El nacionalismo es consustancial a la propia naturaleza de los pueblos

 

"La propuesta de Estado Libre Asociado es un juego semántico que no conduce a nada"  

 

Para Manuel Díaz Hernández, el nacionalismo es un fenómeno inevitable, ligado a la propia naturaleza humana. Pese a considerarse nacionalista desde su infancia, este médico retirado, ex dirigente del PNC, no se incorporó a la política activa hasta hace relativamente poco. En esta entrevista, Díaz denuncia el déficit de conciencia nacional que se da en las Islas y aboga por un futuro en el que Canarias se constituya en una república democrática y federal. En cuanto a propuestas como la de que el Archipiélago evolucione hacia un Estado Libre Asociado, las interpreta como "un eufemismo para enmascarar la realidad".

-¿Se puede decir que su vida ha estado marcada por dos pasiones: la política y la medicina?

-La vida humana siempre está ligada a las pasiones, sin ellas no tendría sentido vivir. Siempre que no sean desmedidas, son totalmente necesarias. Yo he estado guiado por el determinismo ideológico, desde mi infancia. Cada uno tiene un abordaje a la política. En mi caso ha venido marcado por un naturalismo filosófico y científico. Crecí en el medio rural de la posguerra. Me hacía muchas preguntas. Mi infancia estuvo marcada por las grandes ausencias de los silencios del paisaje isleño. ¿Dónde estaban los guanches, esa epopeya histórica de un pueblo heroico en lucha por su libertad? Eso me llevó a indagar. Con el tiempo, me tuve que dedicar a la profesión médica que, cuando se ejerce con plenitud y responsabilidad, es muy absorbente. Retomé, ya mayor, el pensamiento político que siempre llevé dentro. Mi padre nunca me aconsejó dedicarme a la política, porque él sufrió la represión franquista. Pero la acción política es tan fundamental para los pueblos que los ciudadanos están obligados a participar en ella. Desentenderse de la política es una estrategia ambigua y una ignorancia fundamental. Los canarios, ahora mismo, tenemos la obligación moral de preocuparnos por la política. Es algo consustancial con los fenómenos naturales, con el entorno.

-¿Qué le decide, entonces, a dar el paso de consagrarse activamente a la política?

-Mi vocación política no se debió a motivos de poder o búsqueda de cargos. Responde únicamente a motivos ideológicos. Me considero un ideólogo de la política, del nacionalismo. Conozco de tal manera el nacionalismo que me da pena la escasa conciencia nacionalista que hay en las Islas y cómo se estigmatizan los conceptos nacionalistas canarios desde el imperialismo español. Los imperialismos no son nacionalismos: traspasan, invaden pueblos sin armas de destrucción masiva. Los canarios fueron invadidos canallescamente con los procedimientos más crueles, matándolos y poniéndoles un cepo en el cuello. Luego, la mordaza pasó a las mentes. Esto es la peor de las mordazas: la ignorancia de la propia historia y la reducción del pensamiento crítico. El canario, genéricamente, no conoce su historia, no sabe a dónde va ni dónde lo llevan. España es el país con un colonialismo más prolongado: tiene el registro desgraciado de tener un país esclavizado durante más de cinco siglos.

-¿Y de qué manera pueden los canarios, a su juicio, recuperar su conciencia como pueblo?

-Canarias necesita una conciencia política nacional, que tiene que desarrollarse en el actual marco de la libertad democrática, que permite la libertad de expresión. Ese es el marco en el que, actualmente, y dentro del derecho positivo, Canarias debe desarrollar con una cierta premura su proyecto nacional. El nacionalismo es consustancial a la propia naturaleza de los pueblos y tiene un origen mucho más profundo que lo que los politólogos alemanes o franceses introdujeron en el siglo XVIII. Es un fenómeno natural que arranca de la antropología genética. El hombre, a lo largo de su vida, ha interactuado con el medio y ha creado conciencia en los ámbitos territorial, histórico, cultural e identitario. Esos, los ámbitos del nacionalismo clásico y universal, se han ejercido, se ejercen y se ejercerán siempre, porque son consustanciales a la ley natural. Uno quiere lo más próximo, su casa. Es un concepto mucho más profundo que la gente maltrata. Porque la identidad forma parte de la lógica del conocimiento. Trivializar la conciencia política nacional canaria es un error. Son los fundamentos profundos que unen al hombre con su tierra y generan una fortísima cohesión.

-Pero, ¿esa identificación con lo propio tiene que derivar necesariamente en el nacionalismo?

-Es que nacionalismo significa eso, es una tendencia natural y está enraizado en el conocimiento. Si usted no conoce su entorno, no se puede identificar con él. ¿Dónde está la negatividad del nacionalismo canario? Todos los pueblos ejercen el nacionalismo. Le pongo un ejemplo: se ha observado que hay unos pececillos que dibujan unos hexágonos perfectos, similares a los de las abejas, en el lecho arenoso. ¿Con qué finalidad? Marcar su territorio. Pues los nacionalistas son como esos pececillos. Pero este fenómeno, que está en la naturaleza, se ha manipulado de una forma perversa. Es un fenómeno que no está únicamente en Canarias: los canarios lo ejercen porque Canarias está en el mundo. Desde un punto de vista natural, la gente tiende a ser nacionalista. ¿Quién defendió Santa Cruz de los ataques de Drake, Jennings y Nelson? El pueblo. El canario no conoce su propia historia, que ha sufrido grandes amputaciones por parte del colonialismo. El nacionalismo es una posición inmutable, las tendencias políticas son secundarias a él. Por eso, el comunismo o el fascismo utilizaron el nacionalismo y lo pervirtieron. Pero el nacionalismo siempre es igual; es una constante de la naturaleza y tiene rango de ley natural. Esto no se puede trivializar.

-¿Cómo explica ese déficit de conciencia nacional cuando el Archipiélago lleva más de quince años gobernado por una formación que se define como nacionalista?

-Se han equivocado gravemente. Hay un fenómeno generalizado en política: la apariencia. La matriz de Coalición Canaria no es nacionalista, procede de la UCD. Una vez integrada ésta en Alianza Popular, los que estaban aquí crearon un partidillo conjunto, las AIC. Subieron los topes electorales y establecieron la alianza con el PP, y se llaman ahora nacionalistas. Aquí no vale todo, no se puede ir contra la lógica y la razón.

-Si el Archipiélago continúa siendo una colonia, ¿cómo es posible que este hecho se ignore?

-El colonialismo es el fenómeno más trascendental de la humanidad, y la gente no lo conoce. El colonialismo empezó en Canarias, fuimos la primera colonia de España y el mundo. Esto hoy se ignora y hasta se niega. Los canarios siguen sin saber que su territorio fue conquistado en una guerra contra un pueblo que defendía el nacionalismo naturalista. Si no hay que conocer eso, ¿qué se debe conocer? En este pueblo hay dos universidades que no se pronuncian. Son extranjeras y están ancladas en el medievo. Todos los pueblos se han descolonizado menos Canarias. Somos los primeros y los últimos. Pero este estatus no puede ser eterno. Los canarios no conocen ni su propia posición. He oído en el Parlamento que somos frontera sur de Europa. ¡Pero si Europa no es transcontinental, termina en Gibraltar!

-¿Qué opinión le merece que algunas voces de CC propongan el tránsito de Canarias hacia un Estado Libre Asociado?

-Es un juego semántico que no conduce a nada. Un estado es libre por definición y cuando se asocia, lo hace libremente, mediante tratados de cooperación internacional mutua entre entidades del mismo nivel. El asociacionismo se debe dar entre países con rango de Estado. Es un eufemismo para enmascarar la realidad.

-¿Cuál debe ser la formulación concreta de las aspiraciones nacionalistas?

-El nacionalismo canario racionalista y democrático se va a configurar como una república democrática federal. Debe ser una república, como el 99% de los estados del mundo, y un estado federal, en razón de la fragmentación territorial en islas. Una federación hace más iguales a los distintos y acabaría con el demoníaco pleito insular, estimulado por el colonialismo histórico. Es un pleito de tres: el que lo induce permanece en la sombra, con una risa sardónica. En esta república, cada una de las islas recibiría su denominación originaria, sin adjetivos.

-¿Por qué ingresó en el PNC y qué razones lo llevaron a abandonarlo?

-Como he explicado, soy nacionalista desde mi infancia, en razón de mis principios naturalistas. En el PNC viví la lucha interna entre facciones por patrimonializar las siglas políticas para posibles transacciones con Coalición Canaria. El PNC se creó para descolonizar el país canario, pero empezaron a retocar ese objetivo y los de dentro lo patrimonializaron para adueñarse de las siglas. No tenían la actitud de desarrollar el partido, sino que querían estacionalizarlo en función de otros objetivos.

 

Publicado en el periódico El Día, 4-05-2008 -Canarias » La entrevista del domingo