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marcadores puntuales, que sugieren la presencia de ese rastro genético que
emparenta a los antiguos canarios con las poblaciones del Sahara tanto en el ADN
mitocondrial (que recoge la herencia del individuo por línea materna), como en
el cromosoma Y (que enlaza con el linaje de los parientes por vía paterna).]
La Universidad de Stanford (California, EEUU) ha comenzado a
examinar el material genético que conservan las momias canarias para intentar
recomponer el genoma de los antiguos canarios y averiguar, con el mayor detalle
posible, de dónde procedían los primeros pobladores de las islas.
La genética ya ha
aportado hace tiempo evidencias sobre la existencia de un rastro genético
norteafricano en las poblaciones actuales de Canarias, un rastro que viene a
confirmar lo que ya apuntaban antes otros estudios basados en la arqueología,
la antropología, la filología o el análisis de las crónicas históricas.
Sin embargo,
explica a Efe la investigadora de Stanford Rosa Fregel, se trata de marcadores
puntuales, que sugieren la presencia de ese rastro genético que emparenta a los
antiguos canarios con las poblaciones del Sahara tanto en el ADN mitocondrial
(que recoge la herencia del individuo por línea materna), como en el cromosoma
Y (que enlaza con el linaje de los parientes por vía paterna).
"Nuestro
objetivo es más ambicioso. Queremos aplicar al estudio sobre el origen de los
antiguos canarios las nuevas técnicas genéticas e intentar averiguar su genoma
completo: del cromosoma 1 al 22 y los dos cromosomas sexuales", asegura
Fregel, que cuenta con la colaboración en este estudio de las dos universidades
del archipiélago: Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna.
El Museo Canario y
otras instituciones que custodian los principales hallazgos proporcionados por
los yacimientos prehispánicos del archipiélago cuentan con momias y otros
restos humanos de la época susceptibles de conservar ADN aborigen.
Fregel subraya que
las técnicas actuales han conseguido desentrañar el genoma completo de
poblaciones antiguas, pero sobre todo en restos hallados en lugares muy fríos,
como Siberia, donde los suelos permafrost permanentemente congelados han
conservado el material genético de los restos fósiles en condiciones óptimas.
Canarias cuenta con
un clima muy diferente a esas regiones tan frías, por lo que cabe esperar que
el estado de conservación del ADN de las momias y otros restos humanos no sea
tan bueno.
Sin embargo, Fregel
y sus compañeros de investigación confían en que si no se recupera el genoma
completo de un individuo concreto, quizás sea posible reconstruir, como si
fuera un puzzle, el mapa genético de aquellas poblaciones a partir de
fragmentos diferentes obtenidos de distintos restos humanos de la época prehispánica.
Esta investigadora
de Stanford no cree que este estudio vaya a contradecir los indicios que ya
emparentan a los antiguos canarios como poblaciones bereberes o protobereberes,
pero sí aspira a aportar datos más precisos, que ayuden a acotar más de dónde
procedían los primeros pobladores de las islas, porque el norte de África es
un territorio muy vasto, y en cuántas oleadas llegaron.
Los responsables
del estudio quieren llevarlo a cabo en las siete islas, incluso en Lanzarote y
Fuerteventura, cuyo registro fósil y arqueológico de la época menos abundante
que el de Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, El Hierro y La Palma.
Ello ayudaría a ir
dando respuestas definitivas a otra pregunta, la de cuál fue la secuencia de
ocupación de las islas. A día de hoy, se cree que las islas se fueron ocupando
de este a oeste; es decir, desde las más cercanas al continente hacia El Hierro
y La Palma.