Declaración
General de Independencia
de las Naciones Europeas (y IV)
Por Helga Zepp-LaRouche
Para probar esto, presentamos los siguientes hechos a un mundo abierto:
Los arquitectos y gobernantes
de la UE engañaron deliberadamente a los pueblos de Europa sobre sus verdaderas
intenciones y recurrieron a las argucias y maquinaciones porque sabían que si
se realizaba una amplia discusión en los respectivos parlamentos y medios de
comunicación, se rechazarían sus planes.
Se encubrió deliberadamente el hecho de que
se había transferido cada vez más los poderes esenciales de los Estados
soberanos a las estructuras supranacionales, y que se continuarían
transfiriendo.
Se cambiaron las leyes para reflejar la
ideología oligárquica de tal manera que dominaran la tiranía de los mercados
financieros, la especulación desenfrenada y la codicia, para canalizar cada vez
más riqueza a los bolsillos de unos pocos.
Se ha creado un sistema que ha derribado
una tras otra las piedras angulares indispensables para el desarrollo de la
economía real. Las medidas de la UE han socavado deliberadamente el suministro
vital de electricidad y agua que se necesita para la existencia continua de las
futuras generaciones. Lo mismo ocurre con las inversiones en áreas esenciales
de la infraestructura y la agricultura.
Se ha creado un sistema que fomenta una
redistribución cada vez mayor de la riqueza de los pobres hacia los ricos, que
amenaza los mismos cimientos del sistema social, que recorta incluso el cuidado
de la salud y deja indefensos a los débiles.
Se ha creado un sistema que a la vez niega
un empleo y la perspectiva de hallar uno a más de la mitad de los jóvenes en
algunos países europeos, robándoles así la esperanza de un futuro mejor.
Se ha creado un sistema que ya no respeta
los inalienables derechos del hombre, que pisotea el derecho a la felicidad, un
sistema que ha repudiado la tarea primaria del Estado, a saber, la protección
del bienestar general.
Se ha creado un sistema que amenaza la
libertad porque, en algunos países, a quienes critican esta política ya se les
sanciona con prisión y fuertes multas. La libertad también se ve amenazada
porque se permite a Estados extranjeros llevar a cabo una vigilancia en grande
a las poblaciones y las mismas naciones europeas son parte de esto.
Se ha creado un sistema que ha abandonado
completamente la tarea definida originalmente para desarrollar África,
sustituyéndola con una política monetarista y “sustentable'' que impide el desarrollo del continente,
ayudando así a exacerbar el problema de los refugiados.
Nosotros, los representantes de las
organizaciones de oposición en diversas naciones europeas, apelamos al Juez
Supremo del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, y a lo que Schiller
llamó “nuestros
derechos que residen inalterables en las estrellas'', y declaramos solemnemente
que estas naciones de Europa son y por derecho deben ser Estados libres e
independientes; que están exentas de toda lealtad a la burocracia de la UE, y
que, como estados libres e independientes, poseen pleno poder para rechazar la
guerra como medio de resolución de los conflictos, concertar la paz, contraer
alianzas, establecer relaciones comerciales y realizar todos los demás actos y
cosas que los estados independientes pueden hacer por derecho. Y para la
reafirmación y sostenimiento de esta Declaración, invocamos los derechos
humanos establecidos al amparo de la ley natural y la identidad de la humanidad
como la única especie creativa, de acuerdo con el orden de la Creación.
La alternativa
Aunque por lo común se debe respetar el
principio jurídico pacta sunt servanda,
a la luz de la situación amenazante para la existencia que han creado las ya
mencionadas mentiras e intenciones, se aplica el Artículo 62 de la Convención
de Viena sobre la Ley de Tratados, de acuerdo al cual se pueden invalidar los
tratados si se han dado circunstancias que no fueron previstas al momento de su
conclusión. Además, el Artículo 50 del Tratado de Lisboa establece que: “Cualquier
Estado Miembro puede decidir retirarse de la Unión de acuerdo con sus propios
requerimientos constitucionales''.
Si todos los Estados miembros de la UE
abandonan esa Unión y recuperan su plena soberanía, eso de ninguna manera
significa que recaigan en la condición de Estados chauvinistas, sino más bien
que se unan en una alianza de Estados constitucionales plenamente soberanos,
comprometidos con los propósitos comunes de la humanidad.
En una era de armas termonucleares,
asegurar la paz es la tarea primordial más importante. Mediante la fundación,
en el futuro inmediato, de una alianza de Estados soberanos unidos en torno a
los superiores intereses comunes del bienestar general de todos nuestros ciudadanos,
podemos asegurar que se rechace de una vez por todas, la guerra como un medio
de resolución de los conflictos. Los principios de la Paz de Westfalia, del
derecho internacional y de la Carta de la ONU se aplican de modo absoluto.
Nos comprometemos a la rápida creación de
un orden económico y financiero, y de un sistema de crédito para inversiones a
largo plazo, que ponga fin al innecesario sufrimiento de los miles de millones
de personas que padecen de hambre y enfermedades curables, y a crear
condiciones de vida dignas para toda la población de este planeta. El primer
paso indispensable hacia ese fin es la implementación de una legislación global
de la Glass-Steagall.
Nos comprometemos además a dirigir nuestros
esfuerzos a una defensa común contra los peligros que nos amenazan a todos,
tales como la defensa contra los meteoritos, asteroides y cometas. Asimismo,
nuestro objetivo debe ser eliminar la plaga del terrorismo, la producción y el
tráfico de drogas, y el tráfico con seres humanos en todas sus formas.
Por lo tanto, se debe dar prioridad a los
descubrimientos científicos en las áreas que promuevan nuestro desarrollo mutuo
y posibiliten la existencia continua de la humanidad en un nivel más alto,
tales como el uso de la fusión termonuclear, la exploración del espacio y la
medicina del espacio.
Nosotros estamos determinados a contribuir
mediante dichas mejoras a alentar un nuevo paradigma, más humano, para dar vía
libre a una nueva era en la historia humana. Este nuevo Renacimiento debe
infundir nueva vida en la cultura clásica avanzada de nuestras naciones, y así
abrir paso a la era prometeica de la razón.
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Europeas (I)