Netanyahu ordena la medida tras la imposición europea de
etiquetas a importaciones de los asentamientos judíos.
Dos
semanas después de que la Comisión Europea ordenara aplicar a los 28 Estados
de la Unión el etiquetado
de origen de los productos importados desde territorios ocupados por Israel,
el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó ayer suspender los contactos con
las instituciones europeas sobre el proceso de paz con los palestinos. Un
portavoz del Ministerio de Exteriores israelí precisó que la medida no afectará
a los países miembros, con los que se mantendrá abierta la vía de diálogo
ante la cuestión palestina.
El
Ministerio de Exteriores ha recibido instrucciones del jefe del Gobierno para
“reajustar” el nivel de relaciones de Israel con el Servicio Exterior de la
UE y con el resto de las instituciones comunitarias en todo lo relacionado con
el proceso de paz con los palestinos, según un comunicado diplomático
difundido anoche. Las negociaciones palestino-israelíes están suspendidas
desde 2014.
El
Ejecutivo de Netanyahu ya anunció medidas de represalia el pasado día 11,
cuando la Comisión hizo pública su decisión de aplicar el etiquetado de
origen a productos agrícolas y cosméticos exportados a los países de la UE
por empresas israelíes instaladas en asentamientos judíos en Cisjordania,
Jerusalén Este y los Altos del Golán, que fueron ocupados por Israel en la
guerra de 1967 y que la UE no reconoce como parte del territorio israelí. Por
ello, no les resulta de aplicación el acuerdo comercial suscrito por la Comisión
con el Estado judío.
Fuentes
diplomáticas israelíes aseguraron que una vez se haya “reajustado” el
nivel de relaciones, se decidirá el momento oportuno para la reanudación de
los contactos sobre la cuestión palestina con la Comisión y con su
representación diplomática en Israel. Por ahora se ignora el alcance que
puedan tener las medidas anunciadas por el Ministerio de Exteriores israelí y
la reacción que pueda desencadenar en Bruselas, donde ayer se reunieron con el
primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, los líderes de los 28 países
miembros de la Unión para analizar la crisis de los refugiados.
Tras
la imposición del etiquetado a los productos procedentes de colonias judías,
Israel decidió adoptar medidas contra los 16 países europeos que el pasado mes
de abril —poco después de la constitución del nuevo Gobierno conservador de
Netanyahu— dirigieron una carta a la alta representante para Política
Exterior de la UE, Federica Mogherini, para que ordenara implantar la medida de
control de origen de los productos importados desde territorios ocupados por
Israel, un mecanismo aprobado por los Estados miembros tres años antes.
Petición
de España
Los
firmantes de la petición fueron Reino Unido, Francia, Italia, España,
Dinamarca, Irlanda, Croacia, Malta, Holanda, Suecia, Portugal, Eslovenia,
Luxemburgo, Austria, Bélgica y Finlandia. Según el portal informativo digital
israelí Ynet, las medidas de represalia incluían la convocatoria de los
embajadores de los 16 países ante el Ministerio de Exteriores, donde se les
comunicaría la protesta formal de Israel contra la decisión de la Comisión.
Al mismo tiempo, la relación con los diplomáticos de estos países quedaría
restringida a contactos con funcionarios de nivel inferior.
En
la misma línea, las visitas de representantes de los Gobiernos e instituciones
de los 16 países firmantes de la carta se verían también limitadas, y con
escasas posibilidades de que sus encuentros con la Administración israelí
pudieran incluir al primer ministro o al presidente.
Entre
las medidas de represalia planteadas por Israel, de las que no se tiene aún
constancia de su aplicación, figura limitar o suprimir el acceso de
delegaciones extranjeras a Cisjordania y la franja de Gaza.
Al
mismo tiempo, el Gobierno israelí revisaría los permisos para autorizar nuevos
proyectos con financiación europea en los territorios palestinos.
El
secretario general de la Organización para Liberación de Palestina (OLP) y
responsable de la negociación con Israel, Saeb Erekat, aseguró que la medida
adoptada por el Gobierno israelí busca forzar a la Unión Europea a dar una
marcha atrás a la decisión de imponer el etiquetado. “Israel ya ha
paralizado el proceso de paz”, declaró a la agencia France Presse. “Y la UE
es un socio al que respetamos”.
Fuente:
elpais.com//2015/11/29/