DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA DE LA SOCIEDAD CANARIA

CONSECUENCIAS DE LA COLONIZACIÓN (III)

 

 

Cristian J. Cruz Febles2  

Omaira A. Darias Reyes3

 

 

5.3 Noción Socioeconómica y demográfica

 

La sociedad canaria, residente en un territorio fragmentado por islas, el cuál desde que fue colonizado desde el siglo XV (R. Torres) hasta el momento histórico actual (2011) ha sufrido diversos índices "objetivos" relacionados con la desigualdad, agresividad, estancamiento y subdesarrollo social. Para comenzar, haremos una breve descripción de algunos índices, los cuales destacan principalmente de forma negativa debido a su comparativa diferencial con las medidas estatales.

 

En Canarias encontramos que el 20,8 % de hogares está bajo el umbral de la pobreza y un 18,7% de personas bajo el mismo nivel según el Gobierno de Canarias, mientras que distintos tipos de Asociaciones y ONG's la cifran en casi un 30%. Asimismo se redondea que un centenar de personas poseen fortunas superiores a los 10 millones de euros, dando niveles de concentración de riquezas que generan una desigualdad social propia de países "subdesarrollados", un informe de la ONG Transparencia Internacional en África sitúa a Canaria como la región más corrupta del continente (El 74% de los canarios clasificó al archipiélago como muy corrupto), mientras según el fiscal general de estado, Canarias sólo es superada por Madrid por casos de prevaricación (tengamos en cuentas las diferencias en cantidad poblacional (6,3 millones frente a dos millones de habitantes aproximadamente), territorio, y movimiento de capitales). Mientras que el 9% de los hogares canarios tienen a todos sus miembros en paro, conformando una tasa de paro del 26,91% para el último trimestre de 2009. El salario por hora es de 8,47 euros, un 20,90% inferior a los 10,24 euros de media estatal. Además los costes laborales totales para la empresa son también los más bajos siendo la media canaria de 1.883,69 euros, un 16,82% inferior a la media del Estado que es de 2.200,61 euros. Por otro lado, existen unos índices de fracaso escolar muy elevados lo que concuerda con lo dicho por Ramírez, V. (2009) exponiendo que “históricamente siempre ha liderado los índices de analfabetismo de forma alarmante”. Así, la cifra actualmente del porcentaje de los jóvenes que dejan los estudios nada más terminar la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) en Canarias alcanza el 36,9%, siendo el 10% como objetivo a nivel europeo.

 

Las Islas poseen también una densidad poblacional de 264 hab. /Km. Cuadrados, lo que contrasta con los 86 hab. / Km. Cuadrados a nivel estatal. Otra peculiaridad es que Canarias es la única región que mantiene el uso policial de armas eléctricas según denunció Amnistía Internacional (2009). Se observa que el consumo generalizado de fármacos fuera de prescripción médica se sitúa por encima de la media estatal. Según el estudio de incidencia del consumo de drogas en la Comunidad Autónoma de Canarias, 2007-2008, el 18,2% de la población ha consumido tranquilizantes en alguna ocasión y el 6,8% somníferos, mientras que la media nacional se sitúa en el 13% y el 6% respectivamente. Así como unos escondidos índices generales de consumo y venta de “drogas”, delincuencia, depresiones etc. Fuentes: ISTAC, INE, Gobierno de Canarias y Consejería de Sanidad. (Fragmentos del estudio realizado por Betancourt, J. T.). Hay ocultas también varias correlaciones entre diversas variables de las anteriormente nombradas, como es el aumento de fracaso escolar junto a los aumentos de dotaciones en RIC, los aumentos de niveles de delincuencia con aumentos de “producción turística” (Suicidio en hormigón, 1982), aumento de la desigualdad social junto con los índices de entradas de subvenciones etc.

 

Así los colectivos sociales de las islas Canarias incluso identificado a la administración encargada de la “política de colonización” en las Islas de como responsables activos de la entrada, distribución, venta y reventa en Canarias de las sustancias popularmente conocidas como drogas, materializándose estas acusaciones más concretamente en el uso de los cuerpos de la policía y sistemas de seguridad españoles como medio para tal objetivo de distribución de “droga” (objetivamente coincide con un alto número de casos de corrupción policial y tráfico de drogas en los mismos). Según la legislación en la que se amparan estos colectivos si una acusación de tal calibre no puede ser demostrada con pruebas “objetivas”, se llevan a cabo acciones legales contra los afirmantes. Hasta ahora ninguno de los colectivos que defienden esta hipótesis han recibido acciones legales por tal acusación. Estadísticamente, la provincia de Las Palmas fue la segunda en comparaciones estatales “en número de procedimientos judiciales por drogas en 2009(...) según la última memoria de la Fiscalía Especial Antidroga del Estado. Por comunidades autónomas, Canarias también fue el segundo territorio con mayor número de causas por salud pública”. Desde la publicación de esta información, llegamos a la información anterior, y deducimos que los niveles reflejados públicamente, se encuentran a expensas de ser engordados si sumamos la gran cantidad de este interesado material entre en el juego de la interacción colonial. El problema pasa a un segundo juego cuando se encuentra el interés, trasfondo, y demarcación social que juega este material en una sociedad como la Canaria, ya que hay, el juego de las percepciones y participación social, aprende a desarrollarse para un sistema de interacción y protagonismo agresor.

 

Hacemos una pequeña reseña sobre un evento relevante. En 1986, surgió en Canarias un hecho histórico que pudo influir en la sociedad canaria de forma sistemática. Este hecho fue el rechazo social por medio de un referéndum hacia la "Organización del Tratado del Atlántico Norte" (OTAN) y las respectivas maniobras militares en territorio canario. Este hecho no fue respetado, y no se aplicó el acto conocido como el "No a la OTAN". Al no tenerse en cuenta esta decisión popular constatada mediante un referéndum, se generó una situación de indefensión aprendida en la sociedad que participó en el evento, acentuando así factores como la auto-percepción, percepción de control o de importancia percibida y por ende, la valoración de la identidad social y su capacidad de influencia como núcleo poblacional en el funcionamiento social del territorio. Actualmente no se observa ese rotundo rechazo a la OTAN, sino más bien se expresa todo lo contrario.

 

 Cuando nos adentramos en un análisis en base a sistemas de recursos, tangibles e intangibles, aumentamos la nutrición multidisciplinar con aportaciones especiales desde la economía. El dinero en Canarias tiene un valor añadido, un valor especial que le otorga una diferencia con respecto a las otras sociedades, y es su papel especial y transformador en el juego de las relaciones de poder para la economía de la sociedad en colonial. El valor de la moneda, en términos ampliamente sociales es muy diferente en una sociedad “normalizada” que en una sociedad en situación de conflictividad del tipo que se encuentra en la sociedad Canaria, ya que el dinero es un fuerte modulador del poder.

 

Para reconocer las relaciones entre los procesos económicos y los elementos culturales-sociales, primero hay que describir y detallar diversos datos sobre el proceso de colonización y explotación a nivel económico, para así poder exponer consecuencias de carácter social e individualizados, como consecuencia de la interacción de poder y recursos.

 

El proceso de expansión capitalista confluye del histórico proceso de hegemonización y expansión colonial, así asimilamos el actual estado como “neocolonialismo”, una aportación que nos acerca a este término es el que las mayores potencias imperialistas del período colonial, sean las actuales potencias hegemónicas del capitalismo (coincidentes con los miembros de los principales (g-4, g-8, g-9). 

 

Detrás de la conformación económico-social se encuentra soterrada la externalidad clave, de coste incalculable, la cultura. Ésta, ha sido estudiada y reconocida como externalidad, pero poco divulgada, por ello la “externalidad cultural” es un factor que analizamos para este proceso. 

 

Una de las mayores dificultades que conlleva reconocer y estudiar especialmente esta pérdida social, recae principalmente en su “percepción como un problema social”. La Cultura, como dapilacion social puede ser interesadamente  difícil de  palpar u objetivar, así se facilita que su proyección o comunicación se pueda servir de muchos estereotipos y contaminaciones. 

 

La sensibilización de las sociedades hacia este problema, a pesar de su evidente realidad, tiene una difícil identificación y contrastación, los índices objetivos que pueden demostrar tal evidencia como el problema social que es, aunque incuestionables, son de muy frágil reconocimiento a nivel institucional y poseen una interpretación que puede estar muy afectada por el elitismo social; es como un desequilibrio socialmente soterrado, asimilado y libre de conflictividad en la búsqueda de una mejoría de la situación. Este reconocimiento se agrava al pasar de la institución a la sociedad en su globalidad.

 

El proceso de hegemonización incluye un cambio socio-cultural, necesario para sostener su administración y formación socio-económica, promotores de  la asimilación de los procesos, funciones, estructuras y productos del neocolonialismo en las “nuevas” sociedades. Todo ello ayuda a la acomodación ficticia de las percepciones sobre la sistematización social.

 

Así desde el período de la colonización se generaron desigualdades económico-estructurales en las sociedades. Un pequeño ejemplo de ello se encuentra en la imposición y distribución del sistema sanitario colonial, descrito por el catedrático en Psicología V. Pelechano, al nombrarnos la imposición de un sistema sanitario “nuevo” en los procesos de colonialismo, y posteriormente generadores de una fuerte discriminación entre las sociedades que componen los estados de colonización.

 

El lenguaje, como ya contemplamos anteriormente al analizar las teorías de Luis Jean Calvet, es un pilar “básico, frágil e influyente” del expansionismo y explotación, inflándose así el mercantilismo, la ciencia, educación, junto a los pilares de la sociedad más correlacionados con el mercado en una influencia pura del lenguaje y formas de pensamiento de las castas superiores, las cuales en estado de colonialismo y neocolonialismo agudizan sus peores atributos.

 

Todo ello incide en la percepción de la sociedad sometida; los valores, creencias, ideas, la funcionalidad social, a nivel más general los diferentes sistemas políticos y económicos (influyentes tanto en las sociedades colonizadas, como en las colonizadoras). En este apartado económico tenemos que profundizar y tener en cuenta la cuestión de la “funcionalidad social”.

 

Se pueden observar las más directas influencias de estas interacciones sociales en la economía; factores como la percepción social de estados y cambios en la población y economía, estructuras sociales, sistemas culturales, regulaciones legales, asimilaciones sociales, valoraciones sociales (dentro de las cuales se encuentran valores preferentes como la protección, degradación y explotación medioambiental, valoraciones sobre la desigualdad, justificaciones de estatus, valorar las necesidades de las normas sociales, etc…), percepciones de las formas y métodos de explotación, asimilaciones, aceptaciones, adaptaciones o revoluciones (mayoritariamente agrícolas), sobre las formas de sometimientos, de resolución de conflictos o justificaciones de poderes a los grupos de interés.

 

Ejemplos claros sobre ello, los encontramos en Canarias; la percepción social de elementos como la RIC, casos de conflictividad medioambiental (caso Tindaya, introducción del picudo rojo por medio de la importación de palmeras extranjeras para “adorno”), casos de discriminaciones sociales como la aplicación de la “ley de costas”, la cual explicaremos posteriormente, o la actual problemática de los crecimientos urbanísticos de los aeropuertos canarios, lo cuales, siendo públicos en aras de privatizarse, están generando un crecimiento de infraestructuras (no argumentado objetivamente y contrario a los actuales índices de capacidades y usos de las mismas instalaciones), este crecimiento encuentra su contrariedad más clara en la ocupación de territorio habitado por núcleos históricos como es el caso del núcleo poblacional de “Ojos de Garza” o el caso del pueblo agrícola de San Lázaro, los cuáles han sufrido tanto persecuciones políticas como vacíos legales en los conflictos. Éstos han generado movimientos sociales que han sido discriminados, rechazados y emprejuiciados por parte de las administraciones y la legalidad.

 

El consumo y gustos también se ve afectado por los sistemas de coloniaje (es nombrado por autores anticoloniales el excesivo consumo de crema de aclaración de piel en Martinica, buscando una similitud con la población hegemónica blanca, el rechazo a diversos productos internos frente los importados como los productos canarios antiguos), la aceptación social sistemática de los monocultivos, y, por ende legislación laboral, lo cual genera cambios estructurales en mercados internos y entornos y contextos facilitadores para la explotación del territorio y la sociedad dominada.

 

Para entender estas concepciones económicas en claves de ámbitos más sociales, culturales, psicológicos, es preciso conocer alguna relación entre estos dos polos de la ciencia, la psicología y la economía. El psicólogo (Daniel Kahneman) premio nobel en economía junto a los investigadores Amos Tversky y Richard Thaler, fundan el movimiento “behavioral economics” para ayudar a percibir la complejidad que distingue la complicación del razonamiento en los individuos al elegir. Este concepto en la simple neo-teoría económica interpreta al individuo como el ente “egoísta y maximizador de ganancias”, según los autores  el razonamiento humano es más complicado, tienen en cuenta la “aversión a las pérdidas” y la “distribución inicial de recursos”, “respetar la libertad del individuo implica prestar atención al contexto en que actúa”, nuestras decisiones están preestablecidas en un límite “endógenamente” (por las normas y pautas vigentes), y así las decisiones no son tan simplistas ni ingenuas como se definen en el paradigma económico. Así se destaca como pueden haber grandes diferencias entre grupos y sociedades a la hora de participar, dirigir y hacer uso de la economía y el consumo. En ello entraría el papel de la cultura y dinamismo social para caracterizar los contextos donde se mueven los individuos (y las sociedades) para formar el movimiento económico al que le dan uso estos tipos de poblaciones.

 

Las normas sociales en este caso pueden servir de ejemplo perceptor y regulador para las necesidades sociales. En los estados sociales que estamos estudiando, dichas normas, junto con los valores suelen conllevar un proceso de implantación de forma más o menos conflictiva (o más sutil o latentemente de forma conflictiva) y con un mayor o menos nivel de discriminación y desigualdad en las sociedades y grupos afectados, lo cual influye en la determinación, valoración, aceptación y normalización de las necesidades sociales. Cuando las necesidades reales de unas sociedades no coinciden con la imagen y el reconocimiento de las necesidades “ficticias y diseñadas” por parte de un grupo sobre otro, hace que las necesidades reales se agudicen a la vez que se desvalorizan para que su reconocimiento no genere sufrimiento en la población. 

 

A las sociedades originarias hay que desestructurarlas, influenciarlas y recrearlas para adaptarlas a las formas de producción, estilos de vida, normativa, adaptaciones al medio entre otras, más convenientes para la aplicación del sistema económico hegemónico.

 

Un factor que podemos observar como extremo de este parasitismo económico cultural es el fenómeno de los movimientos migratorios motivados por el “sueño europeo” u occidental.

 

La estructura caciquil en Canarias, es agudamente representada en los elementos básicos en consonancia a los recursos de la sociedad misma, el terreno y el agua.

 

Una economía caracterizada por un alto nivel de dependencia (el mismo caso es aplicable a altos niveles de corrupción, desigualdad etc...) será más fácilmente aceptada por una sociedad con un alto nivel de dependencia psicológico-social, así como una sociedad con tal característica tenderá a aceptar y promover mayormente el polo dependiente frente al independiente en la economía en la que se localice.  Hay un tipo de resignación social, mezclado con autoinculpación y aceptación unilateral sobre la realidad económica.

 

En la forma de gobierno de tipo caciquil, con la esencial presencia de caciques direccionando  y protagonizando la economía, se genera un sub-grupo residual, que en padecimiento de un alto grado de discriminación en todos los casos que exponemos, estos grupos poseen elementos endofóbicos ((o como nombran algunos autores Americanos: indofóbico). A la vez también es cierto que en las sociedades donde el proceso de colonización ha estructurado una sociedad de tipología“síndrome del colonizado” es más fácil la adopción de una estructura económica-gubernativa de tipo caciquil, y donde las desigualdades y agresiones por parte de esta tipología de protagonistas tienen una respuesta menos confrontada y más tolerada. El estilo “caciquil” se transforma a lo largo del tiempo, transformándose de un estilo directo a un tipo en el que su actividad es similar al racismo “irreconocible” donde las agresiones y demostración de elementos endofóbicos y de violencia social se transforman a una forma más sutil, esta trasformación también se beneficiaría de una sociedad con elementos endofóbicos, pudiéndose acomodar y estableces de un forma más sólida y con menos contraprestación por parte del grupo “inferior” que es sometido a esta dinámica. 

 

Podemos asegurar dos cosas; una es que una sociedad endofóbica y con el síndorme del colonizado se adapta de forma más llana y fácil a formas y patrones que son agresivas para ella y especialmente perjudiciales para su desarrollo, y la segunda afirmación consiste en que unos patrones y formas económicos, geográficos y sociales agresivos para una sociedad agudiza y cronifica los “síntomas y signos” tanto meramente endofóbicos como característicos del síndrome del colonizado (en referencia a una sociedad que ya mostraba estos elementos negativos). Si éstos no existieran de momento, esta agresividad genera unas circunstancias propicias para que se dé el comienzo de este problema, pudiendo ser la “nueva” respuesta de la sociedad a este factor antagonista un mecanismo de defensa “socio-dinámico” en el que se alinea con su “agresor directivo” y acaba formando parte de la agresión, usando para ello de forma aguda la represión emocional. En la cultura popular hay diversos refranes que parcialmente hacen referencia a este complejo aprendizaje y patrones de desigualdades engendradas. Ésta percepción popular que va a ser destacada más adelante Es posible que la hipótesis que plantea el Dr: J. T: B. en la que se afirma que en la sociedad Canaria, mientras más lejos se encuentra el entorno gubernativo para el que se desarrolla un sufragio, menos acto de voto hay. Esto se relaciona con la resignación social, mezclado con autoinculpación y aceptación unilateral sobre la realidad económica antes nombrada junto con una visión de incapacidad de influencia, una indefensión aprendida y practicada.

 

Así esta actitud no es específica para esta actividad política. También es ampliable para los entornos sociales, aceptación de referentes e incluso facilita la confusión en las falsas creencias sociales que hemos descrito a lo largo de este trabajo. Estas proposiciones mantienen relación con el desarrollo de los sistemas caciquiles.

 

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Descripción psicológica de la sociedad canaria, consecuencia de la colonización (II)

Descripción psicológica de la sociedad canaria, consecuencia de la colonización (I)

 

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