Acción directa en la lucha contra las prospecciones

                    

   

Lo que está pasando es que somos testigos de cómo, tanto desde la administración española, como la pseudo-Canaria o Europea, juega con el presente y futuro del Archipiélago, sin que nadie presente otra cosa que no sea "un horizonte negro, con un amanecer donde se extiende una gran mancha de petróleo desde el sol naciente hasta nuestras costas, hasta casa" y eso no nos deja participar de forma apática, permisible y cómoda, conscientes de todo el mal que puede costar el beneficio de un ente privado a la sociedad Canaria.

 

   Nosotras, somos personas de las que conformamos este Pueblo todo el tiempo. No subimos a escaños oportunamente, o nos convertimos en intocables personajes públicos ocasionalmente, estamos abiertos continuamente al debate y desde el origen formamos parte de la Coordinadora Canaria Contra las Prospecciones, que tiene un funcionamiento completamente asambleario y abierto, sin que nunca se haya vetado a nadie de entrar o salir, pero organizándonos entre decenas de colectivos y personas para llevar a cabo acciones bajo el lema y la premisa "Canarias una sola voz".

 

   Sin embargo, seguimos manteniendo íntegra nuestra identidad político-social y asumimos unilateralmente nuestra ideología, que da pié a acciones propias cuyo protagonismo entendemos que es de esa parte del pueblo canario que conformamos nosotros mismos, ya como ANC y como parte integrante de la Coordinadora o del Pueblo que nunca hemos dejado de ser. Por eso nuestro carácter reivindicativo, como izquierda nacionalista canaria, nuestra preocupación medioambiental y social, justifica siempre nuestras acciones y nos hace cerrar filas con todo activista que persiga nuestros mismos intereses: los del Pueblo Canario.

 

   En Alternativa Nacionalista Canaria (ANC) ahora prima la preocupación por las prospecciones, por lo que cualquier acción pacífica de protesta contra las prospecciones y que reivindique el derecho a decidir del Pueblo Canario, la entendemos cómo justa y lógica. La de las Islas Salvajes, a sólo unos 150 kilómetros de Canarias y más de 260 de Madeira, entendemos que está más que justificada, aunque sea una parte de nuestro mar tan militarizado por esa disputa fronteriza entre España y Portugal, que mantienen visible sus ejércitos.  

 

   En estos momentos, la mayoría de nuestra gente apuesta por la acción directa, por eso no abandonaremos las Islas Salvajes hasta que nos obliguen, afirma Pedro González, portavoz de la Ejecutiva Nacional de Alternativa Nacionalista Canaria.