¿QUIÉNES SOMOS LOS MAZIGIOS CANARIOS? (II)

CAPITULO II. (I)

 

Eduardo Pedro García Rodríguez

4.- LAPIZLÚZULI

 

     En la última década se han suscitado ciertas polémicas en torno a la ascendencia mazigia del pueblo canario, por ello estimamos oportuno aportar, mediante éstas líneas, algunos aspectos sobre el origen y posterior desarrollo del pueblo mazigio. Con ello pretendemos que el lector canario conozca un poco más la gran cultura de la que es portador un pueblo que nunca ha sido bien comprendido por las culturas occidentales, y que siempre ha sido víctima de la prepotencia de éstas últimas. El pueblo mazigio ha venido siendo tratado de manera peyorativa con calificativos como: moros, (los españoles que aplicaron éste término en tono despectivo, evidentemente desconocían la etimología de esta  palabra, cuya raíz es de origen akkasica, y significa Lapízlúzuli, el color moro o índigo añil.) beduinos, beréberes, y en las últimas décadas a los mazigios canarios nos califican como “moros con corbata” etc., y tenido por portadores de una cultura inferior, cuando la realidad es que mientras Europa estaba sumida en la más oscura barbarie de la edad media, los pueblos mazighios, por el contrario, gozaban de una cultura refinada, de la cual se nutrió posteriormente la prepotente Europa.

 

     Veamos como vio Estrabón a los españoles de su tiempo, según un documento recogido por el escritor Fernando Díaz-Plaja en su Historia Documental de España.

 

     Todos los que en los montes habitaban, eran gente que comía poco, no bebía sino agua, y dormía en el suelo. Llevan el cabello crecido y largo como las mujeres, y, al combatir, se cubren con mitras la cabeza. Comen mucha carne de cabrones, los sacrifican a Marte y también prisioneros y caballos... Gustan de los certámenes, ejercitándose en el manejo de las armas, en montara caballo, en el pugilato y en la carrera y en los combates de escuadrones. Los montañeses, se alimentan en dos épocas del año de bellotas, secándolas, moliéndolas, y haciendo pan con esta harina; las conservan largo tiempo.

 

     Beben cerveza, porque la tierra escasea en vino, y cuando se proveen de él al punto lo consumen en convites con los parientes. No usan aceite, sino la grosura y la manteca de vacas. Cenan sentados, dispuestos a este fin asientos en las paredes. La edad y la dignidad llevan los primeros lugares.  Mientras se sirve la bebida, bailan al son de la gaita y flauta...Vístense todos de negro, con sayos de que forman cama, echándolos sobre jergón de hierbas. Beben en vasos de cera como los celtas, las mujeres gastan ropas floridas (o de color de rosa)

 

     Cortando algo de una lámina o plancha de plata, se servían de ello para sus transacciones mercantiles, como numerario. A los condenados a muerte, los precipitan desde una roca; y a los patricidas los cubren de piedras, fuera de sus términos, o de sus ríos. Los casamientos son al modo de los griegos. A los enfermos los sacan al público, como los egipcios, a fin de tomar consejo de los que hayan sanado de semejante accidente. Usaron de barcos de cuero hasta los tiempos de Bruto para las inundaciones por las mareas (esteros) y para Las Lagunas, pero ahora emplean Canoas. Tienen Sal purpúrea, la que molida se convierte en blanca.

 

     Este es el modo de vivir de aquellos montañeses que terminan al lado septentrional de España: de los gallegos, digo, asturianos y cántabros, hasta los vascones y Montes Pirineos, pues todos viven de un mismo modo; pero como yo huyo de fastidiar con un género de escritura desagradable, no gusto de poner muchos nombres, si ya no es que alguno guste de oír los Pletauros, Benduetas, y Allotrigas y otros nombres peores y más desconocidos que éstos.

 

     Pero la inhumanidad y fiereza de costumbres, no tanto les proviene de la guerra, como de tener morada alejada de otros, porque los viajes hacia ellos son largos por tierra y por mar. Con lo cual ha sucedido que no comerciando, han perdido la sociedad y humanidad.

 

    Bien que hoy ya padecen menos ese defecto por causa de la paz y por los viajes que los romanos hacen hacía ellos. Aquellos, a quienes toca menos parte de esto, son más intratables y más inhumanos: vicio que no es mucho que suceda, añadiéndose a algunos la incomodidad de vivir en lugares muy montuosos. Pero ya, como dije, todas las guerras se acabaron. Porque Cesar Augusto sujetó a los cantabros, que son los que hoy ejercitan más los pillajes, y también a sus vecinos; y los que antes talaban los campos de los aliados de los romanos, ahora llevan las armas en defensa de los mismos romanos, como los Coniacos y los que moran junto a las fuentes de donde tiene su origen el río Ebro, exceptuando los Tuisos. Y Tiberio, que sucedió a Augusto, habiendo puesto en aquellos lugares tres cohortes, las cuales Augusto había destinado para eso, sólo los apaciguó, sino que a algunos de ellos los hizo tratables...

 

     Imitan a las fieras, no sólo por la fortaleza, sino también por su fiereza y crueldad. En la guerra cantábrica, algunas madres mataron a sus hijos para que no cayesen en poder de sus enemigos. Y un niño, habiendo cogido un puñal, dio muerte por mandato de su padre, a éste, a su madre y a todos sus hermanos prisioneros; y esto mismo ejecutó una mujer con otros cautivos y consigo misma. Uno habiendo sido llevado a la taberna, se arrojó el mismo a la hoguera. Las mujeres labran los campos, y, cuando paren, hacen acostar a los maridos y ellas les sirven. 

 

     Lo expuesto más arriba, constituye el substrato cultural  que aún en plena baja edad media animaba  a las huestes de mercenarios y aventureros que como infernal plaga de langostas cayeron sobre nuestras islas, sembrando el caos y la destrucción allí por donde pasaban.

 

     Cuando los canarios nos preguntamos quienes somos y de donde proceden nuestras raíces nos quedamos inmersos en un mar de dudas, debido a la aculturación a la que nos han sometido durante más de quinientos años, el sistema colonial ha cuidado mucho el desenraizar al pueblo canario, para ello no dudaron en crear falsas y peregrinas procedencias de nuestros ancestros, o propagar la falacia de que los primitivos canarios fueron totalmente eliminados por los conquistadores, suerte de la que ciertamente nos libramos por el más amplio campo que para las operaciones de masacres, saqueos, razzias y expolios, ofrecía la recién descubierta América otra de las formulas empleadas con el propósito de anular nuestra identidad nacional ha sido el de hacernos creer que descendemos de la mítica Atlántida, pasando por germanos, vikingos, arios e incluso de españoles, basando ésta suposición en el hecho de que gran parte de los canarios actuales portamos apellidos españoles o europeos en general, pero escondiendo el hecho cierto de que los canarios que sobrevivieron (que fueron la mayoría) a la despiadada conquista, se vieron obligados a aceptar el bautismo y la imposición de nombres extranjeros para poder conservar la cabeza sobre los hombros, si bien esta condición de nuevos cristianos no liberó a la mayoría de ellos de la brutal esclavitud a que fueron sometidos. Estas falacias han sido sostenidas durante centurias valiéndose en muchas ocasiones de algunos autodenominados intelectuales, de filiación canaria los cuales se han prestado a sostener estas farsas sin el menor pudor a cambio de las prebendas recibidas de sus amos de la metrópoli. Esta situación al estar continuamente mantenida en los ambientes académicos y en los medios de comunicación de masas, llegó a ser aceptada como cierta por una gran parte del pueblo canario. Pero vino a sacar  a la sociedad canaria de su largo letargo la celebración en Las Palmas de Gran Canaria (Tafira) del primer Congreso Mundial Amazigh, llevado a efecto los días 27, 28, y 30 de agosto de 1997, en el cual participaron 36 asociaciones culturales mazigias establecidas en diferentes países, de los que algunos de los representados fueron: Francia, España, Estados Unidos, Suiza, Canadá, Marruecos, Mauritania, Túnez y Argelia. La presentación del congreso tuvo lugar  el 12 de agosto en el Hotel Taburiente de Santa Cruz de Tenerife, desarrollándose el mismo en el instituto “Felo Monzón Grau Brassas” de Tafira. La coordinación del congreso fue responsabilidad de la asociación Azar (Asociación Canaria para la defensa y Promoción de la Cultura Amazihg ), quien en esta ocasión realizó una labor digna de encomio.

 

     Ante este trascendental evento cultural de interés mundial, la reacción de los poderes fácticos y de los partidos políticos españolistas  no se hicieron esperar, al no poder controlar y manipular el congreso, así pues, como suele ser habitual en estos grupos de presión y opresión, orquestaron toda una campaña de descrédito en torno al congreso, sus organizadores y participantes, llegando incluso a hacer uso de la mofa como arma de ataque, pero éstos esfuerzos llevados a cabo por los detractores, y dignos de mejor causa, no tuvieron el fin perseguido por éstos, pues el pueblo canario asumió la celebración del congreso con la misma ansiedad que muestra un expósito en la búsqueda de su madre biológica.

 

     Entre los detractores más activos destacaron -como no podía ser menos- el partido popular ”de Canarias” (PP), por medio del coordinador “Regional” don Ignacio González, cuya saña contra el congreso sólo fue comparable a la que mantuvieron contra el reconocimiento de la  piedra Zanata. Los ataque dirigidos por estos partidos contra la persona del Catedrático de estudios árabes e islámicos de la Universidad de La Laguna, y canario de corazón, don Rafael Muñoz Jiménez, (cuya intervención en el asunto se limitó a descifrar los signos inscritos en la piedra) fueron tan desproporcionados e inmisericordes que le afectaron gravemente la salud, hasta el extremo de jamás pudo recuperarse y las secuelas dejadas por la enfermedad acabaron por enviarle a la Sol. Acostumbrados como están a pedir cabezas (naturalmente siempre que no sean las suyas) el encono les llevó a pedir públicamente la dimisión del entonces director general de cultura del Gobierno Autónomo don Horacio Umpiérrez.  Por su parte, el partido socialista “canario” (PSOE) no estuvo menos agresivo contra éste evento cultural, y su secretario de organización, don Carmelo Padrón, se lamentaba que, «detrás de la organización estuviesen significados independentistas».

 

     Lamentablemente, este cúmulo de disparates está  sostenido por quienes no se cortan un ápice en afirmar públicamente que son demócratas, (algunos dicen que de toda la vida) pero no cabe duda de que una cosa es predicar y otra es dar trigo.

 

     La manera de actuar de estos colectivos españolistas nos obliga ha formularnos una pregunta  sencilla ¿qué entienden estos partidos por democracia?

 

     Consideramos notorias algunas de las resoluciones tomadas por el plenario del mencionado Congreso, por ello nos permitimos insertarlas en éste capitulo.

 

Mesa 7

a)     Condenar las intervenciones militares contra los pueblos Tuareg, a menudo con el visto bueno de las potencias internacionales, y el compromiso de mundo Amazigh con estos pueblos.

b)    Exigir el derecho a la libertad de asociación y de expresión en Libia.

c)     Compromiso con la paz mundial, pidiendo la desmilitarización de Canarias y la adhesión al Tratado de Pelindaba.

d)    Reconocimiento y rehabilitación de la cultura Amazigh, tendente a defender la libertad de los pueblos, amenazada por la presión que ejercen las culturas dominantes.

e)     Demanda así mismo de medidas que limiten el expolio físico y cultural de regiones especialmente vulnerables, como es el caso de Canarias, Ley de Residencia, de posesión del suelo,...

f)      Apoyo a la Tamazight como lengua oficial en Marruecos y Argelia. Fomento de su aprendizaje en toda la Tamazgha. Creación de una Comisión que lleve a cabo la unificación y estandarización de la lengua y sus caracteres (Tifinagh)

 

     Como hemos dicho, el desarrollo de este Congreso Amazigh, sirvió para sacar a una considerable parte de la población canaria del ancestral letargo a que estuvo sometida, los frutos, son más que evidente a poco más de cuatro años de celebrado el encuentro, podemos afirmar que la sociedad canaria está tomando plena  conciencia de sus verdaderos orígenes guanches imazighen.

 

     Creemos oportuno dar un breve repaso del posicionamiento que sobre la ascendencia del pueblo canario y el poblamiento de las islas han venido sosteniendo la historiografía oficial u oficialista durante centurias. Ésta postura ha estado siempre basada en las referencias que sobre el tema nos han trasmitido los primeros cronistas, éstas como es natural, están ampliamente condicionadas por la situación de clérigos y fanáticos defensores del cristianismo propios de la época, de la mayoría de quienes escribieron por una parte, por otra, el desprecio que mostraban hacía las culturas dominadas determinaba a estos autores a no recoger o ignorar cualquier planteamiento cultural que no entrara dentro de sus parámetros católicos. Afortunadamente, desde la última década del pasado siglo, un grupo minoritario pero consiente de científicos han conseguido liberarse de las orejeras impuestas por el sistema colonial imperante, y están desarrollando nuevas líneas de investigación tratando de profundizar en el conocimiento de los verdaderos orígenes del pueblo canario.

 

4.1 AFRIKA  CUNA DE LA HUMANIDAD  

 

      Es un hecho aceptado por la comunidad científica internacional, que la humanidad tuvo su nacimiento en Afrika. Los antecesores del ser humano desarrollaron en nuestro continente un proceso evolutivo durante más de cuatro millones de años, tiempo que tardaron los homínidos en alcanzar el grado de desarrollo suficiente para en sucesivas oleadas migratorias ir ocupando cada vez mayores espacios de caza, y así fue poblando toda euro Asia. Estas emigraciones tuvieron un efecto de flujo y reflujo o de bumerang como tendremos oportunidad de ver. Durante ese largo periodo, la especie pasó por diferentes etapas evolutivas hasta alcanzar el estado actual de Homo sapiens sapiens, frecuentemente los paleontólogos aportan más evidencias sobre la antigüedad del ser humano sobre la tierra y cada vez nos hacen retroceder más en nuestros orígenes hasta situarlo entre 4,2 y 3,9 millones de años. La datación para estos homínido esta recogida en los fósiles anamensis los cuales muestran una gran similitud con los del Australopithecus afarensis, especie posterior que proliferó en Etiopía y Tanzania hace entre 3,9 y tres millones de años, representada por el esqueleto de la famosa Lucy, los afarensis  desaparecieron de la tierra hace unos 2,5 millones de años  dando paso a otros homínido con cerebro más desarrollado y esqueletos cada vez más humanizados, empezaron a fabricar rudimentarios utensilios de piedra. Eran los Homo habilis, cuyo espécimen mas conocido es el esqueleto del Turkana Boy, un adolescente que murió ahogado en el lago Turkana hace un millón y medio de años, el cual fue descubierto por Richard Leakey, en 1967,  seguidos de los Homo ergarter y los homos erectus. De éste último, surgieron dos ramales que evolucionaron uno hacía el hombre moderno u hombre sapiens, y el otro hacía el hombre de Neandertal. Sin embargo, los antropólogos que están estudiando el yacimiento de Atapuerca, en Burgos, (España) opinan que el primer habitante afrikano en Europa, y antecesor común de los neanderntales y de los hombres modernos no fue el Homo heidelbergensis, sino el recién hallado en la sierra burgalesa el cual han denominado como Homo antesessor.

 

     La expansión de los homínidos por euroasia, comenzaría hace unos 1.650.000 años, durante el pleistoceno inferior, estos grupos atravesaron el estrecho de Gibraltar por un istmo que unía el sur de la Península Ibérica con el Rif.

 

     La penetración de los pueblos afrikanos en el continente europeo tuvo lugar a partir del comienzo del deshielo, con la retirada de los glaciares, en la época del Mamut, es admisible que la retirada de los glaciares de Europa influyera en el clima de la zona y conforme iban quedando grandes espacios libres de hielo en la Península Ibérica , éstos iban siendo ocupados por los hombres provenientes del continente afrikano, quienes fueron penetrando en el interior del continente europeo como hemos dicho a través del istmo de Gibraltar en la misma medida en que los hielos se iban retirando. Es plausible, que tanto la deriva continental como la presión oceánica, así como la subida del nivel del mar como consecuencia del deshielo, acabasen por hundir en las aguas el istmo de Gibraltar, cortándose con la pérdida de este paso natural, la penetración del hombre sapiens en Europa. A partir de esa época, las tribus fueron desarrollándose independientemente del tronco base, multiplicándose y penetrando en Asia, donde fueron adquiriendo un determinado desarrollo étnico diferenciador debido entre otras causas a una mayor abundancia de la caza y a las condiciones climáticas de la zona.

 

     Esta diferenciación, con el transcurso del tiempo dio lugar al surgimiento de dos razas: la semítica y la aria, ambas asentadas en el continente asiático formando núcleos de población completamente opuestos.

 

     Los arios, se establecieron primitivamente en las llanuras del Turan, siendo el centro la Bactriana , en la parte comprendida entre el Oxus y el Indokús, el Bolor y el mar Caspio. No llegaron a formar un estado poderoso, debido a que estaban fraccionados en tribus, unidas tan sólo por el sentimiento de origen, la semejanza de costumbres y de lengua. Siendo el vinculo más fuerte en esta unión las creencias religiosas, las tradiciones y el sentimiento de fraternidad; Estos lazos se fueron perdiendo conforme aumentaba la distancia y el número de tribus, si no en el fondo, sí en la forma.

 

     La primera distinción manifiesta, fue la de tribus orientales, indios e iranios, y tribus occidentales, los yavannas. Más tarde, estas tribus se subdividieron en dos grupos; que ocuparon la cuenca occidental del Oxus, y otro compuestos de los que después fueron los romanos, griegos y galos, se esparcieron al sur-oeste, por los valles del Artamis y del Bactrus. Estos movimientos migratorios tuvieron lugar antes de su dispersión, en fecha muy anterior al año 3.000 a .d.n.e.

 

     El crecimiento de las tribus, y las guerras entre ellas impulsó la búsqueda de nuevas tierras, comenzando así una nueva gran emigración, ésta bordeó el mar Caspio por el sur y penetró en los valles de Armenia, después de un breve establecimiento en la zona, de nuevo se subdividen tomando unas la ruta del Norte y siguiendo otras hacía el Occidente, hacía Asia Menor. Éstas, se posesionaron de las regiones occidentales del Asia Menor, donde formaron tres centros de población a saber: los frigios en el interior, entre el río Sangarios y el Meandro; el de los Misios, cuyos pueblos más importantes fueron los dardanios y los tsekkri (teucros), y el de los lidios en los valles del Pactolo y del Hermes. Los dardanios y los tsekkri fueron los predominantes ejerciendo la jefatura de una vasta confederación, en la que estaban integradas la mayor parte de las tribus ribereñas, entre las que destacaban los leka (licios), pelestas (pelagos), turcha (tirrenios), shardanas (sardones), mauso (misios), y schakalaska (siculos).

 

     Mientras se producía los asentamientos en estas tierras, otras tribus descendiendo por los valles a las costas del Asia Menor, se dispersaban por el archipiélago, siguiendo los pasos de los sidonios, expertos navegantes de la época y de quienes aprendieron los palestas o pelagos el uso de la vela y el remo, creando el tipo de barco denominado “caballo de mar” de líneas más esbeltas que los redondeados y panzudos usados por los sidonios, guiándose en sus navegaciones por la Osa Mayor en vez de la estrella polar como sus maestros. Pronto los pelagos se sintieron lo suficientemente fuertes como para internarse por sí solos en el mar, declararon la guerra a sus maestros los sidonios, impidiéndoles los asentamientos en las costas orientales del mar Egeo, y apoderándose de todas las islas del Mediterráneo. Así, tras un largo periodo de continuas emigraciones ocuparon, allá por el siglo XVI a. d.n.e., todo el Archipiélago.

 

     El centro de todo este poder marítimo de los pelagos residía en la isla de Creta, y desde su capital Cnossos dominaron toda la isla, ejerciendo en el siglo XIII a.d.n.e., la hegemonía sobre todas las tribus ribereñas de estirpe pelágica, desde las aguas del Asia Menor, hasta Sicilia, 

 

     Según Thucídides, lib. I, 4, «Minos, el rey más antiguo de todos aquellos que hemos oído, construyó una armada con la que se apoderó de la mayor parte del mar de Grecia, señoreó las islas llamadas Cicladas y fue el que primero las hizo habitar, fundando en ellas muchas poblaciones». Los Pelestas o pelagos, dominaron las rutas comerciales terrestres y marítimas de todo el sur de Europa, y parte de Áfrika, donde practicaban la piratería, tal como nos los presenta Herodoto, lib. 4, 145. «Aquellos Pelasgos, infames piratas, que se llevaron las mujeres atenienses del pueblo de Braunon, echaron también violentamente de Lemnos a los descendientes de los campeones de la nave Argos».

 

     Como hemos visto, desde las primeras emigraciones del Homo sapiens desde el continente afrikano, hasta su asentamiento en Europa, en su “retorno a casa” había mediado un largo periodo histórico, durante dicho periodo, las tribus que optaron por quedarse en la tierra madre tuvieron un desarrollo paralelo en el tiempo aunque divergente en cuanto a la cultura material, pero no así en la espiritual y religiosa que hasta los albores de la cultura micénica y en los tiempos míticos de Grecia eran de raíces netamente afrikanas. La procedencia afrikana de  los primeros pelagos y griegos entre otros pueblos está modernamente demostrada mediante los estudios del genoma humano realizados en estas poblaciones como tendremos oportunidad de ver. 

 

     El retorno masivo al continente afrikano se produce con toda probabilidad, durante el reinado de los faraones Tahutmés 3º, hasta Ramsés 3º, las arribadas se producen en el Norte desembarcando en el promontorio que más tarde habría de llamarse Cirenaica (Tripoli) y principalmente en las inmediaciones del lago Tritón, estos desembarcos están recogidos en la mitología griega como la del héroe Yolao, tenido por una fracción de los libios como su antepasado; los de Poseídon (Baal) y de Athenea (Tanit), en la edad prehistórica adorados en los alrededores del lago Tritonis. Las tribus más numerosas que aportaron al Norte de Áfrika las de los Lebus (libios) y las de los Maschuaahas (Maxios) Desde el  principio de la XVIII dinastía egipcia, (año 1703 a .d.n.e.) A estas tribus, fueron precisamente los  egipcios quienes les impusieron el nombre de Pelestas y eran de cabellos blondos y ojos azules.

 

     Establecidos en Libia, avanzaron desde el lago tritón en la pequeña Sirte, hacía el Oriente y el Occidente, impelidos de tarde en tarde por su propio crecimiento o por otras tribus. Es precisamente en ésta época los documentos egipcios nos hablan de las batallas navales del faraón Tahut-més 3.º Contra los pueblos de las islas y costas del Mediterráneo, (pueblos del mar) según los documentos descubiertos por Mariette en Karnak y traducidos por Rouge, en los cuales se dice que los bárbaros de ojos azules y cabellos blondos fueron completamente derrotados.

 

     La fama y riqueza del valle del Nilo, no tardaron en despertar las apetencias de los pelasgos, quienes ya eran dueños del mar Egeo, de Creta de Sicilia y de las costas itálicas y la libia, en Áfrika. La primera expedición contra Egipto tuvo lugar durante el reinado de Seti I, siendo regente del reino su hijo, el que después sería Ramses II. Desembarcados los pelasgos en el Delta del Nilo, se les incorporaron los libios, y ambos contingentes penetraron por el Occidente (año 1.400 a .d.n.e.) siendo vencidos por las tropas del faraón, un gran número de los prisioneros habidos en esta batalla fueron posteriormente incorporados al ejército egipcio.

 

     Durante el reinado del faraón Minphtah los pelasgos intentan de nuevo invadir Egipto, en esta ocasión habían arrojado en las playas de la Libia una gran multitud de tribus dispuestas a conquistar el Delta del Nilo, en esta nueva ofensiva los guerreros venían acompañados de sus mujeres e hijos, prueba inequívoca de su determinación para quedarse en el país, a éstas tribus se les unieron los libios, y todos juntos se precipitaron sobre el imperio egipcio. Minphtah les esperó junto a Prosopis donde les presentó combate el 3 del mes de Epifi, la batalla duró seis horas y las mejores tropas de los invasores quedaron deshecha, experimentando los libios y pelasgos una sangrienta derrota, el resto en franca retirada fueron acosados por los carros de guerra egipcios hasta los confines del territorio invadido.

 

     No obstante, los libios y pelasgos no cedían en sus propósitos de asentarse en Egipto, y de manera subrepticia fueron ocupando amplias franjas de terrenos al Oeste del Delta, con la tolerancia de los sucesores de Minphtah. Ya se habían posesionado del nomo Mareótico y del Saítico, así como de las bocas del Nilo hasta el brazo mayor del río, o sea toda la zona occidental del Delta, desde la ciudad de Karbina, al Oeste, hasta las cercanías de Menfis, al Sur. Una de las primeras medidas tomadas por Ramses 3º en cuanto accedió al poder, fue precisamente la de desalojar a los libios de los terrenos que habían usurpado, lo que se llevó a efectos sin grandes contratiempos, enterados los pueblos del Asia Menor, de la expulsión de los libios formaron una confederación para vengar a éstos, dividiéndose en dos grupos: unos  por mar estaban encargados de asolar las costas egipcias; otro grupo atravesando Siria, atacarían las fortalezas del istmo, uniéndose a ellos mediante tratados o por efecto de esclavitud los pueblos que sometían durante el camino hacía Egipto.

 

     Los egipcio, guarnecieron de tropas la boca del Nilo y las plazas fuertes del Delta, y Ramses 3.º dispuso a esperar a los invasores. El encuentro de los dos ejércitos y de ambas escuadras se efectuó bajo las murallas del castillo llamado Torre de Ramses 3.º,  la acción terminó con una completa derrota para los invasores. Alejado el peligro por ese lado, surgió de nuevo por el Occidente. Los libios ya rehechos del descalabro, volvieron a la carga, recibiendo tan sonada derrota que no volvieron a batirse con los egipcios. Esta batalla tuvo lugar el 1278 a .C., época en que comenzó el declive del imperio egipcio.  A una buena parte de los libios vencidos, Ramsés 3.º los dedicó al cultivo de las tierras en el Delta, a otros se les empleó en la orilla izquierda del Nilo, condenándoles a ejercer en los oficios que se enlaza con el culto de los muertos y con las manipulaciones de los embalsamamiento.  (Según trascripción de una estela efectuada por Chabas y Masperó)      

 

     Es digno de resaltar que en la sociedad guanche, el mayor castigo que se aplicaba a los guerreros hechos prisioneros en las batallas, consistía en destinarlos a los oficios de carniceros o embalsamadores.

 

     Sobre el año 1.288 a .d.n.e. las tribus, lenta pero progresivamente fueron desplazándose desde  Zeugitania a Argelia, atravesando el valle del Muluya, hasta el Oasis de Figuig y Numidia, hasta la región del Atlas,  estas marchas no estaban exentas como es natural de enfrentamientos con los antiguos habitantes proto semitas de esas regiones, y que paulatinamente fueron siendo desplazados de sus territorios originales, y posiblemente propiciando así la segunda ocupación de las islas Canarias.

 

4.2 LOS MAZIGIOS  CANARIOS  SEGÚN ALGUNOS CRONISTAS

 

     El origen ancestral de los pueblos mazighios se pierde en la noche de los tiempos, pero los cronistas europeos jamás tuvieron interés en profundizar en la historia remota de nuestros antepasados, quizás por desconocimiento del tema o por las razones que hemos apuntado anteriormente. No obstante algunos de ellos nos dejaron algunas sucintas referencias tardías en cuanto a la procedencia de los canarios que habitaban las islas en los momentos en que estos pasaron por ellas en sus viajes de depredación, y posteriormente, los cronistas que acompañaron a los piratas-conquistadores, a partir de finales del siglo XIV. El viajero italiano Benedetto Bordone, que pasó por las islas Canarias en la primera mitad del siglo XIV, nos dejó una breve descripción de sus habitantes y costumbres en los siguientes términos: «...que la menor de ellas es de circunferencia de 90 millas , pero aquellas, que habitan los infieles son de muchos mayores, e de pueblos más abundantes, y sobre todas las otras la Gran Canaria , en la cual se encuentra alrededor de ocho mil almas, más o menos, y después de esta Tenerife, después sigue La Palma , que poca gente conoce no obstante isla bellísima, y todas tres fortísimas de manera que no temen de alguno de ser de alguno tomada. Tenerife, es la más alta isla del mundo, de la cual con tiempo sereno se puede ver a setenta leguas de distancia en el mar, que son millas doscientas cuarenta, y tiene en el medio, en forma de una punta hecho, altísimo, la cual continuamente arde, y así se afirma de aquellos que la han visto, y además dicen que aquel monte tenía por altura millas seis, por tres islas o sea la Gran Canaria , Tenerife y La Palma , tienen por número nueve señores, los cuales por la fuerza se hacen, y por tales tiranías grandísimas guerras entre ellos se cometen,  no ya con armas, por que son de aquellas del todo privados, pero con piedras y mazas de madera, a sus guerras imponen el fin, y por eso todos desnudos son, en el matarlos hacen admirable operación, no obstante algunos de pieles de cabras sean cubiertos, y similmente algunos otros, para ampararlos no tanto de las guerras, cuanto del frío “no obstante poco o nada haga.

 

     De cebo de pico y de zumo de hierbas hacen de ello una composición con la cual se untan para hacer su piel gruesa. Habitan en las cuevas de las montañas, y sus víveres es el pan de cebada, carne y leche de cabra. Tienen vino y higos abundantemente y las cosechas es de marzo  y de abril. Viven sin alguna religión que el sol, y que la luna y que otra cosa como ellos más es disgusto, adoran.  Y entre ellos las mujeres no son comunes, pero cada uno tantas coge, cuantas a él gusta, haría alguno “por vil que sea” que alguna de aquella fue mujer a casa condujera si con el señor suyo no fuese virgen, eso que a grandísima vergüenza con tal cosa se tendría, esto dormir que hace la mujer con el señor a grandísimo honor se tiene.

 

    Y además de aquella costumbre, hay otra que está hecha de esta manera: que creado el señor, y en la señoría puesto sin otro impedimento, habrá algunos de sus súbditos a su señoría se presenta, y aquella para honrar la fiesta se ofrece de sí mismo matar, y por tal cosa ver, o sea el efecto de la ofrenda hecha todo el pueblo se reúne en un cierto valle profundísimo, y aquello, que de morir por el señor mismo se ofrece, a altísima rupe (¿cima?) accede, y después de algunas ceremonias echas, y algunas palabras en laude de su señor dichas, subido en de aquella rupe altísima se tira, por aquella, no queda más que en el fondo de aquel valle en pedazos combertido, donde después del pueblo es encontrado, y el señor por tal efecto, a sus parientes de mucho agradecido le queda.

 

     Estos isleños son buenísimos saltadores, y una piedra con mano trayendo, donde le gusta la ponen. Sua carnes con zumos de hierbas pintan, estas sus pinturas son de diferentes colores echas, o sea verde, amarillo, y bermellón, con muchos bellos animalitos, y además de follaje, y otras cosas.»

 

     Este texto de Benedetto Bordone aunque un poco confuso en algunos de sus pasajes, podemos entender el fondo del mismo. En él, nos aporta tres datos del máximo interés, el primero nos habla de la existencia de la vid en Canarias en tiempos anteriores a la colonización normando española, así mismo nos dice de las higueras de leche, frutal cuya introducción en las islas especialmente en la de Gran Canaria el sistema ha venido atribuyendo a los mallorquines, extremo éste que la arqueología se ha encargado de desmentir, y la existencia en la antigua sociedad mazigia guanche de la figura del mensajero, practica que sincretisada ha perdurado hasta nuestros días, como tendremos oportunidad de ver.

 

     La investigadora canaria, María C. del Arco Aguilar,  en un estudio paleocarpológico realizado en el yacimiento arqueológico de la cueva de don Gaspar, en  Icod,  Chinech, (Tenerife) encontró que en la zona se cultivaba  la vid enmarcado en el comienzo de la era cristiana, la vitis vinifera. Este gran descubrimiento arqueológico, como otros muchos de vital importancia para un mejor conocimiento de nuestro pasado ancestral, no ha sido debidamente divulgado, quedando el conocimiento del mismo en un reducido grupo de especialistas, a pesar de que como su propia descubridora apunta: «Esta es una aportación fundamental pues se trata de un cultivo para el que toda la historiografía  señala su introducción tras la conquista. Aunque los restos identificados son escasos, no se trata de un hallazgo aislado pues determinamos  varias unidades en diferentes niveles pertenecientes todos ellos a la secuencia de ocupación indígena…, el tipo de simientes y productos agrícolas con que se planifica la colonización de la isla, y éste es un cultivo plenamente introducido en el Occidente Mediterráneo N de África para las fechas del primer milenio a.C. que barajamos.» ( Mª del C. del Arco Aguiliar, et al. 2000: 67-129)

 

    Por otra parte, en la cueva de Las Palomas los estudios antracológicos han permitido identificar carbón de ficus carica datado por el método del carbono 14 en el siglo III a.d.n.e., el hallazgo está refrendado por otros similares en la  cueva de los cabezazos, Tegueste, (Chinet.)  Esta higuera ha pervivido hasta nuestros días en las medianías de toda la isla y es conocida popularmente como higuera Vicariña, y da unos frutos de piel gruesa y áspera de color verde blancuzco y la parte interna del fruto es rojo, muy similares a otros que se cultivaban en el antiguo Egipto, son muy azucarados y sabrosos, ideales para pasar. (secar) La toponimia recogida desde el mismo momento de la conquista también nos da referencias sobre las higueras, así tenemos el Valle de Abicor o Abicore, (abikur, abikure) (el de las higueras) como se conocía al actual Valle de San Andrés, en Añaza (Santa Cruz), otros topónimos que hacen referencia son icor e icore (ikur, ikure), todos en Chinet.

 

     Fray Alonso de Espinosa escribió su Historia de Nuestra Señora de Candelaria unos ochenta años después de la conquista de la isla de Chinech, si bien tuvo acceso a determinados fondos documentales, la verdad es que la mayoría de las referencias recogidas sobre el pueblo guanche las obtuvo de la Tamusni (historia oral que nuestros antepasados trasmitían de abuelos a nietos) si bien esta debió ser rica, el fraile fue lerdo en transcribirlas por temor a la inquisición, pues a pesar de lo poco que escribió sobre el tema le costo el ser expedientado por esta, no obstante, de que  había procurado curarse en salud diciendo: «Esto es lo que de las costumbres de los naturales he podido con mucha dificultad y trabajo, acaudalar y entender, porque son tan cortos y encogidos los guanches viejos, que si las saben, no las quieren decir (a los extranjeros), pensando que divulgarlas es menoscabo de su nación...,»

 

Canarias, Enero 2012

 

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