¿Fracturas
en la izquierda…?
Isidro
Santana León
¿En qué
izquierda, señor Enrique Bethencour?[1], ¿en esa que igual que la
derechona sus cúpulas han participado de la
corrupción y en llevar al pueblo al sometimiento fascista existente? ¿De qué
tiene miedo, de que el pueblo llegue al poder?... De él emana la soberanía que
le han arrebatado los mercados y sus servidores, los políticos elegidos por la
plebe, que han traicionado el arriba mencionado principio constitucional y a
los que usted defiende con uñas, dientes, mentiras y, sobre todo, con mucha
lealtad. [2]
No se preocupe, los trepas y chaqueteros como usted se
saben buscar bien la vida si cambia el sistema, poniéndose al servicio del
triunfador: eso es un arte innato de muchos humanos, desgraciadamente. Usted no
ha expresado, sin ambigüedades, su oposición al movimiento, usted, cual
vividor, ha declarado su posición al lado de quien le echa el pienso. Siga con
la cabeza en el pesebre, hombre, es normal que meta cizaña, desorientación y
manipulación informativa, para eso le pagan. Lo que no le cree nadie, porque la
gente del vulgo no es tan necia como parece, es que le llame izquierda a esos
partidos que cuando deben estar cerca del pueblo se posicionan en columna junto
al podrido sistema monárquico, herencia y transferencia de un tirano llamado
Franco, régimen en descomposición al que usted se aferra y se empecina en
llamarle democrático: si la democracia es un sistema político la han reducido a
un simple procedimiento electoral. La historia le pondrá donde se merece, no se
preocupe, Franco, Hitler, Mussolini, Stalin, Pinoché
etc., también son parte de la historia negra de la humanidad pero, en lo que a
usted se refiere, no creo que aparezca ni en las viñetas de los cómic porque no
da la talla. El manifiesto no se modifica, ¡manipulador!, sé por donde va: el
manifiesto se enriquece con las nuevas demandas que aporta el pueblo estafado
por la laya política, financiera y hasta intelectual. Como verá, éste al menos
se fragua a luz, donde los ciudadanos pueden participar en el tipo de régimen y
el futuro que desean, y no como aquella reforma política de los años 70, en la
que, de forma subrepticia, a espaldas del pueblo, se arreglaron los franquistas,
los socialistas y otros llamados comunistas, para endosarle al pueblo esta
farsa. Si es por lo que usted manifiesta sobre un importante dirigente de
Izquierda Unida, que ha apoyado al movimiento, de seguir así esta podredumbre
fascista no solo le exigirán que entregue el acta de diputado sino que le
llevarán al paredón…, parece que empiezan a gustarle los métodos siniestros de
épocas anteriores y diría yo que en un futuro piensa reivindicarlos. ¿Por qué
no alega que le quiten el acta de diputado a los corruptos que están en el
parlamento blindados con el aforamiento –magno privilegio para delinquir impunemente– en vez de censurar a los librepensadores y a
algunos diputados honestos, que también los hay, por apoyar al 25S?
Esos corruptos con escaño si que no representan a la
mayoría de la sociedad española –y menos a la colonia, por los motivos que ya sabemos– pues no cumplen con los mandatos de la
constitución que juraron acatar; porque son privilegiados ante la ley; porque
se enriquecen ilícitamente con el dinero de los productores; porque vendieron
al capitalismo la representación soberana que decían defender; porque a
espaldas del pueblo han firmado pactos para la guerra y destrucción de los
seres humanos; porque mienten y porque un pueblo con dignidad no se merece que
semejante morralla les dirija ni represente.
Por otra parte instrumentaliza el discurso, achacando
que la plaga bíblica que mata a las personas es la crisis económica, pues yo me
pregunto: “¿Quiénes son los que están en crisis…? ¿Qué
Dios tan despiadado ha mandado sobre los humanos tal perverso castigo… Pluto?… ¿con la devoción y aquiescencia de los profetas del
parlamento mundanal?” No sólo del PP, señor Enrique Bethencour,
también el PSOE y otros grupos parlamentarios como los esbirros de CC, también
los sindicatos del sistema. Todos, desde hace años han venido conformando el
camino al enriquecimiento desmedido de los grupos de presión, a cambio de
potenciarles poltronas –así es la democracia–,
desmantelando las conquistas sociales y políticas de los trabajadores y la
sociedad; sí, despejando el camino de retorno a la esclavitud y el rendimiento
de la voluntad, la crítica y el pensamiento del pueblo. No sé si continúa el
cuadro del Ché sobre la cabecera de su catre o lo ha cambiado por una foto de
Mario Conde. En fin, no haré más alusiones a sus ataques contra el movimiento
25S, entiendo que es su trabajo, además para no darle a usted más importancia
de la que se merece. De todas formas, el aprecio personal que le tengo –se deja
usted querer entre familia–, no lo voy a cambiar por
el desprecio ideológico que no menos le debo. En algunos momentos, otrora,
llegamos a hablar del futuro, de la justicia y erre que erre, y ya ve usted, el
que escribe sigue pensando de la misma forma que antaño y a usted las
vicisitudes del destino le han hecho retractarse de aquellos pensamientos
revolucionarios. Lo que faltaba es que tampoco fuera feliz porque no se han
cumplido sus sueños megalómanos, pues su cara no exterioriza ni paz interior ni
paz para el exterior.
¡Hasta siempre, excompatriota!
Otros artículos de Isidro Santana León publicados en El
Guanche y en El Canario