Una dieta atlántica canaria con fundamentos propios

   

 

 

En un coloquio que dirigió días pasados el periodista Michel Jorge Millares, en la sesión inaugural del foro La Pasión Alimentaria, afloró una reflexión muy esclarecedora a partir del desarrollo de la marca turística de Canarias y su papel como plataforma en el tránsito de productos gastronómicos desde el mismo momento en que finaliza la Conquista de Canarias.

 

Ello fue utilizado por los navegantes y descubridores Cristóbal Colón, Francisco Pizarro, Hernán Cortés y Fernando de Magallanes, entre otros muchos personajes históricos, que realizaron "la gran globalización" y el trasiego de productos a un lado y otro del mundo porque no solo pasaban por aquí de camino al nuevo continente, a donde llevaron productos de las islas y regresaban con barcos cargados de tesoros pero también de especies, tubérculos, cereales y otros productos desconocidos hasta entonces por los europeos.

 

"Canarias no ha sabido aprovecharse de la marca Macaronesia, como lugar soñado por la cultura mediterránea, para poner en valor la aportación que ha hecho a la gastronomía mundial, realzar su valía como destino de salud gracias a su clima y sus recursos naturales y al ser puente entre continentes a lo largo de la Historia", aseguró Millares en el encuentro desarrollado en la capital grancanaria.

 

Michel Millares destacó que "la papa, el millo, el cacao, los manises, el girasol, el tomate o el tabaco vinieron desde América y aquí se quedaron, gracias a una gran labor. Este tránsito originó la creación de los jardines de aclimatación del Valle de La Orotava y de Agaete".

 

Canarias cuentan con el clima más saludable del mundo, por su equilibrio en las temperaturas a lo largo del año, y del día respecto a la noche, así como el aporte energético natural gracias a la tierra volcánica y las horas de sol que reciben las islas al año. "Nos han reconocido que tenemos una tierra feraz y la suerte de poder tener varias cosechas al año, así como unos recursos del mar sorprendentes", destacó Millares.

 

De esta manera, los mismos productos cultivados en Canarias y en otras partes del mundo, cuentan con texturas y matices diferentes, gracias al aporte que les realiza la tierra y el clima. "Por este motivo, podríamos hablar de la oportunidad de ofrecer una dieta atlántica canaria que aportaría un valor añadido a la marca turística, como así sucede con la Mediterránea, que ha cristalizado como aportación universal a la gastronomía.

 

Una dieta que también se nutre de las incorporaciones de las cocinas de todo el mundo, "gracias a que somos precursores en la creación de restaurantes de otros continentes, junto a productos originales como el 'vino Canarias' que destacara Shakespeare, o los quesos isleños que logran los primeros premios en los concursos internacionales", apostilló Millares.

 

El periodista destacó que es el momento de abordar, desde los distintos sectores implicados, los cauces para dirigir lo que podría ser una oferta singular bajo la marca de la dieta atlántica, en la que se resaltarían los productos originales, las elaboraciones y la fusión con productos y culturas de otros continentes.

 

* Francisco Belín Fuente: eldia.es/gastronomia/2016-05-20