La hora de los nacionalismos (I)

 

Juan Jesús Ayala

Nunca como ahora, si se sigue manteniendo la tendencia del voto, los nacionalismos dentro del escenario político estatal tendrán capacidad para decidir quienes gobernarán en el Estado. Según una reciente encuesta de solvencia, se ha llegado al momento, y seguro se mantendrá en el tiempo hasta el 2015, en el que el bipartidismo se ha roto. Tanto el PP como el PSOE, que han decaído en intención de voto y casi están a la par, no tendrán otra opción que recurrir al concurso de los nacionalistas si pretenden formar gobierno. Años atrás fue CiU quien prestó apoyos a gobiernos de Felipe González, lo que le valió a Cataluña obtener prebendas y refuerzos en su estructura y consolidación como territorio mediante diversas competencias que le fueron transferidas, como una ley de costas propia de la que Canarias carece, con todos los inconvenientes que esto ocasiona y que podrían resolverse de tenerla, y no estar manejados desde otras latitudes donde no comprenden o no quieren comprender la realidad histórica, étnica y cultural de las Islas

Si los nacionalistas, y en este caso me refiero a las organizaciones nacionalistas, tuviesen poder suficiente traducido en un número de diputados mas allá de los 6 necesarios para contribuir o apoyar un gobierno central, Canarias se fortalecería con las transferencias que en el momento oportuno se solicitasen. Con una presencia fuerte en Madrid, muchos de los contratiempos políticos y sociales que se están padeciendo no existirían. Es de una actualidad rabiosa, y sobre la cual se está debatiendo, la cuestión del petróleo, donde ni se oye ni hace caso a una gran mayoría de la sociedad canaria respecto a las prospecciones que se quieren realizar y que afectan a nuestro territorio en todo aquello que hipoteque el medio ambiente y lamine los recursos de los que se dispone para sobrevivir, entre ellos el turismo. En este asunto, si se tuviera poder allí, en el cogollo de la Moncloa, seguro que otro gallo cantaría. Además, todos los asuntos pendientes, tales como la deuda histórica de la sanidad, los desajustes sangrantes del REF, el mal convenio de carreteras, dejando obras atrás y aumentando la sangría del paro, la tacañería con las desaladoras de Fuerteventura y Lanzarote, las tomaduras de pelo de AENA con unas tasas desorbitadas que dificultan la llegada del turismo, la negativa a propuestas del gobierno y cabildos de ampliación de horarios..., todo esto y mucho más si se tuviera poder donde se cuecen las habas se solucionaría.

En estos de apreturas económicas es cuando hay que agilizar las ideas, ser creativos políticamente y poner en rodaje propuestas que puedan aun ir más allá de lo cercano.

* Presidente insular y vicepresidente nacional del PNC