Un rescate que sería mortal para Canarias
El debate
que organiza cada semana EL DÍA correspondiente al domingo
Todos los
participantes en el debate coincidieron, básicamente, en estas apreciaciones,
resumidas de forma clara en lo siguiente: el rescate español supondría más
sufrimiento, si cabe, para los siervos canarios. Siervos no por propia
voluntad, desde luego, sino a la fuerza, y por la sumisión de un nacionalismo
complaciente desde el Gobierno llamado eufemísticamente autónomo, o autonómico,
cuando su capacidad de maniobra es ridícula. Eso sí, maneja dinero, pero ya
vemos con qué resultados para la población.
En todo caso, y como
señalaba el contertulio Manuel Díaz, "estamos en un momento histórico
único para la descolonización de Canarias" y cortar con las amarras que
nos pueden llevar al fondo del mar para ahogarnos junto con nuestros
dominadores, situados a
Y seguía Manuel Díaz
clarificando su postura: "El rescate de Canarias es, por tanto, el rescate
de las instituciones propias. El Estado español nos está transfiriendo su deuda
y liquidándonos como pueblo, y si entramos en un proceso de descolonización el
colonialismo español se vería obligado a transferir indemnizaciones a cuenta de
ese proceso, de manera que la alternativa es clara". Y más adelante
explicaba el doctor Díaz cómo la colonización de las Islas por parte de España
impide que estas últimas consigan desarrollarse en todos los aspectos, ahogando
su despegue económico, prueba de lo cual -una de tantas- es la propiedad de las
grandes empresas asentadas aquí: prácticamente no hay ninguna cuyos accionistas
sean canarios.
Para poner fin de una
vez por todas al estatu quo propone Manuel Díaz
"plantear este asunto en los foros internacionales". Ya está bien
después de seis siglos de colonización.
Ahora bien, reconoce
este ilustre independentista que la tarea no encuentra en el propio
Archipiélago los apoyos que debiera, y todo por culpa de "una conciencia minusvaloradora de autoestima", que impide avanzar en
la formación de una conciencia política de nación canaria, como paso previo a
la formación de un Estado en forma de república, naturalmente.
Todas estas ideas no
pueden parecernos sino acertadas y aquilatadas desde la experiencia de un
patriota que lleva años en la lucha por la libertad de su tierra, lo que no es
óbice para que su actitud y su propio carácter sean prudentes y apacibles. Así
es el autor de los anteriores entrecomillados.
En cuanto a la
evolución de los incendios que han asolado La Gomera, hay que recordar que, de
no ser por los dos hidroaviones que nos prestó Marruecos, otro gallo nos
hubiera cantado, porque los que envió el Gobierno de Madrid no eran
suficientes, como se ha visto por la cantidad de días que han sido necesarios
para controlar las llamas. Y, mientras, Paulino Rivero, a salvo de la petición
de responsabilidades por la mala gestión del incendio, retirando unos medios de
extinción que no deberían haberse ido cuando aún los rescoldos, y a la vista de
una nueva ola de calor, podían reavivar el fuego fácilmente.
En fin, ¿por qué no se
oye una declaración de gratitud del Gobierno de España hacia Marruecos, cuando
le ha salvado la cara? Muy sencillo: porque Canarias es una colonia y admitir
que la metrópoli no es capaz por sí sola de solucionar un problema como este la
debilitaría internacionalmente. Es como si ahora dimitiera alguien por no hacer
bien su trabajo: estaría admitiendo que tuvo responsabilidad en la destrucción
de casas, cultivos y enseres de tantos gomeros. No es eso lo que hacen en otros
sitios, por ejemplo, en Noruega, donde acaba de dimitir el jefe de la policía
por la deficiente actuación de esta en la matanza de la isla de Utoya, el verano pasado. Aquí no; aquí nadie admite nada.
La consigna es resistir en el cargo sin pestañear, aunque esté ardiendo media
humanidad. Estos son quienes nos llevan al matadero con la aquiescencia de los
que nos quieren "rescatar".
Publicado en el periódico El Día - Comentariodeldia20-08-2012