Sobre el concepto de "colonia" y
"colonialismo" (II)
Jorge
Ancor Dorta *
El
colonialismo es la influencia o la dominación de un país por otro más poderoso.
Esta dominación puede ser de forma violenta, a través de una invasión militar,
o sutil -sin que intervenga la fuerza- mediante la dominación política,
informativa, económica, intelectual y/o cultural.
La explotación colonial extrae recursos que exportar, asegura un mercado
cautivo para los productos y empresas del colonizador y explota la mano de
obra. Los colonizadores asumen la administración y dirección y se aseguran la
posesión de la tierra, pero dependen de los indígenas para el trabajo. Los
recursos pueden ser entendidos en forma amplia, turismo, gas y petróleo,
tierra, contratos de construcción, de servicios básicos como agua, luz,
recogida de basuras, etc…, en suma, roba oportunidades de desarrollo.
Tenemos que ser consciente que por encima
de los mercados están los parlamentos y los tribunales que son los que
establecen las “reglas de juego”. Por ello, la explotación colonial se puede
ejercer también de una forma mucho más sutil a través de las regulaciones y el
control de aquellas actividades transversales que puedan actuar como cuellos de
botella, como las finanzas o la actividad de transporte que estudiaremos en el
siguiente articulo de esta serie. De esta forma se elimina la competencia y se
controla la economía, asegurándose un mercado de consumidores cautivos para sus
productos y empresas a través de la Captura del Estado, el clientelismo
político y la corrupción.
Históricamente, el ambiente sociopolítico asociado al sistema colonial -la
dominación de países colonizados, en donde sus economías son muy vulnerables al
depender por un número pequeño de materias primas o sectores[1] -ha sido particularmente proclive a la
creación de sistemas de clientelismo político, de secuestro del Estado y de
cleptocracias.
Todo esto es la base del neocolonialismo y de la “infraestructura de dependencia”
de los que hablaremos más adelante.
[1] Un aspecto poco entendido por el público,
es que es precisamente la propia acción del (neo)colonialismo es lo que
desequilibra las economías locales generando un círculo vicioso de graves
consecuencias económicas, ecológicas y sociales.
Anterior:
Fuente: Mencey Macro.blogspot.com
Otros artículos de Jorge Ancor Dorta,
reproducidos en El Canario