Son el exguardia civil Jesús
Muñecas Aguilar, el exescolta de Franco Celso Galván Abascal, el excomisario
José Ignacio Giralte González y el exinspector apodado Billy El Niño.
Justicia
a 10.000 kilómetros del crimen
Alejandro
Rebossio Buenos Aires 18
SEP 2013 - 22:29 CET
En
una resolución considerada histórica por las víctimas del franquismo, la juez
argentina María Servini de Cubría decidió este miércoles la imputación y la
solicitud de la orden internacional de detención de cuatro acusados por
torturas del régimen: el exguardia civil Jesús Muñecas Aguilar, el exescolta
de Franco y de la Casa Real Celso Galván Abascal, el excomisario José Ignacio
Giralte González y el exinspector José Antonio González Pacheco, alías Billy
El Niño.
Ante
la falta de progreso de las causas en España, las
víctimas del franquismo han llevado en 2010 sus denuncias a Argentina. Allí,
la juez Servini las tomó en consideración, teniendo en cuenta el criterio de
justicia universal, el mismo por el que el exjuez Baltasar
Garzón investigó en España a los criminales de las dictaduras de
Argentina (1976-1983) y Chile (1973-1990) en la década de los noventa, cuando
en esos países reinaba la impunidad. Servini ha pedido ahora la extradición de
Galván, Muñecas Giralte y Billy El Niño para tomarles declaración
indagatoria.
No
es de esperar que España los detenga ni que los envíe a Argentina. Hace pocos
meses, el Gobierno de Mariano
Rajoy hizo gestiones para que finalmente se suspendiera una teleconferencia
en el consulado argentino en Madrid para que desde allí la juez Servini
recogiera el testimonio de querellantes, según han denunciado abogados y
familiares de las víctimas. Pero la orden de detención dictada por Servini
puede dificultar que los cuatro imputados salgan de España porque corren el
riesgo de que en otros países Interpol los detenga.
Galván
tiene 78 años y tiene domicilio en Madrid. Ha sido imputado por las torturas
infligidas contra José María Galante Serrano en 1969, cuando fue detenido sin
proceso ni multa gubernativa alguna por supuestas actividades “subversivas”,
y contra Acacio Puig Mediavilla, arrestado en los calabozos de la Dirección
General de Seguridad en 1973. Muñecas, de 74 años y residente en Madrid, está
imputado por torturas contra Andoni Arrizabalada Basterrechea en 1968. “Esto
es lo que ocurre cuando no quieren colaborar”, dijo Muñecas en aquel
entonces, según un testigo que vio a Arrizabalada en el cuartel de la Guardia
Civil de Zarautzen, ensangrentado e irreconocible, con el rostro y los brazos
llenos de moratones, con un imagen que no parecía humana.
Giralte,
de 72 años y con domicilio en Tres Cantos, está acusado por los tormentos
contra Galante y contra Alfredo Rodríguez Bonilla, en su detención en 1975.
“(Giralte y Jesús González Reglero) me decían que bajara la cara, cada vez
que lo hacía me golpeaban, por la espalda recibí golpes incluidos los que me
propinaban con las propias cadenas con las que fui detenido y patadas en la
entrepierna”, atestiguó Rodríguez Bonilla. “Según me iban golpeando, me
decían: “Di que tu madre es una puta, di que tu padre es maricón’”,
relató el denunciante. Billy El Niño, de 66 años y residente en Madrid, está
imputado por torturas contra 13 víctimas. Los querellantes han recordado su
frialdad al propinar palizas, sus azotes con la porra y sus explicaciones de que
lo hacía porque no le gustaban sus caras.
Fuente:
publicado en el periódico El País,
/2013/09/18/