Podemos desenfoca

<> Iván Suomi *

 

[…Lo primero que llama la atención es que no haya mención expresa a la estructura socioeconómica que hemos heredado, diseñada para explotar los recursos del archipiélago y llevarse fuera los beneficios. El monocultivo de hoy es el turismo, “nuestra” principal industria, pero en manos mayoritariamente foráneas y poco recomendables. Son esos grandes consorcios españoles e internacionales, con la inestimable ayuda de nuestra particular “casta” político-empresarial, los que hacen negocio en nuestro país atendiendo exclusivamente a sus intereses, sin que los canarios tengamos poco o nada que decir…. Lo que hace falta es una transformación profunda de la estructura de dependencia, que es la que tiene al archipiélago sumido en el subdesarrollo… Y es que se diría que Podemos Gran Canaria mira a Canarias desde fuera, analiza las islas no desde las propias islas, sino situándose en unas coordenadas totalmente ajenas. Canarias como objeto, no como sujeto…]

Seguro que ya les pasó más de una vez. Sacas corriendo la cámara para retratar ese momento impagable y cuando vas a mirar la foto ilusionado, decepción: salió desenfocada. Sí, los protagonistas están ahí, el encuadre no es malo, pero la foto salió borrosa, no refleja las cosas tal y como son.

Algo parecido le ocurre a las propuestas que presentó el círculo Podemos Gran Canaria para las elecciones europeas, que nos dejó en un comentario su representante Ana Gloria Sánchez Ruano. Sí, recogen elementos relevantes, pero las propuestas proyectan una imagen desenfocada de las islas, no reflejan la situación real.

Lo primero que llama la atención es que no haya mención expresa a la estructura socioeconómica que hemos heredado, diseñada para explotar los recursos del archipiélago y llevarse fuera los beneficios. El monocultivo de hoy es el turismo, “nuestra” principal industria, pero en manos mayoritariamente foráneas y poco recomendables. Son esos grandes consorcios españoles e internacionales, con la inestimable ayuda de nuestra particular “casta” político-empresarial, los que hacen negocio en nuestro país atendiendo exclusivamente a sus intereses, sin que los canarios tengamos poco o nada que decir. La pujanza turística de Canarias bate récords año sí y año también en plena crisis, mientras las cifras de miseria, paro y pobreza infantil en las islas alcanzan cotas totalmente intolerables. Generamos millones y millones de euros de beneficio al año ¿A verlos? ¿Dónde están? ¿Es normal que siendo una potencia turística tengamos cerca de un 40% de pobreza? Son preguntas que Podemos, extrañamente, no planteó.

Varias de las ideas se presentan desglosadas por figuras o instrumentos: RUP, POSEI, REF, RIC, AIEM…, que son a buen seguro importantes, pero su mal funcionamiento es el síntoma, no la enfermedad. De nada sirve decir que tal o cual instrumento se debe reformar o aplicar si no entramos en el fondo del asunto, que no es otro que la estructura de dependencia impuesta en Canarias hace siglos y aún hoy vigente. Cuando un país importa el 92% de sus alimentos, no vale decir que se ha de “equilibrar el apoyo a las producciones regionales y la subvención a las importaciones”. Lo que hace falta no es equilibrio. Lo que hace falta es una transformación profunda de la estructura de dependencia, que es la que tiene al archipiélago sumido en el subdesarrollo. Sorprende que una formación como Podemos, que se pretende rupturista, invoque equilibrio y no ruptura con el sistema impuesto, más en un tema que pone en jaque nuestra propia supervivencia.

Y es que se diría que Podemos Gran Canaria mira a Canarias desde fuera, analiza las islas no desde las propias islas, sino situándose en unas coordenadas totalmente ajenas. Canarias como objeto, no como sujeto. Es muy revelador que no se cuestione, no se matice siquiera la consideración de Canarias como RUP, poniendo el centro de la reflexión fuera de las islas e incidiendo así en la tramposa dialéctica del centro y la periferia, tan dañina para nosotros y tan ventajosa para quien se autoproclama centro. O que en un asunto tan capital para cualquier archipiélago como es el transporte se limiten a pedir que se mantengan las subvenciones y que se exima a las obras de arte del pago de arbitrios. El carácter estratégico del transporte, la movilidad interinsular, la vertebración y articulación eficaz del país, la importancia de las conexiones con el exterior, o las competencias en aeropuertos no figuran por ningún sitio. Por si fuera poco, presentan el REF como “la actualización del régimen establecido en las islas tras la conquista castellana de acuerdo con las especificidades canarias”. Como si lo que implantó la conquista castellana no fuera un régimen de explotación colonial del que se beneficiaron estamentos muy reducidos y concretos (la “casta”, nuevamente) explotando al resto. El propio texto de Podemos añade después que “se ha desvirtuado al convertirse las grandes empresas en las beneficiarias casi exclusivas del REF a costa de los intereses de la población, que quedó marginada”. ¿Y no será que el objetivo del “régimen establecido” en Canarias no fue nunca la redistribución equitativa de la riqueza, ni siquiera con su “actualización” siglos después al REF?

No quiero cansarlos. Hay propuestas con las que coincido (reivindicación de Canarias como plataforma de paz, contra la tremenda militarización; en el rechazo a las prospecciones petrolíferas; fomento de las energías limpias como alternativa de desarrollo; titularidad pública del agua), pero en general el análisis que de Canarias traza Podemos me parece decepcionantemente superficial, descentrado y, en contra de su propio ideario, continuista. Además, orilla temas clave como la extrema situación social, la presión demográfica o la soberanía en su sentido más amplio.

A Pablo Iglesias no le dolieron prendas cuando dijo aquello de “no queremos ser una colonia de Alemania” o “nuestros pueblos no son menores de edad ni colonias de ningún fondo de inversiones”. Canarias tampoco quiere tutelas, ni quiere seguir siendo colonia de nadie. Pero para dejar de serlo, lo primero es empezar a llamar las cosas por su nombre. Nunca es tarde.

 

(*)

Iván SuomiIván Suomi nació en Gran Canaria y se crió entre el barrio capitalino de La Isleta y el pueblo de Las Lagunetas, en el municipio de San Mateo. Ha estudiado y residido en varios países europeos, con estancias más o menos largas en Finlandia, Alemania y Bélgica. Interesado en todo lo que conforma la visión e interpretación canaria del mundo y apasionado de las actividades en naturaleza. De esos que no destacan en la parranda, pero que siempre están.

 

Fuente y comentarios: tamaimos.com