma de perros lanudos y otras aves como pava, gallinas con
pollos etc. Adorábanle en muchos sitios sagrados y venerados, así montes,
cuevas, bosques, casas, riscos, y juraban por, muy solemnemente. El mayor
adoratorio donde hacían romerías era Almogaren de Humiaya, que
es una casa de piedra sobre un alto risco en Tirajana, llamado risco blanco, que
fueron de Antón de la santidad, conquistador; aún allí hay tres braseros de
cantos grandes, donde quemaban de todos frutos menos carnes, y por el humo si
iba derecho o ladeado, hacían su agüero, puestos sobre un paredón á modo de
altar de grandes piedras y enlosado en lo alto del monte, y ha quedado una
capilla y sacarrones dentro todo de una cerca de piedras muy grandes, y es el
risco más descollado de todos aquellos sitios. (Tomás Marín de Cubas)
Por otra parte, algunos autores ponen en duda la veracidad de las
afirmaciones de Don Tomás, cuando dice que según manifestaciones de los
antiguos habitantes el genio maléfico de los mazigios canarios se les aparecía
en forma de gallinas con pollos, pavos y caballos entre otros. Los detractores,
se basan en que según ellos, los antiguos canarios no conocieron el caballo.
Nosotros por el contrario afirmamos que nuestros antepasados sí conocieron al
caballo, quizás en una época remota, quizás milenios antes de la conquista
europea y guardaron memoria de él, tal como lo demuestra un panel de
petroglifos localizados en el Lomo de Los Letreros Barranco de Balos, Agúimes,
(Tamarant). En este panel aparecen representados tres caballos con
jinetes, teniendo como fondo siete árboles, presumiblemente pinos. En la alta
Nubia egipcia, existe un panel de similares características y factura en que
también se representan a tres caballos con jinetes, éste panel está datado en
el 3.200-
La figura del genio Tibicenas, a quien el catolicismo se ha empeñado en
colgarle el “San Benito” de diablo maléfico, en un claro paralelismo con su
demonio provisto de cuernos y tridente, en realidad no es tan perverso como nos
lo presentan los cronistas, es más, hasta es casi simpático, pues en realidad
en sus apariciones se limita a asustar a los viandantes sin causarles ningún daño.
Contrariamente a lo que se pudiera creer, la figura del Tibicenas no es cosa del
pasado, continua vigente en las creencias populares de los actuales mazigios
canarios. Como ejemplo, vamos a narrar algunas apariciones de éste genio en
pleno siglo XX en la isla de Tamarant. Uno de los pocos casos recogidos en que
el Tibicenas se presenta en forma semi humana, lo narra Pedro Castejón en su
obra Una Dinastía Guanche, en ella, nos dice que un campesino (maúro)
de la zona de las Rosas, Gáldar, (Tamarant), tuvo un encuentro en el año 1932
con un Tibicenas que caminaba erguido.
A mediado de los años cuarenta un vecino del Barranco de Mogán, en
Tamarant, se dirigía desde su domicilio a las tierras de labor que explotaba
barranco arriba, antes del amanecer para comenzar su jornada diaria. Aún era de
era de noche, al llegar a un pequeño paso se topó con un cochino de medianas
dimensiones, extrañándole porque su cuerpo estaba cubierto de abundante pelo
negro y brillante. El hombre quedó petrificado ante la súbita aparición de
tan extraño animal, tras observar detenidamente al cochino creyó ver en el
hocico del animal un rostro vagamente conocido. En tal punto el cochino le habló
diciéndole: “tú sabes quien soy yo...”, transfigurándose en el acto en
una mujer que conocía bien, pues era vecina del entorno. Nuevamente ésta se
dirigió al pasmado vecino diciéndole: “No puedes contarle a nadie quien soy;
este secreto te lo tendrás que llevar a la tumba, de no ser así, tu familia lo
pagaría”, tras recibir esta amenaza el maúro continuó a sus quehaceres
profundamente preocupado, no atreviéndose a confesar esta aventura a su familia
hasta muchos años después, sin revelar el nombre de la mujer Tibicena. En esta
ocasión el Tibicenas adopta la figura de una mujer, lo que entronca con la clásica
bruja tan frecuente en el acervo cultural canario.
Del libro
En la década de los cincuenta del pasado siglo, en Arucas, Tamarant,
una pareja de la guardia civil española, mantuvo dos encuentros con el
Tibicenas. Éstos llevaban muchos años de servicio y conocían muy bien la
comarca agrícola donde prestaban sus servicias. Durante una de éstas correrías,
en plena madrugada se percataron de que eran seguidos, cuando miraron hacía el
lugar de procedía el ruido vieron a un pequeño cochino, al que no prestaron
mayor importancia, pensando que se había escapado de algún chiquero. Al rato
quisieron ver si el cochinito continuaba en el mismo lugar, al verlo de nuevo
comenzaron a sentir temor al ver que el animal había aumentado
considerablemente de tamaño, lo que les impulsó a acelerar el paso. Al poco
tiempo y picados por la curiosidad volvieron sobre sus pasos para comprobar si
el animal continuaba allí, y al observar que había aumentado enormemente sus
dimensiones no pudieron hacer otra cosa que echarse a correr. Este relato nos
confirma el carácter bonachón del Tibicenas, ya que en su
encuentro con la
pareja de guardias civiles, éstos salieron ilesos físicamente.
La presencia del genio maligno en forma de perro lanudo, es común a
todas las islas como hemos visto. En la isla de Chinech, son innumerables las
leyendas, cuentos y consejas, que en torno a la figura del diablo o demonio
cristiano se han mantenido, pero ya revestido de la figura de un perro y no del
macho cabrío clásico en la mitología católica.
En la nomenclatura aplicada a las
deidades mazigias encontramos conceptos tales como: <<eterno>>
<<omnipotente>> de clara concepción cristiana, asumidos por
los canarios colonizados indudablemente debido a la labor misionera de los
mallorquines, los cuales como es sabido, llegaron a tener templo establecido en
Tamarant. Algunos de éstos frailes mallorquines, bien como consecuencia de las
frecuentes entradas que hacían en la isla los piratas esclavistas, o bien
porque pretendieron forzar la catequisacion de los canarios, fueron ejecutados
por estos. En todo caso, como en
Chinech,
Eran los naturales de esta isla de Canaria, bien proporcionados, de buena
estatura y grande ánimo y belicosos, alegres, bien acondicionados, nobles,
piadosos y verdaderos en lo que decían. Tenían por grande afrenta decir
mentiras.
... Decían que en lo alto había una cosa que gobernaba las cosas de la
tierra, que llamaban Acoran, que es Dios.
Tenían dos riscos muy altos, donde iban con procesiones en sus
necesidades: el un risco se llamaba Tirmac, en el término de Gáldar, y el otro
risco se llamaba Umiaya, en Tirahana, que dicen los riscos Blancos, término de
Telde; y quien juraba por Tirmac o por Umiaya, se había de cumplir, por
juramento grave. Adoraban a Dios, alzando las manos juntas al cielo. Cuando
faltaban los temporales, iban en procesión, con varas en las manos, y las
magadas con vasos de leche manteca y ramos de palmas. Iban a estas montañas, y
allí derramaban la manteca y leche, y hacían danzas y bailes y cantaban
endechas en torno de un peñasco; y de allí iban a la mar y daban con las varas
en la mar, en el agua, dando todos juntos una gran grita. (Fr. J. De Abreu
Galindo)
<<Cuando falta de agua y esterilidad estas personas religiosas hacían
lamentos y súplicas al cielo con visajes y ademanes de manos, ponían los
brazos altos y a un solo Dios omnipotente le pedían el socorro; ellas hacían
lo mismo; y los demás cogían el ganado de los tales diezmos y lo encerraban o
cercado de pared de piedra y allí lo dejaban sin comer aunque fueran tres días.
Y lo dejaban dar muchos balidos y toda la gente balaba como ellos, hasta que
llovía. Y tardaba el agua, dábanles muy poco de comer, y volvían a
encerrarlos. Ellos también ayunaban. (Antonio Cedeño, pág. 20).
<<...también eran devotos a Dios y le hacían sacrificios a
menudo; por lo cual cada rey tenía un sacerdote llamado facagh. Este se
llevaba consigo a toda la gente, encima del risco más alto en que se podía
subir; y allí, después de haber hecho él la oración y llevado a Dios las
almas devotas, derramaba en la tierra leche en abundancia, a manera de primicias
debidas; después de lo cual, licenciada la gente, volvían a sus casas en
procesión.>> (Torriani, pág.103) (Nota de píe de página. Suponemos que
Torriani, mediocre conocedor del castellano,
habrá comprendido que quien estaba en lo alto no era Dios, sino la casa
de oración, y que los canarios rociaban la tierra, en lugar del templo)
En la isla de Tamarant, al Ser Supremo lo denominaban ACORAN, que podría
venir de AKRUM= “protección” del dialecto Sened, Tunisia. Por otra axiste
en el “tamazigt” del Marruecos central “agwerran” = santo,
marabuto,¿el que protege?. (F. Pablo De Luca. Ibidem)
Adoraban los herreños dos ídolos fingidos en la mente devotos de
hombres y ganados machos, Orojan de mujeres y hombres; Mon, (¿el Min,
cartagínes, de origen egipcio?) á quien pedían agua y buenos temporales y hacía
juramentos; no les hacían sacrificios ni otra ofrenda, ideábanlo en dos riscos
o peñascos, cercanos uno del otro,
muy altos, delgados y peinados como torreones, en el término de Bentaiga y hoy
llaman Los Santillos de los Antiguos: la rogativa para la lluvia era juntarse
alrededor de ellos así hombres como sus ganados repartidos á cada uno, los
machos a uno las hembras a otro, acorralados, ayunando por tres días, uno dando
voces y gritos, bailando alrededor del peñasco, y otros bailando y gruñendo, y
con dar vueltas en torno lloraban á gritos; y si no llovía enviaban un adivino
á la cueva Arteheita en el término Tacuitanta, y entrado invocaba a los ídolos,
y le salía un cochinito llamado Orafaibo, que significaba medianero, y
venía con él debajo del tamarco mostrabalo á los demás, y era recibido con
fiesta y baile; y lo tenía hasta que llovía bastante, y este animalito era el
medianero de las lluvias, y suelto á la vista de todos se volvía á la cueva.(Marín
de Cubas, pág. 108)
Adoraban los naturales de esta isla del Hierro dos dioses ídolos, que
los fingían macho y hembra. Al macho llamaban Eraoranzan y a la hembra Moneiba.
Los hombres eran devotos del varón, y las mujeres de la hembra;
y esta devoción se entendía por los juramientos, ruegos y peticiones
que hacían. No les sacrificaban mas de rogarles por los temporales, para
yerbaje a sus ganados. Y a estos sus ídolos o dioses no los tenían hecho de
ninguna materia, sino solamente eran intelectuales, fingiendo que su habitación
y lugar para hacerles bien era en dos peñascos cumplidos a manera de mojones,
que están en un término que llamaban Bentaica, que hoy llaman los Santillos de
los Antiguos; y que, después de oídos y cumplido el ruego, se subían al
cielo.
Y como no tenían otra noticia sino esta falsa opinión, después de
ganada la isla por los cristianos y doctrinados e instruidos en la fe, aplicaron
a Dios Nuestro Señor el nombre de Eroazan y a
Y, como el principal sustento de los herreños era el ganado, ya que por
la sementera no le pusiese cuidado la falta de agua, poníanles por los yerbaje
y pasto para el ganado. Y así, cuando veían tardar las aguas en el invierno,
juntábanse en Bentayca, donde fingían estar sus ídolos, y alrededor de
aquellos peñascos estaban sin comer tres días, los cuales con el hambre
lloraban y el ganado balaba, y ellos daban voces a los dioses ídolos, que le
mandasen agua. Y, si con esta diligencia no llovía, uno de los naturales, a
quien ellos tenían por santo, iba al término y lugar que llamaban Tacuytunta,
donde está una cueva que decían Asteheyta, y, metiéndose dentro e
invocando los dioses ídolos, salía de
dentro un animal en forma de en forma de cochino, que llamaban Aranfaybo,
que quiere decir <<medianero>>; porque, como aquellos gentiles vían
que por sus ruegos no alcanzaban lo que pedían, buscaban medianero para ello. Y
a este Aranfayfo, que era demonio, tenían ellos en lugar de santo, y que era
amigo de Eroazan. Y, como salía, lo tomaba y lo llevaba debajo del tamarco
adonde estaban los demás esperando con sus ganados, alrededor de aquellos peñascos;
y andaban todos dando gritos y voces en procesión, a la redonda de aquellos dos
riscos, y llevando el cochino debajo del tamarco. Y, y como el demonio es grande
artífice de cosas de cosas naturales, hacía llover, porque fuesen ciegos tras
su adoración. Y, si vía el que llevaba el cochino que era menester más agua,
teniáse consigo este demonio y, cuando le parecía que había llovido lo
necesario, largábalo y volvíase a su cueva, a vista de todos. (Abreu
Galindo, págs. 90-91)
Los hombres adoraban a un ídolo macho y las mujeres a una hembra. Al
macho llamaban Eraoranhan, y a la hembra Moneiba; les hacían oraciones, sin
sacrificio, y creían que vivían en los altísimos peñascos. Además de estas
cosas, tenían en gran veneración el cerdo, y el demonio, a quien llamaban Aranfaibo,
se les aparecía en esta figura. Cuando tardaban las lluvias, ayunaban tres días
seguidos y gritaban al cielo, llamando el agua, estando en un lugar reservado
para ello, llamado Tacuitunta, que estaba cerca de una cueva llamada
Absteneita; y de esta cueva, a sus gritos, salía fuera el demonio en figura de
cerdo, y les daba la lluvia.( Leonardo Torriani, págs. 213-214)
La
denominación ERAONHAN, ERAORANZAN o ERAHORANHAN dadas la deidad
macho de los herreños, podría traducirse como: ERAORANZAN = AT-HAR-AWN
= “el que cuida (envía) a Udes. La lluvia”. La
<>”z”<>”h”. (F. Pablo De Luca)
La propuesta para
Debemos recordar que el “anzar” = lluvia tiene carácter masculino
entre los pueblos beréberes, mientras que Moneiba, protectora de las mujeres,
tenía una estrecha relación con el Luna. A este respecto señalemos que las
sacerdotisas de Tiñor <> ti-n-yyur= “las (tierras) de
ARANFAYBO, el genio en figura
de cochino mediador entre la divinidad Suprema Eraoranzan, y los bimbaches. Podría
traducirse como A-HAR-AWNAFA-IBBA = “el que les cuida a Udes., para el
Padre, el que se dirige al Padre, vuestro cuidador hacía el Padre, el
intermediario”. Siempre en el mazigio del Marruecos Central. (Ibidem)
ABORA, era el Dios de los beneuaritas los cuales según don Tomás Marín de
Cuba: <<Eran grandemente idólatras ó devotos; en cada término había
gran montón de piedras solas, y en ciertos días diputados de la luna, venían
á él todos los vecinos de la comarca á bailar y cantar endechas y corridos y
á luchar, y comían allí carnes medios crudas y asadas, y leche y otras cosas
de su uso. Entienden que en lo alto hay un Señor todopoderoso que gobierna todo
lo criado, á quien llaman Abora; los el territorio de eccero en lugar
del montón de piedras tienen un roque muy alto y delgado de más de cien
brazas, muy venerado y de tanta estimación como ídolo llamado Aidafe; á
éste iban a pedir en sus necesidades les socorriese, y por siempre estuviese
enhiesto y no cayese le hacía rogativas y le ofrecían las asaduras de todos
los animales que mataban en aquella rogativa; todos los vecinos y cofrades
llevaban las asaduras entre dos cantando y respondiendo, muy poco a poco, y el
uno decía “Iguida iguan Aidafe”, que significa “dice Idafe que se ha de
caer”, y respondía el otro: “Quegueire iguantaro”, “pues dale lo que
llevas y no caerá”, y llegando al pie del risco las arrojaban y las comían
las aves, cuervos, milanos, guirres ó quebrantahuesos.
El demonio se les aparecía muchas y frecuentes veces en figura de perro
grande lanudo, llámanle Iruene>>.(pags.217-218)
Eran estos palmeros idólatras; y cada capitán tenía en su término a
donde iban a adorar, cuya adoración era en esta forma: juntaban muchas piedras
en un montón en pirámide, tan alto cuanto se pudiesen tener las piedras
sueltas; y en los días que tenían situados para semejantes devociones suyas,
venían todos allí, alrededor de aquel montón de piedra, y allí bailaban y
cantaban endechas, y luchaban y hacían los demás ejercicios de holgura que
usaban; y éstas, eran sus fiestas de devoción. Pero no dejaban de entender que
en el cielo había a quien se debía reverencia; y al que ellos entendían que
esta en el cielo, lo llamaban ABORA.
Pero el capitán o señor de Acero, que es
Tenían gran cuenta con los días, por las lunas, a quien tenían en gran
veneración, y con el sol.
A estos palmeros se les aparecía el demonio, en figura de perro lanudo,
y llamábanlo Iruene. (J. Abreu Galindo, pág. 270)
Eran
idólatras, porque adoraban al demonio en forma de perro, a quien llamaban Haguanran;
y decían ellos que éste moraba en el cielo, al que decía tigotan, y en
tierra, en las cumbres de las montañas llamadas Tedote; y encima de esta hacían
sus sacrificios de leche y de mantequilla. (Torriani, pág. 224)
ABORA,
nombre dado por los palmero a la deidad Suprema, entre los tuaregs del Adggar
argelino el vocablo ARABAD= “adoración”. Por otra parte, en la isla de
Chinech, existe el topónimo AROBA, punta en la costa de Candelaria. Visto esto,
aventuramos con las debidas reservas, si la denominación divina palmera se
trate de AROBA y no ABORA, posiblemente una confusión fonética debido a la metámesis
consonántica, por otra parte muy frecuente en los topónimos y palabras de
origen guanche. De este modo el Aroba palmero sería “el de la adoración”
“el que adora”, cosa nada extraña tratándose de Dios. (F. Pablo De Luca)
Otra interpretación del nombre de la divinidad benauharita ABORA, es el
de: “la luz superior o divinizada”, en clara consonancia con la morada de la
deidad, en el cielo al llamaban Tigot o Tigotán. Son numerosas las referencias
de antiguos autores que dan a ABORA, la representación del Sol, Dios (o Diosa)
de los antiguos canarios. Y también adoraban a
Abril
2012
Ilustraciones:
[2]Carnero
sagrado de Ur, rampante sobre el árbol de la vida. Obsérvese los dibujos en
forma de rombo represetantivos de
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¿Quiénes somos los mazigios canarios? (X)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? (IX)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? (VIII)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? (VII)
¿Quiénes
somos los mazigios canarios? (VI)
¿Quiénes
somos los mazigios canarios? (V)
¿Quiénes
somos los mazigios canarios? (IV)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? (III)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? (II)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? (I)
---» Continará