Soberanía
Alimentaria (II):
La Mano de
Obra
Rukaden
Ait Anaga
Esclavizada
por el hambre y el miedo; Esa es la situación tradicional de nuestro
campesinado, que un Gobierno, verdaderamente Canario, debe transformar cuando
seamos libres.
La
aparcería y los medianeros, cuando no asalariados, de sol a sol y al sol,
compartiendo perdidas pero nunca ganancias, siempre con el miedo a perder las
migajas con que los caciques les tenían/ tienen sometidos. Incluso hasta hace
bastante bien poco, hasta el derecho de pernada se le impuso, como condición
para no morir de hambre. No voy a abundar en una condición social de miseria y
desatención conocidas por todos los de cierta edad, porque bien conocida es la
realidad, al menos para los que o vivimos o tenemos algún contacto con viejøs
campesinø y ganaderøs; Solo hay que escuchar sus relatos, a poco que nos
callemos y les dejemos hablar, preñados de sufrimientos, miserias, trabajos sin
fin y sin horarios, y también con el escarnio permanente sobre sus espaldas,
escarnio por su pobre condición social, por su pobre condición académica...[Vamos al monte a reírnos un poco de los magos...; Cuando veas a un
tío con un puro conduciendo un 4X4 ese es un mago... No
vayas a la fuente mi niña porque el mago es muy bruto y todo lo
estralla... La cultura del desprecio por quienes cultivaban/cultivan la comida
con que estos miserables están vivos para poder seguir despreciando a quienes
deberían tener en un altar...]
Recuerdo,
en mis primeros trabajos fuera de Anaga, cuando una mentecata recién terminada
la carrera, enchufada [Semejante inepta no pudo conseguir el puesto de otra
manera], el primer día de trabajo, lo dedicó a darnos charlas de cómo se
manejaba una azada, de cómo había que quitar la hierba de los jardines, y lo más
que tocó “las narices”, que hiciera comentarios despreciativos sobre los
campesinos pobres de mi tierra. No pude contenerme y a media mañana la puse en
su sitio, y todavía no me habla tras más de 20 años; No sabe ella la suerte
que tengo. Resulta que tras décadas y siglos de burlas y menosprecios por usar
lo que tenían a mano y les funcionaba y no los súper modernos abonos químicos,
ahora resulta que el uso de estiércol y detritus vegetales [El famoso compost],
cuando no los usa el campesino, es lo más moderno, y llegan hasta el extremo,
en su supina ignorancia “titulada”, a intentar darle lecciones a quienes los
han usado tradicionalmente desde tiempos inmemoriales. Cuando los usaban eran
unos primitivos ignorantes por no usar los “guanos, sulfatos y nitrógenos
varios”; Ahora, cuando estos mismos se han cargado la ganadería tradicional
autóctona, y ya no se puede usar el estiércol o los detritus vegetales del
monte y vienen a dar lecciones de que eso es lo auténtico y no los
fertilizantes químicos.
Quiero
decir con esto, que lo primero es bajarnos del pedestal o atril donde soltamos
los discursos y todos nos pongamos “la
chaqueta de la humildad”, porque si bien desde el ámbito urbano-académico
se puede enseñar mucho a campesinos y ganaderos, también desde nuestros campos
se puede enseñar bastante. Para muestra un botón: ¿Cómo asegurar que un
cultivo tenga “la raíz caliente” en lo más crudo del invierno? ¿Con
“azufre mojable” como nos dicen las multinacionales de la química y la
mayor parte de la intelectualidad urbana que sabe algo del tema, o al modo
tradicional, mezclando detritus bien picados de zarzas y helechos y enterrándolos
en el surco o con un motocultor a falta de estiércol? ¿Qué es más rentable y
natural? ¿Alguien me lo sabría decir?
Tenemos
la suerte de contar todavía con una mano de obra que no ha perdido la memoria
del todo, y tenemos unas nuevas generaciones formadas en nuevas técnicas con
que complementar ese “conocimiento antiguo”; No se trata de hacer prevalecer
uno sobre los demás, sino de complementarse, de adaptarse y de coger lo más
positivo de ambas realidades y con ello crear las condiciones necesarias para
que, dada nuestra escasa superficie aprovechable, rentabilizarla lo mejor
posible para obtener un alimento natural, abundante, variado y de calidad.
También
se deberán mejorar las condiciones laborales de campesinos y ganaderos, para
que puedan vivir con dignidad de su trabajo; ¿Ha caído alguien en la cuenta
que para campesinos y ganaderos no existen días de fiesta, ni vacaciones, ni
jornadas de trabajo prefijadas y establecidas? Si, ¿No lo sabían? Si hay que
realizar cualquier labor, se tiene que hacer, sea el día de la semana o del mes
o del año que sea, pues si no se hace en el momento ya no se podrá hacer y lo
más probable es que se pierda el cultivo “si se deja para otro día”. Los
animales comen y beben todos los días y todos los días necesitan cuidados y
atenciones, sea en día laboral o día de fiesta. Sea cual sea el trabajo, como
nadie lo va a hacer por el campesino o el ganadero y no teniendo posibilidades
de contratar a nadie, lo tiene que hacer él/ ella, “levantando
al/ la Sol y acostándolo todos los días del año”, para que otros, salvo
ellos y ellas, vivan mejor...
Mejorar
las condiciones de vida y laborales, pasa también por una necesaria y muy
prudente mecanización de las labores y faenas agrícolas y ganaderas, pero eso
se cae de maduro, pues se trata de producir la mayor cantidad de alimentos
posibles, pero de eso hablaré en otro momento. Y no olvidar a nuestros sufridos
pescadores, desposeídos de sus caladeros tradicionales, unos por aniquilación
y otros por la cobardía miserable de quienes nos gobiernan y de la metrópoli.
Entre unos y otros, contamos con una buena “materia prima”, tanto humana
como tierra, clima y mar, todos maravillosamente capaces de generar la riqueza
proteínica necesaria para la supervivencia en Libertad de Nuestro Pueblo; Es
cuestión de cuidarlos, preservarlos y acrecentar estos recursos que tenemos la
suerte de poseer, pues ellos serán algunos de los pilares de Nuestro Futuro.
Pero reitero, no es soplar y hacer botellas, se necesitan muchos pasos previos
hasta llegar al Objetivo de la Soberanía Alimentaria.
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“¡Poco a poco y con cuidado!Dice el pastor en la fuente,
primero bebe el ganado y después bebe la gente...”
27
Febrero 2015.
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