AGRESIONES SUFRIDAS EN CANARIAS

POR SU CONDICION DE COLONIA (yIII)

 

Chaurero n Eguerew

 

Desde los inicios de la invasión y conquista del archipiélago por las tropas mercenarias castellanas, las islas han sido una fuente de extracción de riquezas para la corona española, la cual percibía el quinto de los canarios capturados y vendidos como esclavos en los mercados de Valencia, Barcelona o Sevilla, además de los ganados, orchilla y cuantos productos pudieran ofrecer un determinado valor económico. La iglesia católica, por su parte, además de usurpar grandes latifundios, recaudaba de manera forzosa el diezmo de los productos y frutos de la tierra y de otras actividades.

 

Posteriormente, la corona española comenzó a grabar con impuestos y estancos las actividades económicas en la colonia  sin la menor preocupación en revertir en la misma la menor contrapartida, al contrario, incluso los gastos de defensa de la isla frente a otros posibles depredadores europeos corrían por cuenta de los Cabildos coloniales, además de abrumar a los canarios y criollos con la petición de frecuentes “donativos” con los que sufragar las guerras iniciadas por la corona en Europa e incluso las bodas reales. Además del “Tributo de Sangre” que  obligaba al pueblo canario a poblar otras colonias en América, a cambio, la corona distinguía a colonos y criollos concediéndoles estampitas, es decir, con supuestos honores y títulos de villazgos o nobiliarios, naturalmente y como es habitual,  siempre a cambio de buenos ducados.

 

Ante los frecuentes ataques a la colonia por parte de los enemigos europeos de la corona española, ésta se vio obligada a construir algunos baluartes defensivos en las islas, los cuales con las casas de Aduanas fueron las únicas “obras públicas” desarrolladas por la metrópoli en esta colonia. De hecho, incluso en situaciones de  catástrofe, cuando las frecuentes  hambrunas o epidemias asolaban las islas, la corona española jamás dejo de exigir sus impuestos, aún cuando la más absoluta miseria se adueñaba del archipiélago.

 

Por ello, el motor económico de las islas siempre estuvo en manos de extranjeros no españoles, ya que la corona, como hemos dicho, se limitaba solamente a extraer sus impuestos y a imponer sus altivos y prepotentes empleados coloniales, los que, para más escarnio debían, -y debemos- sostener los colonizados.

 

Los europeos promotores económicos en la colonia, desde el siglo XVI hasta la época moderna, han sido franceses, portugueses, alemanes, belgas -a quienes, entre otras muchas iniciativas, debemos la instalación del alumbrado, el gas y el tranvía en Tenerife- de irlandeses e ingleses, siendo estos últimos quienes han desarrollado una mayor actividad, de ello es testigo la abundante bibliografía sobre el particular en torno a los contactos mantenidos en la colonia y que han sido importantísimos para su desarrollo económico, social y cultural, en contrapartida al secular abandono por parte de la metrópoli.

La presencia extranjera no española contribuyó a que se experimentase un gran progreso en el nivel de vida, y se beneficiaban los canarios de los modernos adelantos que los británicos iban introduciendo y de las nuevas fuentes de riqueza que éstos promocionaban (comercio, agricultura de exportación, transportes marítimos etc.).

Según expone la investigadora María Isabel González Cruz: “Aunque se ha constatado la presencia de representantes de los intereses británicos en todas las islas exceptuando el Hierro, está confirmado que, debido a sus mayores posibilidades financieras, fueron las islas de «Gran Canaria y Tenerife, por este orden, las que albergaron a un mayor contingente de extranjeros residentes» (Hernández Gutiérrez, 1995:195). En concreto, son Las Palmas de Gran Canaria y Puerto Orotava (hoy Puerto de la Cruz) los núcleos poblacionales que contaron con la presencia más activa de sus respectivas colonias de británicos.

La construcción de los puertos de La Luz y de Las Palmas y de Santa Cruz de Tenerife incrementó el interés británico por Canarias, a causa de su estratégica posición, en un punto intermedio para sus incursiones al continente africano, verdadero objetivo del Imperio. Las islas servirían como escala para el avituallamiento de los buques, y como plataforma para el entrenamiento climatológico y el reposo de sus soldados y de todo el personal de tránsito hacia las colonias africanas y la exploración del Nuevo Mundo. El presupuesto para la construcción de La Luz Port , que empezó en febrero de 1883, provino del erario público, pero fue la compañía británica Swanston & Co. la que obtuvo la concesión de las obras, para las que se utilizaron materiales e ingenieros británicos. Por tanto, desde el punto de vista técnico.” (M.ª  Isabel González Cruz).

Conflictos externos que pudieron haber cambiado la historia moderna de la colonia.

“Días antes de finalizar la guerra civil de los españole se firmaba en Burgos, con Jordana como ministro de Asuntos Exteriores, el Pacto Anti Komintern, acuerdo político contra la Internacional Comunista. También, el 31 de marzo de 1939, se suscribió el tratado de amistad hispano-germano, que colocaba a España en la condición de asociada a Alemania en condiciones harto ventajosas para dicho país. Tiempo después se retiraba España de la Sociedad de Naciones, «ese antro podrido de la democracia» al decir de la prensa española de la época. Simultáneamente se establecían las bases del Concordato con el Vaticano.

No, no se trataba de poner una vela a Dios y otra al diablo. Las cruces, la gamada y la del papado, cuyas tendencias totalitarias eran más que manifiestas, podían perfectamente servir a un régimen que trataba de revivir las épocas del esplendor de Trento, de la España martillo de herejes. Fascismo y clericalismo eran las dos caras de una misma moneda. Los teólogos de combate, que habían movilizado tanto la Iglesia española como el Vaticano contra la República española, venían a plantear el mismo o parecido discurso que en Berlín planteara Goebbels: Por el imperio hacia Dios.” (Santiago Álvarez, 1996)

Así, aviones y submarinos alemanes repostaban en puertos y aeródromos españoles así como en la colonia de Canarias. Las policías de Hitler y Mussolini adiestraban a toda suerte de policías españoles, ya fueran oficiales u oficiosas, en los métodos represivos de la época.

Durante el verano de 1940, mientras los respectivos ministros de Asuntos Exteriores de Franco y Hitler hacían de mensajeros, ambos jefes de Estado se cartearon personalmente. En la confianza de sentirse del mismo lado, Hitler escribió a su apreciado Caudillo para advertirle de que, desde su punto de vista, España ya estaba en guerra, que debía invadir Gibraltar y que los británicos no se atreverían a atacar la Península Ibérica. España era necesaria para batir al enemigo inglés. El Dictador español estaba de acuerdo con las apreciaciones de Hitler y así se lo hizo saber en su carta de respuesta, guardada celosamente en los archivos del ministro de Asuntos Exteriores alemán Joachim Von Ribbentrop.

El 18 de septiembre de 1940 Hitler escribió a Franco ofreciéndole todo tipo de ayuda para España, a la que ya consideraba en guerra, mostrando su deseo de expulsar a los ingleses del Mediterráneo para solucionar definitivamente el problema de aprovisionamiento español, al tiempo que entrando España en la guerra haría que la guerra fuese muy difícil para Inglaterra, que “se vería forzada a entregarse", escribió Hitler.

El 23 de octubre de 1940 en Hendaya tiene lugar un encuentro entre el Führer Adolf Hitler y el Dictador fascista Francisco Franco, entre los temas tratados tres cosas eran prioritarias para Hitler: Gibraltar, Marruecos y Canarias, se discutieron los detalles del plan “Operación Félix” era el nombre dado para un plan hispano-alemán propuesto para tomar Gibraltar durante la Segunda Guerra Mundial. De este modo se interceptaría las líneas de comunicación marítima de Gran Bretaña. Había sido programado para el 10 de enero de 1941 pero nunca fue ejecutado.

Respecto a Canarias, Hitler indicó que podían ser tomadas por los Estados Unidos e influir en la guerra submarina. Franco le responde que las islas no tenían un armamento eficiente para defenderse. Hitler le responde diciendo que Alemania enviaría baterías de costa y los técnicos necesarios para montarlas y enseñar su manejo.

Por su parte los ingleses, estaban informados por el espionaje  de lo que se pretendía hacer en Canarias y de ahí la elaboración de la Operación Pilgrim , en un principio había sido denominada Puma. Los jefes militares británicos no dudaron en planificar la ocupación de la isla de Gran Canaria y el resto del archipiélago para impedir que las potencias del Eje bloquearan la navegación en el Mediterráneo y hacia el África Atlántica.

En junio de 1940, la Junta de Jefes del Estado Mayor del Ejército Británico prepara un plan para invadir Gran Canaria. 25.000 soldados fueron acantonados en Inveraray (Escocia) preparados para asaltar el Archipiélago.

 

Dentro de los preparativos de la invasión de las dos islas principales del Archipiélago, Gran Canaria, que sería el recambio natural de base naval si Gibraltar hubiese caído en manos alemanas, y Tenerife, donde se concentraba la mayor parte de la guarnición militar, una treintena de comandos que fueron preparados para saltar en paracaídas y sabotear instalaciones de vital importancia, en el caso de Tenerife, la Refinería y el aeropuerto de Los Rodeos.

 

El Join Staff, del Gabinete de Guerra presidido por Churchill, convencido de que la ocupación de la Península Ibérica a manos de los alemanes, operación Félix-Isabella, se iba a producir de un momento a otro, movieron a que el Almirantazgo británico preparase la invasión del Archipiélago.


"En cualquier momento Hitler puede obtener bases aéreas en el sur de España o en el norte de África, desde las cuales inutilizar la bahía de Gibraltar para nuestra flota. En cuanto esto ocurra, puesto que estamos seguros que ocurrirá, enviaremos nuestras fuerzas expedicionarias, preparadas desde hace tiempo y esperando a ser embarcadas para ocupar Gran Canaria, las islas de Cabo Verde y una de las Azores". (Winston Churchill.)


La noche del 1 al 2 de julio de 1941 estaba previsto el ataque al Puerto de la Luz , al aeropuerto de Gando en Gran Canaria y al resto de todas las islas. Para ello se utilizaría a 25 mil hombres, 52 tanques, 1200 vehículos y 93 buques. Para ello se fijó la salida desde el Reino Unido de la flota naval para el día 22 de mayo de 1941.

Tomarían parte cuatro portaviones, con aviones Hurricane; 4 barcazas desembarcarían en Gando con 30 lanchas de desembarco. Otras barcazas del tipo Maracaibo llevarían 24 tanques cada una.

Trasatlánticos de la Unión Castle fueron transformados para transportar 14 mil soldados. En total 30 buques.

En caso de que el ataque al Puerto de la Luz encontrase fuerte oposición por las baterías de costa, se atacaría con un bombardeo desde el acorazado "Rodney" y el crucero "Exeter" y a continuación actuarían los barcos de desembarco, 3 destructores y 2 dragaminas. En Gando, el "Hydra" y el "Karanja" y otros barcos desembarcarían comandos en el aeropuerto.

Winston Churchill comunicó a los EE UU que pensaba invadir Canarias a mediados de septiembre de 1941. Ante ello, Franco había decidido el 9 de julio de 1940 que el general Ricardo Serrador Santés fuese nombrado General Jefe de todas las Fuerzas de Tierra Mar y Aire e Inspector de las tropas del África Occidental Española (AOE).

 

Finalmente, el 5 de agosto de 1941 se creó el Mando Económico y Militar del Archipiélago, que recayó primeramente en el propio Serrador Santés y a su fallecimiento le sucedió en el mando de la colonia el general García Escámez.


Durante los dos años que duró la amenaza de invasión de Canarias por parte de Inglaterra se levantaron numerosas construcciones defensivas en Las Palmas de Gran Canaria y Tenerife principalmente. Como prueba de ello están las casamatas que pueblan las estribaciones de la capital tinerfeña desde la costa de San Andrés hasta la montaña de Paso Alto, donde se situaban cinco búnkers de observación que servían no sólo de vigía sobre el puerto tinerfeño, sino que corregían el tiro de las baterías de costa, las antiaéreas, así como los dos reflectores de los que todavía queda como mudo testigo la galería donde se ocultaban y los raíles por donde se les hacía circular para sacarlos al exterior, así como una base horadada en la montaña.

 

La defensa de Tenerife estaba basada en la protección de las zonas por donde podía producirse un desembarco anfibio. A saber, Güímar, El Médano, Los Cristianos, Guía de Isora, la playa de San Marcos, en Icod y Puerto de la Cruz.


Numerosos emplazamientos de artillería fueron colocados a lo largo de la Isla. Así en Los Moriscos, San Andrés, el Bufadero, el barranco del Hierro, Almeida, Paso Alto y la Quinta Roja , en Santa Úrsula fueron los lugares elegidos.


Informe alemán

 

El apoyo alemán llegó a las islas en forma de piezas de artillería, y junto a ellas vino una comisión técnica alemana que pronto se dio cuenta de la escasez defensiva que presentaba el Archipiélago Canario. Alemania solicitó a España la cesión de una de las islas, todo ello con el pretendido disimulo de garantizar su defensa en caso de un ataque contra Gibraltar.

 

Los ingenieros militares alemanes determinaron que los nidos de ametralladora en donde hubiese cañones debían de abrir fuego cuando los lanchones de desembarco se encontrasen a 600 metros de la orilla. Los nidos debían ser capaces de resistir impactos directos de 150 milímetros . Si aún el enemigo lograba sortear estas defensas se encontraría con una segunda donde pozos de tirador, puesto de mando y trincheras servirían para detener el avance de los británicos. Al final quedaron divididas en posiciones defensivas, donde se colocó una posición de resistencia, mientras que las otras fueron de vigilancia y de observatorio.


En agosto de 1943 fueron paralizadas las operaciones del Plan Pilgrim ante la declaración de neutralidad de España que en principio había sido de no beligerancia.

A partir de la segunda mitad del siglo XX la actitud política seguida por las potencias europeas con imperios coloniales respecto a sus colonias, va a tener el doble carácter, por un lado, de ser consecuente con la tendencia general a favor de la descolonización, y por otro, de actuar como causa y favorecedora de las independencias coloniales.

Con la necesidad de adaptarse a las nuevas realidades se adoptaron y establecieron por los gobiernos europeos un conjunto de normas y medidas sobre la administración colonial que fueron preparando la marcha hacia la independencia política. Gran Bretaña consiguió crear un modelo nuevo de estructura imperial, con originales y perdurables relaciones entre la metrópoli y los territorios coloniales, y Francia promulgó una variada legislación con la Unión Francesa en 1946, la Ley Marco en 1956 y la Comunidad Francesa en 1958. Por su parte, Holanda y Bélgica intentaron tardíamente establecer esas nuevas relaciones. Y por último, España y Portugal, países opuestos a la descolonización, realizaron una errónea política de provincialización que desembocó en la ruptura y los conflictos coloniales.

El 12 de marzo de 1986, en el referéndum convocado por el gobierno español para su integración en el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la colonia de Canarias por imposición legal participo en dicho comicios votando mayoritariamente NO. A pesar de ello la metrópoli nos introdujo “con calzador” en dicha organización haciendo gala una vez más del desprecio que siempre ha mostrado hacía la decisiones de los canarios.

En Canarias, la Base Naval de Las Palmas y la Base Aérea de Gando pasaron a ser bases de la OTAN en nuestro territorio, que se convirtió inmediatamente en escenario de maniobras militares de la alianza militar imperialista, las cuales han causado daños irreparables en entorno natural de las Islas con total desprecio de sus habitantes.  

Otras agresiones

 

Quienes propugnan la supuesta españolidad de Canarias, olvidan con aviesa intención que hasta la década de  1970 de siglo XX, los canarios que viajaban a España tenían que pasar por la aduana española como cualquier otro extranjero inglés, Finlandés o turco, e incluso cuando algún artista canario exponía su obra en la metrópoli estas debía  registrarse en la aduana española, y se vendía alguna pagaban los derechos como cualquier extranjero, e incluso los vehículos canarios debían estar provisto de la correspondiente tarjeta para circular por la carreteras españolas.

 

Los funcionarios de la metrópoli destinados en la colonia disfrutaban del Plus colonial, posteriormente enmascarado como “Plus de Residencia”, aún vigente.

 

Las principales marcas fabriles y comerciales europeas y americanas tenían representación en Canarias totalmente diferenciadas de la española. En el Ralli internacional Camel Trophy participaban independientemente uno de otro los equipos canarios y españoles.

 

Las exportaciones de productos españoles a Canarias gozaban de excepciones fiscales (primas a la exportación) exactamente igual que los exportados a cualquier otro país extranjero.

A partir de los años setenta del pasado siglo comenzó por parte de la metrópoli un brutal y sistemático plan de desmantelamiento del tejido industrial, comercial y financiero de la colonia, bajo el silogismo de reconversión económica comenzó la destrucción inmisericorde la economía productiva en canaria, en beneficio del nuevo monocultivo impuesto por los intereses españoles, el turismo de masas, de alpargatas o mochila, que si bien era de modesto poder adquisitivo suponía una importansima fuente de ingresos en divisas para las siempre exhaustas arcas del Estado español, además de una excelente válvula de escape para el excedente de la mano de obra española que encontraba en la colonia una “Nueva América”. De hecho, este sector terciario de la economía de la colonia en la actualidad representa el 74,6%, en detrimento del desarrollo del sector industrial el cual representa solamente el 7-8% del PIB canario.

El latrocinio comenzó con el desmantelamiento y traslado a España de las principales industrias conserveras y de salazón instaladas en el archipiélago, destrucción de la flota pesquera canaria en beneficio de las gallegas u otras españolas, con especial incidencia a partir de la venta del Sahara, la metrópoli una vez más aplica el timo de la estampita a los canarios y engatusa al sector pesquero con un supuesto plan de reconversión de la flota artesanal, reconversión pesquera que en Canarias nunca llegó a la flota autóctona.

En este aspecto según recoge el investigador Antonio Rodríguez de León: “Es historia de que los barcos nuevos reconvertidos con las ayudas europeas barcos canarios se los adjudicaba el armador gallego Manuel Freire, muy amigo de juventud del expresidente de Canarias Manuel Hermoso Rojas […] Cualquier persona o empresa española que obtuviera un contrato de opción de compra de compra sobre un barco de pesca canario, era suficiente para la nueva ley de pesca a la reconversión. Sólo tendría que trasladar la sede social de la empresa a Canarias. Antes de publicarse la ley, Manuel Freire ya tenía en su poder el 90% del tonelaje de pesca canario. (Antonio Rodríguez de León, 2001).

La perdida de frigoríficos de almacenaje canarios cayó brutalmente, causando el despido de centenares de trabajadores canarios, especialmente en el Puerto de Las Palmas.

Paulatinamente se fueron eliminando las empresas canarias, las de trasformación alimentaria, pastas, café, chocolates, galletas, harineras e incluso industrias de la piel, calzados textiles, destilerías, transformado lácteos etc., que habían subsistido conjuntamente con productos similares importados de Inglaterra, Francia u Holanda, pero que no pudieron resistir el rodillo aplanador de la intervención española, en cuanto vislumbró las posibilidades de un mercado cautivo de unos catorce millones de consumidores, siendo actualmente el cuarto mercado de España.

El golpe de gracia asestado a la industria canaria dirigido desde la metrópoli fue al sector tabaquero canario, el cual mediante una de las tanta “reconversiones” dictadas desde Madrid prácticamente desapareció en beneficio de la estatal Tabacalera española, dejando en al calle a miles de empleados canarios, y redirigiendo los capitales hacía el sector turismo.

Las políticas represivas emanadas de la metrópoli han dado lugar al abandono del campo teniendo que dedicarse la mayor parte de los agricultores y ganaderos a sobre vivir en el sector servicios o en el de la construcción.

Las obras publicas de cierta relevancia son concedidas a grandes empresas española, las cuales las realizan mediante subcontratas que también suelen ser españolas.

El sector eléctrico canario pasó a manos de la multinacional española Endesa en régimen de monopolio, los servicios de suministro de agua potable y recogida de residuos sólidos de las principales poblaciones canarias han pasado de la gestión municipal a empresas españolas, el alumbrado publico es igualmente gestionado por empresas de la metrópoli.

Las principales marcas fabriles y comerciales históricamente establecidas en Canarias fueron absorbidas u obligadas a establecer sus representaciones en Madrid.

España jamás ha permitido la creación de un Banco de Canarias, el desarrollo entidades crediticias, financieras ni aseguradoras netamente Canarias, absorbiendo o eliminando a aquellas que habían tomado cierta entidad, incluso a las Cajas de Ahorros Canarias se las ha obligado a fusionarse con otras del Estado español. En fin, la lista de latrocinios cometidos en esta colonia sería prácticamente interminable, a pesar de ello, lo peor aún está por venir.

Paralelamente, se inicia un proceso de culturización y manipulación de la sociedad canaria con especial incidencia en la juventud, mediante los medios de comunicación de masas desplegados por la metrópoli en la colonia, despersonalizando y uniformando la manera de pensar e incluso de vestir, creando sentimientos de españolidad y europeización en los jóvenes e incluso fomentando conceptos como “ciudadano del mundo” es decir, de ninguna parte, “gente diez” “cosmopolita” o “Las Canteras la mejor playa urbana de Europa” y sandeces similares en contraposición con los ancestrales sentimientos de canariedad, consiguiendo así que un amplio sector de la juventud e incluso de los menos jóvenes tengan un profundo complejo de endofobia, y sientan cierto grado de repugnancia hacia nuestra cultura ancestral.

Aún hoy, recién iniciada la segunda década del siglo XXI, el futuro de la colonia es incierto, los canarios continuamos siendo moneda de cambio e incluso carne de cañón en manos del reino imperialista y mercantilista de España, quien continúa utilizándonos como peones en el inmenso tablero de ajedrez que conforman los intereses imperialistas internacionales.

Seis siglos de brutal sometimiento y obnubilación están concluyendo, el pueblo canario está despertando de su ancestral modorra, está iniciando el camino que inevitablemente nos ha de conducir hacía la descolonización e independencia, y con ellas ocupar el puesto que por Derecho nos corresponde en el concierto de las naciones libres del mundo, en paz con el universo y como referente de  justicia social para el resto de la humanidad.

Concluyo con una pregunta dirigida a los españoles y españolistas fieles cancerberos de esta colonia española en el noreste de África: ¿Si Canarias es España y por consiguiente Europa como es que en nuestro territorio no se aplica el impuesto denominado IVA? Impuesto de aplicación exclusiva en la Comunidad Económica Europea.

 

Fotografía: Corresponde al búnker situado en la costa de La Quinta en Santa Úrsula-Tenerife, que posibilitaba la defensa de las playas de El Ancón, Los Patos y El Bollulo.

 

Fuentes consultadas:

 

Antonio Rumeu de Armas

Canarias y El Atlántico: Piraterías y ataques navales

ISBN.: 84-7947-013-5

Varios Organismos. Madrid 1991.

Germán A. de la Reza

El Congreso Anfictiónico de Panamá. Una hipótesis complementaria sobre el fracaso del primer ensayo de integración Latinoamericana

En: Araucaria Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades,   Año 5, Nº. 10. Segundo semestre de 2004.

 

Felipe Enrique Martín Santiago

La independencia de Canarias bajo la tutela de la Gran Colombia (1819-1830).

Extraído de:

www.bienmesabe.org

 

Descolonización y tercer mundo

En: http://rincondelvago.com/descolonizacion-y-tercer-mundo_2.htm

 

Javier Ponce Marrero, En: www.Mgar.net

Fet y de las Jons en Canarias en la década de 1940

Ricardo A. Guerra Palmero

En: www.hispanova.rediris.es

 

M.ª Isabel González Cruz
Las relaciones anglocanarias

Universidad de Las Palmas.

 

Santiago Álvarez

Historia Política y militar de las Brigadas Internacionales

Madrid. Compañía Literaria S.L. 1996.

 

 

Diciembre de 2011.

 

Artículos anteriores: 

Agresiones sufridas en Canarias por su condición de colonia (II)

Agresiones sufridas en Canarias por su condición de colonia (I)