EL
MAR CANARIO
Rukaden
Ait Anaga
La verdad es que no
estoy muy al tanto de las disquisiciones sobre Derecho Internacional que le son
aplicables al Archipiélago Canario, aunque sí sé que muchos Canarios hablan
“de Archipiélago Oceánico” en referencia a Canarias, algo que nos limita a
la hora de tener claro que tenemos que reclamar, porque al calificar a sí a
nuestras islas, nos encasillamos en definiciones y características que no nos
corresponden y por lo tanto resultan, al final, un callejón sin salida y sin
solución viable y justa.
Se considera
oficialmente a nuestras islas como Islas Oceánicas:
“...Islas Oceánicas
son porciones de Terreno enteramente de origen volcánico, de superficie menor a
200. 000 Km2- kilómetros cuadrados- (Islandia, Hokkaido...), que emergen,
normalmente en entornos batimétricos profundos (A veces a varios miles de
metros); Son el único tipo de islas ex novo y actúan por tanto como verdaderos
«eriales» para la biota terrestre, que tiene que llegar necesariamente de un
continente u otra isla cercana y colonizar un espacio auténticamente virginal,
definido por la sola existencia de la gea (Vida) emergida; Por esta razón, su
poblamiento plantea el problema de la arribada y posterior colonización por
parte de las plantas terrestres y seres humanos, pues sin duda su primer
poblamiento es marino; No contiene mamíferos, salvo aquellos transportados por
el hombre.
En este contexto genético,
las Islas Canarias pertenecen a las oceánicas, aunque con tres particularidades
llamativas: que están demasiado próximas a un espacio continental,
que son de reducido tamaño, y que no se ha encontrado una explicación
convincente
a la escasa relación genética del conjunto archipielágico con la tectónica
de fricción
de placas continentales africanas y atlántica...”
Pero en esta descripción
que se aplica a Canarias, no cabría la existencia de Fósiles
marinos[1] en elevaciones sobre el nivel del mar, pues ello nos situaría ante
terrenos elevados desde el fondo marino por levantamientos, y no de edificios
construidos por erupciones volcánicas submarinas y extra marinas. Otras
descripciones de Isla
son:
- Las sedimentarias están
constituidas por porciones de reducida superficie de terrenos sedimentarios,
aisladas por la erosión marina o fluvial y de origen reciente (Pocos miles de años
a lo sumo), ligadas a la dinámica deltaica o litoral, pero plenamente
integrables en las zonas continentales de las que se desgajan.
- Las islas glacioeutáticas
están formadas por porciones litorales de terrenos continentales aisladas
recientemente por las oscilaciones cuaternarias del nivel del mar (Menos de 20.
000 años): Su biota se encuentra poco diferenciada respecto al continente
debido al escaso tiempo de su aislamiento (Tasmania, Java o Gran Bretaña son
algunos ejemplos).
- Las islas tectónicas
se han originado debido al dinamismo de la corteza terrestre; Tienen un origen
antiguo (Entre 180 y 30 millones de años) y, en los términos biológicos, se
comportan como «balsas a la deriva» que transportan una antiquísima biota
antigua (Marsupiales, por ejemplo), como Madagascar, Seychelles o Australia.
Como puede apreciarse,
no hace falta ser geólogo para darse cuenta de que la definición que describe
sin “particularidades llamativas” a nuestro Archipiélago Canario es la de
Archipiélago Tectónico nacido de la Placa Africana en su interacción con la
Placa Atlántica[2]. Como ejemplo de la antigüedad y convulsiones geológicas,
como ya apuntaba antes, la existencia de fósiles marinos en las Islas[1], teniendo
en cuenta el tiempo que debe transcurrir para que se produzca el proceso de
fosilización, desbarataría cualquier teoría sobre la denominación de Archipiélago
Oceánico. A este respecto, en HISTORIA DE LAS ISLAS CANARIAS (EDICIÓN
ILUSTRADA) de A. J. Benítez, encontramos algunas referencias a lugares de las
Islas donde existen fósiles marinos, lo que demuestra que existió una elevación
de los fondos marinos.
Confirmados
recientemente por modernas investigaciones que, todo hay que decir, no existe el
menor interés por investigar, pueden ser- decía- discutidos. Sin embargo, si
hay acontecimientos modernos en el campo de la Paleontología, que por sí solos
vienen a dar visos de realidad a lo recogido en el citado libro sin más, y que
evidenciaría la existencia de fósiles en Canarias y terrenos, como mínimo
terciarios, lo que confirmaría la acertada definición para nuestra Patria
Canaria de Archipiélago Tectónico.
Una de las características
de Isla Oceánica es que “No contiene mamíferos, salvo aquellos transportados
por el hombre,” y aquí conviene ver un interesante extracto de la Bibliografía
de un conocido canario, D. Telesforo Bravo, con una aportación paleontológica
crucial: “Las ratas gigantes de Tenerife”. La rata gigante de Tenerife es
otra especie fósil cuyo hallazgo se debe a Telesforo Bravo. Entre los restos
que encuentra el investigador portuense en Martiánez en 1936 y que terminan en
poder de Mertens, se hallan algunos del roedor. Esta circunstancia es mencionada
por aquel en su trabajo sobre Gallotia goliath, pero finalmente sus fragmentos
no llegan nunca a ser estudiados y se pierden como consecuencia de la II Guerra
Mundial. Posteriormente Bravo dona un cráneo de esta especie fósil al Museo
Canario y de ello
tiene conocimiento, a través de Francisco Hernández-Pacheco, el investigador
suizo Frederick E. Zeuner profesor de la Universidad de Londres y miembro del
Instituto Británico de Arqueología. Éste viaja a Canarias durante los meses
de julio y agosto de 1957 y durante su estancia Bravo le acompaña en muchas de
sus excursiones y le encomienda el estudio de la rata, ofreciéndole restos de
varios ejemplares e información sobre los yacimientos.
En 1963 en el V
Congreso Panafricano de Prehistoria y de Estudio del Cuaternario organizado por
Luis Diego Cuscoy y en el que Telesforo colabora muy activamente, Zeuner que aún
no ha estudiado del todo la nueva especie, presenta una comunicación oral
preliminar que se llama “The first fosil mammal from the Canary Islands” (El
primer fósil de mamífero de las Islas Canarias) El Doctor suizo promete antes
de partir enviar los textos para su publicación en las actas del congreso, pero
fallece repentinamente tras su regreso a la capital británica. Entonces se
intenta recurrir a las cintas, estando la de la rata incompleta. Para completar
lo expuesto se acude a Bravo que añade un texto denominado “The beds of fosil
rats in the Canary Islands” (Los yacimientos de ratas fósiles en las Islas
Canarias) donde describe diferentes yacimientos con restos de ratas en Martiánez,
Bajamar, Costa de Anaga, Güímar, Montaña de Guaza (Arona) y Callao de Fañabé
(Adeje)....” También alguna especie de murciélago autóctono hay (Mamífero)
En efecto, se trata de
una Especie que vivió en Canarias en la Era Terciaria. Pero no acaba aquí la
cosa, pues son relativamente frecuentes los hallazgos de otros fósiles, esta
vez huevos; Huevos de ave gigante. El Ratites es un ave gigante que no podía
volar, y que vivió en el terciario, lo mismo que nuestra rata gigante, por
tanto no pudo pasar ni volando, ni nadando, sino caminando desde el Continente
Africano a, en este caso, Lanzarote, pues no es un único caso del que hablamos,
sino de varios encontrados cerca del litoral, enterrados en el suelo, prueba de
que hubo una importante colonia de dichos animales por aquella zona en los
remotos tiempos de la Era Terciaria, hace al menos 6 millones de años. Esto
puede confirmar la teoría no solo de que en un remoto pasado Lanzarote y
Fuerteventura estuviesen unidas por lo que hoy se conoce como “Estrecho de la
Bocaina”, sino de que estuvieron unidas al Continente Africano.
En definitiva, al
margen de lo que diga el “derecho internacional, los funcionarios científicos
subvencionados del estado español y sus cipayos criollos, nuestra Patria
Canaria es un Archipiélago tectónico africano, por lo que se debe tener en
cuenta esta característica para clasificarnos dentro de la normativa
internacional.
Por otro lado, no
podemos seguir cayendo en el grave error de usar el mismo tipo de lenguaje y
basar nuestro discurso en el argumentario del colonialismo, sino rebatirlo,
tanto en este tema como en otros; Me produce sarpullido, por no decir otra cosa,
oír a hermanas/ os y o compañeras/ os, que todavía andan dándole vueltas a
viejas y artificiales teorías sobre la leyenda de los lenguas cortadas, la
purpura romana o las salazones púnicas[3], elaboradas para justificar la españolidad
de las islas y su adscripción al mundo grecolatino y no al Mazigio. Próximamente
hará público un resumen sobre esto de la purpura y demás. Debo confesar que
cuando salió la noticia sobre Lobos y el supuesto yacimiento romano, comencé a
investigar que eran el garo, las salazones de pescado y la purpura, harto de que
cualquiera me señalara un charco cualquiera y me lo presentara como prueba
indiscutible de nuestro pasado latino. Tras casi 500 mebayts de información técnica
(Documentos, fotos, grabaciones de sonido, etc.), fuentes de la historiografía
clásica incluidas, no he encontrado ningún elemento probatorio real e
indiscutible que pruebe ni siquiera que aquí se establecieran ni cartagineses
ni romanos, y que las diferentes oleadas poblacionales que llegaron a nuestras
islas, lo hicieron por medios propios o al menos sin el concurso oficial de
Cartago o Roma.
Debemos no solo pensar
por nosotros mismos, sino argumentar con nuestros propios argumentos sin las
muletas trucadas del enemigo común. Pregunto a quien de esto sepa más que yo,
¿Cambia algo nuestra situación, nuestros derechos, etc. con el cambio de
definición o consideración de nuestras islas?
[1] Fósiles de vertebrados gigantes en Canarias
Junio
de 2014.
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