La preocupación existente por las cabras guaniles,
contrasta con el olvido en el que se encuentran la ganadería canaria y especies
como el cuervo canario.
[…No
me gusta la forma en que la Unión Europea “compra” permanentemente con sus
subvenciones al Archipiélago. Subvenciones para el plátano, subvenciones para
el tomate…, mientras a cambio se encargan de impedir el desarrollo de la
producción agraria local para reducir la dependencia exterior, tanto en las
importaciones como en las exportaciones. ¿Por qué no subvencionan a la
agricultura en general, y no sólo al plátano y al tomate, para tratar de
alcanzar así mayores cotas de soberanía alimentaria?...]
Andan algunos un poco convulsos y molestos por el tema de la
eliminación de las cabras guaniles en Güigüi, Gran Canaria. Pongamos primero
las cosas en su contexto. En el año 2013 se presentaba por el Cabildo de la
Isla, el proyecto LIFE + Guguy, financiado por la Unión Europea, por el que se
pretendía recuperar a las especies endémicas de flora pertenecientes al género
Juniperus, las cuales más concretamente son el cedro canario (Juniperus cedrus
ssp. cedrus) y la sabina canaria (Juniperus turbinata ssp. canariensis), así
como a los bosques de brezos macaronésicos (Erica arbórea) y de pinos canarios
(Pinus canariensis) en la zona de esta bella Reserva Natural Especial. No me
gusta la forma en que la Unión Europea “compra” permanentemente con sus
subvenciones al Archipiélago. Subvenciones para el plátano, subvenciones para
el tomate…, mientras a cambio se encargan de impedir el desarrollo de la
producción agraria local para reducir la dependencia exterior, tanto en las
importaciones como en las exportaciones. ¿Por qué no subvencionan a la
agricultura en general, y no sólo al plátano y al tomate, para tratar de
alcanzar así mayores cotas de soberanía alimentaria?
Discusiones sobre
subvenciones aparte, tengo que decir que, a pesar de esto, la recuperación de
los ecosistemas de Juniperus así como de otras especies canarias, es algo básico
si queremos que la isla vuelva a tener, al menos en parte, la biodiversidad y
los bosques con los que contaba antaño, antes de la Conquista Castellana. Este
proyecto, no sólo supone un importante avance en la preservación de este tipo
de hábitats, sino que también se avanza en la lucha contra la desertificación,
el cambio climático, la erosión y la desaparición del nivel freático de
agua, tan castigado por la sobreexplotación para el riego de campos de golf y
de cierta fruta que no quiero volver a nombrar. Sin embargo, estas repoblaciones
se han encontrado con la salvedad de que existen en estos riscos de Güigüi o
Guguy especies de cabras guaniles canarias, cabras que tienen una importancia
etnográfica, cultural y genética que nadie pone en duda. Pero una cosa debemos
tener clara: si queremos recuperar ecosistemas endémicos no podemos tener a
cabras abandonadas en el campo, que obviamente, se comen a las nuevas especies
plantadas. Tenemos que sacarlas de la zona o eliminarlas. El Cabildo de Gran
Canaria se ha encontrado con la dificultad de la orografía del lugar, muy
escarpada, haciendo prácticamente imposible recoger mediante las apañadas a
los cientos de cabras salvajes que andan a sus aires.
Según palabras de
Juan Manuel Brito, consejero de Medio Ambiente del Cabildo, “tenemos que
destacar que la utilización de otros métodos de erradicación de estos
animales o las apañadas no han surtido efecto, se han hecho 20 salidas y se han
capturado sólo a 17 cabras”. Vista la poca efectividad y el gran número de
cabras, no han tenido más remedio que echar mano de escopetas y rifles. Y se
armó. Han saltado toda una serie de defensores de los animales, de defensores
de la cultura y etnografía canaria, y de, curiosamente, defensores de la
ganadería canaria. El más conocido por sus salidas de tono es el Padre Báez.
Fernando ha mandado una carta a la Dirección General de Agricultura y
Desarrollo Rural de la Unión Europea quejándose del exterminio. Sin embargo,
confundió roscas con millo, pues los encargados del proyecto LIFE pertenecen al
área de Medio Ambiente. Este mismo hombre defiende acabar con todos los pinares
(los canarios también), de las islas para plantar nogales, castañeros, perales
y cualquier árbol frutal, eso sí, foráneo. Hasta aquí la exposición y la
puesta en contexto.
A todo esto, tengo
que decir que cada vez tengo menos fe en nuestro país insular. No porque el
territorio geográfico como tal esté incapacitado, sino por su gente. Lo
primero que tenemos que entender es que, o recuperamos la masa forestal de la
isla, o al ritmo de consumo que llevamos, tendremos que desalar toda el agua que
usamos en unas décadas, lo que se traduce en más petróleo… o gas (pregúntenle
a Soria o a Ricardo Melchior que ellos saben mejor que yo). Por otro lado,
parece que ahora esta gente se preocupa por la Ganadería de Canarias, la cual
anda en el más absoluto abandono, y sólo unos pocos se atreven a seguir con
nuestra actividad más antigua. La Agricultura y la Ganadería se han ido
desmantelando progresivamente y todos lo hemos visto ante nuestros ojos. ¿Qué
hemos hecho? No he visto armar ningún jaleo por la recuperación de nuestros
bancales para la actividad agrícola ni por recuperar la cabaña ganadera
canaria, ni tampoco he visto en la televisión a verdaderos expertos y catedráticos
que han investigado sobre este tema, y a los que sin embargo se les silencia en
favor de otros con un más que dudoso conocimiento.
Otro despropósito
es que la gente confunda cabaña ganadera (cabras controladas por el pastor o
pastores) con cabras salvajes, las cuales no tienen ningún control y por tanto,
pueden ser perjudiciales para la recuperación de ecosistemas vegetales. Este es
el caso de las cabras guaniles de Güigüi, que están abandonadas, pues allí
ya no pastorea ni dios. Obviamente, estoy totalmente a favor de que se preserve
a una raza de animal única en el mundo, que es capaz de ofrecer una gran
cantidad de leche, con una calidad inmejorable. Mi tía Anita proviene de esas
viejitas que adoran su tierra y sus costumbres. Siempre se dedicó a criar a
estas cabras y a elaborar queso, y cuando una se le escapaba, montaba en cólera.
Siempre tenía a su rebaño controlado, pastando en el monte, pero controlado.
Cierto es que en islas como Fuerteventura, la apañada es una práctica habitual
todavía, pero repito, estas cabras forman parte de un rebaño, están marcadas
por su dueño y cualquier pastor de Fuerteventura sabe dónde está su rebaño,
aunque lo deje durante unos meses al libre albedrío y luego lo recupere para
mantener un seguimiento sobre ellas. En cambio, ¿cuántos pastores se dedican a
hacer apañadas de cabras hoy día en Gran Canaria? ni la mitad que en la isla
majorera. Aquí no hay rebaños de cabras, salvo contadas excepciones, por lo
que las cabras de Güigüi son asilvestradas. Si esas cabras tuvieran dueño ya
se habrían recogido sin problemas. Tenemos que ser más serios. Hay que
recuperar la actividad primaria en la isla, está claro. Es este mismo grupo de
gobierno del Cabildo, al que tanto critican por esto, el que ha creado la
Consejería de Soberanía Alimentaria, veremos sus frutos. Lo que no se puede
hacer es criticar a la Institución sin conocer bien la situación, y sin saber
qué es lo que se pretende con la repoblación de estas especies vegetales.
Si tanto quieren
preservar a las especies canarias, o razas como la cabra guanil, deberían
preocuparse también por las especies vegetales, también son seres vivos únicos.
Además les recuerdo que el cuervo canario (Corvux corax ssp. canariensis) también
es una especie animal de este Archipiélago y se encuentra en peligro de extinción
en esta isla, quedando unas pocas parejas. El cuervo se alimenta de carroña (en
su mayoría del ganado muerto, el cual ha menguado por el abandono de la
actividad) y de los frutos del cedro y la sabina. Ya no quedan ni carroña, ni
cedros, ni sabinas. Por otro lado, no podemos olvidar que esto es una Reserva
Natural Especial, en la cual se prevé una conservación máxima del ecosistema.
Para la Ganadería ya se han establecido los Parques Rurales, que tratan de
conjugar actividades humanas con Naturaleza.
O ponemos un poco
de cordura en este suelo, o seguiremos en debates estúpidos sobre si hay que
matar o no a unas cabras salvajes. Esas cabras si no se pueden apañar hay que
matarlas. O una cosa u otra, pero repoblaciones y cabras salvajes son
incompatibles. Recuperemos la Ganadería para que las cabras no se abandonen y
la raza no se pierda, para que vuelvan a tener el esplendor que tuvieron,
siempre de la mano de los pastores. Protestemos por el abandono de la
Agricultura y la Ganadería al que nos han incitado desde Europa, España y el
Gobierno de Canarias, con leyes que priman la importación de productos
alimenticios y no la producción local. Pero por favor, no le demos credibilidad
a cualquier persona pagada por a saber quién, ni a protectores de los animales
que por un lado te defienden a las cabras y por otro te condenan a los cuervos.
Tenemos que ser capaces de conjugar los ecosistemas naturales canarios con la
Agricultura y la Ganadería, estableciendo espacios para cada actividad.
Critiquemos, si se quiere, al Cabildo por no desarrollar suficientemente políticas
de ordenación del territorio encaminadas a conjugar todos estos
aprovechamientos del suelo. Pero no lo critiquemos por tratar de recuperar un
ecosistema de especies canarias, es absurdo.
Fuente:
tamaimos.com/2016/01/10
Redacción:
Véace la opinión sobre el sector agropecuario de Wladimiro Rodríguez Brito, Doctor en Geografía por la Universidad de La Laguna,
en el
siguiente enlace:
http://elcanario.net/Secciones/conlafirmadewladimirorbopinion.htm
http://elcanario.net/Secciones/conlafirmadewladimirorb.htm