Refinado colonialismo
Ramón Moreno Castilla
[…España ha sido históricamente la
abanderada del colonialismo universal, entendido desde el sometimiento de los
pueblos aborígenes por las grandes potencias europeas de la época, y que tuvo en
Canarias, archipiélago africano, su primigenia actuación de la mano de las
vándalas tropas castellanas y las hordas mercenarias que entraron a sangre y
fuego en nuestra tierra, con la aquiescencia de la Iglesia Católica de
entonces…]
Si alguien tiene la más mínima duda del estatus colonial que
padece Canarias, a pesar de la milonga que nos cuentan de que "somos una
comunidad autónoma del Estado español, y una RUP de Europa", no tiene sino
que observar atentamente todo lo que sucede a su alrededor y constatar cuántas
veces se ha denunciado esa ignominiosa y canallesca situación en los
editoriales de EL DÍA, y en mis numerosos artículos sobre el particular
denunciando, una y otra vez, el feroz y depredador colonialismo español, el más
antiguo y sanguinario del mundo.
Precisamente, el 7 de noviembre de 2011 publiqué en este periódico
un esclarecedor artículo titulado "El manual del colonialismo"[1], en el que destacaba el récord Guinnes del colonialismo español en Canarias, que se
remonta a 1496; y el pasado día 3 publiqué, asimismo, "Colonialismo
impecable e implacable"[2], en el cual denunciaba por enésima vez la
intolerable e inhumana subyugación a la que nos tiene sometidos España desde
hace seiscientos años y todas las tropelías que comete a diario con estas
Islas, convertidas en un mercado cautivo, donde todo se importa y, por tanto,
absolutamente dependientes del exterior, que es de lo que se trata.
Ahora nos encontramos con el más que posible cese del refinado de
crudo en la refinería de Cepsa en Santa Cruz de Tenerife (instalada en 1930),
lo que supondrá, sin duda, un grave problema de desabastecimiento de Canarias,
con todo lo que ello significa para nuestra supervivencia. Los paros
intermitentes en la producción de crudo refinado es la crónica de una muerte
anunciada; y, efectivamente, España no solo da un paso más de tuerca al pueblo
canario para tenerlo controlado y que no sea autosuficiente, sino que ahora nos
ha colocado directamente el collar del garrote vil. Tan vil y despiadado como
el colonialismo que sufrimos estoicamente, sin que este pueblo se pronuncie al
respecto.
Canarias es, sin ningún género de dudas, una colonia medieval
española en pleno siglo XXI, que la legalidad internacional ya no contempla ni
ampara. El decimonónico criterio de "soberanía política" -ya
periclitado- ejercido ilegalmente por España para sustentar la artificiosa e
impuesta "españolidad de Canarias", hace tiempo que dio paso al
principio emergente de "localización geográfica", consagrado en el
Derecho Internacional contemporáneo, puesto de manifiesto en el proceso de
descolonización de África, mediante la Resolución 1514 (XV) de Naciones Unidas,
que España tiene el cinismo de pretender que se le aplique a Gibraltar (los
gibraltareños no quieren ser españoles ni de coña), negándose al mismo tiempo a
descolonizar el Archipiélago canario, como le obliga la ONU.
España ha sido históricamente la abanderada del colonialismo
universal, entendido desde el sometimiento de los pueblos aborígenes por las
grandes potencias europeas de la época, y que tuvo en Canarias, archipiélago
africano, su primigenia actuación de la mano de las vándalas tropas castellanas
y las hordas mercenarias que entraron a sangre y fuego en nuestra tierra, con
la aquiescencia de la Iglesia Católica de entonces. Y cuya sanguinaria
conquista e implacable evangelización, ¡¡que duró casi un siglo!!, se llevó a cabo entre 1402 y 1496.
La acción colonizadora, pues, que es el caso flagrante de España
en Canarias, se identifica con territorios ocupados y administrados por un
Estado anteriormente ajeno a estos mediante la conquista y asentamiento de
poblaciones foráneas (en este caso, los colonos peninsulares), y en los que se
impone una autoridad extranjera. Puede hablarse de colonialismo cuando un
pueblo o gobierno extiende su soberanía y establece un control político sobre
otro territorio o pueblo extranjero como fuente de riqueza y de poder, ¡¡caso
inequívoco de Canarias!! Esa relación, no deseada, concluye cuando el pueblo
subyugado alcanza su propia soberanía, constituyéndose en un Estado libre y
soberano, miembro de pleno derecho de la comunidad internacional.
Por cierto, que en el comité ejecutivo de CC del fin de semana
parece que se abogó por "el diálogo con Madrid, y el no enfrentamientos
con el PP". ¿Qué se pretende, sentar las bases cuanto antes para
constituir la comisión bilateral Canarias-España para iniciar las negociaciones
de cara al correspondiente traspaso de poderes? ¿O, por el contrario, es otro
pasteleo más y otra maniobra dilatoria para distraer al personal?
¡¡Hasta que CC no haga público su rotundo rechazo al hecho
colonial canario, no será creíble su supuesto nacionalismo!!
[2] Colonialismo impecable e implacable
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de Ramón Moreno Castilla publicados en El Guanche y en El Canario