EFEMERIDES
CANARIAS
UNA
HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS
PERÍODO
COLONIAL, DÉCADA 1771-1780
CAPÍTULO
I-V
Guayre Adarguma
1776.
Según las descripciones de viajeros foráneos no españoles que visitaban las
Islas, en concreto a P. Ledrú y sobre todo al británico G. Glas, hallamos a la
Isla de Erbania (Fuerteventura) recuperada de anterior calamidad. P. Ledrú no
hace alusión exclusiva a Erbania (Fuerteventura), la que a veces suele
asociarse con Titoreygatra (Lanzarote), incluso mezclando los datos, o haciéndolos
genéricos a ambas, cuando estos no coinciden en la realidad. El libro de G.
Glas es más preciso con datos sumamente descriptivos de la Isla, aludiendo a
rasgos físicos de su geografía, nombrando pueblos y otros lugares, así como
la enumeración de iglesias y conventos, incluso la buena o mala posición de
sus habitantes. Nos habla de la capital de la Isla, Betancuria, situada en el
interior agrícola, definiendo a los pueblos de la costa como baluartes
defensivos o de embarque de cereales y de otros productos que el autor enumera
concienzudamente. Repite el tópico de abastecedor de otras islas con cereales
sobrantes, en buenas cosechas, principalmente a Chinet (Tenerife) y Bnhuare (La
Palma). Nos dice que el vino es escaso y de mala calidad, y menciona la
orchilla, elemento sumamente demandado por los tintoreros de sus país
(Inglaterra).
1776.
La producción vitivinícola de Titoreygatra (Lanzarot) presenta ya un volumen
superior al de una área tradicionalmente productora como la isla de Benahuare
(La Palma). Estos vinos de Titoreygatra (Lanzarote), por su baja calidad, se
destinaban en parte a la producción de aguardientes para el mercado de las
otras colonias españolas en América, entrando en competencia con las antiguas
áreas vitivinícolas del Archipiélago.
La
reacción de los colonos hacendados frente a la crisis consistió en la reducción
de los costes de producción del viñedo transformando las relaciones de
producción dominantes en la hacienda. El trabajo a jornal en el viñedo tendió
a sustituirse por la generalización de la medianería, en un intento por
trasladar los costes en trabajo de la explotación vitícola sobre la fuerza de
trabajo que podía aportar la familia del medianero. De esta manera el volumen
de las cosechas, desatendidas de las labores agrícolas que resultaban precisas
para mantener la producción, tendió a disminuir y la calidad media de los
vinos sufrió un grave quebranto. El campesinado de las áreas vitícolas, que
antes había complementado sus ingresos procedentes de la pequeña propiedad con
los jornales adquiridos en el trabajo del viñedo, comienza a sufrir una vez más
un paro masivo, sometido a una aguda condición de miseria.
La
opción económica planteada por la terratenencia vitivinícola para salir de la
crisis se centraba en el control del comercio de vinos por parte de los
cosecheros y la restauración en la calidad de la producción.
1776.
DIGO YO abajo firmado, que en
obedecimiento de las órdenes dadas por el Excmo. Sr. Marqués de Tavalosos,
Governador y Comandante Pral de estas y slas Canarias. y á está principiada en
la y sla de Lanzarote por el Ingeniero Dn Josef Arana acompañado del Teniente
de Artilleria D. Rafael de Arze, comisionados á este fin, la hobra de fabricar
en el Puerto de Naos de dicha Ysla, para su defensa, una nueba Bateria ó sea
Castillo, y haver dispuesto el Excmo. Sr. Marqs de Tavalosos qe en la contrata
de Cal fuese preferido pr el tanto el Coronel de dicha Ysla D. Manl de Armas
Scorcio Bethencourt por razón de ser deudor de ciertas cantidades á favor de
[a. Real Hacienda, dimanadas del derecho de Quintos que tubo en Arrendto y de
haver ocurrido entre el dho D. Manuel de Armas y el Yngeniero Comisionado
diferiencia sobre los precios del material de la cal, de cuias resultas por no
encontrar Dn Josef de Arana, segun ha escrito en sus cartas, quien se obligase
á dar otra Cal á menos de tres rrs .de pta. de á diez y seis quartos von por
lo qual hauia pensado dho Sor Yngeniero cocerla de quenta del Rl. Herario, lo
que no aprovado por dho Sor Exmo. y oyendo sobre el asunto la mejora que yó, Dn
Domingo de Armas, Capitán que soy del dho Regato por mi y á nombre de mi
Padre, hago de dar dha Cal á dos rrs. y medio de plata de á diez y seis
quartos, cosida puesta en Polvo, cada fanega al pié de la hobra; y hauiendo
oydo la proposicion el Sor Yngeniero Comandante Dn Andrés de Tortosa y
consultado sobre el asunto el Sor Comandante Gral, dió la orn. de qe se
extendiese en terminos legales una formal contrata, por la qual no hubiese mas
disputas entre mi Padre y el Yngeniero Comisionado: Digo Yo, el Capn Dn Domingo
de Armas, que efectivamte me obligo por mi y á nombre de mi Padre el Coronl Dn
Manuel de Armas Scorcio de dár para esta nueba hobra que tiene S.M. aprovada,
la cantidad de doce mil fanegas de Cal en Polbo, de la mejor calidad, puestas de
mi Cuenta al pié de la hobra al precio de dhos dos rrs y medio de plata de á
diez y seis quartos de von, principiando la entrega de todo el mes de Agosto que
vendrá de este corrte año en adelante, cuios totales se me deuen abonar en
Thesoreria de S.M. de estas Yslas acuenta del dévito qe á mi Padre se le ha
formado; y respeao aque puede acontecer se necesite quemar algunas Caleras
retiradas del Puerto, cuia conducción entonces de este material abrá de ser
por Mar; deuerá entenderse que el Sor Yngeniero y su Compañero destinado á la
formación de la hobra deueran embiar á coste de mi el Contratante, vn Oficial
de Albañil, ú otra Persona de su satisfacción, que devengue el jornal de su
travajo en qe estubiere empleado para qe la reconozca, y no haía disputas en su
recivo y medida, y pa qe esta contrata en todas sus partes tenga el devido
cumplimiento la firmo por duplicado para cada parte la suia, y que solo balga
vna, con interbención del Sor Comandante de Yngenieros de estas Yslas, ante el
presente Casno.
Domingo
Ambrosio Josef de Armas y Betancourt de Arana
Ante
mi Bernardo Uque y Freyre. (En: José María Pinto y de la Rosa. 1996)
1776.
Los motines populares que tienen lugar en la metrópoli (Madrid y demás reinos
de las españas) como consecuencia,
entre otras razones, de la carestía de granos experimentada a raíz de la
abolición de la tasa de granos el 11 de julio de 1765, obtienen como respuesta
del Consejo de Castilla la creación en todos los municipios de los cargos de
diputados del Común y síndico personero, elegidos a través de un proceso
electoral de segundo grado. En la colonia canaria, a imagen y semejanza de la
metrópoli también se crean estos cargos en los distintos núcleos de población
de cada isla, dando nombre a la reforma administrativa del rey español
Carlos III.
El
impacto y resultado de estas reformas locales no concitan unanimidad entre los
autores que se han ocupado del tema. Hay quienes piensan (Mario Hernández Benítez)
que no se trataba de una auténtica renovación del régimen local sino de
reformas sin cambio, ya que aquélla había de pasar por la supresión de los
oficios perpetuos (venales y hereditarios). Esta medida, de ponerse en práctica,
hubiera acabado con el dominio oligárquico, privando a las clases privilegiadas
de una de sus fuentes de poder y renta, y a la monarquía española de un
instrumento eficaz para el control del territorio de la colonia. Opinión
similar sostienen autores como Domínguez Ortiz y González Alonso cuando señalan
que la reforma carolina no alteró el equilibrio en los ayuntamientos y fue
acogida con hostilidad por las clases privilegiadas y con indiferencia por el
pueblo, siendo su resultado final la asimilación de estos cargos a la misma dinámica
de la oligarquía colonial que dominaba los ayuntamientos. Otros autores se
decantan por una revisión de esta opinión al considerar que la reforma del rey
español Carlos III alteró la estructura del poder municipal en la colonia al
provocar la ruptura del monopolio ejercido en el mismo por la nobleza o los
poderosos criollos, a favor de los grupos intermedios de la sociedad.
1776.
Hubo de pasar medio siglo desde el viaje de Feuillée para que París volviese a
enviar a otro científico, Jean Charles de Borda, quien, después de un primer
intento fallido en 1771, conseguiría realizar, por fin en 1776, la
primera triangulación precisa y fiable del Teide:
Debemos al segundo
viaje de Borda (1776) no sólo la determinación de la altura del Teide, sino
también la confección del primer mapa preciso de las Islas Canarias. En
realidad los dos trabajos estaban relacionados, en palabras del propio Borda: "La
medición del Pico de Tenerife no era un objeto de pura curiosidad para
nosotros, pues de ello dependía esencialmente nuestro trabajo náutico. Nos era
indispensable conocer la elevación exacta de ese volcán, para sacar partido de
las observaciones de altura aparente que habíamos hecho en varias puntas de las
islas de Tenerife, Gomera y Canaria, que habían de servir para fijar las
longitudes y latitudes de esas puntas..."
Veamos un ejemplo de cómo
sesó la altura del Teide para la confección del mapa. Borda fue a La Gomera y
desde San Sebastián observó que el Teide se veía con 4º 1', o sea que
recorres 4º 1' si miras el Teide de arriba a abajo. Como además conoces la
altura del Teide, por trigonometría puedes sacar la distancia de San Sebastián
a la base del Teide. Es parecido al problema de encontrar a qué distancia estás
del árbol si conoces su altura y el ángulo con el que lo ves. Así la altura
del Teide permitió establecer la distancia de su base a varias puntas de
las islas de Tenerife, Gomera y Canaria, y por tanto, confeccionar un mapa
preciso.
1776.
En Chinech (Tenerife) la producción vitivinícola ha caído en picado durante
esta coyuntura depresiva. Si aún a comienzos de siglo la producción de vino en
Chinet (Tenerife) Tenerife se podía cifrar en 30.000 pipas/año, la estadística
de 1776 estimaba la cosecha anual en unas 20.000 pipas y los datos
correspondientes a los años 1787-1792 dan un promedio de unas 13.200 pipas
anuales. La comparación de estas cifras indica que en el periodo transcurrido
entre comienzos de siglo y el año 1776 la producción disminuyó en un 33%;
ahora bien, en el transcurso de la década siguiente (1776-1787) la caída fue
espectacular, dándose una disminución porcentual de la producción equivalente
a la que se había sufrido en los 70
años anteriores.
La
terratenencia vitivinícola debatió intensamente sobre los males de la
agricultura vitícola en la década de 1780-90 para acabar considerando que la
única salida estaba en capitalizar la explotación invirtiendo de nuevo
abundantes jornales en las labores anuales del cultivo. Ahora bien, el esfuerzo
inversor, aunque se contase con las fuentes de capital que permitiesen hacer
frente a las demandas de dinero de los cosecheros, no tendía a efectos
favorables si no se llegaba a controlar el comercio exterior de vinos,
arrebatando este control a la burguesía extranjera. El aumento de la producción
llevaría ala caída de los precios del vino; la parte del león siempre
correspondería a los comerciantes que controlaban los mecanismos del comercio
exterior y el crédito y los efectos de la capitalización del cultivo vitícola
serían la acumulación de deudas insoportables sobre las haciendas. La solución
a la crisis del viñedo, tal como la veía el sector más destacado de los
cosecheros tinerfeños (los hacendados del valle de La Orotava) estaba de nuevo
en la creación de compañías de cosecheros-exportadores y tales proyectos ya
habían fracasado en sus múltiples intentos anteriores. (Juan Ramón Núñez
Pestano; 1991)
1776.
El gran geodesta Borda volvió a la isla y realizó nuevos cálculos. Fue
entonces cuando obtuvo el resultado de 1905 toesas (
Borda fue uno de los más
grandes geómetras franceses. Publicó tablas trigonométricas y tablas logarítmicas
de gran utilidad, y redactó la relación del viaje de La Flore, en unión
de Pingré y Ferdun de la Crenne.
1776.
Si bien el diluvio de San Dámaso no
fue la causa del declive del puerto garachiquense, sí marcó el inicio de su
decadencia, porque aún le faltaba por llegar lo peor.
Franceses, portugueses,
genoveses y demás naciones que comerciaban con Europa y América. Con el
aliciente de la comodidad y abrigo de su puerto se vio Garachico crecer
prodigiosamente en celebridad, en población y en opulencia, y de aquí el
hacerse cabeza de todo el Partido de Daute, comprendiendo diez pueblos en su
comarca. Vio en su seno el taller de todas las artes y oficios necesarios para
el fomento de la industria y del comercio. Reunió bastante prosperidad, la cual
comunicó y compartió con todos los pueblos de su distrito y con los que
estaban fuera de su demarcación. Y la Real hacienda, con la riqueza de su tráfico,
se hacía también opulenta, como que la mayor parte de las rentas que tenía la
Corona en estas Islas procedía de lo que se cargaba y descargaba en este
puerto. Así permaneció hasta que en el año de 1706 vino sobre él un volcán.
Después del volcán –continúan los
informes– cesó el trato mercantil y el comercio de los navíos xtranjeros.
Los ingleses se redujeron a hacer su negociación de vinos por el puerto de La
Orotava, sin embargo de ser un puerto incómodo, lleno de arrecifes, bajíos y
de ningún abrigo para sus embarcaciones.
El puerto de Santa Cruz
y Santiago, también de una rada indefensa contra los vientos, por la necesidad,
se hizo el centro del comercio, absorbió todo el tráfico que se había
ahuyentado de Garachico y ha llegado a ser la escala y el puerto principal de
todas las Canarias. Una vez emigrados los comerciantes y las casas de comercio,
ya no fue posible volver a ver en Garachico transportes de negociación, sin
embargo de que aún su puerto era capaz de recibir algunas embarcaciones, ya que
su mayor ancho es de ciento cuarenta varas (
El puerto de Las Aguas
A finales de la década
de los años setenta del pasado siglo XX, se había conseguido del Gobierno de
la nación el proyecto de un puerto pesquero y comercial en el lugar conocido
como “Las Aguas”,
a la entrada de Garachico, nada más bajar la cuesta del Guincho. Se allanaron
las tierras que están entre el roque de Manta y la ermita de San Roque y se
instaló la maquinaria para construir los prismas o bloques de hormigón que se
necesitarían.
1776. En el puertito de Güímar, Chinech (Tenerife) el velero de cabotaje Gran
Poder de Dios, alias el Bonaparte, estibó sus bodegas con vinos de
la zona, consignados a don Diego Barry, propietario del barco y conocido
comerciante del Puerto Mequínez (Puerto de la Cruz). Cuando se dirigía a su
puerto de matrícula, un fuerte viento le separó de la costa arrumbándolo hacía
la vecina costa del continente. Durante días estuvieron costeando y divisaron a
varios habitantes de la zona, no
atreviéndose a desembarcar por temor a ser hechos prisioneros. En esta apurada
situación fueron avistados por un barco de pesca canario, que les rescató.
Embarcados a bordo del pesquero los tripulantes del Bonaparte y algunos
pertrechos, el patrón, don Francisco Ojeda, ordenó prender fuego a la goleta
para evitar que cayera en manos de los moradores de aquellos lugares.
1776.
Según el censo del Marqués de
Tabalosos la isla de La Gomera tiene 6785 habitantes.
1776-80.
En el puertito de Güímar Chinet (Tenerife), el velero de cabotaje Gran
Poder de Dios, alias el Bonaparte, estibó sus bodegas con vinos de
la zona, consignados a don Diego Barry, propietario del barco y conocido
comerciante del Puerto Mequínez (Puerto de la Cruz.) Chinet (Tenerife). Cuando
se dirigía a su puerto de matrícula, un fuerte viento le separó de la costa
arrumbándolo hacía la vecina costa del continente. Durante días estuvieron
costeando y divisaron a varios habitantes de la zona,
no atreviéndose a desembarcar por temor a ser hechos prisioneros. En
esta apurada situación fueron avistados por un barco de pesca canario, que les
rescató. Embarcados a bordo del pesquero los tripulantes del Bonaparte y
algunos pertrechos, el patrón, don Francisco Ojeda, ordenó prender fuego a la
goleta para evitar que cayera en manos de los moradores de aquellos lugares.
1776
Enero 29. Sepan quantos Esta Carta de
Venta real y perpectua Enagenacion Vieren como yo Blas de la Nues Vecino del
Lug.r de Teror En el pago de los Arbexales otorgo, y conosco por la
presente, que por mi Y en Nombre de mis herederos, y Susesores Vendo realm.te
y con efecto desde aora, y para Siempre Jamas â Joseph de ortega Vez.no
del mismo, pago; para el subsodho y los Suyos y quien su Causa hubiere, Es a
sauer dos selemines de trra labradia poco mas, ô, menos En dhos Arbexales Vaxo
la montaña del Gallego, que los hube de dho Comprador, por Venta que de ellos
me hiso, ha tiempo de dos años poco mas ô menos, por ante Pablo de la Crus
Machado ss.no pu.co del numero desta Isla, que lindan p.r
la parte de arriua y Vn lado con trras de Jph Domíngues, y por la de auajo Con
las de Isidro Alonso, Saluador Domíngues, y Pedro Manuel, y p.r el
otro lado, con trras de Isidro de la Nues y sus Coherederos, Vaxo de cuyos
linderos esta la trra desta Venta, la qual le hago, borrón y en la misma
conformidad que el subsodho, me la hiso p.r libre de tributo Carga ni
obligacion que sobre ella tenga persona alguna, y Emprecio y contía de ochenta
rr.s En que fue apreciada, por Alonso Morales. y el capitan Juan
Manuel Domingues Vecinos del referido pago de los Arbexales, Peritos nombrados
de conformidad por ambas partes, cuya cantidad confieso hauerla receuido del
comprad.r antes de aora En Dinero de contado, moneda borrón y
corriente En estas Islas, de la qual me Doy por Entregado Satisfho y pagado a mi
Voluntad, que p.r Estar realm.te en mi poder, y no parecer
de presente renuncio la Execion de la non numerata pecunia Leyes de la Entrega
prueua de la paga. y Demas deste caso, y por Esta te Doy reciuo, y carta de pago
En forma, con lo qual Declaro que dhos ochocientos rr.s Es el Justo
Valor y precio de dhos dos selemines de trra y que no Vale mas pero si mas
Valiere de su Demacia y mas Valor que tenga sea En poca, ô En mucha Cantidad de
la que fuere hago al Comprador, y los Suyos gracia y Donacion perfecta con
todas, las Incinuaciones y Solemnidades En dro requeridas para su Validacion
cerca de lo qual renuncio la Ley del ordenam.to real fha En cortes de
Alcala de henares, que trata Sobre las cosas que se Compran ô Venden, por mas,
ô menos de la mitad de su Justo precio y los quatro años En ella Declarados En
que podia pedir recincion desta Escript.a ô Suplem.to de
su mas Valor que confieso no tenerlo y desde oy Dia de la fha desta En adelante
para Spre Jamas, me decisto y aparto del dro de propiedad pocecion y señorio
que â dha trra hauia y tenia, y todo ello con mis dros y acciones reales, y
personales Directos, y Executibos lo Cedo renuncio y traspaso, En el Comprador y
los Suyos, a quienes Doy Poder y facultad para que judicial ô Extrajudicialm.te
tomen, y aprehendan su pocecion que segun lo hicieren lo haure por firme aora, y
En todo tiempo: y En el Interin me constituyo por Inquilino para darcela cada
que me la pidan y Demanden y como real Vendedor, me obligo a la Euicion
seguridad y saneam.to desta Venta En la mas Vastante forma que por94
Dro puedo y Deuo ser obligado.
Y Estando presente a la
otorgacion desta Escriptura, yo el dho Joseph de ortega Comprador hauiendola
oydo y Entendido, otorgo que la asepto y R.uo En mi su Estipulacion,
y Validacion y la dha trra Deslindada y por el precio mencionado de la qual me
Doy por Entregado a mi Voluntad Sobre que renuncio la Ley de la Entrega y Demas
deste caso
Y a su Cumplim.to
ambas las partes Cada Vna por lo que nos toca nos obligamos segun y como por Dro
podemos, y Deuemos ser obligados con poder a las justicias, y jueses de su real
Mag.d para que como V a dho nos lo manden guardar. y cumplir como por
sentencia Difinitiua consentida. y no apelada y pasada En authoridad de Cosa
Jusgada renunciamos las Leyes fueros y dros de nra Defensa y fauor y la gral del
dro que las prohiue En forma; En testimonio de lo qual otorgamos la presente En
esta ciudad de Canaria â Veinte y nuebe de henero de mill sept.s
sesenta y seis años y los otorgantes, â quienes yo el ss.no Doy fee
Conosco asi lo Dixeron otorgaron. y no firmaron porque Dixeron no sauer de su
Ruego lo hiso Vn tgo siendolo presentes D.n Fernando de Aguilar y D.n
Juan de Bictoria Vecinos de la Villa de Guia y Aug.n Jph de sossa
Vecino desta Ciudad de que Doy fee.
Por
tgo. Antte mi = Augustin
Jph Anttonio des.ta fee de sossa
Mendoza es.no pu.co
(Almudena Martín Socorro y Mª Teresa Cáceres Lorenzo)
1776
Febrero 5. También el señor Servera,
antes de abandonar definitivamente su iglesia en la colonia, realizó otro
proyecto de gran utilidad para el país. Nos referimos a la creación de las
sociedades económicas que, a imitación de la fundada en Madrid y en otras
importantes capitales de la Península, promovió el ilustre prelado con
fervoroso entusiasmo. En efecto, luego que se conocieron en Las Palmas los
estatutos de la de Madrid, convocó el obispo en su palacio una junta de
personas distinguidas, a quienes comunicó su deseo, abriendo una amplia discusión
sobre los medios de establecer una sociedad análoga que fomentara los intereses
agrícolas e industriales de Gran Canaria.
Aceptada
con júbilo la idea y obtenido el real permiso (12 de mayo de 1776) para su
inmediata realización, volvió el obispo a convocar nueva junta y, habiendo
reunido sesenta y cinco personas para socios entre las que se hallaban las más
ricas, influyentes e ilustradas de la isla, se procedió a su constitución que
tuvo lugar el 25 de febrero de 1777, bajo las bases de
La
aplicación me corona. Que se
admitiese la agregación de todas las sociedades económicas que se fundaran en
nuestras islas y se suplicase a S.M. la incorporación de esta de Canaria a la
real de Madrid". La definitiva aprobación de la Económica recayó en el
mismo año (11 de diciembre de 1777) y su incorporación a la de la Corte, habiéndosele
expresamente encargado por el gobierno el cultivo de la orchilla y el fomento de
la pesca sobre la vecina costa del continente.
Al
año siguiente se instaló en La Laguna otra sociedad de la misma índole, cuyos
estatutos fueron aprobados por el Consejo de Castilla en 24 de octubre de 1778,
siendo electos para sus principales cargos el marqués de Villanueva del Prado,
director; el marqués de la Villa de San Andrés, censor; don Antonio José
Eduardo, secretario; don Alejandro Saviñón, contador y don Antonio Monteverde
y Lugo, tesorero.
Ambas
sociedades, en unión de la que luego se fundó en Santa Cruz de La Palma,
principiaron ocuparse de todo lo que pudiera contribuir al adelanto de la
agricultura, mejorando los instrumentos de labranza, explotando aguas e
introduciendo nuevos cultivos de reconocida utilidad. La industria recibió
asimismo notable impulso con los tejidos de seda de La Palma, los de lana y
lienzo de la provincia, la fabricación de sombreros, curtido de pieles, esteras
de junco y palma, alfarería, pesca de ribera y de altura y otras muchas que
constan de sus actas. Los montes fueron vigilados y se replantaron algunos. Dictáronse
reglas para la mejor distribución de los riegos, se hicieron estudios sobre la
aplicación de la orchilla y se escribieron y publicaron tratados y cartillas de
propaganda sobre varios asuntos de interés público, en cuya tarea fue
incansable nuestro ilustrado historiador don José de Viera y Clavijo, que residía
ya en Las Palmas como arcediano titular de su cabildo.
A
la iniciativa de las dos sociedades de Tenerife y Canaria se debió la instalación
en sus respectivas capitales de dos imprentas que, aunque dotadas de malas
prensas y peores tipos, sirvieron de gran estímulo para la publicación de
circulares, sermones, novenas y hasta para el ensayo de un periódico semanal
que redactaba el ingeniero don Andrés Amat de Tortosa.
Antes
de trasladarse a su nueva silla, el obispo Servera colocó la primera piedra del
hermoso Hospital de San Martín, situado bajo el despejado cielo del barrio de
San Roque de Las Palmas, por haberse juzgado ruinoso e insuficiente el que,
desde los tiempos de la conquista, existía junto a la iglesia catedral. Este
notable edificio dedicado a los pobres, que fue luego aumentado por sus dignos
sucesores, ha quedado como un monumento. (A. Millares T. 1977)
*
Guayre
Adarguma Anez Ram n Yghasen.
---»
Continuará