En el anterior articulo
desvelábamos cual fue el
secreto del éxito de Singapur. En los siguientes artículos vamos a
hacer una comparación entre el "modelo" de Singapur y el
"modelo" de Canarias.
Recordemos que Singapur es
una isla del tamaño de Lanzarote con cerca de cinco millones de habitantes que
carece de recursos naturales y minerales; no tiene agricultura ni agua, ni
espacio suficiente. A pesar de todo ello tiene una
economía cinco veces superior a la de Canarias y
su renta por habitante es más del doble que la nuestra.
Aunque
en Singapur existen diferencias sociales, todos los segmentos de la sociedad
poseen un alto estándar de vida. En Canarias, por el contrario, los datos
sociales de paro juvenil, de pobreza, de exclusión social y de desigualdades
son claramente tercermundistas y reflejan la realidad de una sociedad fracasada.
Singapur pasó del tercer mundo al primer mundo mientras que Canarias está
haciendo el recorrido inverso. ¿Qué
explica esa diferencia?
Uno
de las características que se suele resaltar sobre el modelo de Singapur es su
apuesta decidida por la educación y el capital humano. En
un mundo competitivo la calidad es prioritaria no sólo para ganar prestigio,
sino porque de ella depende tanto el futuro del país y el de las empresas.
Singapur cuenta con varias universidades, todas estatales, que tienen excelencia
internacional, son las mejores de Asia y dos de ellas están entre las mejores
del mundo. Países como China, Malasia, Birmania o los Emiratos del Golfo Pérsico
mandan a sus jóvenes a formarse en las universidades de Singapur.
Por el contrario, las universidades canarias no solo no están en el ranking de
las 500 mejores universidades del mundo sino que tampoco se las espera entre
las 2.500 mejores universidades del sistema solar como
dijera el fallecido catedrático de la ULPGC Guillermo García Reina.
De hecho están entre las universidades menos
productivas del Estado español.
La
sociedad de Singapur está compuesta en dos tercios por personas de origen
chino, con el resto constituido por malayos e hindúes tamiles en su mayoría. Todos
son, al menos, bilingües. El sistema de educación pública asegura a
todos la enseñanza del inglés, como lengua oficial, y de la lengua madre, sea
chino, malayo, tamil o la que corresponda. En Canarias, por el contrario, a
pesar de tener una importante industria turística, la mayor parte de la población
es deficiente en ingles y muy lejos de ser bilingües. Imagino que a los
responsables de educación en Canarias se les ha "pasado" este detalle
- aunque han tenido 50 años para darse cuenta - o por el contrario tienen miedo
de que la población lea prensa internacional y
cambie su percepción sobre el mundo y la realidad, una de dos.
Hemos
trabajado los últimos 40 años para establecer el inglés como nuestro
principal idioma. Lo hicimos para abrazar las fuerzas del descubrimiento, la
invención y la creatividad. El inglés es una plataforma abierta, es la lingua
franca de los líderes de la ciencia, tecnología, invención, negocios, educación
y diplomacia - Lee Kuan Yew.
La
escuela pública en Singapur es buena y gratuita. En Canarias el informe PISA
nos saca las vergüenzas de un sistema educativo con graves problemas y peores
resultados. Singapur desarrolla el talento de su capital humano. Canarias
aconseja a sus jóvenes formados que emigren porque las élites (españolas y
canarias) bloquean el cambio de modelo necesario. Singapur atrae talento y
capital humano foráneo. Canarias exporta más ingenieros que plátanos. En
Singapur te reciben, en Canarias te invitan a
coger las maletas.
Singapur
tiene una mayoría china, pero, sea cual sea tu raza, si te unes a nosotros como
ciudadanos, disfrutarás de iguales derechos y oportunidades. En Singapur somos
una sociedad cosmopolita y abierta que da la bienvenida al talento para que
podamos continuar creciendo y prosperando.
La educación y la atracción
de talento han sido claves para el éxito de varias sociedades. USA sigue siendo
para muchos el país de las oportunidades. Estados Unidos siempre se ha
caracterizado por atraer talento extranjero a sus universidades y empresas, cuyo
caso más paradigmático fue el de Albert Einstein. En Chinalas claves del
crecimiento residen en ser competitivos a través de la educación de su
juventud, seleccionar a los mejores en ciencia, tecnología, economía y
gestión de empresas y, por supuesto, el aprendizaje del idioma inglés.
Mientras que Asia optó por un modelo de desarrollo orientado hacia los mercados
globales y para ello apostó fuertemente por la educación, los países
Latinoamericanos no lo hicieron. Esto explica el desigual impacto de la
globalización en esos dos continentes.
Los territorios inteligentes
son aquellos territorios
innovadores, capaces de atraer talento, capaces de construir sus propias
ventajas competitivas en relación con su entorno, en el marco de un mundo
complejo, global e interrelacionado. Asimismo, los territorios inteligentes
persiguen un equilibrio entre los aspectos de competitividad económica, cohesión
social y sostenibilidad.
Singapur
es el ejemplo clásico de "territorio
inteligente", es decir, un territorio que combina
sostenibilidad, calidad de vida, competitividad económica y economía creativa,
lo que resulta en capacidad de atracción de talento y de inversión ¿como
llamamos a Canarias que no tiene nada de eso? ¿territorio
tolete quizás? ¿Archipiélago Machango?
En Canarias no solo no se
atrae talento sino que el que existe se desperdicia, se espanta, se margina o
directamente se le invita a mandarse a mudar. Mientras
que en Singapur se premia el talento en Canarias se castiga. En Canarias
quien destaca tiene tan solo dos salidas…, por mar o por aire.
En Singapur los líderes se
rodean de los mejores, en Canarias, por el contrario, los lideres se rodean de
mediocridades para que de esa forma, en comparación, no se descubra su propia
mediocridad. Esto evidencia una
concepción del liderazgo y del poder completamente antagónica en
Singapur y en Canarias.
Singapur ha creado una
cultura meritocrática mientras que Canarias ha creado una cultura de la
mediocridad. Ya decía Albert Memi, Fanon y otros autores que han estudiado el
colonialismo que las sociedades coloniales están definidas por la mediocridad.
Cuando en una sociedad lo importante no es el mérito sino las relaciones, las
únicas relaciones importantes son las relaciones de poder.
Singapur está situado en una
región del mundo en donde la corrupción es endémica, sin embargo, el índice
de Transparency International reconoce a Singapur el quinto puesto en lo que se
refiere a integridad y ausencia de corrupción en la gestión del gobierno.
Singapur ha creado una
cultura de tolerancia cero con la corrupción. La
corrupción prácticamente no existe en Singapur mientras que en Canarias
por el contrario la corrupción no solo es parte integrante del gobierno sino
también de la vida diaria. Esto vuelve a evidenciar las diferencias entre
entender el poder y el liderazgo como servicio y no como privilegio.
Complementando
esta cultura de tolerancia cero con la corrupción Singapur fue más allá del
argumento populista de bajar los sueldos de los políticos y los subió
enormemente además de ligarlos a incentivos de rendimiento. Este marco
desincentiva la corrupción y asegura que las decisiones se hacen por el bien de
la sociedad en su conjunto y no por intereses particulares (que es lo que ocurre
cuando los políticos están Infra remunerados ya que cuanto menos gane un político
más fácil será que caiga en la corrupción que es por definición robarle al
interés general).
No
hay mejor manera de dirigir un país que poniendo a los mejores al frente de la
tarea más difícil. No podemos infra remunerar a nuestros ministros. Singapur
no pasó del tercer al primer mundo buscando ministros que sacrificasen el
futuro de sus hijos por ejercer el servicio público. No podemos permitir que
Singapur se reduzca a ser un país mediocre por ignorar la retribución
competitiva de su gobierno.”
-
Lee Kuan Yew
Mientras
que el énfasis en la educación
y la meritocracia ha creado en Singapur una cultura elitista abierta, en
Canarias la mediocridad ha degenerado en una cultura de la vulgaridad. El
humor canario inteligente, socarrón y muy "británico" de los Cuentos
de Pepe Monagas han sido sustituidos como referente de "canariedad"
por la vulgaridad de "Clave de Ja". Es cierto que esta cultura de la
vulgaridad de Belén Esteban y Sálvame se está dando en toda España, pero la
"innovación" canaria ha sido llevarla a aspectos identitario.
En
resumen, mientras que en Singapur se trata de empoderar al individuo para que
desarrolle sus máximas cualidades y capacidades, en Canarias se trata de
castrarlos para que no alteren los repartos de poder existentes. Canarias es una
sociedad que gira en torno a las relaciones de poder.
Podemos criticar la existencia de una cultura elitista pero no hay que confundir
élite con casta. El problema no es la existencia de una élite, necesaria en
toda sociedad, el problema es la existencia de una elite
extractiva, es decir una "casta" que sacrifique las oportunidades
de los demás en beneficio propio y que se autoperpetue. Esto no ocurre dentro
de una meritocracia ya que lo que crea es una élite inclusiva a través de la
movilidad social. El ideal de Lee es Confucio, un sistema meritocrático y
competitivo.
"Los
valores confucianos del individuo bueno y cultivado, el fervor por la familia,
la confianza de los amigos y la lealtad al Estado. Estos valores han superado la
prueba de miles de años de historia china, japonesa, coreana y vietnamita. No
deben ser abandonados a la ligera".
Para Lee todos los ciudadanos eran iguales ante la ley,
pero, al igual que las sociedades de los antiguos canarios, la
igualdad social habría de venir del carácter, conducta y esfuerzo del
individuo. Esta visión encaja con lo que nos han dejado las crónicas y la
tradición oral sobre las antiguas sociedades canarias, pero la
cultura española destruyó esa concepción de nobleza ligada al comportamiento
individual, sustituyéndola por un concepto de nobleza desligada
del mérito y basada en el
racismo, el nepotismo y la heráldica de privilegio aristocrático.
Otra diferencia importante
entre Singapur y Canarias la encontramos en la cohesión social. En sus
comienzos - y como en la mayoría de los nuevos países creados tras la Segunda
Guerra Mundial, Singapur estaba infestado por conflictos étnicos (los
disturbios raciales de 1964 y 1969, María Hertogh, etc..), diferencias lingüísticas
(malayos, tamiles, Inglés, mandarín) así como de un alto nivel de
analfabetismo. Sin embargo, Lee fue capaz de moldear un Estado a partir de estos
elementos tan dispares y fomentar la prosperidad de sus ciudadanos. Singapur es
un estado multicultural con tres etnias principales y cuatro religiones. A pesar
de esta desfavorable situación consiguieron fomentar una identidad nacional
basada en la multiculturalidad, el éxito económico y la modernidad lo que les
permitió desarrollar una fuerte cohesión social en torno a un proyecto país.
Canarias,
por el contrario, no solo carece de cualquier proyecto país, porque
principalmente se busca el poder por el poder y no en torno a un proyecto, sino
que además favorece la descohesión social a través del fomento de los insularismos y las obsoletas luchas de clase que dividen al
precariado (el proletariado no existe en Canarias) y a las clases medias (casi
desaparecidas), dejando
a ambas a merced de una burguesía local cuyo mundo acaba en la punta del muelle
de la isla respectiva y de los intereses españoles y foráneos.