¿Independencia?
¿Para qué?
Ramón
Moreno Castilla
[El pueblo canario tiene el derecho
inalienable e imprescriptible a determinarse; y dado que España haría trampas
de tahúr en un hipotético referéndum de autodeterminación, que en el caso
singular de Canarias no procede por razones históricas, lo lógico y normal
sería una Declaración Unilateral de Independencia de España y formar una
comisión mixta Canarias-España para proceder al correspondiente traspaso de
poderes de la antigua metrópoli al nuevo Estado Archipelágico
Canario, estableciendo la cuantía de las indemnizaciones a las que tenemos derecho.]
Para ser libres y soberanos! por su
puesto. Y, desde luego, para que España no siga esquilmando nuestros recursos,
y no saquee los posibles yacimientos de hidrocarburos (petróleo y/o gas)
localizados en lo que serían aguas canarias adyacentes con Marruecos, aún por
delimitar. Pero, sobre todo, porque España no es de fiar. No solo incumple
sistemáticamente los acuerdos internacionales que suscribe, por lo que es
considerada un Estado forajido, sino que vende sus colonias, como hizo en 1898
con Filipinas, isla de Guam y Puerto Rico, que entregó a Estados Unidos por 20
millones de dólares de la época. O cuando, en 1975, abandonó la
"provincia" del Sáhara a su suerte, ¡no
descolonizando el territorio!
Además, porque España se sigue negando a descolonizar Canarias
-situada en otro continente, y a
El pueblo canario tiene el derecho inalienable e imprescriptible,
reitero, a determinarse; y dado que España haría trampas de tahúr en un
hipotético referéndum de autodeterminación, que en el caso singular de Canarias
no procede por razones históricas, lo lógico y normal sería una Declaración
Unilateral de Independencia de España (DUI, como yo hice personal e
individualmente el pasado 27 de octubre en este mismo periódico); y formar una
comisión mixta Canarias-España para proceder al correspondiente traspaso de
poderes de la antigua metrópoli al nuevo Estado Archipelágico
Canario, estableciendo la cuantía de las indemnizaciones a las que tenemos derecho.
Dado que nacionalismo y colonialismo son conceptos antitéticos,
hay que recordar que colonialismo "es la influencia o dominación de un
país sobre otro, habitualmente más poderoso económica o militarmente, de una
forma violenta a través de una invasión militar". Justamente, lo que ha
venido haciendo España en Canarias desde 1496. Aunque a estas alturas de la
historia, todavía existen canarios de servicio que justifican la impuesta y
artificiosa "españolidad de Canarias", que ya no se sostiene en pleno
siglo XXI.
Por otro lado, el colonialismo español en Canarias ha sido
rotundamente nefasto. El nivel de dependencia del exterior es de tal magnitud
que no tenemos siquiera la tan necesaria e imprescindible soberanía
alimentaria, tal como establece la FAO. Nuestra precaria y frágil economía está
basada en el monocultivo del turismo -un fenómeno social que no controlamos-; y
el aparato productivo está en su mayoría en manos foráneas, y la paulatina
destrucción del sector primario y de nuestra pequeña industria ha sido una
constante del implacable colonialismo español.
En consecuencia, los canarios no queremos "separarnos"
de España, porque siempre hemos estado separados, ¡la geografía es implacable e
indiscutible! Mientras España es un país que constituye el flanco Sur de
Europa, el Archipiélago canario está situado a
España, que tiene el "copyright" del manual del
colonialismo, sabe perfectamente que desde el mismo momento que Canarias sea autosuficiente corta amarras. Por ello, su política ha
sido fomentar el pleito insular y contentar a ciertos sectores de la sociedad
canaria con los privilegios y prebendas heredados de la conquista. ¿Por qué
consiente España los continuos casos de corrupción generalizada tanto de la
clase política como empresarial? ¿Por su colaboracionismo necesario?
Y como en el anterior artículo terminaba con la religión, hoy debo
denunciar que Canarias no debe seguir perteneciendo a
la Archidiócesis de Sevilla, sino tener su propio Nuncio Apostólico y su
embajador en la Santa Sede.
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