¿Voto nulo, en blanco o abstención?

¿A quién beneficia el voto nulo? ¿A quién perjudica votar en blanco? ¿Y la abstención?

Matemáticamente, ni la abstención ni el voto nulo tienen ninguna incidencia en el resultado, pero sí en cambio el voto en blanco.

La abstención consiste en no ir a votar. Es una de las fórmulas utilizadas habitualmente para protestar contra el sistema, pero no tiene ninguna influencia en el resultado final. A mayor abstención, se supone que existe mayor desinterés por las elecciones, pero no influye en el reparto de los puestos por los partidos, ya que para ello sólo se consideran los votos válidos emitidos. Se considera que perjudica a la izquierda, que es más abstencionista que la derecha, pero matemáticamente ni beneficia ni perjudica a nadie.

El voto nulo es un voto con alguna deficiencia, bien porque se mete en la urna una papeleta de otra circunscripción o porque esté tachada o alterada. Ha sido tradicionalmente utilizado por la izquierda abertzale en las últimas elecciones, cuando no podía presentarse porque es una forma de visualizar su presencia. A efectos prácticos no sirve para nada, ya que los puestos se reparten atendiendo a los votos válidos, que no incluyen los nulos.

El voto en blanco consiste en meter en la urna el sobre vacío, se supone que porque no nos gusta ninguno de los partidos que se presentan, aunque estamos de acuerdo con el sistema, puesto que hemos votado. A diferencia del nulo, el voto en blanco computa como válido y se tiene en cuenta a la hora de repartir los puestos a cubrir. Por ello, perjudica a los partidos más pequeños. Cuantos más votos en blanco haya habrá más votos válidos, y por tanto más votos necesitará un partido para llegar al 3% en el caso de los ayuntamientos y al 5% para entrar en el Parlamento.