¡Lo
que no se quiere asumir y siguen tapando!
Isidro
Santana León
Con
el presente quiero darle un toque de atención a los grupos ecologistas canarios
y demás colectivos sociales sensibilizados con el medio ambiente y contra las
prospecciones petrolíferas. Tengo la obligación de señalarles porque, si bien
abanderan o son parte importante de la lucha por la defensa del medio ambiente y
contra las prospecciones, soslayan que en Canarias el problema de raíz
(quisiera saber por qué, espero una declaración coherente de su parte), está
originado por nuestra condición colonial. Yo les emplazo a que se posicionen en
una lucha soberanista y no sólo medioambientalista, porque no se puede seguir
poniendo tiritas a las supuraciones de un cáncer dañino que tenemos en
Canarias (el colonialismo español), ya que cuando se va poniendo un parche
sobre una de sus llagas, inesperadamente empieza a supurar podredumbre por otra
donde el problema se hace interminable, conociéndose que la solución está en
extirpar o cortar.
Además de las alegaciones que hacen en contra de los atentados a
nuestro medio ambiente, nuestro paisaje y nuestra calidad de vida, sobresale la
reivindicación de peligrar nuestra economía turística. Hay una contradicción
de facto en todo esto, que debieran reflexionar. El turismo, y si analizamos la
historia de la economía de nuestra nación, ha sido el último monocultivo con
el que se nos ha creado una política de dependencia más, igual que los fueron:
la caña, la vid, la cochinilla, el tomate, el plátano etc[1].
Si ha existido una actividad dañina para el medio ambiente y la economía de
Canarias ha sido precisamente el sector turístico, ya que se emprendió de
forma especulativa, sin una planificación razonable ni respetuosa con el medio.
Éste, además de no dejar sino un 10% de las rentas en nuestra nación, ha
destrozado, no sólo el paisaje, sino que ha desplazado las pequeñas
actividades de autoabastecimiento de nuestro pueblo, que daban vida y salida a
muchas familias canarias, arrastrando con ello por costumbres y tradiciones
ancestrales ya extintas.
La
cuestión radica en que, dado el estatus colonial que padecemos hace más de 500
años, la Metróloli y su política rapiñera, con la anuencia y complicidad de
sus esbirros de la colonia, han impedido toda posibilidad de desarrollo para
hacernos depender absolutamente del exterior (negándose la diversificación de
nuestros sectores productivos, donde debe entrar las energías limpias por ser
potencialidades reales de nuestro clima) y, en este sentido, más, en contra de
los intereses de los canarios, seguir viviendo de las concesiones del REF y de
la evasión fiscal mediante la RIC –herramientas coloniales que sólo han
servido para beneficiar a las castas caciquiles canarias donde el nepotismo ha
sido el procedimiento más arraigado–, todo a cambio de tener sujeta a nuestra
nación y convertida su prostíbulo ultramarino, como es notorio.
Todo en una colonia es una concatenación de acontecimientos
nefastos que se hacen contra la voluntad o por la ignorancia de nuestro pueblo.
Mientras estamos luchando en contra de las prospecciones, en Fuerteventura y en
el campo de Pájara, se están llevando a cabo una serie de maniobras militares
de la OTAN entre EE.UU, Reino Unido y España: ésta es una señal inequívoca
de que no podemos seguir parcheando la situación…[2]
¿qué viene detrás del asunto del petróleo, hacer de Canarias una plataforma
militar para entrar en África, propiciar guerras de tribus y saquear sus
recursos? ¿Cómo se contiene tanto frente de agresión abierto contra Canarias?
Pues sí, compatriotas, esa es una agresión más al medio ambiente y una
utilización de nuestra tierra como centro logístico militar. Por esto y por
mucho más, hago un llamamiento a los ecologistas canarios, asociaciones,
colectivos y a los canarios en general, para que se sitúen en el epicentro del
problema, y que entiendan que sólo cortando con España, convirtiéndonos en un
Estado archipielágico, podremos solucionar de una vez por todas esta anacrónica
situación colonial. Sí, extirpando el cáncer; pues, una célula maligna,
“centinela”, se ha saltado su núcleo y jurisdicción marítima unos
No
podemos seguir engañándonos y menos a nuestro pueblo, poniendo una excusa o un
parche ante cada agresión del colonialismo español, ya que la solución es la
Soberanía Nacional de Canarias. Deben ustedes ser más rigurosos y enseñarle
a nuestro pueblo cuál es la raíz de todos nuestros problemas: ¿no se declaran
abiertamente a favor de la independencia de otras naciones…, por qué para la
nuestra no? No nos engañemos diciendo: “pobre de nosotros que si sacan el
petróleo nos rompen el monocultivo dependentista del turismo”. Ahora es el
momento imperioso de explicarle al pueblo canario cuál es nuestra situación
real y la forma de solucionarla: llevando el problema al marco de la legalidad
internacional y pedir nuestro legítimo derecho a convertirnos en un Estado
archipielágico, ya que España viola flagrantemente en Canarias esa legalidad,
que ha aceptado en la Naciones Unidas para poder ser miembro. Para ello, estos
que dicen ser nuestros representantes políticos y que también se arrogan la
sensibilidad popular para réditos electorales, que demuestren su patriotismo y
honradez caminando ya por esa senda, y si ellos no se atreven, por cobardía o
porque sus intereses particulares están en juego, que sea el pueblo canario
quien empecemos a trabajar en dicotomía a esos llamados representantes,
continuando con nuestras reivindicaciones pacíficas en la calle (y digo pacífica,
que no quiere decir masoquista, y así que algunos entiendan), para que el mundo
nos escuche y sepa de nuestro legítimo derecho a ser un Estado independiente;
aparcando por lo pronto nuestras diferencias y la atomización de los
independentistas canarios, ya que el cáncer no espera por nuestra convergencia,
sino que camina de forma galopante.
Debemos
urgentemente convertirnos en un Estado archipielágico, por ser el único
estatus natural que nos dota de competencias absolutas sobre el mar (la
delimitación de nuestras aguas con los Estados fronterizos), la tierra, el
espacio aéreo, los fondos abisales etc. Sólo alcanzando la soberanía, los
canarios podremos decidir en los temas que respectan a nuestra nación, porque
cualquier injerencia extranjera supondría conflictividad internacional, ya que
la soberanía de los Estados independientes es inviolable. Debemos darle a este
asunto la rigurosidad que requiere, si de verdad queremos una nación libre,
donde los canarios podamos decidir, dirigir y construir nuestro Estado, y
así dejarle preparado un futuro digno y de compromiso a las venideras
generaciones. No tenemos nada en contra de ningún pueblo del mundo, ni si
quiera del pueblo español, pero España, como estructura colonialista o como
S.A., impide a los canarios que seamos los artífices de nuestro destino y nos
convierten en sus siervos. No lo vamos a permitir mucho tiempo más. El
colonialismo es contrario a la Carta de las Naciones Unidas y a la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. ¡La acción logrará la unidad! ¡Todos
a la calle!
16/06/14
[2]
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