El secreto del éxito de Singapur

 

Jorge Dorta *

 

Singapur es una isla del tamaño de Lanzarote con algo más de 5 millones de habitantes

 

La muerte de Lee Kuan Yew, el "padre de Singapur", a los 91 años, ha traído a la actualidad la pequeña isla del sureste asiático que el próximo agosto 2015celebrará los 50 años de su independencia. 

 

Singapur es una isla del tamaño de Lanzarote con algo más de 5 millones de habitantes que tiene una economía 5 veces mayor que la economía canaria y que pasó de ser un pequeño puerto colonial infestado de malaria en los confines del Imperio Británico a una brillante economía de alta tecnología y uno de los lugares mas ricos y prósperos del planeta. Lee Kuan Yew fue el líder que transformó Singapur en menos de 50 años.

 

Muchas veces se ha propuesto Singapur como modelo para Canarias. Unos se posicionan a favor y otros en contra. Unos ven una economía libre y dinámica que nos resuena a nuestra época puertofranquista de libertades comerciales mientras otros ven una isla masificada y superpoblada. Unos ven un centro de tecnología, de innovación y desarrollo e igualdad de oportunidades, mientras que otros ven tan solo una dictadura. Pero para poder emitir una opinión debemos preguntarnos si realmente entendemos cual es el modelo de Singapur en su totalidad. Te aseguro que en el 99% de los casos la respuesta es no.

 

Bajo el estricto gobierno disciplinario de Lee Kuan Yew, Singapur era conocido como una especie de dictadura de derechas, aunque bastante benigna, algo así como una dictadura benevolente con un cierto guiño a la democracia al estilo Occidental.  En algunos aspectos, Singapur es el liberalismo de libre mercado en su forma más clásica. En otros aspectos es intervencionismo paternalista. En otros, es casi socialista en su desarrollo. Los miembros del Partido de Acción Popular, todavía gobernantes, se llaman entre sí "camarada", al menos en privado. 

 

En este país diverso étnica y religiosamente, la armonía social, la cohesión social y la igualdad de oportunidades se persiguen con tanta decisión como el progreso económico. Esta mezcla de liberalismo y el intervencionismo es una "paradoja" que desafía las etiquetas tradicionales de izquierda y derecha.

 

El modelo de Singapur es una mezcla de semiautoritarismo, gobierno "de facto" de un solo partido (aunque existen elecciones y varios partidos), tolerancia cero con la corrupción y el crimen, una meticulosa planificación urbana, políticas económicas liberales, bajos impuestos y la captación de un montón de capital humano (talento) importado. La pérdida de las libertades personales y la intrusión del gobierno en lo social a cambio de orden y prosperidad fue una solución de compromiso ampliamente aceptada por una generación que vio dispararse el nivel de vida de su país.

 

Como definiríamos a este modelo, ¿socialismo de libre mercado? ¿liberalismo intervencionista? ¿paternalismo democrático? Los economistas, al analizar el marco institucional y estructural de un país, cometemos el tremendo error de tomar en cuenta tan solo las instituciones políticas y económicas, ignorando o relegando a un papel residual a las instituciones culturales y, en este caso, esas instituciones son realmente la clave para explicar el modelo de Singapur.  

En realidad Lee Kuan Yew es una de las raras figuras de la historia. Un rey filósofo e ilustrado como Marcus Aurelius en la Antigua Roma o Solón de Atenas en la Grecia Clásica. Una versión meritocrática y semipaternalista del rey filósofo de Platón.

 

Pero Lee no se inspiró ni en Platón ni en Aristoteles. Si abandonamos la óptica eurocentrista que nos hace creernos el ombligo del mundo reconoceríamos que quién realmente inspiró a Lee fue la ética y la filosofía de Confucio.

 

Los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina mediante su conducta. El mal gobierno contraria el orden natural y viola el Mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato.

 

En la idea confuciana de la sociedad utópica, la jerarquía no es sólo social, sino también moral. En la China antigua, la familia no era un núcleo reducido, sino un gran clan, muchos de sus miembros vivían bajo un mismo techo, reconocían un antepasado en común y mantenían vínculos con otros grupos del mismo origen. Una familia era una prefiguración del Estado. Así, la familia era vista como un pequeño reino con jerarquías, protocolos y métodos de gobierno, y el Estado como una gran familia en la que debe haber afectos, relaciones y obligaciones morales. 

 

Aunque Lee estudió en Cambridge, era un hombre libre de prejuicios, de complejos de inferioridad coloniales o de eurocentrismo, y por ello buscó en su tradición cultural china la solución para el reto al que se enfrentaba. 

 

Lee no era un demócrata sino un líder confuciano. Creó un gobierno eficiente con poca o nula corrupción, generó una economía floreciente, acabo con el crimen y construyó un sistema educativo de primera clase. El modelo de desarrollo de Singapur la transformó en una pequeña metrópolis con un "régimen híbrido” que cuenta con rasgos democráticos y autoritarios. 

 

El Ren es la idea fundamental del confucianismo. Se puede traducir aproximadamente por benevolencia, magnanimidad, sentido de lo humano, humanitarismo. Ninguna de estas traducciones expresa con precisión lo que es el ren, pero al menos dan una ligera idea. El ren es la exigencia personal a la que debe aspirar todo hombre de bien, aún sabiendo que prácticamente no está al alcance de ninguno, salvo para algunos místicos de la antigüedad. Sin embargo es la meta que debe guiar nuestros actos y para Confucio es la virtud más alta.

 

Es fundamental que el soberano gobierne de forma natural mediante el ren, la benevolencia y no por la fuerza. La mejor manera de gobernar es practicar el ren, ocupándose de lo humano, donde la ética es más importante que la política. El rey que lo tiene todo, debe permanecer en el bien y procurar las mejores condiciones a su pueblo para que este también sea bueno. Solo cuando el rey practica la benevolencia, los súbditos acuden a él y unifica el imperio.

 

En las relaciones con los demás cada función implica una responsabilidad. Confucio compara al gobierno con una gran familia. Los gobernantes tienen sus propias responsabilidades acordes con la función que les ha sido asignada.

 

El buen gobierno depende directamente de la formación moral de los gobernantes. 

 

Los gobernantes deben hacer los mayores esfuerzos en obrar bien teniendo como modelo a los antiguos hombres de bien.

 

Lee, al igual que Solón, demuestra que es posible un cambio real de arriba hacia abajo si este está inspirado en profundos preceptos morales. El problema es que por cada Lee, por cada Solón, por cada rey filosofo existen cien tiranos.  

 

PD: La comparación entre el modelo de Singapur y Canarias la desarrollaremos en otro artículo, lo mismo que la aplicabilidad de dicho modelo a Canarias.  

 

* Fuente: menceymacro.blogspot.com.es/2015/03