"GOZANDO
DE LA TRADICIÓN DE LOS SABIOS PASTORES"
Anexo * 1:
Esta
montaña de Asloba, a la que algunos también denominan Ajódar, forma una
perfecta pirámide, por lo que algunos para distinguirla rápidamente le llaman "la
pirámide". Se encuentra entre Tasarte y Tasartico. Durante la dura
matanza a favor de los canarios[1]
al frente del joven Bentejuí, corrían
arroyos de sangre del poderoso ejército vizcaíno, a pesar de su gran
experiencia, ya que fueron vencedores en la conquista de Granada, demostrado
coraje, estar bien pertrechado con corazas, certeras ballestas, los más
modernos trabucos y cañones cortos, según todos los cronistas, como el soldado
Sedetto, el alférez Sotomayor y cuñado del Adelantado Fernández de Lugo, Marín
y Cubas, Etc., y la propia hija de "Guayedra", la
wayarmina Dómina Dña. Margarita, quien fue privilegiada testigo en
todo momento junto a su joven esposo y wanarteme Bentejuí, especialmente durante
la mítica batalla de Asloda. Todo ello fielmente lo reflejó en su testamento
en 1525: "Si no hubiera sido por la interseción de mi padre y Señor
Tenesor Semidán para que Bentejuí parara la batalla de Asloda, hubiera
perecido todo el ejército y con él el propio Sr. Fernández de
Lugo".
Aunque
oculta nuestra propia historia durante mucho tiempo, porque la historia la
suelen escribir los ganadores, ya se conocen muchos pormenores de los hechos
históricos, como que herido mortalmente, además de su orgullo, el comandante
de aquella batalla, el famoso Miguel de Muxica, tuvo que retirarse, por lo que
muy asustado el genocida Adelantado Fernández de Lugo, presionaba e insistía a
Fernando Guanarteme, para que a su vez éste utilizara todas las tretas de presión
para convencer al noble y joven Bentejuí, que parara la matanza de su
descalabrado ejército. Le presionaba así: "Fernando te hemos bautizado
y tu dios te exige que presiones a Bentejuí para que pare esta carnicería".
Mientras Bentejuí desde su privilegiada atalaya contemplaba perfectamente
todo el panorama desolador de los españoles y a su suegro vestido con la casaca
roja que le regalaron los conquistadores, quien intentaba acercarse y le rogaba:
"¡Bentejuí, "por los huesos de nuestros antepasados" para
esta carnicería!". pero Bentejuí que veían como incluive le llegaban
más refuerzos le contestaba, citándole por su apodo: "¡Guayedra, no
de te da vergüenza que te hayas vendido tan solo por esa casaca roja que te
regaló el de España y no te acerques que te matarán las piedras que
arrojamos!". A la vez que le señalaba y le ofrecía lógicas
razones: "¡No ves que la isla está ahí, todavía libre, y que aún
podemos recuperar el pequeño resto que aún ocupan los conquistadores"? Pero
el sagaz converso ya entrenado en trucos por Fernández de Lugo, volvía a la
carga con algo sagrado para los canarios: Le insistía y rogaba "por los
huesos de los antepasados". Lo cual era también sagrado para los vizcaínos,
con parecidas creencias que su antiguos parientes canarios, por lo que
finalmente Bentejuí, que como todos los canarios, sentía lastima por los los
heridos que sufrían, aunque fueran crueles enemigos, hizo todo lo contrario que
hubiera hecho ningún comandante al frente de una batalla ya ganada de antemano,
por lástima aquel jovencísimo Wanarteme, contra la mínima lógica militar paró
la batalla para que retiraran los descalabrados y heridos soldados españoles.
¿Qué
hubiera sido actualmente del esplendoroso futuro Canarias? Con lo adelantados
que ya estamos en avanzados servicios sociales, respeto por los más
necesitados -no existían pobres-, cultura maga, savias normas y leyes
avanzadas como el divorcio en las mujeres, las que podían tener más de un
esposo, nuestras plataformas solares, inclusive calendario lunar en el Roque
Achano (Cano) en Gomera, además de avanzados conocimientos en los solsticios
-en Roque Bentaiga y Risco Partido-, religión monoteísta, gran experiencia
comercial y diplomática, de los restos de cultura clásica de los griegos,
romanos, fenicios y parientes egipcios, con los que convivían nuestras tribus canarii antes de ser expulsadas de Tegueste y
norte de África -la misma que nuestros parientes
canarii Santa Mónica, San Agustín y demás Padres de la Iglesia- Etc.
Mientras países hoy día de los más avanzados, como los insulares de Japón,
quienes vivían en la barbarie con sus horripilantes matanzas a manos de los
salvajes y crueles samurais.