¿Independencia?
¿Por qué?
Ramón Moreno Castilla
En primer
lugar, porque el pueblo canario lleva casi cinco siglos colonizado por esa
España imperialista y depredadora que nos sojuzga y nos esquilma sin piedad; y
en segundo lugar, porque el actual statu quo de Canarias es un monumental
anacronismo político-jurídico que no se sostiene en pleno siglo XXI, y que la
legalidad internacional ya no contempla ni ampara. Además, este pueblo tiene el
legítimo derecho a construir su futuro sin dictados ni tutelas de ningún tipo,
y a disponer de los recursos naturales de su territorio, que en modo alguno
pertenecen a la metrópoli, situada a
O
sea, el pueblo canario tiene derecho a la libre determinación, para decidir su
propia forma de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural,
y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el
principio de igualdad. Este derecho está recogido en los tratados
internacionales más importantes como la Carta de las Naciones Unidas o los
Pactos Internacionales de Derechos Humanos. Numerosas resoluciones de la
Asamblea General de la ONU hacen referencia igualmente a este principio,
desarrollado en las Resoluciones 1514 (XV), 1541 (XV) ó 2625 (XXV), relativas
al derecho de autodeterminación de los pueblos colonizados.
El
derecho de autodeterminación es un principio fundamental del Derecho
internacional público y un derecho inalienable e imprescriptible de los pueblos
y genera obligaciones "erga omnes"
("respecto de todos" o "frente a todos") para los Estados.
Inclusive, para algunos juristas y tratadistas, la libre determinación ha
devenido norma de "ius cogens"
(amparar los derechos colectivos fundamentales).
Los
patriotas canarios, que no tenemos ni rabo ni cuernos, y no somos más malos y
perversos que los españolistas de turno, aunque se nos haya estigmatizado, sí
tenemos, en cambio, muy claro que el independentismo es una corriente política
derivada generalmente del nacionalismo, que propugna la independencia de un
territorio respecto del Estado o Estados en el que se circunscribe; si bien, en
Canarias hay algunos movimientos independentistas que rechazan definirse como
nacionalistas. En todo caso, lo que si tenemos que hacer es mucha pedagogía y a
eso me aplico hoy. En efecto:
El
independentismo basa sus tesis sobre el principio fundamental de que el
territorio que se quiere independizar es una nación con su historia, cultura,
lengua propia (no es un factor determinante) y sobre la afirmación
incuestionable de que dicha nación (en este caso Canarias) no alcanzará su
plenitud económica, social y cultural mientras siga formando parte de forma
impuesta y artificiosa del Estado español (en tanto que colonia), del que se
quiere independizar.
Se
pueden distinguir varios tipos de argumentos que justifican el independentismo,
así como distintos métodos empleados para logar sus objetivos. El idioma, en el
caso de Canarias, no se considera un elemento clave habida cuenta que en los
países de América Latina, antiguas colonias del eclipsado imperio español,
hablaban castellano, lo cual no fue en absoluto impedimento para lograr la
independencia de España.
En la
mayoría de los casos, el independentismo tiene un gran componente económico,
como no podía ser de otra forma. Pese a los muchos ejemplos existentes, el caso
de Canarias es paradigmático. España ha saqueado sistemáticamente nuestras
riquezas; nos ha convertido en un mercado cautivo; nos ha desprovisto de
nuestros propios instrumentos económico-financieros (mientras en nuestras Islas
operan cajas de ahorros y bancos de todas las regiones españolas); la
introducción de las grandes superficies ha llevado implícita la desaparición de
los pequeños comercios; el monocultivo del turismo, sector terciario de la
economía, ha arrasado con el sector primario, haciendo a la economía canaria
absolutamente dependiente del exterior (donde todo se importa); nuestro acervo
histórico representado en los beneficiosos Puertos Francos se sustituyó por un
instrumento colonial e intervencionista como es el REF, cuya modificación
requiere el beneplácito de España y el consentimiento de Bruselas, al
considerarse a Canarias una denigrante RUP; que es, reitero, una encubridora y
eufemística definición de territorio de ultramar o colonia.
Y por
último, la religión. Téngase en cuenta que en Canarias se produjo una cruenta
conquista y evangelización por la fuerza de las armas, similar a la genocida
conquista española de Latinoamérica.
Así
que el Vaticano verá si seguimos con la religión católica o deja paso al islam.
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