¡POBREZA
Y EMIGRACIÓN!
Edilberto Rodríguez Morales
No puedo entender que los
herederos del Partido Comunista Español tradicionalmente tan lejos de los
planteamientos soberanistas de Canarias, -avanzado el S.XXI- rehúyan todavía
hablar de colonialismo en Canarias, como si este anacronismo nos lo estuviéramos
inventando.
Me pregunto si será un tema tabú para sus dirigentes canarios o acaso
pervive el espíritu de Santiago Carrillo entre su militancia. ¿Esperan tal vez
a que les den permiso desde Madrid? Tiempo suficiente ha pasado para que se
impliquen de una vez en el proceso de Descolonización de esta tierra de igual
manera que sí se han comprometido en la lucha por la Descolonización de la República
Árabe Saharaui Democrática con su apoyo al FRENTE POLISARIO. ¿Y Canarias?
En el Archipiélago canario todo el mundo cercano a la órbita de la
izquierda debería compartir que la defensa de los intereses de la clase
trabajadora pasa inevitablemente por la unidad de todas sus corrientes,
esquivando todas sus diferencias y en la consiguiente reivindicación de su
soberanía, -Descolonización e Independencia- no hay otro camino. Esta debería
ser la primera preocupación de todos aquellos activistas que desde sus medios
denuncian día tras día la corrupción. Sin embargo nos olvidamos de la
coherencia e involución política, de los asuntos prioritarios de Canarias,
hilo conductor que deberá movilizar a una clase trabajadora despolitizada y
desorganizada. ¿Seremos capaces?
Nos guste o no nos guste el Comité de Descolonización de las Naciones
Unidas con la supervisión del Derecho Internacional reconoce que Canarias es
una colonia[1].
No podemos silenciar este hecho cuando un porcentaje muy alto de nuestra población
vive por debajo del umbral de pobreza y con los salarios más bajos que los del
Estado español. Ignorar este anacronismo histórico nos ha supeditado a vivir
de ayudas y subvenciones envenenadas, a limitar las expectativas de progreso y
el espíritu emprendedor que cada uno llevamos dentro, acentuar una dependencia
enfermiza y vivir con un futuro incierto: POBREZA y EMIGRACIÓN[2].
Con este panorama no se puede concebir que sectores cercanos en un pasado muy
reciente al Movimiento Soberanista de Canarias sigan continuamente disgregándose
en otras nuevas organizaciones cada cierto tiempo. Unas veces alegando
divergencias en los liderazgos y otras por motivos claramente electoralistas
oportunistas. Les importa un pito que Canarias sea una colonia, cuando es la
causa principal de nuestros males económicos.
Es muy sintomático y delatador que ante el auge electoralista de
“PODEMOS”[3]
a algunos traten de arremolinarse al calor de la figura emblemática de Pablo
Iglesias, o que quienes siendo parte de esta nueva iniciativa electoral, pusilánimes
de la izquierda teórica sin criterios terrenales, siguen a rebufo de algún ser
superior. No quieren saber nada ya de nuestra realidad geográfica y política más
intrínseca. No saben, no contestan. Parece que molestamos al manifestar nuestra
incredulidad y giro de sus nuevos posicionamientos. Se callan como zorroclocos.
Cobardemente prefieren que sean otros quienes asuman el trabajo duro que implica
la lucha por la Descolonización. Rehúyen de sus responsabilidades políticas más
inmediatas sin importarles un comino que se genere perplejidad entre la clase
trabajadora canaria más consecuente; aspiraciones soberanistas que aunque muy
lentamente, han ido asumiéndose por parte de ésta, como legítimas y
necesarias: liderar con dignidad nuestro propio destino por muy honestos y
revolucionarios que sean otros proyectos, vengan de donde vengan.
Considerar políticamente a Canarias un territorio con las mismas
especificidades que Extremadura o cualquier otra región española, no se
sostiene con lógica alguna[4]
y
[5].
Y menos comprensible, cuando
dicho posicionamiento españolista no sólo es defendido por militantes del
Partido Popular sino por antiguos compañeros de militancia soberanista que se
dicen de izquierdas, siendo como eran la vanguardia del marxismo, la referencia
para poder organizarnos con un mínimo de seriedad y coherencia política. Ahora
ya no. Su única preocupación actual es la creación de la gran República española.
Desarrollar la España de las libertades. Crear las mismas condiciones
libertarias que la República francesa. Que le pregunten al Movimiento de
Liberación Corso[6]
o al Movimiento independentista de la isla de Reunión, todavía bajo tutela
francesa, cuáles son esas ventajas. Creo que se están equivocando de
estrategia o no tienen vergüenza. Están flipando o nos quieren trastornar la
cabeza. Por no decir que están manipulando a la clase trabajadora canaria
intencionadamente. Nuestro objetivo tiene que ser la de crear una organización
de masas de Liberación Nacional, no de preparar una excursión entre cuatro
amigotes.
Arrimarse a este nuevo discurso de la clase trabajadora, allende la Metrópoli,
no nos puede dejar indiferente: “Canario, ¡afíliate a PODEMOS! Ignora que
Canarias es una colonia. Ahora es el momento de enchufarte definitivamente a una
organización de izquierda que carece de estructuras de base pero con futuro. Es
la oportunidad que buscabas para tener un puestito de trabajo en el Ayuntamiento
o quién sabe dónde; garantizar que los canarios podamos vivir de limosnas, de
la bolsita de comida; defender unas instituciones que aunque sean colonialistas
-¡qué más da!- nos sigan subvencionando con migajas y descapitalizando.
Ayudando a seguir enmascarando una vez más los diferentes motivos de la pobreza
en Canarias, marginación social y cultural. Sí, olvídate de luchar por una
Canarias Libre. No estamos preparados, no estamos formados. La lucha por la
soberanía de Canarias son reivindicaciones pequeño burguesas. Ideas
neoliberalistas. ¿De qué vamos a vivir? ¡Viva la República! ¡Viva España!:
¡”PODEMOS”!
Que alguien explique si puede, de donde surge esa estrategia política
que predica defender el socialismo primero e Independencia después. ¿Quién
mueve los hilos? Si a la propuesta de igualar los salarios entre la clase
trabajadora, no sólo sorprendentemente estos se prestan a ridiculizarlo
jocosamente; sino que incluso, también en círculos teóricamente progresistas,
se puede verificar la misma reacción de rechazo. La misma animadversión que
definitivamente me ha hecho pensar que debería dedicarme a lo mío: seguir con
mi trabajo o mandarme a mudar a las
antípodas, antes que sea demasiado tarde.
Antes de tomar esa decisión quisiera contar esta historia trágico-cómica
de la “Igualdad salarial”: reunión de quince o veinte personas en el
Municipio de La Laguna sin coordinación alguna con ningún compañero y con la
ingenua sana intención de aportar mi particular visión de una sociedad
igualitaria. Pretendo solamente averiguar si sería viable que se fomentara un
debate político entre la clase trabajadora y poder dilucidar pedagógicamente
lo que no entendemos todavía algunos por lucha de clases e igualdad salarial.
Saber qué argumentos defienden quienes están a favor y quienes podrían estar
en contra de ese hipotético modelo igualitario. Pues, trágame tierra; se
quedaron todos, absolutamente todos, mirándome fijamente sin decir nadie ni pío.
Quizás no era para menos, a lo mejor estaba saliéndome del guión del orden
del día, pero temí además que fuera el preámbulo a que rompieran todos en
carcajadas. Tuve que cerrar los puños con todas mis fuerzas, disimuladamente,
para no ponerme colorado como un tomate.
Nadie hizo ningún comentario. Intenté, sin conseguirlo, balbucear y
matizar algunas palabras para en lo posible intentar salir airoso de ese trance.
Gracias que alguien a continuación retomó la palabra como si quisiera
buenamente ayudarme y evitarme así el apuro. ¡Qué ridículo! Todavía me
pregunto a cuenta de qué tuve tal ocurrencia. Evidentemente la conclusión es
que nadie está a favor de la igualdad salarial. El socialismo radical no
defiende que todos ganemos el mismo sueldo. El modelo económico que se
reivindica y se respira en un modelo socialista es también meritocrático.
A parte del bochorno que sentí en esos segundos interminables, me ha
permitido también llegar a la deducción de que nadie comparte el mismo
criterio sobre qué entendemos por sociedad igualitaria o por lucha de clases;
ni que las nuevas generaciones, salvo alguna que otra excepción lo tengan más
o menos claro; aquí de lo que tratan algunos socio-listos canarios es que los
privilegios sean compartidos entre esta nueva élite de la clase política que
pide paso, no de defender un modelo socialista para todos los ciudadanos.
En el fondo, muchos de estos oportunistas quieren formar parte de esa
“CASTA” que Pablo Iglesias está denunciando. ¿Cómo pueden estar
coqueteando militantes del Movimiento Soberanista con partidos pro españolistas
si no es para aposentarse en las instituciones lo más cómodamente posible?
Seamos serios. ¿Su proyecto ya no les vale? Esta actitud es lo que la gran
mayoría de los ciudadanos van evaluando, lo que ha ido permitiendo de manera
evidente que la ciudadanía piense que los políticos sólo elucubren en su
provecho. Es la razón por la cual no se ha fortalecido la conciencia
identitaria y que siempre se encuentre dividido, a lo largo y ancho de estos últimos
cuarenta años, todo referente soberanista. Lo mismo de siempre: “sálvese
quien pueda”
Muy mal lo va a tener Pablo Iglesias, al que le deseamos los mayores éxitos.
Espero que no le tiemble el pulso en poner a cada uno de estos oportunistas en
su sitio por el bien de la clase trabajadora. La ventaja supone que nos va a
facilitar desenmascarar quiénes se venden por un plato de lentejas, quiénes
por golosos al llegar a un panal de rica miel morirán presas de patas en él.
Estos falsos nacionalistas de izquierdas, tanto ridiculizar a Coalición
Canaria, resulta que son primos hermanos: “quítate tú para ponerme yo”. Ni
defienden socialismo ni defienden la Independencia. No defenderán nada que les
pueda perjudicar lo más mínimo sus bolsillos; juegan a ser y no ser, juegan a
dejarse ver, juegan cariñosamente a dejarse sobornar; les preocupa solamente
mantener el “status quo” que les pueda garantizar ahora mismo el Estado español.
Ya están casi todos enchufados con sus buenos sueldos, sus privilegios. En ningún
momento hablan de Descolonización ni se les ocurrirá ofrecer proyectos
alternativos para anular la pobreza, el paro existente, o cómo tener los
canarios salarios dignos a nivel de los europeos. Allá ellos con su actitud,
pobres miserables. No necesitamos ese tipo de liderazgos. Eso sí, saben quedar
muy progres de cara a la galería.
No nos extraña que sectores cada vez más amplios de la sociedad canaria
no vayamos a votar, porque nos pueden volver a ilusionar o engañar con nuevos
partidos. Pero sabemos ya, y así lo recordaremos las veces que sea necesario,
que lo más coherente hasta en cuánto no haya como mínimo un Referente
Soberanista de izquierdas unitario o un Movimiento de Liberación Nacional de
Canarias (MLNC) es seguir manteniendo una posición de Abstención militante y
de Desobediencia Civil, sin que ello nos impida poder seguir organizándonos en
comités de barrios y fortalecer a los diferentes partidos en lucha, que sí están
claramente por la Independencia de Canarias.
¡¡DESCOLONIZACIÓN
E INDEPENDENCIA !!
Notas
de la Redacción:
[5]
Canarias ultraperiférica.pdf