Jorge
Ancor Dorta *
Yo entiendo que alguien se defina como comunista en el siglo XXI en base a unos
principios filosóficos y morales. Yo entiendo que alguien se defina de izquierdas
en base a unos objetivos sociales, unos ideales o una cierta conciencia de
clase. Incluso entiendo que alguien se defina de izquierdas como sinónimo de
rebeldía ante el status quo o por una posición supuestamente
humanista ante las injusticias.
Pero una cosa son los principios teóricos
y otra muy distinta la aplicación práctica. Por tanto lo que ya no
entiendo son los dogmatismos que quieren imponer formulas que han fracasado
allí donde se han implementado.
Uno de los problemas para enfrentar el
cambio en una organización o una sociedad es que la percepción de la realidad
depende de nuestras creencias y valores, muchas de ellas
desarrolladas durante nuestra niñez y que corresponden a niveles profundos de
nuestra conciencia. También influyen teorías formales y paradigmas. Cuando una teoría formal se acepta sin
espíritu crítico se transforma en dogma y en un nuevo paradigma.
[Video de como nace un paradigma aquí.]
Creo que el problema es que la gente
prefiera la comodidad del dogma al esfuerzo del espíritu crítico. En el fondo
prefieren liberar tensiones y frustraciones, porque para cambiar las cosas hay
que enfrentarse al entorno.
Como dice el tópico, "las revoluciones no se pueden exportar". Lo
que deberíamos hacer realmente es plantearnos si el análisis y las recetas
que predica un dogma concreto explican realmente TODA la
realidad canaria y sirven para resolver TODOS los problemas en
Canarias o, si por el contrario, tendrían un efecto contraproducente. Esto
significa un ejercicio de espíritu crítico, un ejercicio de reevaluación y
adaptación que pocas veces se ha hecho en Canarias.
En nuestro conjunto de creencias puede
haber, por ejemplo, la creencia de un empresario de que los empleados son unos
vagos y unos gandules y que no quieren trabajar. En general, no hay
trabajador malo sino mal motivado o mal formado. El empresario que
piensa así, lo único que pone de manifiesto es su incapacidad de
gestión y su falta de liderazgo.
Igualmente podemos pensar que el
empresario es un explotador que quiere abusar del trabajador. Esto tampoco es
así en la mayoría de los casos, sino que el comportamiento del
"empresario" viene condicionado por la necesidad de adaptarse a los
incentivos implícitos (*) dentro del marco legislativo e institucional.
En el artículo anterior vimos que el
paro en Canarias estaba "fabricado" por los excesos
keynesianos, que las desigualdades sociales estaban igualmente
"fabricadas" por una política fiscal disparatada, por el paro y por
otra serie de factores entre los que podemos destacar la escasa calidad de la
educación y la restricción del acceso al crédito. Todo esto crea un sistema de
escasa o nula movilidad
social como
medio de mantener el status quo.
Ya hemos analizado el nefasto papel que
han tenido las políticas keyenesianas de reducción de impuestos e incremento
del gasto público en el incremento del paro y el aumento de las desigualdades
sociales. Ahora hagamos hincapié en los aspectos microeconómicos a nivel de
empresa y veremos cual es el impacto en el mercado de trabajo, el
comportamiento del empresario y sobre la productividad y la competitividad. En
este artículo veremos que la desmotivación del trabajador y el comportamiento
abusivo del empresario también están fabricados.
Si me cargo la competitividad liberal y
mantengo una economía ineficiente a través del intervencionismo keynesianismo
llevado al extremo (del cual el subvencionismo es tan solo uno de los síntomas)
¿cuáles son los factores críticos para un empresario cuando su beneficio
depende de los incentivos fiscales, las subvenciones y el acceso a las partidas
de gasto público a través de las contratas y subcontratas?, pues el lobbismo y
conocer la burocracia administrativa.
Si no me puedo plantear el crecimiento
fuera de Canarias(**) porque estoy penalizado
fiscalmente y porque para adaptarme a las subvenciones y la burocracia he
creado algo ineficiente y atrofiado que no puede competir internacionalmente
¿Cómo puedo incrementar mi beneficio? Pues la única forma que es reduciendo
costes laborales hasta el extremo.
Si no voy a competir en calidad ni en innovación sino en clientelismo y en
actividades de escaso valor añadido en mercados locales ¿necesito captar y
retener talento y capital humano?, no. ¿Necesito modernizar los modelos de
gestión?, no. ¿Necesito innovar? tampoco. ¿Necesito dar un proyección laboral
al trabajador? tampoco. ¿Necesito convertir al trabajador en mi socio y hacerle
partícipe de los resultados de la empresa a través de bonus u otros
incentivos?, no. ¿Necesito formarlo? tampoco.
Si encima tengo una economía ineficiente
que ha creado una alta tasa de paro estructural, ¿qué poder de negociación
tienen sindicatos o trabajadores? ninguno, porque el poder de negociación es
mayor cuanto más cercano se esté al pleno empleo y menor cuanto mayor sea la
tasa de paro.
Pero es que además si que ha habido un mercado en donde se han aplicado
políticas neoliberales en Canarias, ¡¡solo uno!! ¡¡y
ese mercado es precisamente el mercado de trabajo!!. Si añadimos el disparate
de la política fiscal canaria, y vemos que el tema de las infraestructuras es
un síntoma de la maldición de los recursos naturales que está
detrás de las políticas neocoloniales. Podemos hacernos un cuadro mucho mas
claro de la realidad canaria y la paradoja de que el abuso del trabajador haya
venido precisamente fruto de políticas teóricamente de izquierda como las
keynesianas.
La consecuencia lógica, el trabajador canario carga con los costes del
neoliberalismo, en forma de más precariedad en el empleo, pero no participa de
los beneficios del neoliberalismo en forma de una mayor remuneración por mayor
productividad, mayor movilidad
social y menor
paro. Igualmente carga con los costes del keynesianismo, en forma de mayor tasa
de desempleo y menor remuneración, pero no participa de los beneficios del
keynesianismo en forma de una mayor protección social. Le han dejado con lo
peor de dos mundos.
Alguien argumentará que la productividad del trabajador canario es baja, y es
cierto, pero no solo la productividad del trabajador sino de la empresa canaria
y esto tiene tres causas: La primera la falta de innovación y capacidad de
gestión de los empresarios canarios en general, segundo la burocratización y
corrupción.
Canarias tiene un problema de competitividad causado por dos motivos
fundamentales; el keynesianismo excesivo que ha creado una economía ineficiente
y caciquil, junto con los intereses coloniales y neocoloniales a los que sirve.
Esto hace que el trabajador canario se quede con lo peor del keynesianismo y
con lo peor del neoliberalismo, sin poder participar ni de los beneficios de
uno ni del otro.
Por tanto vemos que el comportamiento del empresario canario
"protegido" por políticas supuestamente de políticas keynesianas de
izquierdas(***) está perfectamente y lógicamente explicado. Pero es una
lógica perversa fruto de una refinada estrategia del Estado para acabar con el
tejido productivo canario y asimilar a los empresarios con el Estado
manteniéndolo en la complacencia, al tiempo que lleva a Coalición Canaria a
posiciones de pacto y asimilación con el Estado como una fuerza regionalista.
Todo tiene una explicación lógica, no siempre admitida, no siempre reconocida.
El paro, las desigualdades sociales y el comportamiento del empresario canario,
en realidad están "fabricados" sutilmente por el Estado para
asegurar la españolidad de Canarias.
Pero el análisis no está completo, falta el sector exterior y el impacto de la
crisis internacional y española en Canarias.
__________________________________________
(*)
Entendiendo por incentivo los comportamientos premiados, castigados o
incentivados por el marco legal e institucional
(**) Algunos argumentarán que Canarias es un mercado reducido, pero una máxima
macroeconómica dice que cuando la demanda interna es insuficiente, hay que
mirar a la demanda externa. Eso es lo que ha hecho Singapur o Israel en la era
de la globalización.
(***)
Y una política fiscal de una RIC inspirada en el materialismo histórico
marxista que pone énfasis en lo material en la infraestructura, en los
ladrillos, en contraposición a la economía de lo intangible y lo inmaterial
como el conocimiento o el capital social que es típicamente neoliberal
Fuente: menceymacro.blogspot.com
Artículos
anteriores:
Cuarenta años
de políticas Keynesianas en Canarias (III)
Cuarenta años
de políticas Keynesianas en Canarias (II)
Cuarenta años de políticas Keynesianas en Canarias (I)
---» Continuará
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