El
Informe Lugano (y III)
Ramón
Moreno Castilla
Terminaba la entrega anterior diciendo que, aunque la población
mundial esté reduciendo su ritmo de crecimiento, las estimaciones de las
Naciones Unidas indican una población que deberá llegar a un número
aproximado de
La argumentación subestima el aumento, grande y creciente, de la
demanda de métodos anticonceptivos por las mujeres pobres en varias partes del
mundo en la misma medida en que la "utilidad económica" de los hijos
de madres pobres se ha ido disipando a todas luces por causa de la exclusión en
la sociedad capitalista contemporánea y de las propias condiciones de trabajo.
Por otro lado, el "demógrafo consultor" no reconoció
los efectos de la inercia demográfica (o metabolismo demográfico) que
significa un tiempo entre los niveles más bajos de fertilidad y su expresión
en número absoluto de nacimientos. Como quiera que se mire, Thomas Malthus está
vivo en el pensamiento neoliberal contemporáneo: "Para asegurar empleos
estables y correctamente remunerados, para disminuir el riesgo de choque de
civilizaciones, para lograr que las nuevas generaciones se integren a la cultura
de mercado, para que el Estado conserve su función de suministrador de
infraestructuras y de garante de la seguridad de los ciudadanos, para que no
ocurran colapsos de abastecimiento de agua, energía... "es necesario
reducir drásticamente la población. El único medio de garantizar la felicidad
y el bienestar de la mayoría de las personas se encuentra en la reducción del
número de habitantes del planeta. Ese es el verdadero sentido de la expresión
desarrollo sostenible" (extractado de los capítulos 3 y 4). El problema,
entonces, no es saber si debemos disminuir drásticamente la población, sino cómo
hacerlo.
Las "marcas" maltusianas positivas son necesarias porque
el siglo XXI deberá escoger entre las disciplinas y el control, por una parte,
y el desorden y el caos por la otra. "El único modo de asegurar un máximo
de bienestar a un mayor número de personas, preservando el capitalismo, es
disminuyendo la población" (p.89).
El modus operandi para reducir cuatro mil millones de personas
hasta el año 2020 se basa en el fortalecimiento de flagelos que ya afectan a la
humanidad en el inicio del siglo, representados aquí por la imagen de los
cuatro caballeros del Apocalipsis: la Conquista, la Guerra (con comercio
internacional de armas e intervención), el Hambre y la Peste. "Las
conquistas, las guerras, el hambre y la peste han vivido siempre para inhibir el
crecimiento excesivo de la especie humana y hasta hoy no han perdido su
importancia. Tratamos de mostrar cómo podrían ser adaptadas a las
circunstancias modernas" (p167).
Las "marcas" preventivas desempeñan también su papel
incentivando políticas de reducción de la reproducción: aborto, esterilización
masculina y femenina y anticonceptivos. El diagnóstico poblacional apunta hacia
el combate entre los países ricos y los países pobres en términos totales de
población, tasas diferenciales de crecimiento y envejecimiento poblacional. La
crítica, en esa parte, es contundente respecto a los "efectos
anticipados" de políticas sociales: incluso con la reducción de su prole,
los excluidos siguen excluidos hasta el punto de serlo más aún.
El informe Lugano constituye, sin duda, un libro polémico. Sin
embargo, significa un vehemente libelo contra los efectos devastadores de la
globalización sobre amplios y crecientes contingentes de la población del
planeta. El inteligente recurso adoptado suscita gran interés en el lector
junto con una lógica de razonamiento muy atractiva. Precisamente, su mayor
contribución se encuentra en poner al descubierto dimensiones no aparentes de
discursos y prácticas dominantes del sistema globalizado y de propuestas de
incautos que no evalúan las consecuencias de sus iniciativas hasta sus últimas
consecuencias.
El escrutinio de la lógica de razonamiento maltusiano implícito
en muchos de esos discursos y muchas de esas prácticas representa una
contribución bastante relevante, principalmente si se considera que ese tipo de
crítica no es frecuente en los estudios demográficos. En definitiva Suzan
George hace al final del libro sus últimos comentarios y expresa su posición
personal, presentando y defendiendo su idea de simulación.
Anteriores:
El
Informe Lugano (I) Portada
InformeLugano
Artículos
de Ramón Moreno Castilla publicados en El Guanche y en El Canario