"GOZANDO
DE LA TRADICIÓN DE LOS SABIOS PASTORES" (I)
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Paco Díaz
¿Si
nuestro narcotizado pueblo canario, realmente lo está, con el letal virus de la
endofobia y carece de
memoria histórica, supongo que los lectores me permitirán adentrarme solo un
poquito en la apasionante historia de nuestra nación Tkanaren -Canarias- tan
relacionada con la conquista de todo el amplio continente americano, ya que con
éste utilizaron el primer terrorismo que experimentaron con nuestros
antepasados guanches? por ello que aquí en nuestra visita a Guayedra recordamos
que el converso Fernando Guanarteme como pago a su favores solo obtuvo estos
fértiles terrenos, cuando antes era el poderoso Wanarteme y dueño de toda
la isla más culta, productiva y verdadero edén terrenal. Así se lo
recordó el nuevo victorioso y wanarteme Bentejuí durante la
descalabradora batalla de la montaña y degollada de "Aslóba"
(Ver
Anexo
* 1),
en febrero o marzo de 1483, antes del pacto armisticio firmado dos meses después,
alrededor del 29 de Abril. Aún actualmente es un precioso palmeral, idílico paraíso
de bañistas y pescadores anacoretas. Hasta hace pocos meses en él
pastoreaba un gran ganado de cabras.
¿Tal
vez Tenesor Semidán, el anterior wanarteme Fernando Guanarteme, fue
coaccionado por los ladinos conquistadores para les ayudara a finalizar la muy
dura conquista de la isla y, parece ser que colaboró porque estaba presionado
con su esposa secuestrada en un convento en Calatayud? No solo le utilizaron
vilmente en la conquista de Tamarant -Gran Canaria-, sino en la de Chinet
(Tenerife) en contra de su propio pueblo y de su yerno el nuevo wanarteme,
Bentejuí, ya casado, con tan solo 15 añitos, con su hija la Wayarmina, la que
le acompañaba en todas las batallas. Después del "pacto" en
fecha cercana al 29 de Abril, que "no derrota" de las
huestes canarias como verán en Anexo
* 1,
con la autoinmolación de Bentejuí y Tazarte, en el Sitio, o Los Sitios,
de San Bartolomé de Tirajana (no enfrente en Ansite, término de Santa Lucía
de Tirajana, lugar del municipio para el que "tiraba de su sardina"
el lacayo alcalde e "ilustre" canariólogo Vicente Sánchez Araña,
en sus vergonzosas conmemoraciones de la "conquista" como "simbiosis
cultural", que tanto tergiversó y se aprovechó en sus fastos rodeados
de cónsules extranjeros, después de los años ´60 del siglo XX y
hasta fin de siglo. ¿Por eso recibió la medalla laureada de San Fernando y a
su muerte le rindieron honores y desfiló ante su féretro la coercitiva guardia
civil? La Wayarmina, era el símbolo del poder en la isla, de ahí el empeño
de los conquistadores en precipitadamente bautizarla, lo que realizaron llamándola
Dña. Margarita.
También
los españoles utilizaron al converso ex wanarteme, Fernando Guanarteme y sus
300 "hombres de pelea" canariones, para
participar en traicionera retaguardia de la batalla contra los guanches del
Quebei Benhomo y su hermano el Arcimenchía Tinguaro, en la definitiva
batalla de la montaña de San Roque (Sejeita-Aguere-La Laguna)[1], 14 de Noviembre
de 1494, con la que obtuvieron la definitiva conquista de la pundorosa
isla de Chinet. Ya meses antes, el 26 de Mayo de 1494, Bencomo y Tinguaro
infringieron una humillante derrota y gran descalabro al poderoso ejército
del genocida Fernández de Lugo en la mítica Matanza de Asentehun
(Acentejo), ya que en pocas horas descalabraron en el Barranco de Fan Fan, San
Antonio, a los casi dos mil conquistadores de un magníficamente bien
armado ejército. ¡Fue tan perfecto el engaño tramado por los
guanches a tan soberbio ejército, que tan estratégica batalla aún la esconden
en los anales de " su gloriosa" historia militar
gachupina!
El
descalabro causado en esta matanza de Acentejo fue infinitamente mayor que recibieron
26 años después, 30 de junio de 1520, causado por el emperador azteca Montezuma, en
aquella "noche triste", en que como vulgares rateros que eran
los conquistadores españoles, por más que en su adulterada historiografía se
les pretenda cubrir de gloria y falsas historias épicas, iban cargados de oro
del tesoro que expoliaron a los aztecas abusando de su acogida y
confianza, al igual que "reincidieron" de nuevo
doce años después en Perú, 1532, con la enorme traición al Sapa Inca
Atahualpa Anexo
* 2 ¿No
sería totalmente necesario analizar a fondo en una sesuda tesis doctoral de
psicoanálisis clínico, realizado por la Universidad Complutense o por la
prestigiosa de Navarra, esta compulsiva obsesión gachupina, a pesar de lo católicos,
apostólicos y romanos que presumen ante los diversos papas, por sus maníacos
tics por ¡ORO, ORO, ORO! y su corrupción constante y generalizada, durante
casi seis siglos, hasta este mismo año de 2014?
Nos
volvemos a centrar en nuestra nación canaria, para recordar que antes de la
batalla de San Roque, Sejeita-Aguere (La laguna), los conquistadores al
percatarse que se les hacía cuesta arriba la conquista del Archipiélago
canario, después de casi un siglo de cruenta y muy cara conquista de de la isla
Titeroygatra (Lanzarote), Tamarant (en guanche tamazigt, la isla "Victoriosa"),
Benahuare ("mi tierra" o La Palma) y de Chinet ("isla
del infierno" o Tenerife), hasta las altas posibilidades inclusive
perder la guerra por el hartazgo de los Reyes Católicos por su gran
desgaste al causar la ruina a sus ya escuálidas arcas, por el pago a los
mercenarios del ejército vizcaíno, nuestros bravos parientes vascos, (Ver libro "Egipcios, Bereberes, Guanches y Vascos")[2],
de los famosos paleontólogos internacionales, Arnáez y Alonso) capitaneados
por el afamado y temible Miguel de Muxica, muy popular en la conquista de
Granada. Por lo cual los marrulleros conquistadores además de usar a discreción
sus temibles perros asesinos, cometieron el genocidio de envenenar todas las
fuentes de agua potable de la zona de guerra. Intentando ocultarlo con la
disculpa de que era una "epidemia", ¿qué solo atacaba a
los guanches?, y que produjo la rara enfermedad de "La
Modorra".
Por
dicho motivo se notaron los estragos del genocidio de "La
Modorra" en la batalla de San Roque, ya que los guanches estaban muy
debilitados y, para más Inri, se unió a su infortunio, la sorpresiva y
traicionera entrada en combate de Fernando Guanarteme con sus
trescientos fieros guerreros canariones, por un lado de la retaguardia. Ya al
final de la batalla y cuando el Achimenchía Tinguaro
se retiraba herido y desarmado, murió vil y traicioneramente atravesado por una
pica, a manos del guanche converso, Pedro Buendía, ya muy bien "amaestrado"
por los conquistadores como un experto esbirro y cruel matarife, a
pesar de las súplicas de sus propios compañeros conquistadores que estaban
admirados lo por la astucia demostrada por Tinguaro. Finalmente este pulida "cuña
de la propia madera", cortó su cabeza para mostrarla como trofeo
de guerra. Esta dolorosa batalla y la ayuda prestada por Fernando Guanarteme a
los conquistadores es el verdadero germen del actual pleito insular porque
escuece como una dolorosa punzada.
Míticos
saltadores de garrote de La Aldea
Volvemos a la "gira" con la pareja de awaritas en Niguete (Agaete) donde el awarita Don Mauro tuvo la gran suerte de conocer y charlar con el muy culto pastor de 90 años, Don Jesús Falcón, el mítico patriarca del mayor cortijo de Canarias: Tifaracás, con dos millones de metros cuadrados, situado entre Tirma de Artenara y La Aldea. El Sr. Falcón es además un famoso artesano de garrotes, regatones y cencerras y fue este altruista y culto pastor (hasta poseía un violín Stradivarius) quien fabricaba los más afamados garrotes, solo con la mejor madera de tea de pino y solo entre los escogidos por crecer entre grietas de riscos de piedra viva, porque poseen mejor y más dura hebra de madera, a la vez que entrenaba a las nuevas sagas de famosos saltadores del Salto del Pastor de Artejévez La Aldea. Ya desde el siglo XIX y principios del XX los domingos tras la misa mayor, allí se celebraban las más famosas pugnas entre los más famosos saltadores de Salto del Pastor de la isla. ¡Desde la torre de la ermita de San Nicolás y después de tan alto vuelo caían cual plumitas, con gran puntería, ya que con la punta del regatón del garrote al tocar el suelo agujereaban las monedas de perra chica!
Luego, ya en tan típico pueblo-villa de Artejévez, con su gran identidad agrícola, los que usaban y, todavía lo hacen, tirar voladores y hacer regar el ron cuando llueve, saludamos a todo un símbolo aldeano, al muy inteligente y generoso pastor, Jacinto Díaz, quien llegó a poseer rebaño de más de 600 cabras. También fue presidente durante una decena de años de la Asociación de Minusválidos, y actualmente posee un grupo folclórico, organiza famosos grupos de excursiones y es Pte. de la AAVV Los Cedros y de la Federación de AAVV "Horgazales".
Ésta la mítica montaña de los tres más bellos y conservados tagorores de la isla, además guarda en sus entrañas una verdadera joya arqueológica intacta como hasta hace seis siglos: su mina guanche de occidiana.
Horgazales es la cercana montaña que le da nombre a esta federación de AAVV y posee en la meseta de su cima tres tagorores y su preciosa mina de occidiana. Este material es tan azulado brillante, fino y cortante como un bisturí, que era usado como sus "tabonas" -cuchillos, "banotes" diversas armas de guerra, como asimismo los bisturís con que los guanches realizaban complicadas trepanaciones -operaciones- de tumores en la cabeza. ¡Más adelantados que nuestros parientes los egipcios, inclusive en el más perfecto arte de embalsamar, puesto que los egipcios se veían obligados extraer las vísceras a sus cadáveres, mientras nuestros antepasados lograban un perfecto mirlado de sus cadáveres, sin extraer sus vísceras, forrando las preciosas momias guanches con un muy fino y bien pulido cuero muy ceñido al cuerpo, además de untarlos con un oloroso ungüento de conservación!
Los únicos que podían
sacrificar animales y tocar la sangre, o embalsamar con tanta delicadeza y
perfección, fueron los verdaderos especialistas "trasquilados",
al igual que carniceros. Porque los pastores guanches no se manchaban las manos
con sangre, ni siquiera en los más simples sacrificios de sus ovejas pelibueis
-solo pelo, no lana- y de su cabras, la mayoría color rusia..., y muchas "mochas,
murgas y mermelladas".