¿QUIÉNES SOMOS LOS MAZIGIOS CANARIOS? (II)
CAPITULO III. (IV)
Eduardo Pedro García Rodríguez
Como hemos dicho, los guanches
desarrollaron una cultura material basadas en los elementos que podían obtener
de su entorno; y estos eran la piedra, el barro, los huesos y las materias
vegetales, por ello cuando los europeos de la baja edad media iniciaron la
conquista de las islas encontraron en ellas una cultura material que estaba en
plena decadencia, no así en los aspectos espirituales y morales en los que eran
muy superiores a los portados por los conquistadores (extremo éste ampliamente
documentado por los propios cronistas de la conquista.) Por otra parte, cabe
preguntarse si los pueblos que se adaptan al entorno en que habitan, como los
antiguos griegos, o los que construyeron Petra; antiguos iberos; egipcios de las
primeras dinastías; los actuales pueblos esteparios; los primitivos
norteamericanos Inuits y Lapones, ¿deberíamos
darles el calificativo de neolíticos por el hecho de no desarrollar sus vidas
en sociedades urbanamente organizadas al estilo europeo?
6.5
LOS TENIKES GRABADOS DE CANARIAS
Durante el siglo XIX un sector ilustrado de la sociedad canaria y algunos
europeos, se ocuparon ampliamente en los temas referentes a la cultura aborigen,
muchos de ellos motivados por un sentimiento romántico se esforzaron en
destacar la figura del «buen salvaje», otros, entre los que cabe destacar al
doctor don Juan Bethencourt Alfonso, don Agustín Millares Torres Sabin
Berthelot, René Verneau y Webb,
entre otros muchos, estos, optaron
por realizar un trabajo de investigación científica cuyos resultados una vez
publicados sirvieron de fuente a innumerables
investigadores posteriores, excepto la magna obra del doctor Bethencourt Historia
del Pueblo Guanche, la cual aunque
era citada con frecuencia por los autores, sufrió un inconcebible “olvido”
por parte de los editores y organismos públicos durante casi un siglo. El
esfuerzo intelectual de don Manuel A. Fariña González y el económico de don
Francisco Lemus, consiguieron sacar a la luz esta joya de la historiografía
canaria en 1991.
Uno de los investigadores que más atención dedico a los grabados
rupestres en las islas fue el tantas veces citado doctor Bethencourt Alfonso, en
la obra mencionada nos ofrece un amplio estudio, destacando los de la isla del
Hierro sobre los cuales aporta unas traducciones realizadas por el eminente
especialista Mr. Campbell. En dicho trabajo el doctor Bethencourt partiendo de
estas traducciones sostiene la tesis de la ascendencia Íbera-turdetana de los
primitivos canarios, entroncándolos lingüísticamente con los vascos, y expone
la analogía de algunas palabras con el japonés y el celta, extendiéndolo a la
lengua libíca-bereber y celta-bereber e incluso fenicio, egipcio, y romana,
vestigios lingüísticos de las múltiples
culturas que pasaron o se asentaron en nuestro Archipiélago. Los petroglifos de
Tenerife no son mencionados por el doctor Bethencourt, posiblemente por
desconocimiento de los mismos o porque no les dio la importancia que atribuyó a
los de
No cabe duda de que este planteamiento de Buenaventura Bonnet entra en
contradicción con las afirmaciones de algunos cronistas coetáneos de la
conquista, quienes sostienen que los guanches desconocían la navegación, si
esto era así ¿cómo se comunicaban entre islas? Porque está claro que existía
un conocimiento de las islas entre sí, e incluso entre poblaciones de las
diferentes islas, además de una serie de topónimos originarios de la isla de
Chinech (Tenerife) que se reproducen en
las islas de Tamarán; Benahuare; Ghumara y Titerogaytra. No deja de ser
indicativo el que en los poblados de La Punta de la Rasca, haya aparecidos
fragmentos de cerámica de tipología típicamente awuara (palmera).
El Ingeniero Cremonés al servicio de Felipe II, Leonardo Torriani en su
«Descripción de las Islas Canarias», refiriéndose a los habitantes de Gran
Canaria recoge lo siguiente: «...También hacían barcos del árbol drago,
que cavaban entero, y después le ponían lastre de piedra, y navegaban con
remos y con vela de palma alrededor de las costas de la isla; y también tenían
por costumbre pasar a Tenerife y a Fuerteventura y robar...». Esta afirmación
de Torriani, confirma que los guanches practicaban la navegación entre las
islas aunque, de manera rudimentaria debido a la pérdida por desgaste y oxidación
natural durante centurias de las herramientas metálicas que en su día usaron,
las cuales no pudieron ser repuestas por depender del exterior el suministro de
las mismas, lo que produjo el natural retroceso en las técnicas de ingeniería
naval.
El insigne naturalista e historiador de Canarias, Sabin Berthelot- cónsul
de Francia en las islas- en su obra Antigüedades canarias, nos ofrece un
interesantísimo estudio epigráfico y lingüístico
sobre los grabados rupestres de las islas. La parte de este trabajo
dedicado a la isla del Hierro fue desarrollado con los materiales que le facilitó
directamente el sacerdote católico heo don Aquilino Padrón, el primer
“explorador” con curiosidad
científica de “los letreros” del Hierro, quien aprovechando unas vacaciones
en su isla natal en 1870 se interesó por los grabados e hizo los primeros
dibujos de los mismos que
posteriormente cedió para su estudio a Sabin Berthelot.
El estudio esta ampliamente documentado por lo que me permito
recomendarlo a aquellos lectores que estén interesados en el tema, la edición
que manejo es la de “Goya Ediciones”, Santa Cruz 1980. Berthelot,
sostiene el planteamiento de que: «...una lengua puede extinguirse en un
lugar y ser reemplazada por otra; entonces el lingüista exclusivo ve
el nacimiento de una raza». Es lo que a pasado en las Canarias. Los
descendientes de los guanches adoptaron todos el español, creyéndose que no
existía más hasta el momento en que Berthelot demostró que ellos forman parte
en realidad del fondo de la población de todo el archipiélago. Más adelante
continua: «...o bien es la
lengua de los conquistadores la que reemplaza a la de los pueblos conquistados;
pero en este último caso, según los recuerdos tradicionales, las inscripciones
lapidarias y los documentos históricos, las huellas del antiguo lenguaje se
reconocen siempre en la extrañeza de ciertas expresiones, en las denominaciones
topográficas y en los nombres propios que se trasmiten a los descendientes.
Esta fue la suerte que corrió la lengua del antiguo pueblo de Canarias.». Por
lo expuesto, queda claro que las bases de la antigua lengua de los canarios
sigue vigente en gran parte, en los modismos y giros empleados por los
castellanohablantes de nuestros pueblos y en la extensa toponimia (yo
personalmente llevo más de dos mil quinientos topónimos recogidos hasta la
fecha) en los nombres y apellidos de origen guanche que aún susciten en
nuestras islas, pero, sobre todo, en los innumerables paneles con grabados
rupestres alfabetiformes que existen en todas las islas, los cuales los
especialistas-salvo algunas excepciones- no han sabido o no han querido
traducir. Confiamos y deseamos, que de las nuevas generaciones de canarios
surjan algunos capaces de emprender la noble tarea de sacar a la luz el riquísimo
legado escrito que nos han dejado nuestros ancestros, y con ello reafirmar una
identidad que continuamente pretenden usurparnos.
6.6
LOS PETROGLIFOS DE TENERIFE
La existencia de grabados rupestres en Tenerife estaba prácticamente
descartada por los investigadores oficiales hasta el año 1982 (un profesor de
Como hemos apuntado, 1991 fue el año en que se publicó el primer tomo
de la obra del doctor Bethencourt Alfonso, este libro supuso para un gran sector
de la sociedad tinerfeña poder saciar la sed de conocimientos sobre el pasado
isleño. La lectura de la mencionada obra impulso a un buen número de jóvenes
y no tan jóvenes, así como a diversas asociaciones culturales, a patear los
campos y barrancos en busca de los restos materiales de nuestros antepasados,
con la misma ansiedad que un inclusero adoptado o no, busca a su madre biológica.
Como resultado de esta búsqueda comenzaron a aflorar hallazgos arqueológicos
de notable importancia y de los cuales la prensa se hizo eco en algunas
ocasiones, esto despertó los celos de los especialistas de varias instituciones
oficiales quienes arremetieron
contra los estudiosos de nuestra identidad, a través de orquestadas campañas
de prensa dirigidas a mantener el estatus de privilegios y prebendas que
venían disfrutando. La reacción del mencionado colectivo acusando de
saqueadores y destructores de los yacimientos a quienes de verdad se preocupaban
–y siguen preocupándose - por los mismos, fue como mínimo lamentable.
Esta postura por parte de un colectivo habituado a una situación cómoda
de trabajo en confortables despachos y que no fue capaz de encajar el hecho de
que el patrimonio arqueológico canario es superior al que propugnaban, y al
cual no se le estaba prestando -ni se le presta- la atención debida,
posiblemente por que quienes dirigen estos organismos, tienen asumido que el
patrimonio canario se compone solamente de Conventos, Iglesias y los Palacetes
de una oligarquía colonizadora otrora poderosa.
Es indudable que, la presión social de aquellos momentos obligó a estos
especialistas a dejar sus despachos y dedicar una parte mayor de su tiempo a los
trabajos de campo gracias a los cuales se llevaron a cabo algunas prospecciones
y estudios en varios yacimientos arqueológicos muchos de los cuales hacía ya
tiempo que estaban localizados y catalogados.
Quizás los primeros
yacimientos de petroglifos de los que tuvimos conocimiento los ciudadanos de
Tenerife, fueron los de Hoya Fría (barranco del muerto), y los de Aripe (Guia
de Isora), éste último, resultó prácticamente destruido por obras que llevó
a cabo el ayuntamiento para una conducción de aguas lo que motivo cierta polémica
en la prensa local por aquellas fechas. En cuanto al panel de barranco del
muerto ya era conocido por los catedráticos M.C. Jiménez y A. Tejera, quienes
lo dieron a conocer en el V congreso de Historia Canarioamericana en 1982,
aunque se concretaron solo en dos barcos desechando el resto del panel,
posteriormente, el conservador del Museo Arqueológico y Etnográfico de
Tenerife don José Juan Jiménez González da a conocer un detallado trabajo
sobre el yacimiento en el número 3 de la revista Investigaciones Arqueológicas,
que edita
La destrucción de yacimientos con paneles de grabados ha venido siendo
tan sistemática que, induce a pensar en si estos actos de vandalismo no estarán
dirigidos por ocultos intereses, pues, además de los mencionados han sido dañados
o destruidos paneles en Chijafe; Arona; Fañabe; Santa Úrsula; Adeje; Geneto;
Los Baldíos; Gonzalianez, etc., y conjuntos arqueológicos “protegidos”
como Guargacho, los Goros, en
La toma de conciencia por parte de la sociedad del inestimable valor
arqueológico e histórico de los petroglifos de Tenerife, quizás se lo debamos
al profesor don Rafael Oropesa Hernández, quien en Diciembre de 1991 denunció
a través de los medios de comunicación la destrucción que de las piedras con
grabados rupestres se venia haciendo en Los Baldíos con motivos de unas obras
de ensanche de la carretera, estos grabados que, en la zona son innumerables,
habían sido descubiertos por el señor Oropesa y puesto en conocimiento de los
organismos competentes en junio de 1986 y hasta aquel momento (1991), no
se había tomado ninguna medida para la protección de los mismos, por el
contrario las obras de ensanche de la carretera emprendidas por el Cabildo los
estaban haciendo desaparecer al derribar los muros de las huertas lindantes con
la carretera y ser reutilizadas las piedras en la reconstrucción de las
paredes. A raíz de esta nueva polémica que tubo un amplio reflejo en la
prensa, fueron recuperadas una importante cantidad de piedras con glifos y
depositadas en el Museo Arqueológico de Tenerife, actualmente algunas de ellas
están expuestas al público en una sala de reciente inauguración donde pueden
ser admiradas por los estudiosos de nuestro pasado ancestral.
6.7
LA PIEDRA ZANATA
Uno de los hallazgos arqueológicos que más impactó en la opinión pública
canaria durante la última década del pasado siglo, fue sin duda alguna el de
la piedra zanata, zenete o zenetu, incluso superior al que motivó la polémica
sobre las Bazinas o Pirámides Canarias.
El hallazgo del objeto en cuestión suscitó una clara división de
posturas en la sociedad Canaria, en un bando estaban quienes apostaban por la
autenticidad de la piedra, y en otro, los que cuestionaban la misma, entre estos
últimos se encontraban determinados estamentos de la Universidad de La Laguna y
representantes de un determinado partido político sucursalita que no destaca
precisamente por su defensa de la identidad canaria.
Quizás la victima inocente de la polémica desatada en torno a la piedra
Zanata fue un extraordinario canario de corazón, y traductor de los signos
grabados en la piedra, el catedrático
de estudio Árabes e Islámicos de la Universidad de La Laguna don Rafael Muñoz
Jiménez, quien, como consecuencia de su participación el tema de la piedra
Zanata, el cual se limitó a la traducción de los signos en ella grabados como
hemos dicho, y a la publicación posteriormente de un libro sobre su trabajo. Éste
investigador se vio atacado por algunos de sus colegas y por algunos de los políticos
de turno, con tal virulencia que, como consecuencia, enfermó de tal gravedad
que jamás logró recuperarse totalmente, por lo cual podríamos aplicar en este
caso aquello de que «Entre todos le matamos y el sólo se murió». En una de
mis visitas durante su enfermedad me manifestó que sólo le acongojaba dos
cuestiones, la primera, el futuros de sus alumnos en la Universidad, y la
segunda el no poder dar fin a la traducción de los grabados de la isla del
Hierro, estos pensamientos en un hombre que estaba en la puerta de la muerte,
nos da una idea de la grandeza del espíritu que animaba el pequeño cuerpo de
aquel gran ser humano.
Y como el tiempo acaba dando la razón a quien la tiene, me sirvió de
gran satisfacción el haber escuchado a una de las personas implicada en los
ataques dirigidos al Sr. Muñoz, decir públicamente en una conferencia-coloquio
que tuvo lugar en el “Centro de la Cultura Popular Canaria”, que en cuanto a
la piedra Zanata «se había cambiado el Chip», admitiendo ante la
concurrencia la autenticidad de la piedra. Esperamos que en un futuro próximo
nos sorprenda con otro cambio de “Chip” en cuanto a las Bazinas o Pirámides
de Canarias.
6.8
MANIFESTACIONES RUPESTRES EN TENERIFE
Las manifestaciones rupestres en Tenerife han supuesto una sorpresa para
ciencia, no solo por la abundancia de yacimientos en toda la isla, también por
lo variado de su temática. La zona más rica en paneles con grabados abarca
desde Anaga hasta Teno por la banda sur, siendo más escasos en la banda norte
donde hasta el presente han sido pocos los yacimientos localizados. Los que
posen un mayor número de paneles son: Santa Cruz (Anaga, Los Campitos, Barranco
de Santos, Hoya Fría, Taco, El Sobradillo), El Rosario (Llano del Moro, Montaña
Bimargen, Jagua, El Tablero, Machado, Radazul, etc.), Candelaria (Polígono
industrial, Araya, Igueste,). Güimar (Polígono industrial, Mal País, Montaña
Blanca, etc.) Arico, (Guasiegre,). San
Miguel (Cambados, El Cabuquero, Roque de
Los soportes donde se
encuentran las manifestaciones rupestres de la isla son fundamentalmente pétreos
y suelen estar ubicados en emplazamientos elevados, desde donde puede
contemplarse grandes extensiones del terreno y generalmente dotados de cierto
aislamiento y segregación espacial, algunos suelen estar situados en montañas,
roques y pitones, otros se localizan en las proximidades de fuentes de agua,
barrancos, manaderos e incluso en las
orillas de las playas. Los grupos de petroglifos situados en la proximidades de
fuentes de agua suelen estar formados por figuras pisiformes, siendo estas en
algunos casos de grandes proporciones (Araya de Candelaria), y habitualmente están
acompañadas de cazoletas y canalillos y de algunos signos alfabetiformes
realizados con la técnica de abrasión. En general, los grabados suelen estar
realizados con diferentes técnicas dependiendo en muchos casos de la dureza que
presente el soporte pétreo. Hasta el momento se conocen estaciones de grabados
practicados con técnica incisa fina y gruesa, de piqueteado, de abrasión y
rayado, los que a su vez se subdividen en varias formas. En cuanto a la temática
de las inscripciones es bastante amplia, predominando las esquemáticas-geométricas,
figurativas y alfabéticas. Hasta el momento no se conocen pinturas rupestres en
Tenerife.
Un tema que sería interesante de estudio es el de la manifiesta
similitud de los grabados rupestres de Canarias con otros localizados en el
continente y en la costa atlántica de la Península Ibérica (Galicia y
Portugal), además de otros similares localizados en lugares tan distantes como
Irlanda, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela, Cuba, México y algunos
estados de Norteamérica. Estoy seguro de que un estudio serio sobre la
correspondencia de nuestros grabados (especialmente los de tipo alfabetiformes y
figurativos), con otros existentes en los países mencionados nos depararía más
de una sorpresa.
Ilustraciones:
1)
Vivienda
guanche de uno de los poblados de
2) Antropomorfo de Aripe, Guía de Isora.
Foto
del Autor.
3) La Piedra Zanata cuyos signos fueron traducidos por Don Rafael Muñoz Jiménez.
Fotografía del Museo Arqueológico de Tenerife.
4)
Grabado
localizado en
Foto:
Raúl Melo Dait.
Canarias, Febrero 2012
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¿Quiénes somos los mazigios canarios? III (III)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? III (III)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? III (II)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? III (I)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? II (II)
¿Quiénes somos los mazigios canarios? I (I)
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