España:
la debilidad de un Estado corrompido
[España no es una democracia sino una
cleptocracia…, la gran
pregunta que flota en el aire es ¿Hasta donde llega la corrupción en España?...]
Dicen que Jordi Pujol, el mayor ladrón corrupto conocido hasta ahora en
España, se atreve a "amenazar" al Estado advirtiendo que si va a la cárcel,
publicará un dossier que hará caer la democracia. El desafío de Pujol solo es
posible porque la clase política española y el mismo sistema están
corrompidos hasta la médula y han convertido en frágil al Estado.
¿Qué secretos conoce Jordi
Pujol para permitirse amenazar al Estado español con publicar información que provocaría la caída de
la democracia? Los españoles especulan, los políticos con pasado de cloacas
tiemblan y la gente decente siente vergüenza y asco al contemplar el sucio
espectáculo del chantaje de los matones.
Algunos
medios han publicado que el gobierno y otros altos centros de poder han entrado
en estado de "pánico" ante el miedo a que el acosado Jordi Pujol
publique los dossiers que guarda si los miembros del "Clan Pujol"
pisan la cárcel. Ahora se revela que el ex president de la Generalitat dispuso
de un servicio de inteligencia conocido como los "Pata Negra",
integrado por ex agentes de los servicios secretos españoles, que habrían
elaborado informes durante años sobre la corrupción y el abuso de poder en el
Estado español y sus ramificaciones.
El caso de los Pujol ya habría hecho tambalear la
democracia en cualquier país decente del mundo, aunque en España no haya
producido efecto alguno. Sin necesidad de dossier alguno, la historia de los
Pujol contiene suficiente dinamita para que el sistema político español
acometa con urgencia una profunda reforma que lo lleve a refundarse, asumiendo
valores que desconoce, como la decencia, una ley igual para todos y una
democracia auténtica, en lugar de la actual dictadura camuflada de
partidos políticos, sin grandeza, sin controles y sin frenos.
La
sociedad española está espantada, una vez mas, al contemplar lo que parece una
lucha entre bandas rivales en los bajos fondos, más que la lógica reacción de
un Estado de Derecho frente a un clan ladrón que ha aprovechado su posición
para saquear Cataluña y parte de España.
Y,
ante el espectáculo, surgen las sospechas: ¿Se habrán comportado del mismo
modo los grandes partidos políticos? ¿Será verdad eso de que el rey fue el
gran comisionista de España durante décadas? ¿Es cierto lo que afirma Javier
de la Rosa de que González y Aznar se llevaban maletas llenas de dinero?
La
gran pregunta que flota en el aire es ¿Hasta donde llega la corrupción en España?
Los
expertos afirman que la corrupción que suele aflorar oscila siempre entre el
diez y el veinte por ciento de la realidad total y que es resto nunca llega a
conocerse. Si eso fuera así, si lo que conocemos en la España de los EREs, la
Gürtell, el saqueo de las cajas de ahorro, la estafa de las preferentes, el
robo del dinero para cursos de formación y los miles de políticos que se
enriquecieron sin explicación lógica, es solo el diez por ciento del total,
entonces el país ha caído tan bajo que habrá que meterlo en el quirófano,
mejor que en la lavadora.
En
torno a Pujol se han cometido brutalidades y suciedades que el pueblo español
jamás debía haber tolerado. El "perdón" de los delitos del
honorable en Banca Catalana, ordenado, al parecer, por Felipe González, a
cambio de sus votos, es intolerable, como también lo fue el coqueteo de José
María Aznar con el nacionalismo catalán, cuyos votos necesitaba y que, según
algunas acusaciones, compró a cambio de dejar hacer y robar al nacionalismo,
son lacras repugnantes que obligarían a la refundación de los dos grandes
partidos españoles.
Pero
en España no pasa nunca nada.
El
ex molt honorable, Jordi Pujol, ya hizo un amago durante su comparecencia en el
Parlament catalán, el 25 de septiembre de 2014, cuando al ser interpelado sobre
el origen de su fortuna, que él atribuyó a una increíble herencia de su
padre, manifestó que si ponía en marcha el ventilador se iba a armar gorda.
Algunos
medios independientes como el periódico "Mediterráneo Digital" han
publicado que tras el escándalo de Banca Catalana, Pujol logró que los
miembros del tribunal que le juzgaba fueran convenientemente "tocados"
y, sorprendentemente, salió absuelto.
El
caso Pujol, si sigue adelante, va a remover los cimientos de España y va a
convencer a los españoles de grandes verdades que hoy ignora o prefiere
ignorar. Citemos sólo dos de ellas: España no es una democracia sino una
cleptocracia; la clase política española es lo peor del país, mil veces peor
que la sociedad misma.
Pero
hay mucho más. Sólo habrá que esperar un poco.
Fuente:
Espana-la-debilidad-de-un-Estado-corrompido