Jorge
Ancor Dorta
Que
nadie se sienta desmotivado por lo que estoy haciendo en estos artículos,
simplemente tenemos que entender que no podemos seguir así y que necesitamos
hacer un ejercicio de autocrítica y lavar la ropa sucia de vez en cuando para
poder avanzar. Hay ocasiones en las que hay sacudir las alfombras y sacar los
muertos del armario para que la habitación se aireé.
Como
he dicho en el primer articulo de esta serie, Antonio Cubillo es un personaje
con sus luces y sus sombras. Es un personaje fruto de una época y sería un
error no tener en cuenta las circunstancias y el momento histórico que le toco
vivir. Un mundo y una forma de pensar que estuvieron condicionadas por la
herencia de la guerra fría, los servicios de espionaje y las células del
partido comunista durante el franquismo y la transición.
Para
que dichas estructuras centralizadas funcionen se necesita controlar el flujo de
información y se necesita una disciplina y un control férreo donde se anule la
capacidad crítica mediante el dogmatismo y la pureza ideológica. Actualmente
con Internet, las tecnologías de comunicación y la caída del muro de Berlín,
esta forma de pensar y actuar está completamente desfasada y obsoleta.
Es
un error de bulto -y un insulto al sentido común- el intentar copiar los métodos
y las formas de organizarse de la guerra fría en pleno siglo XXI. Aquellas
formas de actuar pudieron ser válidas en un momento histórico pero ya están
obsoletas y no funcionan.
Esas
estructuras férreas, opacas, centralizadas y jerárquicas -típicas del mundo
de la guerra fría- ya no son capaces de dar una respuesta a un nuevo entorno
que requise otro tipo de
estructuras. El acceso a la información ha dejado de ser un factor
crítico cuando Internet nos da un acceso a la información que antes no teníamos.
Cuando las redes sociales, las teleconferencias y los emails permiten una
comunicación fluida y descentralizada. AlQaeda por ejemplo, es una estructura
completamente descentralizada.
Me
parece ridículo intentar copiar formas propias de la guerra fría en plena era
de Internet. La desconexión con la realidad y la paranoia colectiva es total.
Gentes que dicen ser del entorno cubillista y que justifica en ello sus
acciones, rodeándolas de un aire de misterio y novela de espías soviéticos,
pero que en el fondo solo esconde intereses y protagonismos personales. Gentes
que dicen ser anticubillistas pero que actúan de la misma manera. Todos
critican a la persona pero copian sus métodos. Todos preparándose para luchar
en un mundo que ya no existe.
Están
mas preocupados en intentar retirar y desplazar a Cubillo que en organizarse
ellos mismos. Quieren recuperar las siglas del CNC en lugar de centrarse en
construir una base y un aparato de formación, reclutamiento y financiación.
Aspiran a recuperar los contactos internacionales cuando ni siquiera son capaces
de hablar idiomas. En el fondo lo que buscan es "heredar" una base de
poder personal porque son incapaces de desarrollarla por si mismos. No me extraña
que Cubillo les de puerta a todos.
Se
empeñan en seguir usando las pelis de espías, la difamación y la opacidad
para seguir viviendo desconectados de la realidad en un mundo irreal que se
acabo hace décadas y que solo existe en su cabeza. Pero claro, la mediocridad
intelectual y las limitaciones de este tipo de "aspirantes" no les
permite darse de cuenta de que los tiempos han cambiado.
Tipos que quieren hacer del control y la manipulación de la información su
base de poder ¡¡en pleno siglo XXI!! Aislando mediante la difamación,
desinformando, intoxicando, creando compartimientos estancos, malentendidos y
mintiendo. Todo ello bajo un halo de misterio y confidencialidad para que el
interlocutor tuviese la sensación de que no tenía toda la información.
Electricistas especializados en cortocircuitar todo lo que tocan.
El
independentismo canario necesita evolucionar hacia formas modernas. Tenemos que
dejar de seguir anclados en el pasado y mirar hacia el futuro. Hay que entender
que en el proceso de descolonización y formación de la conciencia nacional
cada generación lucha con mayor o menor acierto, y resiste como puede o como la
dejan.
Por eso la persona de Antonio Cubillo, con sus luces y sus sombras, con sus
aciertos y con sus errores, no me preocupa. Lo que realmente me preocupa son las
malas copias que pretenden perpetuar planteamientos obsoletos.
Publicado menceymacro.blogspot.com
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