La hora de los
nacionalismos (y II)
Juan Jesús Ayala *
[Cuando el bipartidismo aparece no desparecen los
nacionalismos; más aun, están presentes con pujanza y desafiantes antes las
ínfulas recentralizadoras del PP para decidir cuál es
su destino como pueblos.]
La
creatividad nacionalista en nuestro escenario canario pasa ineludiblemente por
desarrollar el entendimiento político con el territorio. Como así se lo han
impuesto durante siglos catalanes y vascos, por ejemplo. Primero y antes que
nada la nación. Para ello necesitaron el concurso de todas las organizaciones
nacionalistas que fijaron ese objetivo y lo lograron. En Canarias, una vez que
el nacionalismo ha entrado en una fase de madurez, pero que aun se necesita de
un crecimiento adecuado, hay que pegar ya el estirón para que el cuerpo
ideológico de los nacionalistas vaya y se conduzca por el mismo camino. No debe
ser que se ande en la trapisonda, que si unos son de derechas, otros de
izquierda y los de más allá de centro. Eso es una torpeza, ya que se piensa y
se tiene más en cuenta el personalismo, la pugna por el liderazgo dentro de las
organizaciones más que un concepto amplio de Canarias como nación. Es imposible
lograr un objetivo cual debe ser, y no nos cansamos de decirlo, la construcción
nacional de este pueblo si no tenemos un mismo lenguaje, unas idénticas
actitudes con el territorio, que es ni más ni menos que respetarlo,
dignificarlo por encima de cualquier consideración que lo ponga en la tesitura
de la derrota conceptual y política
Cuando
el bipartidismo aparece no desparecen los nacionalismos; más aun, están
presentes con pujanza y desafiantes antes las ínfulas recentralizadoras
del PP para decidir cuál es su destino como pueblos. Tanto vascos como
catalanes exigen la máxima dignidad para sus territorios exigiendo sus
prerrogativas emancipatorias y el no al tutelaje. Por
eso mandan, por eso se les respeta y por eso también son fuertes; porque han
formado un cuerpo compacto entre política y territorio, mientras a nosotros se
nos va el tiempo en un debate ajeno al territorio considerado como pueblo, como
nación a construir
El
nacionalismo canario tiene futuro si se le sabe encontrar, y para ello hay que
dejar atrás guerritas internas y capillitas de esta o aquella adoración, porque
si no nos reinventamos desde dentro, desde nuestra identidad como
nacionalistas, seguiremos perdiendo comba y con el paso cambiado. Este tiempo
de emergencia social y económica no impide a otros pueblos que hoy están dentro
del Estado español exigir consecuentemente la independencia de sus territorios.
Y sucede así porque el territorio, desde su más amplia conceptualización, ha
estado siempre presente y por encima de personalismos que atrapan y hacen
retroceder. Seguramente, con nuestras especificidades e historia diferente, si
logramos tener claro y sin ambages qué es la ideología nacionalista, en estos
momentos en que el bipartidismo ha fenecido, comenzará el resurgimiento, desde
la unidad, del nacionalismo canario con lo cual la oportunidad histórica no
puede ser más motivadora para que esto se produzca.
* Presidente
insular y vicepresidente nacional del Partido Nacionalista Canario
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