Cuba
ganó por paliza al bloqueo la votación en Naciones Unidas
Emilio
Marín
Ya
es un clásico la votación en la ONU contra el bloqueo estadounidense a Cuba.
Esta fue la vigésima vez que la isla batió por amplísimo margen al imperio.
Pequeño "detalle": falta que se cumpla. Que no quede en papel.
Dos potencias frente a frente. Una por la calidad educativa de su población.
Otra por los billones de dólares que tiene desparramados por el mundo y muchos
más que debe por allí.
En la lucha política y diplomática se pararon uno frente al otro, con los
protocolos de la ONU pero también con la coherencia de sus posiciones
antagónicas. Eran el gallo rojo y el gallo negro cantado en la Guerra Civil
Española y luego por Los Olimareños. "El gallo
rojo es valiente pero el negro es traicionero...".
El motivo de la pelea era, como desde 1992, el bloqueo norteamericano contra la
patria de José Martí. Fue impuesto en forma total desde febrero de 1962 para
forzar por hambre y sufrimientos a que la población de la isla se levantara
violentamente contra sus autoridades socialistas. Ese dispositivo ha fracasado
en forzar un cambio de sistema político y social. Al revés, ha alineado aún más
a los cubanos con el proceso revolucionario que ellos protagonizaron en 1959.
Cuba y su mal vecino instalado a sólo
En este aspecto los cubanos llevan la delantera, pues la Asamblea General viene
incluyendo en su temario el asunto desde casi dos décadas atrás. Y la reunión
viene votando en línea con La Habana.
Diferencia de votos.
Los guarismos del martes 25 en Nueva York, fueron reveladores: 186 votos para
Cuba, 3 abstenciones y 2 en contra. Semejante avalancha de votos a favor del
país bloqueado denota no sólo solidaridad con éste, que es un factor
importante. También refleja que la abrumadora mayoría de la Tierra se ve
perjudicada hoy o creen que pueden serlo en el futuro, por los aspectos
extraterritoriales de la política estadounidense de bloqueo.
Ese "embargo" lesiona derechos, comercio y soberanía de terceros
países. Es que las empresas estadounidenses radicadas en sus territorios
obedecen las órdenes del Departamento de Estado yanqui y no las leyes del país
en cuestión. No es que 186 países se volvieron socialistas. Ojalá.
Simplemente quieren administrar sus asuntos como mejor les parezca y no como
desea la cancillería norteamericana. Esa manera de manejar el mundo como si
fuera su prolongado patio trasero y jardín es lo que malquista a casi dos
centenares de países en la ONU con el libreto norteamericano.
El caso Cuba, como ningún otro, tiene la virtud de alinear a la mayoría de la
humanidad contra el imperio. En la población de los dos únicos gobiernos que
votan en contra (EE.UU. e Israel), también hay millones de personas deseosas de
terminar con esta histórica infamia.
Obama casi igual.
Esta fue la tercera votación en el Palacio de Cristal donde los cubanos
vencieron a la delegación estadounidense en tiempos de Obama.
Y por ese lapso transcurrido, tanto la resolución propuesta como el discurso
del canciller cubano Bruno Rodríguez Padilla reflejó ese mayor endurecimiento
hacia el inquilino de la Casa Blanca. Se terminó la contemplación y ciertas
expectativas hacia los cambios que podía suponer el afroamericano.
No es que Cuba cierre todas las puertas. El mensaje del canciller volvió a
dejarlas sin llave, para que -si la otra parte quiere ingresar a una mesa de
diálogo sobre los diferendos- pueda hacerla. Eso sí. Al lado de esa puerta
colgó dos grandes carteles de advertencia. Uno dice: "El socialismo cubano
no se negocia". El otro reza: "diálogo de dos partes iguales, con
iguales derechos y obligaciones".
Con esas condiciones es difícil que el morocho se decida a tocar timbre, al
menos por ahora. Y menos puede hacerlo cuando en sus cálculos electorales para
noviembre de 2012, cuando se juegue la reelección, pesen los votos de la
comunidad cubano-americana de La Florida- En su mayoría, con el senador Marco
Rubio y la representante Ileana Ros-Lehtinen, están
en contra de la normalización de las relaciones con la mayor de las Antillas.
Discurso.
En su discurso del martes 25, el canciller Rodríguez Padilla espetó al imperio:
"¿Por qué el gobierno del presidente Obama mejor
no se ocupa de los problemas de los Estados Unidos y nos deja a los cubanos
resolver en paz y tranquilos los nuestros?". Touché.
No muy lejos de allí, en Nueva York, acampa el movimiento "Ocupa Wall Street", una llaga
abierta en medio de la crisis del capitalismo.
El orador no se explayó tanto en los daños que causa el bloqueo a su país,
porque el proyecto de resolución ya había alertado que -ajustando al dólar
desde 1962- hubo un perjuicio económico directo de 975.000 millones de dólares.
El canciller llamó la atención sobre asuntos humanos, inmediatos y concretos y
culminó pidiendo el voto favorable "en nombre de Guillermo Domínguez Díaz
(16 años), de Ivis Palacio Terry (18), de Randy
Barroso Torres (17) y de Adrián Izquierdo Cabrera (12), que han sufrido
cirugías conservadoras y pasado meses enyesados en sus camas por no disponer de
prótesis extensibles pediátricas, las cuales se producen en los Estados Unidos
o bajo sus patentes, y en nombre de María Amelia Alonso Valdés (2), Damián
Hernández Valdés (4) y Dayán Romayena
Lorente (12), quienes padecen de tumores del sistema nervioso central y
necesitan tratamiento con Temodal que es
norteamericano y está protegido por su patente". Otra vez touché. O mejor dicho, a la lona. Por toda la cuenta.
La práctica.
El año pasado la moción cubana había contado con el favor de 187 países y esta
vez 186. La diferencia, muy interesante desde el punto de vista político, la
aportó la Libia pro-OTAN, que el año anterior había
votado bien y esta vez se ausentó para no votar, siguiendo el libreto de las
marionetas del CNT. Ahora Sudán del Sur, flamante miembro de la ONU, sufragó a
favor pero lamentablemente Suecia se retiró y no votó igual que Libia. ¿Estará
preparando junto con el reino noruego otro Nobel para Hillary Clinton en 2012?
No llama la atención que el único socio de EE.UU. en el acto de genocidio sea
Israel. El acompañamiento de éste se basa en los miles de millones de dólares
que recibe anualmente de Washington en concepto de ayuda económica y militar.
El Estado teocrático recibe dólares y actúa en consecuencia, como si fuera
mercenario.
En un sentido Benjamin Netanyahu, como antes Olmert, Sharon, Barack, Peres y
otros primeros ministros, puede decir que su coincidencia con el bloqueo surge
de su propia experiencia. Tiene razón. Lo que Israel hizo y hace con los
palestinos de Cisjordania, Jerusalén oriental y sobre todo de la Franja de
Gaza, tiene mucho parecido con la política yanqui hacia Cuba.
Esa similitud se nota en el Muro del Apartheid en Cisjordania, que divide
familias y roba tierras palestinas, como Washington usurpó Guantánamo. Y
también en el bloqueo total a Gaza desde enero de 2006 cuando Hamas ganó allí
las elecciones: se impide la llegada de alimentos y medicinas, como a la isla.
Resoluciones.
Entre los que votaron por La Habana se destaca el 100 por ciento de América
Latina y el Caribe, y el 100 por ciento de Europa oriental. Que la mayoría de las
potencias europeas aliadas de EE.UU. también sufragaran así es un termómetro
que marca su altísimo aislamiento.
Con veinte votaciones favorables, pero con un bloqueo que lejos de cesar se
endurece más bajo la actual administración (y ni qué pensar si en 2012 ganaran
los republicanos aliados con el Tea Party), parece llegado el momento de
discutir cómo hacer que la ONU lleve sus resoluciones a la práctica.
Por ejemplo, ¿qué pasaría si algunos miembros permanentes o no del Consejo de
Seguridad piden que éste vote una resolución obligatoria contra EE.UU.? Podrían
invocar que ha desacatado 20 resoluciones y sancionarlo, obligándolo a pagar a
Cuba la misma suma en dólares que le hizo perder el año anterior. Se dirá que
Washington va a desacatar esa hipotética resolución, pero ya no le será tan
fácil porque se trata de un órgano resolutivo, a diferencia de la meramente
deliberativa Asamblea General.
Más importante que la ONU es que cada país tome medidas efectivas contra el
bloqueo a Cuba. Por caso, Argentina debería sancionar a las empresas Sky Gourmet y Gate Gourmet, de catering, por haberse negado
a abastecer en Ezeiza a Cubana de Aviación en 2010. Las firmas invocaron en el
primer caso que había sido adquirida por una multinacional norteamericana y en
el segundo que había recibido instrucciones desde Frankfurt.
Hay más. En junio de 2008 Cristina Fernández de Kirchner inauguró las oficinas
regionales de Google en Puerto Madero. Y esa firma forma parte del bloqueo
informático al país hermano. Eso demuestra que estas compañías no cumplen las
leyes nacionales sino las de EE.UU.