Jorge
Ancor Dorta *
La economía internacional es un campo
distinto a la macro o microeconomía domestica. El premio Nobel Robert Mundell
es el precursor del estudio de las "macroeconomía de las economías
abiertas". Aunque han habido nuevos avances desde los trabajos de Mundell,
vamos a centrarnos en su concepto de zonas monetarias
óptimas y en su
Modelo Mundell-Fleming para una pequeña economía abierta por simplificar (*).
Esto nos permitirá explicar de forma rigurosa algunos de los desequilibrios
causados en Canarias por su pertenencia al Estado español.
Mundell define una zona monetaria óptima
como aquella área geográfica en el que se maximizará la eficiencia económica al
tener una moneda única. Para que una zona sea zona monetaria óptima, se han de
cumplir cinco condiciones.
- La primera es que exista una
convergencia de las magnitudes macroeconómicas, es decir crecimientos parecidos,
inflaciones parecidas, etc.
- La segunda es perfecta movilidad del
factor trabajo. Esto incluye la habilidad física a viajar y la no existencia de
barreras culturales.
- La tercera es perfecta movilidad del
capital y mercancías. Esto implica flexibilidad de precios y salarios a lo
largo y ancho de toda la región para que la oferta y la demanda puedan
redistribuir capital y mercancías a donde son necesitados. Es decir deben
existir mercados integrados de mercancías, trabajo y capital.
- La cuarta, un sistema fiscal de
redistribución de riesgos. Es decir una política redistributiva para compensar
aquellas regiones negativamente afectadas por la movilidad de trabajo,
mercancías y capital.
- La quinta es que tengan ciclos
económicos similares, es decir que las fluctuaciones cíclicas de la economía en
la que una fase de expansión va seguida de otra de contracción estén
coordinadas.
Si
esas cinco condiciones no ocurren se producirán shocks asimétricos (**) que
destrozarán la economía real.
¿Qué es un shock asimétrico en palabras llanas? Pues poner la misma dieta a un
obeso que a un anoréxico, o tratar con el mismo medicamento a un enfermo de
cáncer que a un enfermo de resfriado, o tratar de curar a un enfermo de baja
presión bajándole aun más la presión arterial.
Con echar un simple vistazo a esas
condiciones y la realidad de Canarias cualquier economista medianamente
informado verá que Canarias no es una zona monetaria óptima ni con España ni
con la Unión Europea.
Para empezar no compartimos un área
geográfica común con España, ni tan siquiera un mismo continente. Tampoco hay
movilidad perfecta del factor trabajo ni un mercado laboral perfectamente
integrado ni con el Estado Español ni dentro de la Unión Europea. La calidad de
la educación o barreras geográficas y culturales son claros ejemplos de ello.
De hecho la movilidad laboral dentro de la misma Unión Europea es baja. En el
caso de Canarias, además, basta con mirar a un mapa para llegar a esa misma
conclusión.
Tampoco hay convergencia de magnitudes macroeconómicas ni con España ni con la
Unión Europea. Un repaso a los persistentes desequilibrios estructurales
de Canarias son suficientes para llegar a esta conclusión.
Tampoco hay perfecta movilidad de
mercancías. Cualquiera puede hablar con un exportador y preguntarle por ejemplo
como en la práctica el efecto de la diferencia entre IVA e IGIC le pone unas
barreras administrativas insalvables a la exportación desde Canarias, mientras
que la importación hacia Canarias cuenta con toda clase de facilidades y
subvenciones, en una política de dumping con la producción local a través de la
fijación de precios predatorios y otras prácticas de competencia desleal y
restricciones administrativas que generan mercados cautivos (**)
España y Canarias también tienen ciclos económicos dispares. Cualquier
economista medianamente informado sabe que Canarias, al ser una economía más
abierta que la economía española, se adelanta en el ciclo económico a esta
última entre 12 y 16 meses.
Por tanto no es que Canarias no cumpla alguna de las cinco condiciones
necesarias para ser zona monetaria óptima, ES QUE NO CUMPLE NINGUNA,
con la excepción de ciertos mecanismos de redistribución fiscal que hace que
siempre estemos mendigando con el Estado lo que es nuestro por derecho propio
como mínima compensación por todos los perjuicios que nos causa estar dentro
del Estado Español y dentro de la Unión Europea.
Pero es que Canarias no las cumple ahora
con el Euro, pero ¡¡ TAMPOCO LAS CUMPLIA ANTES CON LA PESETA !!.
¿Qué ocurre cuando una área geográfica se
integra en un zona monetaria que no es optima?, pues que se producen shocks
asimétricos que si son lo suficientemente importantes y no pueden ser
controlados terminan destrozando la economía real y creando desempleo. En ese
caso un régimen de libre flotación de divisa propia es mejor, ya que en una
unión monetaria los tipos de interés (política monetaria) no pueden ser
ajustados a las situaciones particulares de las regiones que la integran.
Es por la existencia de estos shock asimétricos, junto con los factores
estructurales de nuestra pertenencia al Estado, por lo que los desequilibrios
macroeconómicos en Canarias no solo no se corrigen sino que generan más
desequilibrios en un círculo vicioso. Para compensar esos shocks asimétricos y
las desventajas que nos causa pertenecer a España y la Unión Europea (bajo el
modelo de integración actual) se han implementado políticas fiscales que solo
han conseguido aumentar las diferencias sociales y destruir nuestro tejido
productivo y competitividad al tiempo que se usan también para proteger los
intereses de las empresas españolas en Canarias y alimentar los círculos de
corrupción.
¿Que hubiese pasado si Canarias hubiese
tenido su propia moneda y su propia política monetaria durante los últimos 40
años con respecto a los efectos de los diferentes boom de la construcción? La
respuesta a esta pregunta hay que buscarla en el modelo Mundell-Fleming para pequeñas economías abiertas. No es el objeto de esta entrada explicar
el modelo en detalle, pero simplifiquemos las conclusiones.
Durante los booms de la construcción la
entrada de capitales hubiera elevado el valor del suelo turístico pero también
el tipo de cambio apreciando el valor de la moneda. Debido a la rigidez de
precios y salarios, en una economía netamente importadora como la nuestra eso
hubiese significado un incremento del poder adquisitivo de toda la población.
El incremento del tipo de cambio hubiera moderado la burbuja del alza del
precio del suelo, al encarecerlo para el inversor extranjero, y se hubiese
conseguido un desarrollo más sostenible y más equilibrado.
La apreciación de la moneda hubiera puesto
algunas presiones competitivas en algunas industrias locales y en la
agricultura de exportación. Pero la agricultura y la ganadería hubiesen podido
subsistir para abastecimiento del mercado local ya que el precio de los insumos
importados como pienso o fertilizantes se hubiese reducido debido a la
apreciación de la moneda. La industria local podría haber subsistido también y
por la misma causa, el abaratamiento de los insumos, siempre y cuando los
costes laborales se hubiesen mantenido estables (lo cual hubiese sido
fácil por el incremento real del poder adquisitivo debido al incremento del
tipo de cambio en una economía netamente importadora de bienes de consumo).
La presión competitiva hubiera hecho al empresario canario innovar y mejorar su
capacidad de gestión. La apreciación de la divisa hubiera abaratado el coste de
transporte. Al producirse el ajuste en precio tanto por el precio del suelo
como por la moneda, el precio de la vivienda no se hubiese encarecido tanto
para el canario. La necesidad de gestionar correctamente la oferta monetaria,
los tipos de interés y el presupuesto público también habrían limitado el
despilfarro y la burocratización del sector público.
¿Qué ha ocurrido realmente?, que la divisa
no se apreció sino que se depreció fruto de las devaluaciones competitivas
realizadas por el Estado español y su política monetaria. Eso hizo que el
ajuste se realizara únicamente mediante un aumento brutal del precio del suelo
que ha generado todo unos círculos de corrupción y las características
sociopolíticas propias de la maldición de los recursos naturales. Todo eso creo
un crecimiento descontrolado que ha creado enormes desigualdades sociales. Para
"compensarlo" se nos dieron un REF que ha sido ineficaz con una
política fiscal disparatada que ha agrandado aún más las desigualdades
sociales. Se ha desmantelado la agricultura, la ganadería y la industria
canaria a base de subvenciones que ha creado una clase empresarial atrofiada y
sumida en la complacencia que matado todo atisbo de innovación. Todo esto ha
reducido la competitividad de la economía canaria y generado un nivel de paro
insostenible. Las partidas fiscales compensatorias del Estado han creado un
sector público ineficiente, sobredimensionado y burocratizado, lo cual ha
alimentado la corrupción en un círculo vicioso.
Las devaluaciones competitivas de la
peseta son un ejemplo de shock asimétrico. Dichas devaluaciones no hicieron más
caro el suelo, sino que tuvieron el efecto contrario, lo abarataron para el
inversor extranjero avivando así una burbuja de precio completamente
contraproducente para la diversificación de la economía canaria y que ha
generado enormes desequilibrios demográficos, sociales y económicos. Al
realizarse el ajuste exclusivamente por el precio del suelo, el precio de la
vivienda se ha encarecido para el canario.
Por otro lado, al no contar con el tipo de cambio o los tipos de interés como
medidas de ajustes, estas se tuvieron que realizar mediante los impuestos y el déficit
público con los nocivos efectos que hemos descrito en los artículos
anteriores sobre
el tejido productivo, el paro, las desigualdades sociales, el modelo de
crecimiento, la
corrupción y la presión demográfica.
¿Por qué no se han arreglado estos
desequilibrios de forma automática como predice la macroeconomía, sino que
además han aumentado? pues entre otras cosas porque NO SOMOS UNA ZONA MONETARIA
ÓPTIMA NI CON LA PESETA NI CON EL EURO y por tanto los shocks asimétricos
terminan destrozando la economía real y agrandando los desequilibrios
económicos y sociales.
Por otro lado las compras de pesetas de extranjeros
para invertir en Canarias y los ingresos del turismo en manos foráneas le han
reportado al Estado cuantiosos beneficios con los que "arreglar" su
deficitaria balance comercial y por cuenta corriente, mientras que sus
exportaciones a Canarias le mantienen cientos de miles de puestos de trabajo en
España.
Al igual que en siglos anteriores, vemos que los desequilibrios y las crisis en
Canarias están inequívocamente provocados por la pertenencia al Estado español.
Ni el siglo XX ni el siglo XXI han sido una excepción,... y ya van más de 500
años.
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(*) Al combinar hipótesis keynesianas de precio con segmentación
internacional del mercado, en un modelo simple pero iluminador, Mundell-Fleming
el básico para posteriores investigaciones tanto teóricas como de aplicación
práctica en política internacional.
(**) Un shock asimétrico es un cambio exógeno en las condiciones
macroeconómicas que afecta de forma diferente a partes diferentes de un país, o
a diferentes países dentro de una región, o a diferentes entidades dentro de
una unión monetaria.
Es decir el impacto de las medidas o los shocks exteriores no serán homogéneos
en toda el área geográfica de la moneda, sino que en un lado serán positivos,
en otros negativos, y las medidas generadas para corregirlos tampoco producirán
efectos homogéneos en todas las regiones, lo que creara dificultades al banco
central para conducir la política económica y podrá crear divergencias estructurales.
Artículos
anteriores:
Cuarenta años
de políticas Keynesianas en Canarias (V)
Cuarenta años
de políticas Keynesianas en Canarias (IV)
Cuarenta años
de políticas Keynesianas en Canarias (III)
Cuarenta años
de políticas Keynesianas en Canarias (II)
Cuarenta años de políticas Keynesianas en Canarias (I)
---» Continuará
Fuente: menceymacro.blogspot.com
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