Sociedades Matrisociales y Sociedades Patrisociales

 

Jorge Ancor Dorta

 

[Coalición Canaria y el poder colonial al presentar los logros conseguidos como regalos en forma de subvenciones o incentivos fiscales hace que el pueblo canario espere obtener derechos como si fuesen donaciones, para no hacerse cargo de los deberes o corresponsabilidades correspondientes. Si no hay deberes es difícil entender los derechos, si no se entienden los derechos, el expolio, el abuso y la sumisión se perciben como naturales. Se fomenta de esta forma la percepción de "dependencia" y la cultura de la "subvención".]

 

Por los emails privados que he recibido percibo que mis anteriores artículos no se han terminado de entender. Trataré de resumirlo en un frase; solo potenciando valores masculinos EN HOMBRES Y MUJERES, como la asertividad, la competitividad y el afán de logro se puede generar el liderazgo necesario en la sociedad civil como para cambiar cosas.

 

Porque si lo que se promueve son valores femeninos como la armonía, la evasión del conflicto y los aspectos relacionales (que es lo que tenemos ahora)..., no se generará el liderazgo. Estos valores femeninos generan una atmósfera de sumisión y de inhibición del YO que es lo que el control social busca.

 

Fíjate hasta que punto se ha producido una femenización de la sociedad que la dominación masculina está penada por ley mientras que la dominación femenina es algo "cool" y "trendy".

 

Otra teoría sociológica que nos puede ser de utilidad para entender nuestra realidad, habla de sociedades matrisociales y sociedades patrisociales en función del patrón de interacción entre el individuo y la sociedad.

 

En una cultura matrisocial, se fijan los valores y se regulan las prescripciones de los intercambios y las solidaridades de la familia hacia la sociedad. El carácter primario de las estructuras matriarcales o matrisociales produce solidaridades mecánicas basadas en el parentesco. Ello trae como consecuencia desordenes en la estructura social como relaciones de clan, caciquiles, corporativas, de composiciones de tipo familiar como el parentesco, el enchufismo, el compadreo, el nepotismo y el amiguismo, apareciendo focos tiránicos en el proceso.

Las sociedades del sur de Europa y latinoamericanas son matrisociales y esto deriva en la aceptación tiránica del poder. En cambio, las sociedades anglosajonas, nórdicas y germánicas, la solidaridad no es mecánica por la pertenencia a un grupo, familia o clan, sino basada en la meritocracia, el talento y la búsqueda de un fin común. Por tanto las asociaciones no son de parentesco sino de interés. Esto explica porqué aunque dichas sociedades tienen un mayor individualismo que las latinas, también tienen un mayor asociacionismo.

 

El carácter primario de las estructuras matrisociales hace que el pueblo canario ceda fácilmente el poder a sus caudillos y caciques (interiores y exteriores). Pero cede el poder para descargarse de la responsabilidad y al mismo tiempo para aprovecharse individualmente de los beneficios a la sombra de los que ha elevado al poder. En este tipo de sociedad aparece autoritarismo, pero no liderazgo y se genera una gran resistencia al cambio y una clara aversión la riesgo.

 

La cultura matrisocial canaria no es capaz de producir un orden social, ni instituir una autoridad, sino que desarrolla un orden social donde prima la arbitrariedad y el autoritarismo impositor. De esta forma las órdenes se acatan pero no se cumplen o se aceptan pero no se acatan, lo cual determina que el pueblo es igual de arbitrario que la autoridad que lo dirige y las leyes y el estado de derecho no se respeta, lo cual repercute negativamente en toda la comunidad.


La lógica de la cultura matrisocial es la arbitrariedad y el autoritarismo, y esa es la razón por la que el régimen colonial canario es aceptado y fácil de mantener. En Canarias se ofrecen prebendas y favores, no trabajos. Se ofrecen ilusiones no realidades, se ofrecen espejismos, tópicos y prejuicios que distorsionan la percepción de la realidad y los valores, impidiendo la articulación e identificación de un proyecto social para la nación canaria. 


Coalición Canaria y el poder colonial al presentar los logros conseguidos como regalos en forma de subvenciones o incentivos fiscales hace que el pueblo canario espere obtener derechos como si fuesen donaciones, para no hacerse cargo de los deberes o corresponsabilidades correspondientes. Si no hay deberes es difícil entender los derechos, si no se entienden los derechos, el expolio, el abuso y la sumisión se perciben como naturales. Se fomenta de esta forma la percepción de "dependencia" y la cultura de la "subvención".

La cultura canaria, por tanto, es familista, inmoral, rentista, con preeminencia absoluta del individualismo y del clan sobre la colectividad, lo que implica priorizar los intereses propios por encima de la intereses de la sociedad, pero sin aceptar la responsabilidad individual de forma madura. La racionalidad moderna se hace incompatible con las relaciones que se establecen entre los miembros de la cultura matrisocial.

 

El predominio de los valores femeninos, el destrozo de la autoestima a través del colonialismo mental, el destrozo de la cultura y las tradiciones locales, la opresión y el castigo, el aparato represivo político-mediático-judicial, junto a la enseñanza, lo políticamente correcto, la formación de miedos tópicos y prejuicios morales transmisibles de padres a hijos (incluido el miedo), el amor alentado por la armonía y la prudencia, todas esas formas estéticas del respeto al orden establecido forman parte de la infraestructura de dependencia y crean, en torno al colonizado, una atmósfera de sumisión y de inhibición que reducen la posibilidad de alzamiento y aligeran considerablemente la tarea de las fuerzas del orden. 

 

Como resultado, la falta de cooperación, la falta de conciencia social y la falta de conciencia nacional. Esto produce que el espíritu de sacrificio o la noción de servicio a la comunidad no estén presentes. Un efecto que se intensifica al identificarse los cuerpos de seguridad del Estado y el ejército con los intereses coloniales y la mentalidad españolista.

 

Todas estas consideraciones sociológicas son importantes a la hora de diseñar un modelo económico y social alternativo y de futuro. En la formulación de dicha alternativa tenemos que evitar tanto el ¿para qué esforzarse si no existen oportunidades? como el ¿para qué esforzarse si el gobierno cubre todas las necesidades?

 

A la realidad sociológica canaria hay que contraponer mecanismos institucionales en forma de incentivos que consigan romper o debilitar esas estructuras clánicas, tiránicas y corruptas. Eso se consigue mediante la construcción institucional del Estado y el desarrollo de un sector financiero que facilite la distribución de la propiedad entre personas de diferentes “clanes”, democratizando y quitándole poder a las estructuras matrisociales-caciquiles-insularistas-claninstas, de forma que se pueda articular un proyecto social y que el desarrollo no se perciba como la apropiación por parte de un determinado clan de los recursos comunes, sino como un desarrollo social de la colectividad y de cuyo beneficio se participa, pero sin caer en el colectivismo sino en la meritocracia y la responsabilidad individual

 

Al concepto de clan se debe imponer el concepto anglosajón de comunidad que entiende que las personas viven en comunidades, y que el respeto a las leyes y el comportamiento cooperativo mejora la calidad de vida de todos.

 

 

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