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Armas Silenciosas para Guerras
Tranquilas en Canarias (VI) Jorge Ancor Dorta [El
liberalismo es un sistema filosófico, económico y político que
promueve las libertades civiles y se opone a cualquier forma de despotismo
o absolutismo impulsando los principios republicanos.] Lo que tratamos de hacer
con estos artículos es informar de como se puede manipular una sociedad
desconectándola de la realidad y usando "armas silenciosas" que actúan
sobre la energía natural, económica y social de un individuo, grupos de
individuos o sociedades enteras destruyendo su fuerza de voluntad y su
vitalidad. Lo que se busca es que en lugar de asumir la
responsabilidad de la vida propia, dicha responsabilidad se delegue en el
Estado. Dejaremos que el lector que decida si esta siendo manipulado o
no. Nos contentamos con que el lector sea consciente del enorme
potencial de abuso de poder y manipulación con el que cuenta el Estado, y los
grupos de poder económico que lo sostienen. Cuanto mas poderoso es el Estado más difícil es cambiar a la
oligarquía que lo tiene cautivo y que ha logrado controlar los resortes
administrativos del Estado. Por tanto la solución no está en los escritos de
Marx o Engels, ni la inspiración en los discursos de Stalin o la New Age.
Tampoco está en el capitalismo nepótico y clientelar. Es más fácil y
básico que todo eso. Es de sentido común. En el fondo es tan solo la
lucha contra la tiranía, contra el abuso de poder. Lo que hay que reivindicar es la igualdad entre el poder y los
ciudadanos. Si el Estado amenaza la libertad del individuo, si el Estado es
demasiado poderoso, si el Estado está controlado por la oligarquía e impide
la movilidad social... Entonces hay que proteger al individuo del
Estado. La solución ya está inventada. Es la
construcción liberal del Estado y el establecimiento de pesos y
contrapesos que protejan los derechos civiles e impidan el abuso de poder
del Estado y la captura del Estado por parte de los intereses oligárquicos,
complementada con una independencia real y efectiva de la judicatura. La inspiración de la lucha contra la
tiranía hay que buscarla en la antigua Grecia y en las revoluciones del
siglo XVII y XVIII.
Las leyes de Solón aumentaron el número
de hombres que podían participar en las asambleas y prohibió la esclavitud
por deudas. Sus decisiones dieron impulso al cambio que se estaba gestando en
Atenas y que culminaría con la creación del primer sistema democrático de la
Historia.
Los principios liberales que marcaron la revolución americana y
la revolución francesa, trataban de liberar al hombre del despotismo de la
oligarquía y la tiranía. Las ideas de Thomas Paine o John Locke, una vez más,
nos pueden servir de inspiración. Estamos ante un nuevo resurgir del
absolutismo, de la tiranía materializado en el abuso de poder del Estado. El liberalismo,
en contraposición, es un sistema filosófico, económico y político que
promueve las libertades civiles y se opone a cualquier forma de despotismo
o absolutismo impulsando los principios republicanos. Aboga por la
división de poderes, el desarrollo de las libertades individuales y, a partir
de ésta, el progreso de la sociedad y la movilidad social.
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Fuente: menceymacro.blogspot.com