CREACIÓN DE
"LA BAJADA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES"
Guayre Adarguma
--
1693 Septiembre 15.
El presbítero de la
iglesia católica Juan Bautista Pinto de Guisla (1631-1695)- Beneficiado de
Así,
habían intensificado el culto a la Sagrada Imagen, “de lo que él se sentía
muy orgulloso”. Quería emular la acción de sus ancestros y por ello, se
dispuso a crear la “Esclavitud de la Virgen de Las Nieves”. Añadió, además,
la condición de ser dueño y señor de unas vastas tierras en el norte de La
Palma, concretamente en Don Pedro (Garafía), las cuales habían sido compradas
por sus padres a Francisco Espino de Castilla, que era las que destinaba a la
festividad de “La Morenita”. Sumó también a este vínculo, otras tierras
llamadas “La Lomadita” y “Las Piletas” en el mismo término municipal.
En este célebre documento instituyó un mayorazgo a favor del Esclavo Electo,
con la obligación de costear la mencionada fiesta.
Don Juan Bautista
Lorenzo Rodríguez también recoge en su obra "Noticias…", un artículo
titulado "una relación circunstanciada del objeto de dicha fundación y de
las visicitudes de sus primeros años" y también "plan que se forma
del contenido del Libro de
El prelado, que había
sido condiscípulo de Pinto en Salamanca, se había refugiado en La Palma al ser
perseguido por los piratas moriscos. Aprovechó su estancia para atender una
petición unánime que las más piadosas familias de la capital palmera le habían
hecho. Estaba muy presente en Santa Cruz de La Palma una serie de altercados que
precisaba de su intersección y apoyo espiritual. Por un lado la intentona de
los dominicos que habían pretendido fundar convento de su orden en el santuario
mariano (1649). A esto se añadía la pertinaz sequía de 1676 y los estragos
del volcán de Fuencaliente (1677), que hicieron que se reavivara mucho más el
cariño de los paisanos hacia su Excelsa Patrona. "En vez del pequeño
adoratorio del que Plinio le dio cuenta al Rey Juba II de Mauritania, contemplan
en precioso edificio a cuya magnificencia contribuyen los hijos de La
Palma".
El Santuario recibía
constantemente dádivas y ofrendas de los palmeros, presentes y ausentes. El
ajuar y el joyero de la milagrosa Virgen se iban incrementando. De todo ello
tomaba buena nota el prelado. Tantos buques bautizados bajo el nombre de la
Virgen; exvotos recibidos desde América; marineros que regresan de sus
terribles viajes sanos y salvos y le traen los prometidos regalos; enfermos
curados que se postran ante Ella y le ofrecen prendas en agradecimiento;
promesas cumplidas; hechos milagrosos… La popularidad de la Virgen de Las
Nieves cunde por todo el orbe católico. Infinidad de ejemplos piadosos se
suceden ante la vista del Obispo, que acaba conmovido.
Finalmente, Su Ilustrísima
dispuso que se celebrara con solemnidad la fiesta de la Octava de la Purificación,
dándose la circunstancia de estar la Virgen en El Salvador. Fue traída
"en trono decente" desde su Santuario en solemnes y sentidas rogativas
por la falta de agua. En vista de la especial devoción, cariño, respeto,
fervor y asistencia… que el pueblo de La Palma tributó a la Santa Imagen,
"Patrona de toda ella y de cuyo patrocinio se vale en todas sus
necesidades", el Obispo "propuso que sería bien que para mayor culto
y veneración de la Santa Imagen de Ntra. Sñra. de Las Nieves se trajese á la
ciudad cada cinco años…". Abrazaron la propuesta las personas que se
hallaron presentes, encargándose cada una de un día en la Octava; "y para
este fin, se juntaron las ocho personas y presentaron escrito á su Iltma. pidiéndole
lo dejase así dispuesto, y mandado, como así lo hizo, que cada cinco años se
trajese a la ciudad; y se dio principio en 1680…".
FUNDACIÓN DE
LA ESCLAVITUD
Para crear la
"Esclavitud", Pinto de Guisla reunió en el Santuario a veintiuno de
sus familiares, número que fue meticulosamente estudiado y prefijado. Eran
precisamente aquellos que tuvieron más continua asistencia en las Fiestas de
"Asieta" y los que habían dedicado más tiempo al servicio y veneración
a la "Señora del Monte". Popular y cariñosamente conocemos los
palmeros a nuestra Patrona con el nombre de "Asieta", que corresponde
a las iniciales de: "Alma Santa Inmaculada En Tedote Aparecida".
Se trataba de elegir a
un Esclavo y a dos Ministros. En la bella capilla mayor se inició la elección
de los mismos. Don Carlos Prado de Robles y Montañez, quien tenía a su cargo
los servicios parroquiales, iba sobrevestido de blanco sobrepelliz y magnífica
capa pluvial. Se cantó el himno de Pentecostés "Veni Creator spiritus"
y la oración al Espíritu Santo. Depositó las papeletas de los candidatos en
dos urnas limpias y "se echaron a suertes poniendo á una parte veintiún
papelitos con el nombre de las personas unidas ad hoc y á otra parte
otras tantas cédulas, á saber; diez y ocho en blanco y las tres restantes
escritas. Una decía "Esclavo de Ntra. Sra." Y la otras dos
"Ministros"."
Para la forma que había
de dársela a esta fiesta, se tomó como base un cuadernillo impreso de una
Esclavitud que había llegado a uno de los miembros de su acaudalada familia.
"Jugada la suerte", fue nombrado Esclavo Mayor para el año 1681, nada
más y nada menos que el propio iniciador de dicha Esclavitud. Éste se colocó
entre los dos Ministros elegidos y, con el "rostro bañado en lágrimas, se
arrodilla ante el altar, mientras que el sacerdote le pone al cuello una gruesa
cadena de oro, y en su cabeza una corona de rosas blancas entonando el Te
Deum de rigor". Después de esta emotiva ceremonia, que "acabó
con fervorosas lágrimas de devoción", el Esclavo entregó la cadena para
que sirviera de adorno a la Santa Imagen.
También el autor
palmero Félix Duarte nos narra en su trabajo sobre esta particularidad
festividad, titulado "Noble Esclavitud", de una manera tal, que él
mismo sugiere haber tomado parte de esta histórica reunión. La actitud del
ilustre caballero Pinto de Guisla es definida como aquélla "que suscita
elogios en todos los pueblos de la provincia". Continúa: "oro y rosas
bendecidos por manos sacerdotales tienen para él un prestigio de leyenda,
cuando evoca los actos de sus ascendientes difuntos, que merecieron el respeto y
la estimación de sus conciudadanos".
CUARTO DE LOS
ESCLAVOS
La habitación que está
encima de la actual sacristía fue construida por el Señor Pinto de Guisla.
Pretendía colocar allí un camastro para pernoctar en él durante las fiestas o
cuando asistía a una de las novenas que hacía anualmente a la Virgen. El
primer dato que se tiene referente a la celebración de la festividad de Nuestra
Señora de Las Nieves, en su ermita y la asistencia del clero, como relata
Alberto José Fdez. García, "nos lo da el mayordomo Pedro Váez en sus
cuentas de 12 de julio de 1534. Se descarga con una dobla que costó la comida
de todos los sacerdotes que asistían a oficiar los actos del día en los años
precedentes de 1531 al 1533".
Destinó aquel cuarto
principalmente a la fundación de la Esclavitud; una habitación "que con
las licencias necesarias había fabricado sobre la Sacristía de la Parroquia de
Las Nieves de su propio peculio". También a esta Hermandad regaló un
hermoso terno para que se usara en las principales festividades de la Virgen.
El Sr. Obispo Don
Bartolomé García Ximénez, que siempre dispensó al Sr. Pinto "el afecto
de amigo prodigándole sus alabanzas", le dio licencia el 13 de abril de
1685 para abrir una ventana que diera a la capilla mayor del Santuario. El
fundador dejó claro que el dominio directo era de la Iglesia, y para él y su
familia sólo se reservaba el dominio útil y uso de dicha habitación. La
faceta más importante de este clérigo nacido en la capital palmera- quien había
demostrado, en palabras del Obispo, "su celo, asiduidad y diligencia"
como Juez y Visitador-, la realizó al llevar a cabo la ingente labor de
dedicarse a la recopilación de citas y datos de interés - "creación de
ermitas, e iglesias, cláusulas fundacionales, censos, capillanías, etc., a fin
de paliar en lo posible la pérdida de documentos antiguos ocasionados por el
terrible saqueo de la ciudad a manos de corsarios franceses en 1553", además
de otros muchos cometidos. Era lo que entonces se llamaba un "papelista
consumado y tanto, que es fama, que á fuerza de escribir, se le formó una
callosidad en el dedo cordial de la mano derecha…"
En el mismo testamento,
el caballero Don Juan Pinto ordenó a sus herederos que hicieran quince cuadros
al óleo para colocarlos en aquel cuarto de la Esclavitud de Nuestra Señora de
Las Nieves.
En el acta del Cabildo
de 16 de julio de 1681, se acordó que el Mayordomo de Propios continuase
satisfaciendo los 300 reales para la comida del Cabildo el día de Nuestra Señora
de Las Nieves, y "que se suplicase a Su Majestad para que movido de su
santo celo mandase despachar su Real Cédula de facultad poder gastar esta
cantidad en tan santo ministerio".
OTROS
"ESCLAVOS"
En 1682 se procedió a
la elección del nuevo "Esclavo de la Virgen". Tras echarlo a suertes,
recayó el honroso título a Doña Beatriz Corona y Castilla, viuda de Don Diego
de Guisla Sandoval. Sucesivamente se convirtieron en "Esclavos": el
Subdiácono Fray Bartolomé Pinto en 1683; Don Pedro de Guisla Corona, Consultor
y Comisario del Santo Oficio en 1684; en 1685 la Madre Sor Ana del Rosario
Guisla. "Siendo digno de reparo que habiendo de estar aquel año la Santa
Imagen de Ntra. Sora de Las Nieves", en la capital palmera para las
celebraciones de la Octava de Candelaria, según estaba dispuesto que se hiciera
cada quinquenio, "y no poder asistir á la fiesta que se había de celebrar
la esclava electa por razon de la clausura en que se hallaba", se dispuso
que la mencionada religiosa hiciese dicha fiesta de la Virgen en la Iglesia de
Santa Águeda, Patrona de Santa Cruz de La Palma, uno de los días que la
"Señora de La Palma" había de permanecer en esta ermita. Se siguió
con las elecciones y así, en 1686 le tocó nuevamente a Don Pedro de Guisla
Corona; en
En definitiva, la misión
de los "Esclavos" y de sus "Ministros" era la celebración
de la fiesta de la Virgen y que ésta se "perpetúe en su familia para que
por este medio se conserven unidos al culto y veneración de Ntra. Señora y de
su Santa Imagen de Las Nieves".
REGLAS DE LA
ESCLAVITUD
El día 4 de febrero de
1688, veintiuna personas firmaron las constituciones de la
"Esclavitud", fundada al mismo tiempo que lo fue la Bajada de la
Virgen. Entre las condiciones que se aceptaron figuraban, por ejemplo, las
siguientes:
1.
Sólo podían entrar en esta
"unión" aquellas personas que fueran legítimos descendientes del
primer matrimonio que inició la "Esclavitud". Es curiosa la forma en
la que el alcalde Don Juan Bautista Lorenzo describe esta cláusula: "que
el que no fuera hijo legitimo, nacido de legitimo matrimonio, y no legitimado,
sino fuere por matrimonio siguiente contraído legítimamente sin dispensación,
ha de ser incapaz de entrar en ella…". Sí tenían cabida, no obstante,
los hijos naturales descendientes de aquella pareja, que fueren religiosos o
religiosas profesas. Desde el día de la toma de hábitos, "han de ser
admitidos y entrar en el número como los demás, con tal que sea hijo o hija
natural de varón de la familia y no de hembra y que sea reconocido por su
padre…"
2.
Los cónyuges de los descendientes
legítimos también entrarían a formar parte de esta Hermandad, desde el día
del matrimonio. Lo conservaban también después de la muerte del titular. Lo
perdían si se casaban en segundas nupcias con alguien ajeno a la familia. No
era así si el nuevo cónyuge pertenecía a ella.
3.
Como la familia crecía
constantemente, se acordó de que el número máximo de miembros de la Hermandad
que entren en suertes para el sorteo del Esclavo fuese de 40, "que han de
ser los primeros que estubieren escritos en la lista ó matrícula, al fin de
este libro, descontados los difuntos…"
4.
La elección del hermano mayor o
Esclavo de la siguiente edición tendría que efectuarse una vez al año, después
de la celebración de la fiesta, "ó el mismo día ó en otro
cualquiera". En caso de que alguno estuviera ausente de la isla, "no
ha de entrar en dicha suerte".
5.
El Esclavo tenía que cuidar al máximo
la celebración de la Fiesta, con el mayor ornato y decencia, así como
distribuir los cometidos entre los hermanos. En caso de fallecimiento durante el
año de mandato, el Ministro primero lo sustituiría. Si éste moría, pasaría
al segundo.
6.
Como había miembros religiosos, en
caso de que alguno de ellos tuviera que decir la Misa de la Fiesta y vestirse de
diácono y subdiácono, "lo han de hacer como lo dispusiese el Esclavo
pidiendo licencia al V. Cura de la Iglesia á quien siempre han de dar los 24
reales que se le han dado hasta aquí y que tiene prometidos para siempre el
dicho Licdo. Don Juan Pinto de Guisla". El oficiante cumplirá con la
tradición de decir misa rezada por los miembros de la Unión, vivos y difuntos.
OTROS VÍNCULOS
Doña Francisca Santos
Durán, vecina de esta ciudad, dio y entregó al Sargento Mayor Don Diego de
Guisla y Castilla, Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición de La
Palma, 1.000 reales en contado para que como Mayordomo de Fábrica de Ntra. Sra.
de Las Nieves los impusiera a tributo; y que con sus réditos se prediquen ocho
sermones o pláticas de doctrina y alabanzas de Nuestra Señora; y que se den
limosna 15 reales por cada una y lo que restare quede para la dicha fábrica.
Este vínculo se inició en 1706.
El Doctor Don Pedro de
Guisla Corona, Consultor y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición,
Vicario y Juez de cuatro causas de La Palma fue uno de los que firmaron el
memorial ante el Ilmo. Sr. Obispo Don Bartolomé García Jiménez. En razón de
los días de la festividad de Nuestra Señora de Candelaria que se había de
celebrar "cada quinquenio con la milagrosísima Imagen de Las Nieves",
otorgó su testamento cerrado, "que fue abierto por la Real Justicia en 24
de febrero de 1706, y fue mandado protocolar ese mismo día en el Registro de
instrumentos publicos de Andrés de Huerta". En una de sus cláusulas, hizo
vínculo de todos sus bienes y puso por obligación de encender y enramar el
referido día de la octava. "Item. Que todos los sucesores de este vínculo
han de ser obrigados a encender y enramar un día de la octava con la imagen de
Nuestra Señora de Las Nieves, que este día es el que me obligué a encender
por todos los de mi vida, como lo he hecho hasta aquí desde que se instituyó
la dicha octava; y es mi voluntad y lo ha sido siempre perpetuarlo como lo
hago".
Entre los bienhechores
de este fastuoso templo, el más rico de La Palma, merece especial atención Don
Cristóbal Pérez Volcán. Por su testamento, otorgado en La Habana el 5 de
enero de 1790 ante Nicolás de Frías, dejó 1.500 $ para el día octavo de la
festividad de la Virgen. Dice así la quinta cláusula de su testamento:
"Mando asimismo se impongan 1.500 pesos para que con sus réditos el Cura
de la Parroquia de Nuestra Señora de Las Nieves y su Mayordomo le hagan
perpetuamente la última fiesta de su octava, y lo sobrante se aplique al culto
de esta misma Imagen".
Existen muchos más
casos de vínculos y mayorazgos con los que las familias palmeras quisieron
honrar a la "Reina de La Palma". Sirvan estos como ejemplos.
PRIMEROS
DEVOTOS
Los devotos que dotaron
la octava de Nuestra Señora de Las Nieves en su Bajada lustral a esta ciudad en
cada quinquenio, fueron los señores relacionados a continuación. Todos ellos
se obligaron a poner la cera para "un día de la octava, señalando 24
velas de a media libra, y reservando el primero día que se trajera la Santa
Imagen, que había de ser la víspera de la fiesta, para la Ciudad, Justicia y
Regimiento". Juramento que hicieron "para todos los días de su
vida"
1.
Lcdo. Don Juan Pinto de Guisla
(Beneficiado de El Salvador, Consultor del Santo Oficio de la Inquisición y
Visitador General de La Palma)
2.
Dtor. D. Pedro de Guisla Corona
(Presbítero, Consultor del Santo Oficio de la Inquisición)
3.
Don Diego de Guisla y Castilla
(Sargento Mayor y Regidor de La Palma)
4.
Lcdo. Don Melchor Brier y
Monteverde (Abogado de Los Consejos, Vicario y Juez de cuatro causas de esta
isla)
5.
Don Antonio Pinto (Sargento Mayor
del Regimiento)
6.
Don Nicolás Massieu y Rants
(Regidor y Alguacil Mayor de La Palma)
7.
Don Juan Fierro Monteverde
8.
Don Miguel Abreu y Rege. (Maestre
de Campo, Ministro de Santo Oficio de la Inquisición, Regidor y Gobernador de
las Armas de esta isla por Su Majestad)
Imágenes
tomadas de El
Apuron y de Miguel Ángel Martín Sánchez
* Separata de "FEMÉRIDES DE LA NACIÓN CANARIA - UNA HISTORIA RESUMIDA DE CANARIAS - PERÍODO COLONIAL, DÉCADA 1691-1670 - CAPÍTULO XXXII – IV (I)