Corrupto y empobrecido
(*)
[Un político corrupto no solo es una
vergüenza; es la ruina para la sociedad. Y hay políticos corruptos. Notables
personajes están en la cárcel tras haber sido condenados. Otros, procesados.
Algunos más imputados y también al borde de sentarse en el banquillo. No hay un
solo partido político con representación parlamentaria significativa que no
tenga en sus filas algún caso de corrupción. Hasta tal punto llega esta espiral
de podredumbre.]
Paro, corrupción, economía y políticos son, por este orden, los
cuatro primeros problemas de este país según el último sondeo del Centro de
Investigaciones Sociológicas. Entendemos que la gente aprecie que el elevado
número de desempleados es el asunto más preocupante, porque realmente lo es.
Ligado al paro está la marcha de la economía, que arranca, eso parece, en los
grandes números pero sigue sin llegar al bolsillo de las familias. Sin embargo,
se entiende menos que la corrupción y los políticos sean un problema porque los
políticos están para resolver problemas, no para crearlos ni constituirse ellos
mismos en el problema. Y que nos perdone el lector por estas redundancias,
aunque el tema es asimismo redundante.
No podemos seguir así. Llevamos años diciendo lo mismo. España, y
Canarias por su supeditación a España, no pueden seguir con el sambenito de la
corrupción. Somos el paradigma de la corrupción en Europa. Una vez más decimos
que está en nuestras manos cambiar esta situación. No hace falta salir a la
calle de forma violenta cuando se reinicie el curso político. No es necesario
organizar ese otoño caliente que anuncian los sindicatos, y hasta los partidos
políticos, sin que luego jamás ocurra nada. Somos enemigos de las algaradas y
mucho más de la violencia, porque por ese camino jamás se consigue algo
positivo. A lo más, lo que se logra es desmembrar más aún a una sociedad que
necesita estar más unida que nunca. Lo que hace falta es mantener posturas
firmes. Dar un puñetazo sobre la mesa y decir "¡hasta aquí hemos
llegado!".
Por otra parte, deben tomar buena cuenta tanto el Gobierno de
Canarias como el de España de que el 81,5% de los ciudadanos considera que la
situación económica es mala o muy mala, y que el 38% piense que ahora estamos
peor que hace un año. Esto significa, como decíamos al comienzo de este
comentario -como venimos diciendo desde hace semanas- que la recuperación
todavía no ha llegado a las familias. Recordábamos hace unos días que casi la
mitad de los desempleados canarios no recibe prestación alguna y que son miles
los hogares en los que no entra ni un euro al mes porque todos sus miembros
están en paro.
Estos tiempos de vacaciones -aunque algunos han decido seguir
trabajando sin tomarse ningún descanso- son propicios para reflexionar. Podemos
resignarnos a seguir como estamos otro año más y continuar así el resto de
nuestras vidas, o podemos tomar parte activa en el control de los asuntos que
nos afectan directamente. Empezando por la corrupción.
Un político corrupto no solo es una vergüenza; es la ruina para la
sociedad. Y hay políticos corruptos. Notables personajes están en la cárcel
tras haber sido condenados. Otros, procesados. Algunos más imputados y también
al borde de sentarse en el banquillo. No hay un solo partido político con
representación parlamentaria significativa que no tenga en sus filas algún caso
de corrupción. Hasta tal punto llega esta espiral de podredumbre.
No son muchos los españoles y los canarios, también según la misma
encuesta del CIS, que ven el futuro con esperanza. Un 24,9% piensan que las
cosas irán mejorando en los próximos meses, mientras que el 21,4% está
convencido de que la situación empeorará. Nosotros queremos ser optimistas,
pero de una manera racional.
Insistimos, porque estamos convencidos de ello, en que Canarias cuenta con recursos suficientes para que la mayoría de sus
habitantes vivan sin estrecheces. Si no obtenemos más de los casi doce millones
de turistas que llegan cada año a estas Islas, si no aprovechamos mejor la
estratégica situación geográfica entre tres continentes es porque no estamos
bien gestionados; no estamos en buenas manos políticas.
Publicábamos ayer que Canarias será la región que más crecerá este
año y la tercera en 2015, bastante por encima de la media española. Si esa
mejoría sirve para generar empleo, perfecto. Si nos quedamos en esas cifras
macroeconómicas tan de moda últimamente, malo. Seguimos pensando que el
problema no es de coyuntura -término un tanto cursi que utilizan quienes no
saben de economía para aparentar suficiencia- sino, lo reiteramos, de gestión.
Y los gestores los podemos elegir nosotros.
(*) Comentario de El Día, 2014-08-07