Coincidente paralelismo colonial

 

Ramón Moreno Castilla

 

[… una de las claves de dominación del colonialismo es la aculturación y, sobre todo, la alienación de los pueblos, España ha aplicado en Canarias la técnica de la enseñanza de todo lo español, hurtando e ignorando a propósito cualquier referencia a lo canario, y destruyendo todo vestigio de la cultura aborigen. Para engañar al mundo entero con la falacia de que Canarias existe solo a partir de la presencia española, lo que ha calado en el subconsciente de los canarios.]

Ahondando en el informe del reputado médico psiquiatra irlandés Garret O'Connor (ver artículos, "La vergüenza maligna I y II")[1], sobre los estragos del colonialismo británico en Irlanda; y comprobado históricamente los similares "modus operandi" de los distintos colonialismos europeos en el mundo, hemos corroborado un coincidente paralelismo en la acción colonial de las diversas dinastías europeas. Recuérdese, por ejemplo, el antiguo Congo belga, propiedad privada del rey Leopoldo II -responsable de la muerte de 8 millones de congoleños-, antes de ceder el territorio a Bélgica en 1908.

En distintos momentos del reinado de Isabel I, los gobiernos ingleses justificaron la opresión de los católicos en Irlanda con argumentos de inferioridad racial y carácter vergonzoso del pueblo irlandés. ¿No existen comportamientos idénticos de los españoles respecto a los canarios, a lo largo de nuestra canallesca historia colonial?

A finales del siglo XVII, las leyes penales en Irlanda fueron implementadas específicamente por el Gobierno colonial británico para empobrecer y degradar a los católicos en Irlanda; lo mismo que el colonialismo español, que ha actuado exactamente igual con el pueblo canario.

Durante siglos, la potencial solidaridad tribal de los canarios fue consistentemente socavada con el despojo de tierras, la pobreza, la discriminación y la prontitud de la Corona de Castilla en explotar la venalidad surgida de la desesperanza canaria, comprando la traición a informantes bajo sueldo. El espíritu de los canarios se debilitó aún más con la eliminación sistemática de la lengua aborigen, elemento cultural fundamental. Inclusive, las formas preferidas de vestido, comportamiento y pensamiento se definían de acuerdo a la dominante cultura española, como consecuencia de la sanguinaria conquista y evangelización de Canarias, llevada a cabo por las tropas castellanas y mercenarios, y órdenes religiosas de la Iglesia Católica.

Como una de las claves de dominación del colonialismo es la aculturación y, sobre todo, la alienación de los pueblos, España ha aplicado en Canarias la técnica de la enseñanza de todo lo español, hurtando e ignorando a propósito cualquier referencia a lo canario, y destruyendo todo vestigio de la cultura aborigen. Para engañar al mundo entero con la falacia de que Canarias existe solo a partir de la presencia española, lo que ha calado en el subconsciente de los canarios.

Cuando echamos un vistazo a la evolución histórica del pueblo canario y a la dinámica transgeneracional del abuso paterno, ambos parecen mostrar ciertos rasgos comunes. Por eso, las naciones oprimidas y los niños abusados pueden verse obligados a soportar más dolor innecesario del que les corresponde durante el proceso de crecimiento. Ambos experimentarán problemas con la autoridad, la dependencia, la identidad y el derecho propio, y ambos verán comprometida su capacidad de integrar pensamiento, emoción, intelecto y acción de tal forma que se promueva la intimidad y se facilite el crecimiento.

Un aspecto importante de la "vergüenza maligna" que ocasiona mayor parálisis en el pueblo canario, es la confabulación inconsciente entre la gente, la Iglesia y el Gobierno con el fin de suprimir las expresiones socialmente significativas de rabia al aniquilarlas con la culpa, trivializarlas con el ridículo o condenarlas con inventiva de indignación moral. Este tipo de censura tiene implicaciones profundas para el crecimiento personal, el desarrollo institucional y la recuperación del orgullo innato en un ambiente colonial, ya que los seres humanos, al estar aislados de sus emociones, se encuentran también separados de su humanidad, lo cual cada vez los hace más propensos a la autocompasión y a la victimización compulsiva.

El ahondamiento de este surco maligno en la mente de las personas fue y sigue siendo una de las consecuencias más destructivas de la política colonial española en Canarias, porque propicia el surgimiento de la dependencia patológica, ampara con fuerza una cultura de la vergüenza e impide activamente el proceso de liberación emocional, de vital importancia para un auto aprecio sostenido. "Si no sabes qué sientes, no sabes quién eres. Si no sabes quién eres, seguramente estarás viviendo la vida de otra persona". La ruptura entre pensar y sentir es evidente en todos los niveles de la vida canaria.

Mientras se produce la anhelada descolonización, el mejor tratamiento para los canarios es el que ofreció Nelson Mandela a su pueblo, en su discurso inaugural como presidente de Sudáfrica en mayo de 1994: "...Al liberarnos de nuestro temor, nuestra presencia libera automáticamente a los otros".

 

rmorenocastilla@hotmail.com

 

[1] La "vergüenza maligna" (y II)  

[1] La "vergüenza maligna" (I)

 

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