Sierva de Dios, Sor María de Jesús

 

María de León Delgado (Sierva de Dios Sor María de Jesús), fue una monja nacida en el municipio tinerfeño de El Sauzal en el año 1643 y que, en la actualidad, permanece incorrupta en el Convento de Santa Catalina en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife, Canarias). La conocida por todos los creyentes como La Siervita, murió en el año 1731 a la edad de 87 años. Se le atribuyen numerosos milagros a lo largo de su sacrificada vida religiosa, pero la Iglesia no ha conseguido demostrarlo. Su proceso de beatificación ha quedado suspendido, al menos de momento, ya que según dice la propia institución religiosa: "la incorruptibilidad del cuerpo no es signo de santidad, por lo que carece de importancia en el proceso".

 

Sor María de Jesús fue enterrada tras su fallecimiento en el año 1731. Su incorruptibilidad se descubrió, al parecer, cuando su cuerpo fue exhumado para ser trasladado a otro sarcófago, regalo de su amigo el pirata Amaro Pargo. Desde entonces permanece en dicho sepulcro, al cuidado de las monjas del convento de Santa Catalina de La Laguna en Tenerife. Cada 15 de febrero (aniversario de su muerte) es expuesta al público.


Sor María de Jesús es uno de los personajes más conocidos de la ciudad, junto con la misteriosa Catalina Lercaro. Sor María de Jesús, nacida en el municipio tinerfeño de El Sauzal en el año 1643, en la actualidad, permanece incorrupta en el Convento de Santa Catalina en La Laguna. Conocida por todos los creyentes como La Siervita, murió en el año 1731 a la edad de 87 años. Se le atribuyen numerosos milagros a lo largo de su sacrificada vida religiosa, pero la Iglesia no ha conseguido demostrarlo.

 

Su proceso de beatificación ha quedado suspendido, al menos de momento, ya que según dice la propia institución religiosa: "la incorruptibilidad del cuerpo no es signo de santidad, por lo que carece de importancia en el proceso".

Milagrosa o no, lo cierto es que a nadie deja indiferente una mujer que lleva 277 años incorrupta. Algunos lo achacan a las condiciones atmosféricas, otros a la gordura que podría haber retrasado el proceso de descomposición del cuerpo..., sin embargo todo son conjeturas porque la Iglesia no permite a la comunidad científica realizar ningún tipo de pruebas, por lo tanto, la solución más sencilla es la sobrenatural. Es, a su vez, la más extendida. Prueba de ello son las interminables colas que soportan miles de fieles cada año, cuando abren las puertas del convento para verla todos los días 15 de febrero, aniversario de su muerte.

Sor María de Jesús fue enterrada tras su fallecimiento en el año 1731. Su incorruptibilidad se descubrió, al parecer, cuando su cuerpo fue exhumado para ser trasladado a otro sarcófago, regalo de su amigo el pirata Amaro Pargo. Desde entonces permanece en dicho sepulcro, al cuidado de las monjas del convento de Santa Catalina de La Laguna en Tenerife, que la cuidan y miman, mientras cientos de creyentes, convencidos de su

La incorruptibilidad de la monja no es signo de santidad, pesar de que es el argumento esgrimido por muchos para que se eleve su figura a los altares. Sin embargo, es ésta, posiblemente, la característica que más popular la ha hecho.

Al margen, también hay que destacar una serie de episodios anómalos que rodearon a la vida de la religiosa y que son objeto de análisis para sumarlos a la causa de su beatificación, todavía pendiente. El proceso diocesano se creó en 2002 y ya se ha enviado a Roma para su consideración.

Una breve biografía

En una reciente visita al convento de Santa Catalina, su superiora, sor María Cleofé, nos dio algunos retazos sobre tan emblemática figura. La Siervita nació el 23 de Marzo de 1643 en El Sauzal. Posteriormente, tras el fallecimiento de sus padres, se traslada a La Laguna a residir con sus tíos, para ingresar a los veinticinco años en el referido Monasterio. Allí estuvo recluida, sin salir, durante sesenta y tres años. El 15 de Febrero de 1731 falleció. Tres años después, sus restos son desenterrados para trasladarlos a un sepulcro cuando, para asombro de todos los presentes (médicos, monjas y el comerciante o pirata, según las versiones, Amaro Pargo), se encontraban en perfecto estado de conservación. Éste es el motivo por el que se decide mantener su cuerpo en el convento.

Repasando la vida de la monja, siempre ha llamado la atención la relación que tuvo con el pirata Amaro Pargo[1]


Sor María Cleofé nos aclara que tal amistad fue de orden espiritual. Sor María de Jesús era su confidente. Amaro Pargo no emprendía ninguna empresa importante sin antes consultarle y, generalmente, le salía bien.
Como contraprestación y muestra de agradecimiento el pirata le hacía partícipe de sus bienes materiales. Y como ejemplo está el magnífico sarcófago donde se conservan los restos de la Siervita.  Se dice que cuando Pargo estaba en Cuba, fue asaltado por un individuo. Justo en el momento en el que éste va a clavar su daga en el cuerpo del pirata, aparece la figura de Sor María de Jesús que intercede, impidiendo su muerte. Esto se explicaría, tal y como nos clara la propia madre superiora, mediante el fenómeno de la bilocación o capacidad, muy asociada a muchos santos, de estar en dos lugares a la vez. “Su gracia y milagros son muchísimas, aunque su análisis lleva una lenta elaboración para darle una vía. Actualmente se están estudiando algunos casos de sanación extraordinarios. Le estoy siguiendo los pasos a siete casos, teniendo en cuenta la opinión de los médicos, para descartar explicaciones científicas” nos aclara la madre superiora cuando es preguntada por algunos hechos sobrenaturales asociados a la Siervita. Una de estas curaciones milagrosas alude a una joven canaria que sufrió una grave complicación en relación a un trasplante de hígado.

Sobre la causa abierta sobre su beatificación nos dice: “Tan sólo haría falta un milagro para beatificar a Sor María, aunque debe estar muy probado”

Una curiosa fotografía.

Como colofón a todo lo expuesto, nos permitimos reproducir una extraña fotografía que hará las delicias de los seguidores de lo paranormal. Nos fue cedida por su propietaria Miguelina Díaz. Es una antigua instantánea de, al menos, sesenta o setenta años, en la que se observa una comitiva de personas en un camino de El Sauzal.
Por delante de este grupo de personas, en la propia vereda, se puede observar una figura desdibujada con una clara forma antropomorfa. Las personas que conocen la fotografía atribuyen esta presencia a la silueta de la Siervita. Uno de los aspectos que más llaman la atención es la actitud de los presentes. Se encuentran en un claro de gesto de observar con atención a la fantasmal figura. Ésta fotografía, según nos decía Miguelina, se encuentra en los archivos del Ayuntamiento de El Sauzal junto con una documentación relativa a la misma. Invitamos a los curiosos a que la analicen y extraigan sus conclusiones.

Hector P. Fajardo

Alfonso Ferrer

 

[1] amaropargo

 

Fuente: http://antonio-miradas.blogspot.com