Las anguilas: del mar de los Sargazos a los barrancos canarios

 

Alejandro de Vera, biólogo marino del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife

Todos los vertebrados terrestres "venimos de los peces"

A las aguas canarias llegan anguilas que, como todos los ejemplares de su especie, han nacido en el mar de los Sargazos, en medio del Atlántico, y algunas han sido avistadas en barrancos de las islas a 200 metros sobre el nivel del mar, una remontada propia de un salmón.

Este dato forma parte de la conferencia que Alejandro de Vera, biólogo marino del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, tiene previsto impartir el 24 de febrero sobre "La multiplicidad de los peces: el milagro de la evolución", y de la que habla en una entrevista con Efe.

El biólogo señala que todos los vertebrados terrestres "venimos de los peces", que evolucionaron hasta dar el salto a tierra con los primeros anfibios hace 370 millones de años en un tiempo relativamente corto, unos 40 millones de años.

En su conferencia explica la evolución de los peces, con referencias a las especies que se pueden ver en las aguas canarias, en la colección del Museo, y aquellas especies "raras, que ni siquiera puede uno imaginarse que existan".

Redondeando cifras, con unas 22.000 especies, los peces forman el 47 por ciento de todos los vertebrados, frente al 21 por ciento de las aves (10.000 especies); 14 por ciento de los reptiles (6.500 especies), 10 por ciento de mamíferos (4.500 especies) y 8 por ciento de anfibios (4.000 especies).

El primer fósil de pez que se conoce fue encontrado en Yunnan (China), está datado en unos 530 millones de años, en el período Cámbrico, y presenta una forma ancestral, muy simple, con un cordón nervioso sin vértebras, mandíbula ni escamas.

Aún hoy vive en las profundidades marinas el representante más directo de este ejemplar, los mixinos, que tienen forma de anguila, también carecen de vértebras y mandíbulas y son carroñeros.

Hay poco más de 50 especies de mixinos, que pueden alcanzar entre los 50 centímetros y el metro de longitud y que se reparten entre todos los océanos pero son comunes en zonas frías.

Con las primeras estructuras vertebrales aparecen los ostracodermos -también con descendientes directos en la actualidad- y finalmente los osteíctios, ya con un esqueleto óseo.

De linajes intermedios surgieron los condrictios -tiburones, rayas y quimeras- que no tienen huesos, sino una estructura cartilaginosa.

El 95 por ciento de los peces comunes son teleósteos y una de las peculiaridades que relata Alejandro de Vera es que todas las anguilas, pertenecientes a este grupo, nacen en el mar de los Sargazos y sus larvas y ejemplares juveniles nadan hasta las costas de Europa y África, hacia las desembocaduras de los barrancos y los estuarios de los ríos.

Las anguilas hacen su vida en agua dulce hasta que regresan al mar de los Sargazos para poner los huevos e iniciar un nuevo ciclo.


En Tenerife se avistaron anguilas en el barranco de Santos antes de su edificación y también se han localizado ejemplares en el de Afur, a unos 200 metros sobre el nivel del mar.

En cuanto a peculiaridades, en la colección del Museo de Ciencias Naturales de Tenerife hay un ejemplar de una especie de tiburón muy primitivo, el llamado "tiburón con volantes" o "de Gorguera" (Chlamydoselachus anguineus), que fue capturado en una campaña de investigación realizada en aguas de Portugal.

De esta especie se capturan pocos ejemplares en el mundo, precisa Alejandro de Vera, quien indica que en general los tiburones no han evolucionado en millones de años y mantienen su aspecto originario, con dentículos dérmicos en la piel, formada por millones de "dientes" de pequeño tamaño en forma de valles y crestas y que les proporcionan su movimiento hidrodinámico.

El tiburón más común en las aguas canarias es el "angelote" o pez ángel, en ocasiones confundido con una raya por su aspecto achatado, y que puede alcanzar un metro o dos de envergadura y no es peligroso.

Por el archipiélago también aparece esporádicamente el tiburón ballena, el pez más grande del océano, pues puede medir más de 15 metros y se alimenta de plancton.

A esta especie de tiburón le gustan las aguas tropicales y de vez en cuando ha sido avistado en las islas de mar más cálido, especialmente El Hierro.

En las aguas oceánicas del archipiélago también es frecuente que viva el tiburón marrajo, el animal más rápido del planeta -supera al guepardo en tierra- pues se han llegado a registrar velocidades de 124 kilómetros por hora.

Por el contrario sólo se han producido en Canarias cuatro o cinco avistamientos confirmados del tiburón blanco, el animal "más viajero" del mundo ya que en una ocasión se marcó un ejemplar y se descubrió que en nueve meses recorrió 19.870 kilómetros desde Sudáfrica hasta Australia occidental en un viaje de ida y vuelta.

Según relata Alejandro de Vera, una vez se descubrió un diente de tiburón blanco clavado en un cable submarino de telefonía entre Tenerife y Gran Canaria.

Precisamente en el canal entre ambas islas se capturó en una ocasión un ejemplar de quimera, también depositada en la colección del Museo de Ciencias Naturales tinerfeño, una especie que se distingue por su piel gelatinosa, sin escamas.

Otro grupo primitivo habitual en las aguas canarias son las rayas, con varias especies, una de ellas, la conocida como "tembladera" (Torpedo marmorata), con dos órganos musculares situados a ambos lados de los ojos que puede producir descargas eléctricas de más de 200 voltios.

Aunque los ejemplares de "manta" o "maroma" (Mobula tarapacana) suelen visitar el archipiélago, la que raramente aparece por aguas canarias es la Manta birostris o "manta gigante", que frecuenta mares tropicales, y que puede llegar a saltar más de un metro encima de la superficie.


Sin embargo en 1931 se capturó un ejemplar descomunal de esta especie en el puerto de la Luz y de Las Palmas, según recuerda el biólogo marino.